20 noviembre 2012

Tumba indigna

Convento Trinitarias de Madrid
Hay un proyecto, apoyado por la Real Academia Española, para localizar los restos de Miguel de Cervantes en el subsuelo del convento de las Trinitarias, en Madrid.

El convento está en el corazón del barrio de las Letras, cerca de la casa en la que vivió Lope de Vega y del lugar donde estuvo la que habitaron Góngora y Quevedo –éste, tan español como el que más, compró la vivienda del poeta cordobés para darse el gusto de echarlo a la calle–.

Respecto a Cervantes, la cosa estriba en que el autor del Quijote, que murió viejo y pobre, recibió sepultura en un sitio que el tiempo transformó en fosa común, y sus huesos están en algún lugar de ahí abajo, revueltos con otros sin nombre y sin historia.
La idea de quienes impulsan el asunto es utilizar las modernas técnicas de rastreo basadas en el georradar para, combinadas con los adecuados estudios forenses, determinar cuáles de los huesos que se localicen corresponderían a un varón de setenta años que en su juventud hubiera recibido, como fue el caso de Cervantes en Lepanto, lesiones que le dejaron huellas en el pecho y estropeado el brazo izquierdo: heridas y manquedad recibidas peleando a bordo de la galera Marquesa, en aquella batalla que, en palabras –justificadamente orgullosas– del propio interesado, fue "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros".

El proyecto es caro, naturalmente. Los expertos lo estiman en unos 100.000 euros; así que Cervantes y sus huesos sin identificar seguirán durmiendo tranquilos su modorra de siglos, porque dudo que en estos tiempos difíciles de austeridad y recortes alguien invierta un céntimo en removerlos. Esto no es Inglaterra con su Shakespeare, ni Francia con su Montaigne, ni Alemania con su Goethe.

Para tales cosas, ni siquiera somos Italia –que ya nos gustaría, a algunos– con su patriotismo cultural y su dilatado panteón de mármol y gloria. En España, o como se llame esta descojonación de Espronceda en la que habitamos, la cultura, la memoria y la vergüenza torera siempre fueron los primeros rehenes a ejecutar por parte de los golfos, los fanáticos, los idiotas y los indiferentes.

Las prioridades –léase clase política y su propio estado del bienestar– son las prioridades. Aparte el hecho de que rescatar a estas alturas del putiferio los restos del hombre que fijó el canon del castellano, también llamado español –Franco firmaba sus sentencias de muerte en esa lengua opresora y fascista–, sería considerado un acto de provocación intolerable y una agresión a las sensibilidades y lenguas periféricas; tan nobles, o incluso más, todas ellas.

Desde cualquier punto de vista, por tanto, éstos no son tiempos simpáticos para gastar dinero removiendo huesos; y mucho menos con las incertidumbres de una búsqueda que tiene altas probabilidades de fracaso.

Sin embargo, la idea de encontrar y honrar los restos de Cervantes sigue siendo hermosa. Y la Academia, entre cuyos fines se cuenta "mantener vivo el recuerdo de quienes, en España o en América, han cultivado con gloria nuestra lengua", seguirá atenta a ello, por si algún día un mecenazgo adecuado, un ministerio de Cultura quijotesco –y nunca sería tan adecuado el adjetivo–, una universidad extranjera o un inesperado golpe de suerte permitiesen emprender los trabajos. Algún día. Quizá. Tal vez. Puede ser. Quién sabe.

De todas formas, cuando lo pienso un poco, concluyo que tal vez sea mejor así. El autor de la novela más grande e inmortal, el escritor modernísimo que marcó para siempre la literatura universal, el soldado que nos enseñó a hablar y a escribir una lengua bellísima y eficaz que comparten casi 500 millones de seres humanos, fue toda su vida víctima de la ingratitud, la calumnia, la mala suerte y la envidia, vivió de fracaso en fracaso, murió anciano, pobre y casi ignorado por sus compatriotas, y recibió sepultura en la humilde fosa común de un convento de Madrid.

Había nacido en España, y eso lo resume todo.

Así que, bien mirado, no hay para don Miguel de Cervantes túmulo más simbólico e inequívocamente español que ese viejo convento de ladrillo perdido en el centro de Madrid –hasta la calle, ironía póstuma, se llama Lope de Vega–, bajo cuyos muros, revueltos con otros huesos, duermen los suyos nobilísimos en el polvo de los siglos.

Y los pocos que conocen y recuerdan, los escasos transeúntes que pasan junto a las Trinitarias y se detienen un momento para apoyar una mano en el muro de ladrillo mientras dedican una sonrisa triste y agradecida a la memoria del autor del Quijote, saben que, para un hombre como él, en patria tan miserable e ingrata como la suya, no es posible imaginar monumento funerario más perfecto que ése.

ARTURO PEREZ REVERTE
Académico



18 comentarios:

  1. Qué oceánica distancia con el PANTEON DE HOMBRES ILUSTRES de París (le Panthéon), en donde se alberga los féretros de 65 personalidades de la historia de Francia. Entre los enterrados en el Panteón se encuentran Voltaire, Rousseau, Marat (retirado en 1794), Victor Hugo, Émile Zola, Jean Jaurés, Jean Moulin, Marie Curie, Louis Braille, Jean Monnet y en 2002 se alojó en el Panteón el féretro de Alejandro Dumas, el autor de Los Tres Mosqueteros.

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    1. DON VILLA
      Y tan oceánica distancia : Francia cuida y mima a los cultivadores del Arte y las Letras y efectivamente ese inmenso y enorme edificio del Panteón lo atestigua.

      Los nombres que citas de los 66 enterrados allí están en la memoria de cada escolar francés, mientras aquí ni el 10% de la población actual se ha leído nada de Cervantes.

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  2. No es indigno morir en España. No lo es aún cuando nadie te recuerde ni sepa donde están tus restos pues, teniéndote mínimamente localizado, ensalzada tu obra y conocida tu vida, vivirás eternamente. ¿Acaso no es el Cervantes el premio más prestigioso de las Letras españolas?¿No es acaso el Quijote una obra inmortal que sigue en la memoria de todos? No creo que sea indigno morir en España aunque no se sepa por donde paran tus restos porque, al fín y al cabo, polvo sómos y en pólvo nos convertiremos.

    Mas triste es sin embargo morir en España y que al paso de los siglos ya no lo sea, sino Colombia, que mueras defendiendo a España y nadie, absolutamente nadie sepa donde están tus restos ni nadie te recuerde con una Calle en la misma Capital donde un Asesino de Masas cómo Carrillo tendrá la suya, cómo sucedió con el cuerpo del inmortal Blas de Lezo, eso sí es indigno y lo demás, simple tontería.

    Un saludazo.

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    1. DON PEDRO
      Me parece que estás confundiendo el hecho de morir como español con los monumentos funerarios que merecen concretos españoles. En relación a lo que comentas hay cientos de prohombres e ilustres marinos como los almirantes Blas de Lezo, Churruca, Oquendo y tantos y tantos, de cuya existencia los escolares españoles no tienen ni la más remota idea de haber existido.

      Hoy en los libros de texto del Bachillerato no constan ni el 1% de los personajes que dieron gloria al país. Y a eso se le denomina DESIDIA.

      Que haya un Premio Cervantes no compensa el que los restos del mejor novelista de todos los tiempos se hallen en una fosa común, y cuatrocientos años después de su muerte. Al margen de que casi nadie en España, salvo los muy cultos, han leído el libro más universal tras la Biblia.

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  3. Veremos cuanto nos cuesta dar sepultura al ciudadano Borbón,seguro que más de esos 100.000 euros que costaría encontrar los restos de la mayor gloria de las letras universales, aunque escribiera en castellano, que como todo el mundo sabe es un dialecto degenerado del catalán.
    Con lo fácil que sería embalsamarlo con unas gotas más de ginebra.

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    1. DON CAPI
      Sí, con unos tragos más que se vaya metiendo estará en estado de momia egipcia, directamente listo para quedar embalsamado a perpetuidad.

      Pero es que 100.000 euros cobra cualquier jefecillo indio autonómico por predidir alguna ignota agencia pública cuyos fines son aún más ignotos, y de cuya existencia se ignora hasta el mismo hecho de su existencia.

      Los Consejeros de Estado, esa cosa a la que nadie ha conseguido aún darle explicación de para qué sirve, perciben cada uno cerca de esos 100.000 euros y ni siquiera tienen ellos mismos idea de en dónde se ubica.

      El Congreso gasta cada año 160.000 euros en regalos navideños. Maria Dolores de Cospedal recibió en el 2010 por su cargo en el PP 153.271 euros, procedentes a su vez del Erario Público, y la alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, cobraba 84.462 euros al año.

      Bueno y los hay mucho más sangrantes. A gastos en las nubes y por nubes que entierra el Estado.

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  4. Me temo también que 100.000 chavos son muchos chavos ahora mismo.. no como cantidad, sino como noticia en la que destine a buscar unos huesos. Luego habría que enterrarlos en algun lugar digno, sumen.

    Si bien ojala se tratara mejor los restos de los grandes españoles, personalmente no me importa donde estén sus huesos. Me importa mucho más el trato, o no trato, que se les dan en las escuelas, en mi caso en las escuelas vascas, auténticas madrassas donde prima lo tribal frente a lo universal, y donde cualquier español de esta categoría es inmediatamente arrinconado, segregado y si acaso mentado en un parrafillo sin importancia; no vayan a creer los infantes, los españoles han hecho grandes cosas en su historia; no vayan a creer los infantes que hay motivos de orgullo en ser Español; no vayan a creer los infantes que España es algo más que "franquista y opresora".

    Si esos huesos valen para algo, debe serlo para que esos infantes tal vez se pregunten quien era ese tipo.

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    1. SEÑOR OGRO
      En cuanto tesis práctica sobre gastos en huesos y esqueletos, puede que lleves razón pero hasta los pueblos más primitivos honran con algún tipo de homenaje perenne la figura de un ilustre de sus tribu, y de ahí y por menos razón se construyeron las Pirámides y los 10.000 soldados de terracota a tamaño natural en las murallas de China.

      Lo que ha costado buscar los huesos de los republicanos muertos en la guerra civil, y sólo en el interior de Cuelgamuros, ha triplicado esa cantidad. Con la diferencia que esos gastos de esqueletos de una guerra civil no sirven absolutamente para nada.

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  5. Estoy con ARTURO : Tanto monumento por todos los rincones del país que nos recuerdan la existencia de idiotas Cum Laude y en cuyo interior puedes encontrar hasta los huesos de Polikarpo o de Prat de la Riva o de Blas Infante, nefastos todos, son un daño comparativo para la figura de Don Miguel.

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    1. DON ZALDUM
      Así es, hay más monumentos a mamarrachos y panteones a toreros y bailaoras que a hombres brilantes o heroícos.

      Es de esta forma cómo se ha construído este país e ignora la causa aunque no los motivos de que seamos así : la envidia y la desidia nacionales.

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  6. En inglés hay una palabra que resume lo que significa nacer en España: "BURDEN" (gravamen, carga, peso, losa, cruz). En cualquier país civilizado se honra a los genios y a los héroes nativos; aquí, salvo contadas excepciones, no. La mayoría no tiene el menor conocimiento ni le interesa. En todo caso sabrá el nombre de los novios de la Pantoja o lo último que ha dicho el Mou.

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    1. DON BWANA
      Completamente cierto lo que dice :resulta un gravamen ser español para ser recordado por sus haceres brillantes o heroicos. A nadie interesa lo más mínimo lo sucedido 20 años atrás y menos los hechos de hace 300, 40 o 500 años.

      Eso sí, cualquier nene de 18 años se sabe de memoria los nombres y letras en inglés de 300 canciones de moda, o los cotilleos de futbol y de entrepierna.

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  7. Pero ya verás como hay 100.000 euros para pagar algunas golfas que vayan a T5 a contar con cuántos futbolistas follaron el fin de semana pasado.

    Inexplicable que con la historia que tenemos a nuestras espaldas haya tanto miserable que la ignora y quiere que la ignoren.

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    1. DON ISRA
      Para eso diponen de millones de euros. Y para otras tontadas similares también. Pero para lo que habría que hacer con Cervantes, es que ni les suena si era pintor, escultor o constructor de catedrales a los políticos responsables de ponerle una tumba digna con sus auténticos restos.

      Manos mal que aún quedan tiendas en Complutum en donde venden bustos en bronce de Don Miguel. A los de esas tiendas que los hagan ministros, serían mucho más útiles y efectivos en todo.

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  8. Una hermosa entrada que no había leído, Don Javier. Triste, eso sí. Muy triste para todos los españoles, sepan o no quién es Cervantes, que seguro que los habrá.
    Mucho (a mi parecer) habrían cambiado las cosas si no se hubiera despreciado de tal forma nuestro legado histórico, causante de la poca afección que el "proyecto país" despierta en los corazones de los españoles.

    Una lástima.

    Y un saludo.

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    1. DON HEREP
      Ciertísimo lo que comentas : Otra cultura general y otra forma de poensar no tan sectaria y por bandos tendriamos si la masa española se hubiera educado en el conocimiento de sus personajes ilustres, como hacen los escolares franceses e ingleses.

      Gracias por la visita y cordial saludo

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  9. coincido don Tella, nos desangramos en auténticas bobaliconerías de parroquia y dejamos al pairo a nuestros hombres más UNIVERSALES.
    saludos blogueros

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    1. HOLA DON JOSE ANTONIO

      Gracias por el comentario y por su contenido.

      Un muy cordial saludo

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