24 enero 2007

ZAPATERO y el PENSAMIENTO ALICIA


Para el filósofo Gustavo Bueno, lo sucedido en los últimos años de Gobierno socialista constituye un ejemplo manifiesto de que tanto José Luis Rodríguez Zapatero como gran parte de los miembros de su partido conciben un mundo más propio de la ensoñación infantil, que guarda evidentes paralelismos con el de los espejos o con el País de las Maravillas en los que se aventuraba de cuando en cuando la Alicia de Lewis Carroll.
Este pensamiento acrítico y que sobrepasa con mucho los límites de la utopía es capaz de llamar personas humanas a los simios; progenitores A y B a los miembros de las parejas homosexuales a los que se les ha concecido un niño en adopción; o fascistas a quienes vencieron en la Guerra Civil española; de equivocar el alcance del término solidaridad –que puede aplicarse también al comportamiento de una banda de ladrones o terroristas–; y de plantear una Alianza de Civilizaciones sin delimitar antes lo que son éstas, encubriendo así los problemas reales de la gente bajo una nebulosa fantasiosa y carente de contenido.
En su nueva obra, Zapatero y el pensamiento Alicia, el profesor Bueno escoge estos y algunos otros ejemplos de decisiones o pensamientos políticos –pensamientos Alicia– barajados recientemente por el presidente y su partido –que actúan siempre con una sonrisa permanente, con una actitud optimista y angelical–, para, con la contundencia a la que nos tiene acostumbrados, demolerlos, despojándolos de retórica y evidenciando un simplismo que él considera "sistemático" y muy preocupante, pues bien puede "transformarse en pensamientos falsos, hipócritas y de mala fe".
Zapatero nos propone una sociedad en la que puede lograrse casi todo lo que deseemos porque, a diferencia de lo que dicen las utopías, dicho mundo está ahí mismo, al alcance de la mano.
Basta con algo de buena voluntad, con ponerse a dialogar con nuestros contrincantes o enemigos, para que todas las divergencias, conflictos y problemas discurran y puedan disolverse (basta con atravesar el espejo para que el mundo se muestre maravilloso).
Y si el diálogo no prospera entonces la responsabilidad se le endosa al enemigo, que no quiere dialogar, que se niega a ver el mundo maravilloso que hay detrás del espejo…

ZP nos pide que, para alcanzar dichos fines, tenemos que confiar en él, en su diálogo mágico y de buen talante. Ahora bien, el problema es que no están claros los procedimientos para alcanzar las metas que nos propone (los contenidos objetivos de los diálogos), pues no se nos dice claramente cómo alcanzar el mundo feliz prometido, de un modo similar al mago que no divulga abiertamente sus confusos secretos temeroso de que se descubra que todo es pura farfolla.
Cualquier persona mínimamente racional enseguida recelará de un Pensamiento tan poco "democrático", aunque haya millones de individuos que prefieran las promesas con sonrisa permanente y las palabras tranquilizantes y adormecedoras a la cruda realidad.

Cuando se pretende llevar a la práctica dicho Pensamiento en asuntos concretos, como la búsqueda de una solución al independentismo, al terrorismo etarra o a la presión del islamismo, entonces se aprecia su verdadera faz, y vemos que el diálogo se convierte en rendición y traición a la nación española.
Y es que tanto ilusionismo acaba convirtiéndose en engaño puro y duro, en mala fe que pretende hacernos creer que ante problemas complejos caben soluciones simples, cuando la verdadera simpleza está en quienes se tragan tales propuestas.
Las consecuencias de tanta ilusión (y pereza) se presentan más pronto que tarde, aunque los sicofantes de turno siempre nos dirán que la solución consiste en "más ilusión", "más democracia"... "más Pensamiento Alicia".

Paradójicamente dicho discurso pretende ser de "izquierdas", aunque sea completamente irracional y no se parezca en nada a las izquierdas revolucionarias que han defendido que para cambiar el mundo hay que utilizar mucho más que palabras.
Si Napoleón, Marx o Lenin levantaran la cabeza se tronchaban de risa, o se morían del susto.
Y es que Zapatero entronca, en el plano teórico, con la tradición más indefinida y pánfila de la izquierda española que nace con el krausismo hispano de Sanz del Río, que tan buenas migas hizo con la Masonería y la Institución Libre de Enseñanza, y que tanto ha influido en algunas corrientes del socialismo español.
Se trata de la Izquierda del imposible Federalismo de Pi i Margall, del Humanismo más pueril o de la absurda Alianza de Civilizaciones.
Y aunque dicho Pensamiento parece propio de Bambi y ha cautivado a buena parte de la "ciudadanía satisfecha", en la práctica no tiene nada de inofensivo.
(De la Revista CATOBLEPAS).

21 enero 2007

LOS PISTOLEROS NO SON PROBLEMA




¿Los pistoleros? Esos no son ningún peligro.

Cierto que han asesinado y seguirán haciéndolo, pero resultan ser el factor menos importante cuando el problema se analiza en todo su conjunto de forma fría y desapasionada.


El problema -el verdadero- está en los nacionalismos inventados de la nada y que a fuerza de machaconería han impreso a fuego en no pocas cabezas hechos diferenciales, historias de fuentes ignotas, así como pasados de represión y sometimiento que, o son inexistentes, o son comunes al resto de españoles.


Los fines y propósitos nacionalistas ya se vienen perfilando claramente desde los años treinta del pasado siglo, cuando gallegos, vascos y catalanes acordaron combatir conjuntamente al estado opresor. No puede decirse que no vengan anunciando sus propósitos claramente y desde hace bastante tiempo.



En tiempos contemporáneos la batalla ha tenido dos estrategias bien diferenciadas: por una parte las acciones pistoleras y gangsteriles; por otra la de la lengua.


Ésta última consistió en copar los resortes de los distintos departamentos de cultura de las instituciones, en desplegar medios de comunicación (más que de comunicación, de propaganda) como la EITB incluso en territorios allende las fronteras vascas (y otro tanto ocurre en otras comunidades, que han tomado buena nota de los buenos resultados de esta estrategia).


A los pistoleros se les puede combatir con eficiencia siempre que exista la voluntad de hacerlo (que pocas veces la hubo), pero el entramado de intereses políticos y sociales que se ha creado en los últimos treinta años es de difícil erradicación.


A no ser que se tomen medidas similares a las del Ulster y se suspendan las autonomías de aquellas zonas que caminan abiertamente hacia la secesión y se corrijan con mano de hierro comportamientos traidores y delictivos.


Ahora bien ¿que partido o líder político actual se detendrá siquiera a considerar esta solución?


La existencia de pistoleros no es el verdadero problema mientras exista un sustrato político y social que permita la regeneración de nuevos matones y se mantenga a una parte de la población onnubilada por historias a cerca de lo que hay o había a la otra parte del arco iris.


El verdadero problema, la aberración, es la existencia tolerada de tales sistemas de sustento y que, además, participan activamente en el gobierno de la nación.


Las intenciones de esa participación en el gobierno de los intereses generales ya pueden ustedes imaginarse cual es y, sin necesidad de dar alas a la especulación, los resultados a la vista están: un auténtico golpe de estado en las cámaras legislativas y deliberativas.



La cita electoral con las municipales y autonómicas está a la vuelta de la esquina y, o todos tomamos conciencia de lo que puede sucedernos en un periodo de tiempo tan corto como de aquí a a cuatro años, o durante el transcurso de esta misma generación España quedará para los libros de historia.


Mucho me temo que, como dice Tellagorri en su blog, la mayoría se quedará repanchigada en el sofá a verlas venir.


Especialmente, desearía que los navarros tomasen muy en serio estas consideraciones. Yo no tengo el talento suficiente para expresarlas -ni siquiera para resumirlas-, pero sí hay quien lo tiene:


Utrimque roditur



Navarra se llama Libertad


Quiero traer a colación unas palabras de quien fuera presidente del Gobierno republicano en el exilio e insigne historiador, Claudio Sánchez Albornoz, que poco antes de su muerte, ocurrida en 1984, dirigió este emocionado "adiós a los navarros":


"Desde lejos he seguido su lucha por resistirse a la incorporación a Euzkadi. Tienen toda la razón. La causa de ustedes es la mía. Adelante. Les asiste el derecho... Yo espero que sabrán hacer honor a la Historia, manteniendo la libertad, la milenaria personalidad, dentro de la adorada Madre Patria. En nombre de la sangre navarra que corre por mis venas, les requiero a defender sus inalienables derechos a vivir libres y españoles".



Hace ya unos cuantos años, siendo presidente de la Diputación Foral de Navarra, invité a Navarra a Josep Tarradellas, presidente de la Generalidad de Cataluña recién restaurada.


Visitamos el monasterio de San Salvador de Leyre, cuna de la espiritualidad cristiana del reino de Navarra. Allí, un periodista preguntó al honorable president si tenía algo que decir sobre los reproches lanzados contra él desde las filas del nacionalismo.


En efecto, el PNV había hecho público un comunicado de repulsa por considerar que su viaje oficial a Navarra suponía tomar partido a favor de los "navarristas".


La contundente respuesta de Tarradellas se me quedó profundamente grabada: "Soy navarrista porque amo la libertad de los pueblos".


Somos, pues, navarristas porque amamos la libertad.


Porque amar a Navarra, amar a España es luchar por la libertad, por el derecho a vivir con la dignidad de los hombres libres.


Amar a Navarra, amar a España, es enfrentarse a la violencia, al terror y a la muerte, con las solas armas de la razón, del respeto, de la tolerancia; en una palabra, con la fuerza irresistible de la democracia y del Estado de Derecho.



Somos muchos los navarros dispuestos a luchar por la libertad y la democracia, por Navarra y por España, bajo el imperio de la Constitución y de nuestros viejos Fueros. Ese ha sido y será siempre mi compromiso personal.


Nunca, estoy seguro, se arriará del corazón del pueblo navarro la bandera de Navarra y la bandera de España.
Navarra, hoy más que nunca, se llama Libertad.


(Juan Ignacio del Burgo)

Saludos dominicales.
POR IBAIA

06 enero 2007

INSTANTANEA

Si prestamos atención a las opiniones de los medios tradicionales de comunicación o a otros de moderna factura -como el presente- encontramos que el común denominador, en cualquiera de los casos, responde a un patrón: confusa ideología.

Nadie es lo que dice ser ni obra como sentencia.

Tengo incluso para mí que el fenómeno va aún más lejos, que no se circunscribe únicamente a la metamorfosis expresiva sino que, además, éste es consecuencia de un batiburrillo ideológico de escasa cohesión cuyo mayor exponente son las divagaciones indefinidas o notorios ocultamientos de posiciones ideológicas, incluso en ámbitos de discusión restringidos.

Así que nos encontramos ante:
- Conservadores que se dicen liberales.
- Socialistas extremistas que se dicen socialdemócratas.
- Utilitaristas auto- autoerigidos en pacificadores.

- Un estamento político parasitario que perfectamente puede ser representado por el portavoz gubernamental, ese Demóstenes gallego de amplios y elevados “concetos”, y, manejando la batuta, los politicastros separatistas y toda su patulea de caganets.

Es desquiciante que el gobierno de cabida a quienes basan sus primeras aspiraciones en el desmembramiento de España, en la destrucción de la nación.

Cuando el núcleo gobernante se apoya en quienes desean destruir la nación, cualquier tipo de aberración o abuso es concebible y así hemos visto aparecer nuevas aspiraciones separatistas, infumables estatutos que dan cobertura legal a la persecución de cualquier signo delator de españolidad; a la puesta en práctica de nuevos instrumentos que atacan directamente las libertades y derechos particulares y colectivos.

LA HORMA DE SU ZAPATO

En torno a esta grey zafia y vocinglera, se despliega la amplia escollera de medios de comunicación conformados a la medida de la sociedad que consume sus productos y que, en numerosas ocasiones, demuestran cuan viles pueden llegar quien en ellos profesan.
Medios que nos venden la estampita de un Ternera desplazado por una supuesta facción “dura”.

Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Desde que se anunció a bombo y platillo la “tregua” se han producido casi centenar y medio de actos violentos (autobuses, cajeros, edificios e, incluso el intento de quemar a una persona viva), además de la demostración evidente de un frenético aprovisionamiento y rearme que casan mal con la vulgar definición de tregua.

Zutabes y etasunos manifestando a coro que la lucha armada todavía es necesaria, informes de inteligencia y policiales (de ambos lados de la frontera) han venido señalando justamente esa situación, que de por sí y sin más aderezamientos era harto evidente.

Así que ¿a quién ha cogido por sorpresa la última brutalidad asesina etarra?

Pero para la volátil memoria de la sociedad española contemporánea están demasiado alejadas la movilización general batasuna del pasado 20 de diciembre, los carteles de las pistolas, el edificio en llamas de Barañain, los zulos o los autobuses y cajeros incendiados.
La voz de su amo mantiene que nos han engañado, incluyendo en el lote a Batasuna.

¿Nos? En absoluto.

Ahora comienza justamente un largo proceso de confusión y desinformación en el que engaña aún más, en el que se retuerce y desdibuja la realidad todavía más. Sus principales actores serán el Gobierno y los medios de comunicación afines (que son casi todos).

Tomen nota y recuerden:

El CNI intervino el teléfono de Ternera, de manera que tras la reunión que mantuvo en Ankara con Eguiguren, se supo que el blando y desplazado Ternera había convencido al Txus de la continuidad del alto el fuego y del “proceso” pero, finalizado el intercambio de impresiones, Ternera llama a otro conmilitón y le pasa novedades: “estos imbéciles han tragado el anzuelo”.

Pero ni toman nota ni recuerdan, el espía dimite y ni tan siquiera veinticuatro horas después salta por los aires la terminal cuatro de Barajas.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Ni peores medios de información que aquéllos que cuentan mentiras.

DEMAGOGOS.

A cualquier sociedad pueden resultarle funestas muchas cosas, pero sin duda los peores productos serán aquéllos generados y manipulados por los demagogos. Además, cuando coinciden en el mismo punto e intereses demagogos y trust de información, la sociedad queda inerme ante las manipulaciones y maquinaciones.

Demagogia y maquinación es que se diga que la larga lista de atentados en el año previo a la “tregua” no son atentados, sino medidas de presión; que las bandas urbanas organizadas son jóvenes traviesos; que sanguinarios terroristas resulten ser hombres de paz; que el robo y aprovisionamiento de armas quizás sean actividades mercantiles y que los asesinatos pasados y futuros no sean otra cosa que meros accidentes.

Incluso tras la voladura de la terminal de Barajas este lenguaje romo y bastardo sigue diciendo que el Gobierno debe dar más oportunidades para la paz y seguir intentándolo con ETA.

Sí, es un lenguaje bastardo, pero a la vez es un lenguaje capaz de adormecer inquietudes, pues si hacemos caso de la máxima, a mayoría de los hombres no busca más que buenos amos y sólo unos pocos prefieren la libertad.

Nombra a las cosas de otra manera y serán de otra manera.

En esas estamos desde el 14 de marzo de 2004: La reiterada actitud del Gobierno de enterrar la cabeza en la arena ante robos de armas, aparición de explosivos, amenazas directas de los terroristas y otros signos inequívocos de actividad delictiva, ignorando además las repetidas advertencias de la policía francesa de que ETA se estaba rearmando.

Actitud que ha permitido envalentonarse y facilitar las cosas a quienes consideran el crimen como un modo alternativo de vida.

Buscando el objetivo de mostrar y magnificar leves máculas en el contrario y tapar las propias vergüenzas, que en muchas ocasiones son bastante más que leves imperfecciones, esta dialéctica inconexa, mitinera y, reitero, bastarda, parece que es capaz de anular cualquier reserva moral o intelectual en los oyentes, espectadores y lectores.

Ya he escrito largo y tendido en este foro y en varios blogs en los que colaboro directamente que ello es posible gracias a que en la sociedad española contemporánea no sabe ni que son, ni para qué sirven, los valores morales o cívicos.

El estado de agit-prop no comenzó -como muchos creen- con la actual legislatura. Es un estado largamente planificado desde los incidentes pancarteriles del accidente del AVE, pasando por el naufragio del Prestigue y con un punto y seguido en el asalto de las sedes del PP durante la jornada de reflexión electoral.

Después, como cabía esperar, la propaganda se institucionalizó y la agitación pasó a ejercerse por decreto: enseñanza, convivencia, religión, historia, y libertades personales están en el constante punto de mira del gobierno.

No me cabe duda alguna respecto a que tal situación de agitación permanente ha sido consciente y minuciosamente planificada, etapa a etapa, y si me apuran, diría que es una estrategia nacida a raíz del traumático batacazo electoral anterior del PSOE.

LOS INFRASERES ORCOS

¿Goza de buena salud nuestra sociedad? Decididamente, no.

En cada pueblo del País Vasco y Navarra hay un núcleo de insurgentes, descerebrados y de alimañas que celebran cada atentado y muerte violenta ocasionada por sus gudaris.
Son pocos o muchos, dependiendo de la entidad de la población, pero ahí están. Ayer (5 enero) salieron a tomar su parcela, a airear su pancarta, reclamando sus irracionales pretensiones en todos y cada uno de los pueblos de Vizcaya, Guipúzcoa, Alava y Navarra.

La cuestión es que no sienten vergüenza ni reparo alguno en comportarse de tal forma cuando aún no se había rescatado de los escombros la segunda víctima mortal del atentado de Barajas.
Puede asumirse que estos infraseres carezcan de ningún principio ético ni moral, pero ¿qué pasa con sus conciudadanos?
¿Cómo es posible la impasibilidad general? Porque quienes queman los autobuses, quienes berrean tras la pancarta son cuatro, y no se esconden precisamente para hacerlo ¿Por qué no hay reacciones a este comportamiento?

Un observador ajeno colegiría que nadie afea la conducta ni presenta frente a los orcos porque la población está de acuerdo con los fines de los infraseres y, por tanto, los tolera.
¿Lo está?
En conciencia, nadie lo sabe. Los disconformes son silenciosos y esperan que “otros” resuelvan la papeleta. Pero que la resuelvan sin conmociones, de tapadillo y sin molestar a sus conciencias ni carteras. Que apaguen el fuego sin agua ni manguera. Incluso aquí.

De manera que, sí. El observador ajeno ha acertado. Orcos y paisanaje tienen cierto punto de encuentro. Unos y otros merecen sufrir su destino.

LA ULTIMA FRONTERA

Se viene a señalar Navarra como la última frontera, fundamentándolo en la errónea suposición del españolismo navarro y en la fobia de los navarros a los posibles procesos anexionistas.

Esta es una percepción equivocada, debida más a una esperanza que a la realidad, y se deriva de la incorrecta lectura de los parámetros y tensiones políticas que se dan en dicha comunidad autónoma.
Incorrección que comienza por tener presentes en su gobierno a 8 parlamentarios de partidos políticos de origen vasco y fines separatistas.

Equiparar esta realidad a otras comunidades, significaría que en el parlamento de Castilla- La Mancha se reservasen escaños para partidos políticos extramuros tales como ERC, PNV o EA.

Basta comprobar los últimos sondeos de opinión para darse cuenta de que el gobierno de UPN caerá en la próximas elecciones y que será tomado por la coalición PSN- NABai. De ahí en adelante el órgano común ya tiene el camino expedito.

¿La responsabilidad de los navarros? ¿Qué navarros? allí hay no pocos votos para PSN, NA- BAI, ARALAR, EA, PNV, sindicatos atberzales y batasunos disfrazados con tropecientas siglas.

No existe tal última frontera. Ojalá me equivoque y alguien pueda desmentirlo.

Por Ibaia