Como cada cuatro de agosto el aldeano de Zalduondo no ha faltado a su cita y ha descendido desde el campanario de la iglesia de San Miguel.En la plaza de la Virgen Blanca le esperaban decenas de miles de personas, muchas de ellas luciendo prendas y complementos morados en respuesta al llamamiento del Ayuntamiento para que se destierren de las fiestas las agresiones machistas y los comportamientos sexistas. Una reivindicación de la igualdad y contra las agresiones que ha sido mayoritariamente refrendada por los vitorianos con todo tipo de prendas moradas.
Para el público infantil la plaza del Conde de Peñaflorida acogerá espectáculos de circo, títeres, danza y teatro infantil, y por las tardes se celebrarán minidiscos infantiles. Tampoco habrá corridas de toros, como el pasado año, pero sí vaquillas todas las mañanas en el Iradier Arena.
Magníficas fiestas las vitorianas, como casi todas las del norte de España.
ResponderEliminarSon fenomenales y no dejan de ser una copia de las fiestas sanfermineras pero sin encierros, en donde las cuadrillas de BLUSAS sustituyen a las peñas pamplonicas.
ResponderEliminarLástima que esa izquierda africana prolifere por todos los lados y no permta las corridas de toros.
El CELEDÓN, como es facil de imaginar, representa al aldeano rural de la Llanada alavesa.
ResponderEliminarLos vitorianos suelen inaugurar estos días los festivales de JAZZ, que luego siguen por Donostia.
Yo estuve en las fiestas de La Blanca, durante casi una semana, allá por los años 1960 y tengo un recuerdo imborrable.
ResponderEliminar
ResponderEliminarDe siempre se han manifestado que no hay que politizar las fiestas cuando los de las pistolas andaban en activo.Ahora hacen la cama a las feminazis. Y rompen la tradición con los colores. Son una manada de hipócritas porque depende quien sea la agredida y quien el agresor echan el grito en el cielo. Por eso a mi, ni me va ni me viene el color.