05 noviembre 2010

Notario del Horror

Cada cual tiene sus amigos, y algunos de los míos son más raros que un perro de color fucsia. Carlos Olivares es burgalés, bronco y duro como un gallo de pelea, casi incendiario cuando se le va la olla, y llevaba tiempo empeñado en rescatar del olvido un libro que le quita el sueño desde hace años: "Doy fe", de Antonio Ruiz Villaplana, secretario de juzgado en Burgos durante el primer año de la Guerra Civil.
Ahora Carlos ha pagado de su bolsillo una modesta edición de ese libro; y no tengo más remedio que hablarles de él, porque anoche, tras leerlo de nuevo, me acosté descompuesto y amargo. Recordándonos.

Decía el gran Manuel Chaves Nogales "exiliado republicano, nada sospechoso de parcial ni extremista" que a partir de 1936 la estupidez y la crueldad se enseñorearon de la vieja piel de toro. Que el caldo de cultivo de nuestra sangrienta guerra civil fue un virus germinado en los laboratorios de Moscú, Roma y Berlín con las etiquetas de comunismo, fascismo y nacionalsocialismo.

Y que el inadvertido hombre español, inculto, rencoroso y a menudo hambriento, se contagió con rapidez. Así, después de tantos siglos de barbecho, ignorancia, injusticia y miseria, la tierra sedienta de esa infeliz España hizo pavorosamente fértil la semilla de nuestra estupidez y nuestra crueldad ancestrales.

"Es vano el intento de señalar" escribió Chaves Nogales en 1937 los focos de contagio de la vieja fiebre cainita en este o aquel sector social, en esta o aquella zona. Ni blancos ni rojos tienen nada que reprocharse. Idiotas y asesinos se han producido y actuado con idéntica profusión e intensidad en los dos bandos en que se partiera España".

Es útil tener presente esas palabras a la hora de enfrentarse al texto que por las mismas fechas escribió Antonio Ruiz Villaplana, secretario judicial de Burgos, capital de las tropas sublevadas contra la República.

Incapaz de soportar las atrocidades de la represión, Ruiz Villaplana huyó de la España nacional, y en Francia dio fe por escrito de aquello en lo que, por su cargo oficial en los juzgados, había sido testigo e involuntario cómplice. Lo hizo en un estilo sobrio al que no era ajena su profesión, sin otros adjetivos que los imprescindibles.
El resultado es un libro demoledor, pese a su brevedad, que estremece a cualquier lector de buena fe. Es cierto que los dos bandos cometieron atrocidades. Idénticas, a menudo. La misma gentuza oportunista, según donde el azar la situaba, dio rienda suelta a su negra alma lo mismo bajo el mono de miliciano que bajo la camisa de falangista.
La guerra y la sucesión de acontecimientos, el rencor de la España envidiosa y maldita, convirtieron esas atrocidades en inevitables. El ser humano es como es, y los crujidos de la Historia tienen su horror específico; pero aun así, lo que cuenta el antiguo secretario judicial de Burgos no tiene justificación histórica ni social.

Está en el extremo de la crueldad y la saña gratuitas, atizadas por el odio, la vileza y la barbarie españolas; y también por la cobardía de quienes, como el autor reconoce de sí mismo, no tuvieron el valor inmediato de oponerse a la sinrazón de los verdugos, por no acabar en las mismas fosas comunes.

Doy fe cuenta una parte significativa de esa tragedia y su cruda verdad. Aunque abunda en pinceladas de personajes históricos y en consideraciones utilísimas para comprender importantes aspectos del conflicto "el general Mola, Franco, la Falange, el Requeté, el siniestro papel de la Iglesia aliada con los verdugos en la zona nacional", en su mayor parte se circunscribe a la provincia de Burgos, capital de la España que pronto sería franquista.

El puntilloso secretario de juzgado enumera, para aliviar su conciencia, los crímenes que la sociedad burgalesa amante de la paz social y el orden público, cometió, o toleró, sin que a nadie temblara el pulso: la despiadada represión en una pequeña ciudad donde la República apenas se había hecho sentir, donde no hubo quema de iglesias ni desórdenes previos, y donde los ejecutados del primer momento fueron los primeros e ingenuos sorprendidos por la suerte espantosa, desproporcionada, que sus verdugos les deparaban.

Fosas comunes, torturas, violaciones y pillajes, ejecuciones sistemáticas de presos, litros de agua bendita con que las jerarquías eclesiásticas hisoparon todo aquello, constituyen el paisaje estremecedor por el que se mueve este relato seco, fiel, escrito por un hombre honrado.

Por alguien que pudo contentarse, sobrevivir, callar y medrar, y no lo hizo. Si la lectura de "Doy fe" remueve cómodas certezas e inquieta el sueño tranquilo de algunos, tanto en la ciudad de Burgos como fuera de ella, el esfuerzo de mi amigo habrá valido la pena.

ARTURO PEREZ REVERTE



19 comentarios:

  1. La peor guerra es la guerra entre hermanos, la guerra civil.
    Saludos.

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  2. JOSITO
    Toda guerra es un crimen contra las personas pero la de vecinos y conocidos es terrorífica.

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  3. Desde el principio del Constitucionalismo hasta la transición, la lucha fratricida de las dos Españas, siempre ha estado presente, intentando destruirse una a la otra sin darse cuenta que las dos salían perdiendo; ya Goya lo perfila perfectamente en su cuadro "duelo a garrotazos";y es que las barbaridades que se hicieron en la guerra civil, se hicieron por duplicado, eran practicamente una copia las de un bando que las del otro, las dos fueron ideadas por el odio de un oponente al otro, las dos fueron mamadas en la misma sociedad de hambre, miseria y poco raciocinio, de la que se aprovecharon unos mercaderes caricaturizados de generales, ropones,políticos y curas, para organizar un carnaval esperpentico de muerte y destrucción, y como comparsas los ciudadanos que según donde les tocara fueron victimas o verdugos.
    Un saludo

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  4. Poco que añadir al comentario de D. Manuel. En casi todas las familias hay parientes que sufrieron por uno u otro bando. Difícil elegir el bando al que pertenecer cuando tu única necesidad es la paz y llevar pan a tu casa.

    Un abrazo.

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  5. La crueldad habitual de las guerras se supera en las civiles, pues simpre influyen los odios personales, las venganzas, los ajustes de cuentas...
    Sacan a relucir lo peor del ser hummano.

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  6. ELENA
    Don Manuel lo ha resumido de forma definitiva y en verdad no hay mucho más que decir, pero no era cuestión de ELEGIR. Cada habitante, salvo los fanáticos odiadores de cada lado, cayó en una u otra zona son comerselo ni berberlo y tuvo que atenerse a los señoritos que le correspondieron.

    Había, especialmente en Madrid, familias de clase media que no siendo partidarias de los entonces llamados fascistas, tampoco querían saber nada de los comunistas, lo que les supuso que media familia fuera asesinada por unos y la otra media por los otros.

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  7. ASPIRANTE
    Imagínate ahora, en estos momentos, en cualquier localidad de España, una guerra justificativa de que unos vecinos pudieran ajustar cuentas a otros, por envidias, odios personales, etc. Sucedería exactamente lo mismo.

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  8. Tella, mi estimado amigo,...A través de unas páginas también yo, valiéndome de un diario de guerra escrito por mi padre, he podido "Dar fe" de una de las múltiples atrocidades cometidas por ambos bandos en nuestra Guerra Civil. Y tú eres depositario de esas páginas, puesto que tienes el original de mi libro en PDF: Páginas entre las Olas y el Viento", páginas 238 a 243 en cursiva.

    Un abrazo.

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  9. SEÑOR DE VALERO EMINENTÍSIMO
    En efecto, merced a tu amistad y confianza, dispongo de tu libro "Las Olas y el Viento" sobre este tipo de temas, y que es muy bueno.
    Lo que sucede es que tengo que buscar capítulos que resulten independientes porque sinó no se entienden al leerlos separados de la trama.

    Gracias por Vuestra Visita que dignifica a este modesta Hogar de Ilustrados.

    Un abrazo

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  10. ¿Quién necesita que nos descubran las bajezas humanas que aparecen en determinadas circunstancias?. El que se convenza a sí mismo de que unos sí y otros no, o que aquellos menos o que tal y pascual... pues que se convenza. Incluso lo de los nazis no fue porque eran alemanes o lo de Nerón porque era romano xD
    LAS CIRCUNSTANCIAS pueden sacar lo peor o lo mejor de cada uno.
    Entonces cabe preguntarnos qué circunstancias se están dando HOY, qué circunstancias pueden darse mañana de no cambiar rumbos e inercias.
    Saludos

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  11. Javier, ahora que veo esto en 'Abstenerse...', ¿has tenido trolls falangistas y/o vaticanistas?

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  12. CARLOS FERNANDEZ OCON
    Suscribo lo que dices y que nadie venga con gaitas de "buenos y malos" en una guerra civil, aunque los de izquierda asesinaron antes de la guerra y esa es otra historia. Los otros lo hicieron en plena guera y por VENGANZA de lo anterior.

    Sí, he tenido unos imbéciles procedentes de Falange y otros iluminados del Opus o secta similares que, en su día, trataron de desacreditarme difundiendo falsedades y tratando de borrarme del mapa.
    Por ello lo de abstenerse......, todos los extremistas fanatizados de cualquier signo. Y en mi margen derecho bajo el título de CONSIDERACIONES DEFINITORIAS hay un apartado o página que se denomina "Relación de expulsados de este Blog" y en el que figuran ( para aviso de navegantes) los más destacados.

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  13. Yo a veces me desespero con estos temas Javier. Y es bueno conocer para los que no podemos recordar. Y si fuera conocer para "enmendalla", bienvenida cualquier referencia a esa maldita guerra que lejos de durar tres años está asolando las vidas de muchas generaciones de españoles y la que te rondaré si nadie le pone fin a este "Sin Dios".

    Si los hechos sirven para templar las conciencias de los mercaderes del pasado, bienvenidos sean. Tanto horror y sufrimiento debería servir para unirnos pero, asombrosamente, está ocurriendo lo contrario y la semillita vuelve a germinar como la mala hierba.

    Y lo curioso es que son los más viejillos (y yo por mi trabajo trato con muchos) los que recuerdan sin rencor en su gran mayoría, sean del signo que sean. Han vivido el horror y algunos hasta lloran cuando mencionan lo que ocurre ahora.

    Eminencia ¿Está el libro disponible o puede conseguirse de alguna forma?

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  14. Candela, no me resisto. Te ha salido un comentario que hasta me ha emocionado (también es verdad que me emociono fácil). Lo he copiado y si no tienes inconveniente me temo que aparecerá también en el blog.
    Un abrazo

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  15. DOÑA CANDELA
    Todo lo que dices creo que lo firmariamos la mayoría de los que comentan aquí y en otros blogs no fanatizados.
    Y, también yo lo he comprobado, cuando relatas que los viejillos hablan de no repetir aquello y que odian lo que sucedió. Pero hay una castaza de leninistas que gusta de utilizar estas cosas y cualquier otra, fuere la que fuere, para crear divisiones sociales y tratar de estigmatizar a quien no sea votante de ellos.

    Son unos miserables que se aprovechan de la poca lectura de las actuales generaciones para estar al tanto de lo que sucedió de verdad, para inculcar que los socialistas eran unos benditos aplastados por la gente de derechas.

    No tengo ni idea sobre ese libro porque lo cita Reverte en su último artículo y no dice más de lo que aparece en el post.

    Mira que tu ciudad, al igual que Madrid, padeció la dominación de ambos bandos, porque durante la República era territorio socialista y comunista, y en el franquismo el lugar en donde más falangistas brotaban en el mangoneo de todo.
    Benidorm lo fundó, el actual, un falangista inteligente llamado Pedro Zaragoza, amigo personal de Franco y al que otros muchos se lo querían cargar por envidia pero que estaba protegido al máximo nivel. Durante muchos años fue gobernador civil otro falangista llamado Jesús Aramburu Olaran.

    En Madrid estaban los fervientes de la Pasionaria y del "No pasarán", y luego eran los madrileños los que aclamaban a Franco en la Plaza de Oriente.
    De lo que se deduce que el gentío es bastante voluble y poco de fiar en sus fidelidades.

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  16. "Ni caso a este señor Reverte, que es un partidista que no tiene ni idea de lo que es una guerra civil"; después de este lapsus comunista, por el cual pido humildemente disculpas. No hay más cera que la que arde; la Guerra Civil no fue culpa de unos, ni de otros, aunque unos tuvieran más culpa que los otros (de siempre me encantaron los trabalenguas), pero que Moscú nunca estuvo tan cerca de Marruecos como en aquellos años es tan cierto, como que Zapatero es idiota.

    El español de los años treinta, era por regla general, analfabeto e ignorante, se dedicaba a sus menesteres en el campo, y le importaba tres pepinos si gobernaban unos o los otros. Lo que ocurre es que la canción de IGUAL DA, enseguida cala entre las masas y es una canción que gusta por su fácil estribillo. Seré un "facha" para los "new democratas" de tres al cuarto, pero me quedo con lo de:

    "Decía el gran Manuel Chaves Nogales "exiliado republicano, nada sospechoso de parcial ni extremista" que a partir de 1936 la estupidez y la crueldad se enseñorearon de la vieja piel de toro. Que el caldo de cultivo de nuestra sangrienta guerra civil fue un virus germinado en los laboratorios de Moscú, Roma y Berlín con las etiquetas de comunismo, fascismo y nacionalsocialismo".

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  17. JAVIER POL
    Sí, ese párrafo que inserta Don Arturo es definitivo para explicar aquello.

    Teniendo en cuenta lo que dices de que aquella España era de labriegos e ignorantes, podriamos decir que la actual no es de labriegos pero sí igual de IGNORANTES y con el añadido de que al gentío tampoco le importa los políticos, sino las belenes estebanes.

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