02 junio 2018

El "señorito" Karl Marx


Es una contradicción que sigue hoy presente cuando políticos como Juan Carlos Monedero tapan con una pegatina de Marx el logo de Apple de su ordenador Mac.
El pensador alemán no sólo no pertenecía a la clase obrera, sino que a lo largo de su vida apenas desempeñó actividad laboral alguna y subsistió básicamente de su mujer, la aristócrata alemana Jenny von Westphalen, y de la ayuda de Engels.
Las biografías de Jonathan Sperber y David McLellan lo glorifican sin resolver el conflicto de un señor acomodado diciéndole a los pobres lo que han de hacer.

Marx expulsó a Bakunin y sus anarquistas, pero, sucesivamente, el socialismo se iría desgajando en revisionistas, socialdemócratas, comunistas, trotskistas... Aún hoy, sorprende la fiereza con la que se combate a la izquierda desde la izquierda.

Bértolo habla de "el misterio Marx, o cómo es posible que un burgués se convierta en revolucionario".
A lo que contesta que tal cosa es imposible, que en caso de producirse nunca es realmente de verdad, y que si un burgués o burguesa intenta o finge intentar transformarse en revolucionario, será por causas patológicas y malsanas: la frustración, el resentimiento, el odio o los deseos de venganza; no por motivos que tengan alguna razón de ser.

4 comentarios:

  1. Sabiendo como era Marx y cómo se lo montó, no veo contradicción alguna en que Monedero plante esa pegatina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DON ULTIMO.
      Claro, siendo coherente el Monedero también él aspira a ser otro señorito como su profeta.

      Eliminar
  2. Es una constante entre muchos de los mitos de la izquierda, no haber dado un palo al agua en su vida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DON TRECCE
      Sí, los "revolucionarios" no pueden dedicarse a otra cosa que a crear "ideas" para redimirnos de las opresiones.

      Es curioso que todos aquellos que he conocido como COMUNISTAS de pancarta, tras rascar un poco en sus vidas, han resultado que no eran otra cosa que el fruto de la frustración, el resentimiento, el odio a los acomodados.

      Eliminar