Psicosis sobre el "pitilín"

Leonardo da Vinci dibujó el llamado 'hombre de Vitruvio', esa proporcionada figura que enmarcan la circunferencia y el cuadrado. Dice el periodista Gurpegui que "en los siguientes quinientos años, los escolares han permanecido ajenos al hecho de que Leonardo quisiese expresar que el hombre es la medida de todas las cosas. No, durante generaciones los chavales se han fijado en el 'hombre de Vitruvio' porque ¡se le veía el pitilín!"

En este estudio anatómico Leonardo buscó la proporcionalidad del cuerpo humano, el canon clásico o ideal de belleza, la famosa “proporción áurea”, siguiendo los estudios del arquitecto romano Vitrubio, quien vivió en el siglo Uno Antes de Nuestra Era. “El Hombre de Vitrubio” es un claro ejemplo del enfoque globalizador de Leonardo.Trataba de expresar el lugar de la Humanidad en el “plan global de las cosas”. Para Leonardo, el Hombre era el modelo del Universo y lo más importante era vincularlo con la naturaleza.

Pero ya ven vuestras mercedes que eso al gentío no le importa un carajo. Lo que le interesa es que se ve el " pitilín".
Para algunos es una fijación. Obsesiona la parte del cuerpo con más nombres, la del tamaño que no importa (pero que claro que importa), esa con la que ellas nos acusan de pensar.

En descargo de mi género, he de decir que estamos detrás de un órgano singular, tanto por su posición central en nuestro cuerpo como por sus prestaciones polivalentes, sin olvidar el hecho de que todos los días debamos ocuparnos de él.

Uno no saca a pasear el páncreas a diario pero otras cosas, por necesidad, sí.

Hasta ahora esa obsesión era común pero privada. Como ya todo es público, nos encuentramos 'la cosa' por todas partes. En prensa nos advierten de que 'Un mal sillín puede llevar a una disfunción eréctil', con lo sano que parecía el ciclismo. En la televisión oimos ardientes comentarios sobre la escasez de eyaculaciones, entre los comentaristas basura, y es que no se puede hacer zapping con el sonido puesto. En internet, en el 'Diario de un escéptico', leemos un animado debate sobre la resistencia de los varones a orinar sentados.

Y la falocracia, ya ven, se cuela por todas las ventanas. Por si faltaba más, el sábado los maricas de todas las Hispanias y del extranjero se han dedicado a desfilar por Madrid para dejar ver lo que es un asunto absolutamente privado.

Ya puestos podriamos decir lo mismo del "chichi" femenino, pero no es lo mismo. Como son ellas las que mangonean el tema en todas las televisiones, junto con los maricas, del "chichi no se dice nada.

De lo que se deduce que desde Vitruvio y Leonardo seguimos con la picha hecha un lío.

Tellagorri

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