Las "justificaciones" sobre la División Azul

Sabrán los lectores de este blog, por muy jóvenes o extranjeros que sean, que Franco envió al frente ruso una división de "voluntarios" a luchar codo con codo con los nazis,a 40 grados bajo cero, y bajo uniforme alemán.
Fueron reclutados entre falangistas, presos republicanos de Franco que quisieran quedar libres y, también, gente sin oficio ni beneficio que no tenía de qué comer.

Y realizaron hazañas bélicas dignas de unos desesperados al estilo de los hombres de Leonidas en las Termópilas. Pero de ahí a considerar que eran "combatientes de la libertad" o conceptos similares, va el mismo trecho que considerar a Adolf un precursor de la Madre Teresa de Calcuta.
Por ello, merece recordar algunos datos inequívocos.

Un hecho de armas que implicó a cerca de cuarenta y cinco mil jóvenes españoles en tierras lejanas merece ser estudiado con rigor y sin apasionamiento. Por supuesto, todos somos muy dueños de admirar el heroísmo, la entrega y el valor hasta el sacrificio de la propia vida.
Conviene, no obstante, recordar que tales cualidades sublimes nunca son privilegio de un bando y que los combatientes reales suelen ser los primeros en reconocerlo así. También la cobardía y la crueldad andan muy repartidas en toda guerra y, por tanto, ni las virtudes ni los defectos de los guerreros sirven para establecer juicios morales sobre las causas que defienden.
La de los divisionarios españoles era "combatir el régimen comunista soviético, causante de la guerra civil española", según las consignas de la propaganda oficial de aquel momento.

Si ésta era la justificación de la causa antedicha, cabe alegar que los voluntarios de la División Azul estaban tan equivocados como los actuales tergiversadores del tema.El régimen comunista soviético fue ajeno a los procesos sociales y políticos que desembocaron en la guerra civil española, y su ya posterior intervención en la misma, apoyando a la República, era ajena a las causas de esa guerra civil.

Por mucho comunista y socialista admiradores de Stalin que hubiera en España, los rusos no entraron en España con armas y técnicos hasta muy comenzada la guerra civil.

El hecho es que la División Azul no tuvo una causa autónoma, sino subordinada a la del nazismo, cualesquiera que fuesen al respecto los sentimientos y convicciones de los voluntarios.
La División misma fue un signo incontestable de adhesión total a Hitler desde que, el 31 de julio de 1941, en el campo de instrucción de Grafenwöhr, todos sus efectivos, desde el general Muñoz Grandes al último corneta, juraron solemnemente obediencia a Hitler.
¿Qué más prueba de adhesión puede pedirse? Desgraciadamente, los divisionarios españoles no lucharon por la liberación de los pueblos oprimidos por el comunismo soviético, sino por el proyecto nazi, que incluía la esclavización de la población eslava y el exterminio de los judíos.

Tellagorri

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