Bueno, creo Ordóñez – dijo el vasco Gutiérrez, jefe de operaciones - que como vasco Rh que eres, y por lo tanto más inteligente que cualquier maketo, has tenido suficiente entrenamiento con esta media hora de teórica.
-- Ozú, tela tié er bixho ezte – comentó el vasco Ordóñez.
-- No le llames bicho, coño – se enfadó el jefe Gutiérrez – Es una bomba con mando a distancia que llevarás en la mochila. Y en el coche llevas sesenta kilos de explosivos. Y acuérdate de salir del coche antes de apretar el botón del mando a distancia. Tienes que colocarlo delante de un edificio importante de Sevilla.
-- ¿La Girarda, o la Torre el’Oro? – quiso saber el vasco Ordóñez.
-- Mejor un sitio donde haya mucha gente.
-- Puez ná, en er campo de furbo cuando juegue er Beti-Zeviya. – aclaró el Ordóñez Rh.—Pero, mi arma, ¿y la guita para llegá a Zeviya?
-- Los cinco mil euros que te he dado ayer ¿para qué te crees que son?
-- Joé, habé avizao y no me hubiera llevao a la xavala a sená y a dormí ar Villa e Birbao. Ozú, jefe, que zuites de un tal Luí no zé qué, grifo d’oro y too en er baño y ....
-- ¡¡Al Villa de Bilbao!! Pero...¿te has gastado los cinco mil euros en cenar y dormir en un cinco estrellas? – gritó el jefe vasco Gutiérrez.
-- Que no, quiyo, ná d’ezo, lo que paza que aluego e sená en la Pelgola fuimo de copa a una borriquiyo-taberna d’ezaz...
--- ¿Cómo tengo que decirte que se llaman herrico-tabernas? – gritó de nuevo el jefe Gutiérrez.
-- No te enfaes, quiyo, pué jezo, un Jarrico d’ezoz y claro, tuve que d’invitá a to er mundo p’a selebra l’acontesimiento...
-- ¿Qué acontecimiento? - preguntó asustado el jefe Gutiérrez.
-- ¿Cuar va zé, mi arma? L’atentao que voy a hasé en Zeviya....y too er mundo felisitándome ar sabé la noticia, ozú, mi arma, que juerga armamo. ¿Qué quiere, quiyo?...los guradis zemos asina.
-- Pero...¿has ido por ahí pregonando lo del atentado? – se asustó de nuevo el jefe de operaciones Gutiérrez -- ¿Es que te has vuelto loco?
-- ¿Loco e qué, quiyo?... zi ya lo zabían hasta los de la boina colorá que m’han felisitao y too.
-- Suerte has tenido que fueran policías de los nuestros. Bueno, a ver, saca la pistola y prueba a ver...
-- La piztola... ezto, ... pue la piztola....-- ¿Qué pasa con la pistola?-- Pazá no paza ná, cuantico cobre ze la compro otra vé....
-- ¡¡¡Has vendido la pistola!!! – berreó atónito y cabreado el jefe vasco Gutiérrez
-- Joe que jipios. Cucha, no te zurfure, ya te eplico yo como tá l’azunto. Zi totá no e ná, totá mil euro y ya e mía otra vé. El moro m’ezpera aluego en el tallé der xapizta.
-- ¿En el taller del chapista? No entiendo nada.
-- Ná, cuatro arañaso de na, fue curpa der moro que no zabe condusí, polque yo iba epasito, epasito y vino él...
-- ¿Te has llevado el coche de los explosivos para irte de juerga? – espumajeó el jefe Gutierrez.
- Un ratiyo na má...pero el moro...
-- ¿Y los explosivos en donde están?
-- En el coxe, jefe ¿onde han d’está?
-- ¡¡Ay, madre mía!! ¿Y el mando?-- Too controlao, jefe, tá n’el hotel. Aluego iré a por la xavala que tá dulmiendo.
-- ¿Hay televisión en la habitación? Porque como...¡¡¡Blooooooooooooonnnn!!!!
La explosión se oyó en todo Bilbao. Las noticias de la Euskadi Televisión Basca anunciaron:
"Se ha producido una explosión de gas en un garaje de la calle Txacoli que ha derrumbado un edificio de tres pisos. Afortunadamente no se han originado victimas; los dieciséis muertos son marroquíes y maketos.
Por Bauprest
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