Mientras repaso las Memorias de Winston Churchill, caigo sobre el relato de Dunkerke. Como saben ustedes, cuando los alemanes invadieron Francia y Bélgica en 1940, la fuerza expedicionaria británica se replegó hacia esa ciudad de la costa.
Y allí, bajo duros bombardeos, la Armada Real evacuó de modo ejemplar a 340.000 hombres, incluidos franceses y belgas. Los británicos, según su envidiable costumbre, dieron la vuelta a la derrota para convertirla en episodio heroico: omitieron mencionar los episodios de saqueo, destrucción, alcoholismo colectivo e indisciplina que sus tropas protagonizaron en la retirada, pusieron el acento en la proeza de rescatar a las tropas cercadas, y adornaron el asunto con detalles patrióticos eficaces, entre los que destacó el hecho real de que en los dos últimos días, una flotilla de pequeñas embarcaciones tripuladas por navegantes particulares y miembros de clubs náuticos ingleses, que acudieron con carácter voluntario al llamamiento del Gobierno, cruzaron el canal y estuvieron recorriendo la costa francesa para rescatar a grupos de rezagados.
Coincide mi repaso a Churchill con tiempos de agitación mediática por las elecciones en Cataluña y otras discutibles lealtades periféricas, pasto de columnistas de prensa y tertulianos varios. Y escuchando a la peña, oigo subrayar la diferencia entre tener una Escocia o un Gales británicos, tener una Bretaña, una Córcega, una Cataluña o un País Vasco franceses, o tener aquí el espectáculo que tenemos.
¿Cuál es la diferencia?, inquiere retóricamente el tertuliano.
Y claro. Mi imaginación calenturienta, tocada de refilón por Dunkerke, se pone al tajo. La diferencia, concluyo, es la que va de las Malvinas a Perejil. De Gibraltar a Vélez de la Gomera. De la Batalla de Inglaterra a los reinos de taifas. De la guillotina que nunca tuvimos al confesor de Fernando VII. De la reina Victoria al putón de Isabel II. De Churchill, De Gaulle o Ángela Merkel a Franco, Azaña o Companys para acabar en Aznar, Zapatero y Rajoy.
Y metidos en hazañas bélicas, de Dunkerke a Ceuta. O Melilla.
Porque ahora, háganme el favor, imaginen una crisis gorda, de las nuestras, al otro lado del agua. En Melilla, por ejemplo. Estimen el paisaje: esas masas musulmanas con velo y barba, sus imanes a la cabeza, bajando del Gurugú camino del paraíso del Profeta. Esa intifada moruna en la ciudad, con los barrios más duros, que son unos cuantos, llenos de barricadas y patas arriba. Esos minaretes comunicando al personal, por megafonía, que Alá ilá-lá ua Muhammad rasul Alá.
Esos legionarios y soldados regulares que se llaman Alí, Mimún y Mohamed diciéndole a la sargento Maricarmen que sí, en efecto, que faltaría más. Que están dispuestos a defender la ciudad como fieras. Que la duda ofende.
E imaginen, también, al enérgico Gobierno español diciéndole a la población europea de allí que tranquila, que todo está bajo control; y la población europea, en lógica respuesta a las ya famosas garantías gubernamentales, corriendo acto seguido maleta en mano hacia el puerto, despavorida, en plan mahometano el último.
Y en pleno pifostio, como España ni tiene barcos de guerra, ni tiene flota mercante ni tiene una puñetera mierda, al ministro de Defensa de turno se le ocurre la idea: "Vamos a hacer como en Dunkerke –dice–. Con dos cojones".
Y en el telediario sale Ana Blanco pidiendo a los capitanes y patrones de embarcaciones deportivas, a los particulares que tienen velero o motora amarrados en los clubs náuticos, a los cuatro pescadores con barco que nos quedan, a Álvaro de Marichalar con su moto náutica y a Borja Thyssen con el yate Mata-Múa de su madre, que acudan a Melilla para evacuar a la peña. Por la cara.
Y los antedichos, imagínense, dándose bofetadas en los pantalanes para embarcar los primeros rumbo a donde haga falta; y en vez de irse a Ibiza ponen todos el cabo Tres Forcas en el Gepeese y tiran millas para el norte de África, haciendo sonar las sirenas mientras cantan emotivos himnos solidarios, con sus bermudas rojas de raya y dobladillo, sus náuticos Rockport y sus polos Lacoste
–La flotilla de la esperanza, titularía ABC–, húmedas las mejillas con lágrimas de emoción fraterna, a rescatar compatriotas jugándose el todo por el todo. Y una vez allí, bajo las bombas de la Luftwaffe moruna, a arrimarse heroicamente a las playas y al puerto, con un ojo en la sonda y otro en la enseña nacional, para evacuar a civiles y militares mientras, en tierra, los ciento cuarenta panchitos de la compañía Bravo de la XXXIII bandera paracaidista se sacrifican hasta el último cartucho para asegurar la defensa del perímetro.
Y claro. Luego me preguntan por qué a veces –a menudo, últimamente– me gustaría ser inglés. O francés.
Lo que fuera.
Arturo Perez Reverte
Académico
malvinas perejil
Hubo un tiempo en que ser español era algo mas que un honor,Hoy en dia es una afrenta,un saludo.
ResponderEliminarDON AGUSTÍN
EliminarEramos gente importante en el Mundo y con gran envidia de ingleses y gabachos. Pero lo que es una afrenta no es ser español sino los sucesivos gobiernos que han representado a los españoles en los dos últimos siglos.
Yo creo que el primero que iría corriendo a Melilla sería Oyarzábal. A ver si encuentra un moro Mojamé que le haga madre, que los batasunos son muy bruscos.
ResponderEliminarDON CAPI
EliminarA ese no le van ni los batasunos ni los peneuveros. Lo suyo es más de moros a lo turco, de los que amariconaron a Lawrence de Arabia. Y sí, por ello seguro que el Oyarzabal salía corriendo hacia Africa pero no a rescatar a nadie.
Tiene razón otra vez es un asco y una m... ser español o para mejor decir en lo que de vez en cuando (demasiadas veces) nos convertimos. En un atajo de infelices, bobos de solemnidad y aldeanos de tapia de convento. En fin a aguantar la vela, no queda otra y además no nos da la gana dejar de ser apañoles hasta la médula y al que no le guste que se j......
ResponderEliminarSaluditos.
DON ROBERT
EliminarNO, no es un asco el ser español, simplemente hemos terminado siendo "ansí" al "civilizarnos" o europeizarnos. Los que no se han civilizado como los gitanos de ayer, esos siguen como siempre.
Por mucho automovil, ordenador, televisor e Ipod que el gentío de España use, sigue siendo un pueblo de mentalidad campesina adaptado a las costumbres y usos de la urbe muy recientemente. Por ello, como comentas, el español es realmente un auténtico aldeano de tapia de convento. Al que llevan al huerto todos los titiriteros feriantes que pasan por su zona.
Lo que es España ahora mismo lo podemos resumir en ese asalto por estudiantes iletrados y semianalfabetos al colegio salesianos, manejados como títeres por otro "estudiante", comunista y de 24 años.
ResponderEliminarEsa es esta España; ágrafa y facilmente manipulable vía los propios impuestos que pagamos y que usan los políticos para comprar las dádivas de los grandes emporios de incomunicación, amen de los medios públicos, incontables.
SEÑOR OGRO
EliminarBuen ejemplo el de Mérida para representar a la España actual de hijos de campesinos llegados a la ciudad, y que son más analfabetos que sus padres en otro tiempo.
Y lo de los medios de comunicación es ya el equivalente, por ejemplo la TV porque periodicos creo que se siguen vendiendo poquísimos, de aquellos frailes dominicos que azuzaban a la gente a quemar judios, sólo que ahora las directrices van en otro sentido : destruir todo lo que huela a mínimo Orden y Autoridad. Y cuentan las masas con la colaboración de las propias autoridades.
Tras leer a Arturo voy a llamar a Mas y le voy a decir que no se preocupen, que ese ejército que va a invadirles ni está ni se le espera.
ResponderEliminarDe todos modos no soy tan alarmista, si bien antes teníamos los cojones suficientes para mantener a raya al moro y a quien hiciese falta hoy tendríamos que conformarnos con invocar el Art. 5 del Tratado de la OTAN (y menos mal que al menos tenemos esto).
Igualito que los Turcos con Siria, que ellos solitos se lo guisan.
addenda - manda cojones, ya es casualidad, tengo preparado el post de hoy desde hace un par de días y me encuentro con esto (otro leyendo las memorias de Churchill)
DON ISRA
EliminarY ¿tú crees de verdad que si los moros invadiesen Melilla, como dice Arturito, los de la OTAN o NATO iban a mover una ceja? De entrada la cosa esa se mueve cuando lo dicen los gringos, y los gringos tienen en Marruecos la más grande base de Africa y que nadie toque al Mohamed dirían.
El Arturito es un copión : te leyó aquí que estabas dedicado a Churchill, y mira él también.
Los griegos dominaron su mundo y las ciencias y las artes y mire Vd. como están ahora. Y no digamos de los romanos, dueños del mundo conocido.
ResponderEliminarAunque sea consuelo de tontos, hemos corrido igual suerte gracias a nuestros gobernantes.
De vez en cuando conviene leer historia antigua, la de los Carlos I y Felipe II para reconfortarse un poco.
Si, todo lo que sube baja, según un principio físico e histórico y nosotros no es que estemos bajando o hayamos bajado, estamos en los subterraneos de nuestra Historia, como si fueramos mineros buscando larvas de gusanos.
EliminarPues, yo, Don Bwana, para consolarme, estoy leyendo la historia de civilizaciones ya desaparecidas de hace entre tres mil y cuatro mil años, asentadas entre el Nilo, el Tigris y el Eufrates (Sumerios, Asirios, Babilonios) en que unas poblaciones atrasadas y analfabetas sustituyeron a pueblos cultos.
Por ejemplo, las mujeres sumerias, asirias y babilonias gozaban de mayores derechos y libertades que las iraquiés de ahora. En tiempos de Asurbanipal y su ciudad Nínive, dominaban todo el mundo conocido desde Persia hasta Egipto y desde Anatolia (Turquia) hasta Arabia. Y no queda de ellos más que el recuerdo de unos bajorrelieves en el Museo Británico.
Si al moro le da por entrar en Melilla, está claro que iba a suceder como cuando los gringos invadieron Cuba : que el gentío de la Península se iba a ir a ver pelis o a los toros. Y el Gobierno diría que "esta negociando".
ResponderEliminarDON ZALDUM
EliminarAquí, como dices, si sale en el telediario la noticia de la invasión de Ceuta y Melilla el gentío cambia de canal para ver a Belén Esteban.
Qué cosas lee usted... ¿Cómo pretende que le acepte la progresía si lee esas cosas? Si es que... ;)
ResponderEliminarDON GEORGE
EliminarYa, soy consciente de que ni la progresía ni los retros nacionales me pueden admitir con lecturas de este estilo, perniciosas si se expanden por aquello de "La cultura es el opio del capitalismo para esclavizar al proletariado" o similar.
Lo malo de todo esto, Don George, es que nosotros ni siquiera tenemos "bajorrelieves" ni piedras perdurables puestas en orden a efectos de que dentro de unos cien años, no miles de años, se acuerde nadie ni de que existimos. Quizá quede como reliquia la "Dama de Elche".
Don Javier,
ResponderEliminarNo olvide que para nuestro Presidente, lo importante es la economía. Eso lo es todo. Lo demás, meras mamandurrias. ¿Qué importan esas ciudades africanas... allí... tan lejos? ¿Eso resolvería la Crisis?
A que no, pues eso. Ajo y agua.
Así, por desgracia, con todo.
Un saludo.
DON HEREP
EliminarNo creo que ni la ECONOMIA le interese. Lo suyo es ser un sátrapa obtuso e indeciso, incapaz de resolver si comerá sopa de fideos o fideos en sopa, y que, como dices, lo de Melilla o Cataluña o Vasconia le traen al pairo.
Se ha cargado a todos los que creía él que podian hacerle sombra : desde la trampa que montó a Rato, la no admisión de Cascos, la expulsión de los Vidal Cuadras y San Gil a las tinieblas junto con Pizarro, y los empujones mortales a la Espe para que se fuera.
Este modelo de personajes suelen resultar los más peligrosos porque se las saben todas respecto a cargarse a los suyos.
DON HEREP
EliminarEstoy de acuerdo con lo que comenta Don Zaldum. Pienso también yo que nos ha caído el individuo más egoista y sátrapa de Partido que hay en Europa, más incluso que el propio merluzo de ZP. Y con el tiempo se verá que el miedo a que vuelvan ZP o Galfredo será menor que el de que siga éste.
Qué tropa y que población más anulada nos ha quedado.
Ah, pues mira...a mí me haría ilusión salir del Club de Regatas a tan emocionante misión, me llevaría muchos quilos de sardinas congelados; parte serían para mi consumo particular -a la brasa- y parte para echarlas al agua con la esperanza de que los marrajos acudieran en masa y se zampasen a los tripulantes de la aviación mora que cayeran al mar.
ResponderEliminarAdemás, grabaría el "espestáculo" y me haría famosa, como la Coixonet...
Jodó, DOÑA CANDELA, vaya imaginación gastas un miercoles. Casi inventas, con un poco más, un nuevo cuento del Capitán Trueno (el del tebeo).
EliminarLo de las sardinas a la brasa ya me convence. Manjar exquisito si están frescas.
No todo va a ser sufrir ;)
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