26 julio 2009

Zona Sioux : vuelven las manifas etarras de cada verano


Los presos se convirtieron en los protagonistas en las calles en un claro pulso a la decisión del nuevo Gobierno vasco presidido por Pachi López de eliminar los muros de la vergüenza que hasta el pasado mes de mayo salpicaban el País Vasco.

En Ordizia (Guipuzcoa), un centenar de manifestantes recorrió las calles principales tras una pancarta que reclamaba en euskara la puesta en libertad de los presos de ETA.

Los manifestantes desarrollaron a continuación un homenaje en un recinto situado junto al frontón del pueblo a los integrantes de la banda armada nacidos en esta localidad que permanecen encarcelados.

La manifestación y el homenaje se celebraron después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz rechazara la petición de Dignidad y Justicia de prohibir el acto, en previsión de que se convirtiera en una exaltación de los terroristas. Pedraz lo rechazó al entender que el lema de la marcha sólo reclamaba el fin de la dispersión.

Los simpatizantes de los presos aprovecharon el arranque de las fiestas para colgar en la calle Mayor una pancarta de lado a lado con imágenes de Mikel Otegi, Idoia Mendizabal, Pakito Mujika, Rufino Arriaga, Mikel Korta y Ekain Mendizabal.

Ninguna dotación de la Ertzaintza ni de la Policía Local retiró durante el día de ayer ni esta pancarta ni otra situada también en el centro en la que se leía Askatasuna (Libertad).

En Villabona (Guipuzcoa), tres jóvenes tomaron la palabra en la plaza del Ayuntamiento minutos antes de las 18.00 horas para leer un discurso en apoyo a los presos etarras. Sobre el tablado que presidía la plaza, los presentes vestían camisetas con fotografías de presos serigrafiadas en las que podía leerse Manex eta Mikel askatu (Manex y Mikel, libertad).

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Una pancarta de grandes dimensiones presidió el arranque de las fiestas patronales, en la que aparecían las imágenes de una decena de presos y refugiados vinculados a la banda terrorista. La iconografía de apoyo a los miembros de la banda incluía una decena de letreros triangulares que abrigaban los balcones de la calle Mayor.

Es cierto que están garantizadas las libertades incluso de los que tienen opiniones que se salen de la Constitución. Pero eso no incluye a los que matan, extorsionan, secuestran e insultan.

Esos presos a los que se homenajea y para los que se pide un traslado a sus casas no son delincuentes de opinión, sino asesinos confesos. También lo son, por definición, quienes los apoyan de cualquier modo.

Y para eso no debe haber ni derecho ni libertad. Lo que está en juego no es la carrera de ningún juez, sino la libertad de las víctimas.

Tellagorri

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