04 octubre 2016
Hipengiofobia
Según la RAE, el origen del termino marrón procede de marro, "un regate o ladeo para burlar al perseguidor" que permite pasar la patata caliente al pringado de turno. A todos nos gusta pasar la bola, y sólo cuando tocamos fondo y la responsabilidad de cuidar a la abuela ha quedado en manos del gato nos preguntamos cómo hemos podido alcanzar tal nivel de bajeza.
Pasar el marrón es un arte y su versión eufemística, delegar, puede ser una fuente de éxito si lo hacemos en la persona cualificada para la tarea. Sin embargo, un estudio de la Universidad Northeastern de Boston muestra que la mayoría de veces que confiamos tareas a otros lo hacemos para quitarnos la responsabilidad, siendo capaces de dársela al primer desconocido que pase con tal de desvincularnos de las consecuencias.
El estudio, dirigido por la profesora Mary Steffel, es una oda a la cobardía humana. Preferimos esquivar la culpa de un error antes que recoger las felicitaciones por un acierto.Cuando la persona evita responsabilidades, en un primer momento se siente bien porque siente que ha pasado el marrón a otro, pero al cabo de un tiempo se siente mal porque sabe que él no se considera capaz de hacerlo.
Este miedo a la responsabilidad de los propios actos es un fenómeno casi común de entre la totalidad los POLÍTICOS.
De hecho tiene nombre, hipengiofobia, y está presente en todos los ámbitos de nuestra vida laboral o personal.
Estos días los de la Gestora del Psoe se van a dedicar a buscar al PRINGAO de turno para decidir si hacen presidente a Rajoy a pierden por mucho más las próximas elecciones.
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No sé cómo andarán por Italia y por Portugal pero está claro que en España lo de asumir responsabilidades es una asignatura pendiente desde hace varios siglos.
ResponderEliminarDOÑA LUISA.
EliminarSí, no gusta al gentío asumir responsabilidades y quizá se por llevar demasiado tiempo siendo masa-borrega.
Lo de PASAR EL MARRON A OTROS no es unicamente propio de políticos. Está muy arraigado en el espíritu nacional y quizá provenga de que la plebe ha copiado siempre todo a los jerifaltes, que en este caso eran casi siempre los aristócratas que gobernaban y que disfrutaban de inmensas fincas.
ResponderEliminarDON PEDRO.
EliminarEstoy de acuerrdo. No son sólo los políticos, es la población en general la que siempre pasa la patata caliente a otro por costumbre tradicional.
Suele ser uno de los síntomas de incompetencia.
ResponderEliminarDON TRECCE.
EliminarDesde mi perspectiva es el síntoma más básico de la incompetencia general de empresarios, directivos y políticos.
Hay mucho cantamañanas que va de meritorio, pero desde la mas absoluta negligencia. He conocido de casos de "trabajadores" q metian horas extras, pero que luego NO HACIAN NADA. Pero ahi quedaban registradas sus horas y su "compromiso". Y peor, colaba. O de estos que pican en todas las flores para hacerse notar, pero que no hacen miel ninguna, otros cantamañanas.
ResponderEliminarTambien diré algo del otro extremo: trabajos donde al pasar de un escalon a otro, multiplican tus responsabilidades x2 o x3, no asi tu sueldo, que aumenta entre nada, y una mierda pinchada en un palo. Eso tampoco me parece justo, y me parece logico huir de esos puestos como de la peste.
SEÑOR OGRO
EliminarLo de los CANTAMAÑANAS no tiene solución en tanto que haya jefes y métodos de trabajo basados en organizadores MEDIOCRES.
Y respecto a que te multipliquen las responsabilidades para cobrar poco más que antes, es habitual también en las empresa españolas. No así en las multinacionales gringas.
Creo que este país necesita una buena pasada organizativa por parte de empresarios yankees o españoles como los que dirigen El Corte Inglés e Inditex.
A este artículo le falta complementarlo con la figura de "el medallista", aquel que se pone las medallas con los marrones que se come otro. En mi oficina tenemos concretamente dos campeones olimpicos dignos de estudio.
ResponderEliminarDON JAVICHU.
EliminarDe esos, de los medallistas es como para hacer una entrada entera dedicada a ellos. Son habituales en donde los jefecillos de turno son semi-iletrados y aparecen los típicos pelotas listillos que les dicen que "ellos se ocuparán de resolver todo lo relacionado con lo que el jefe ignora". Y de esa forma se convierten en los auténticos amos del tinglado con aspiraciones de que se les considere por los otros como MUY IMPORTANTES.
La posibilidad de "comerse un marrón" es común en cualquier actividad de la vida, sea el ámbito profesional o privado. También puede resultar bochornoso para el suministrador del marrón, cuando el recipiente tiene la habilidad de solucionarlo y saltarse un escalón del organigrama para que el jefe de su jefe se entere.
ResponderEliminarDON BWANA
EliminarEse caso que vos expone es sangrante y frecuente pero hoy en día eligen los altos jefes (veáse a Rajoy o ZP como modelos) a segundones totalmente mediocres a efectos de que no resplandezcan más que el nombrante.
En la vida privada sucede, como comenta, exactamente lo mismo. Y el que se come el marrón a veces deja muy en ridículo al que se lo ha pasado.
Gracias, hoy me acostaré sabiendo una cosa más.
ResponderEliminarDOÑA MARIBELUCA.
EliminarGracias a tí por compararme con el "Sabio Kalikatres". Ya sabes, aquel de La Codorniz.
Estoy deseando conocer tu opinión en tu blog sobre la perspectiva que ves en los de la Gestora sociata.