18 abril 2017
CASA MANOLO
Situado en el corazón de Madrid, a escasos metros del Congreso de los Diputados y enfrente del teatro de la Zarzuela, el madrileño restaurante Casa Manolo pasa desapercibido en el barrio de las Cortes, a pesar de ser un espacio histórico, gracias a la cantidad de escenas que se han vivido en sus salones desde sus inicios en 1926.
La historia de este lugar tan especial, afamado por sus croquetas artesanales, se remonta a los años 20, cuando Manuel Seijo, un visionario coruñés volvió a España tras pasar, como prófugo, una temporada en Cuba, tal y como explica Seijo.
Uno de los hechos más representativos del testimonio que puede ofrecer este restaurante sobre nuestra historia, es la redacción de la Carta Magna de 1978, que tuvo lugar en uno de sus salones. Los padres de la Constitución se reunieron durante horas para negociar y debatir sobre varios aspectos, que culminaron con la composición de la ley fundamental.
“Cuando había flamenco en el teatro de la Zarzuela, en los años 40-50, una joven empezó a actuar con Manolo Caracol y ella, que era muy jovencita, venía mucho a Casa Manolo. A ella le encantaba pintar y como las mesas eran de mármol blanco, las pintaba mientras estaban cenando o tomando algo, cosa que a mi padre le daba mucha rabia. ‘Ahora tengo que ir yo con la bayeta porque esta señorita le ha dado por pintar’, decía. ¡Quién iba a saber que ella sería Lola Flores!”, comenta Seijo.
Además de curiosas anécdotas como la de la joven bailaora, en Casa Manolo, se vivieron tensos momentos, como el asedio de Madrid durante la guerra civil o el fallido golpe de Estado del 23F.
Sus tradicionales recetas y platos estrella, como sus chipirones, callos, pollo en pepitoria, rabo de toro o carrillada son los que han mantenido su fama gastronómica , que atrae a decenas de comensales de a pie a diario.
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Bonito historial y buenos menús.
ResponderEliminarDON TÁCITO.
EliminarSí, reune todas esas virtudes el Bar madrileño.
Se cuecen más leyes en tabernas que en el Prlamento. Lo que demuestra la vocación de nuestros tribunos.
ResponderEliminarEstá claro que una cosa así no la conciben los congresistas estadounidenses ni los teutones.
DON MARIO.
EliminarBuena observación. Lo de elaborar textos legislativos en tabernas pero no suelen los parlamentarios hacer mucho caso a lo que desean las gentes.
Parece que normas elaboradas así, en bares, debieran de tener un cierto sabor castizo de barrio pero se nota nada en la Consti ese casticismo.
ResponderEliminarDON JOSÉ.
EliminarAsí debiera de ser pero el casticismo se queda en la barra, y las normas salen por derroteros partidistas de Partidos.
Bien por Casa Manolo : la próxima vez que aterrice en Madrid me voy ahí a pedir RABO DE TORO.
ResponderEliminarDON JORGE.
EliminarMuy buena idea. Si Casa Manolo sabe cocinar bien ese rabo de toro es una atracción de lujo.
Antaño se reunian en bellas tascas como la presente. Ahora me da se reunen mas en sucios burdeles, a juego con el tipo de pactos a los que suelen llegar a acuerdo la actual peste politica.
ResponderEliminarSEÑOR OGRO.
EliminarEstupenda denominación para estos mozos : LA ACTUAL PESTE POLÍTICA.
Y ciertamente parece que se reunen en burdeles de mala muerte por lo que luego se proyecta en la sociedad.
Que un donostiarra alabe la cocina de un comedor, esté donde sea, tiene que ser un orgullo para dicho local. Y un buen consejo para quien no lo conozca.
ResponderEliminarDON BWANA.
EliminarGRACIAS por su comentario. Creo que ese local merece los elogios y hasta el comentarista JORGE dice que va a ir a comer rabo de toro en él.