Divagando en viernes

Sáenz de Santa María es abogada del Estado, y es la que lleve la voz cantante y quien coordina la política económica. Esto viene a poner de manifiesto la incompetencia de los dos ministros económicos, incompetencia que llega hasta el punto de que sea una abogada la que dirija el rumbo de la política económica del Gobierno.

PRIMA PELIGROSA

Cierto es que estos dos ministros no han dado puntada buena, todo lo que han hecho o previsto hacer, todos sus vaticinios han sido corregidos o desechados por Bruselas que cada dos por tres les ha enmendado la plana. Estos dos ministros no han hecho más que exprimir los bolsillos de los españoles, en particular el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y eso es tarea fácil, subir impuestos es una simple cuestión rutinaria que no merece mucho estudio, y si se aumentan los impuestos y ven que no es suficiente pues se aumentan más. Lo dicho, pura rutina.

Otra cosa es tener ideas económicas para sacar a España de la crisis, por ejemplo bajando los impuestos, que aumente el consumo y con ello la creación de más puestos de trabajo.
Lo que corresponde, lo que se hace necesario, es cesarlos y probar con otros, no aplicando medidas y nombrando coordinadores que lo único que saben de economía es todo lo referente a la economía doméstica.

Eso de que una persona puede servir para todo es muy subjetivo y bastante utópico.

Y voy a hablar de otro tema que me va a valer algún que otro varapalo : la moda de toda gilipollez.
Prefiero equivocarme solo con mis ideas, que equivocarme con las ideas de otro. Por ejemplo, no porque todos sigan un camino, tiene uno que seguirlo también. Ocurre con Facebook: el hecho de que millones de borregos tengan una cuenta de Facebook no significa que uno también deba tenerla.

Los publicitarios (los hay buenísimos y que jamás se han colocado unos calcetines blancos  salvo para jugar a tennis en Wimbledon, lo que ya prueba su excelente buen gusto) estudian una carrera para engañar a la gente y crearle complejos: si no tienes lo último, no eres tan "guay" como tu vecino que sí lo tiene.
En cada época histórica hay siempre una mentalidad dominante que marca lo que la gente "debería" pensar, la tendencia "oficialmente sancionada".
Lo estamos viendo en tantas actuaciones que está claro que lo saludable es tirar la tele a la basura. Para evitar tanto contagio de sandez.

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