Lleva 20 años en política, pero nadie la conoce. A los alemanes les fascina y devoran cada biografía que se publica sobre ella, elaboradas con los pocos retazos que se conocen sobre su vida. Lugares comunes, casi siempre.
Es hija de un estricto pastor protestante, Horst Kasner, que pasó su vida predicando en la comunista y atea RDA. Kasner murió en septiembre a los 85 años. Su hija lo lloró en la más estricta intimidad.
Angela Dorothea Kasner nace en Hamburgo el 17 de julio de 1954. Por entonces, su padre era estudiante de Teología y su madre, profesora de latín. Pocas semanas después del parto, al padre lo trasladan de `misionero´ a la Alemania del Este, donde faltaban pastores.
Se mudan a Templin, a una hora en coche de Berlín. Horst Kasner dirige una escuela pastoral para teólogos evangélicos. La casa familiar era también sede del seminario. En el sótano se encontraban las aulas; la familia vivía en el primer piso y los religiosos, en la buhardilla. En la casa de los Kasner había libros prohibidos por el régimen. Debido a una obra de Andrei Sajarov, la Stasi tuvo bajo vigilancia a los teólogos.
Para hablar de las raíces de Angela Merkel, se deben mencionar tres experiencias vitales: el seminario, su experiencia en el trato con discapacitados y el amor por la agricultura y la naturaleza. Y todo esto en el contexto de la dictadura prusiano-estalinista.
Ella reconoce que su primer maestro vital fue el jardinero de la granja. Y lo evoca con nostalgia. "Aquel hombre robusto, mayor, me transmitía confianza, una gran paz. Siempre tenía tiempo, era lo que más me gustaba, pues mi madre no siempre lo tenía y mi padre, casi nunca. Pero este hombre, que trabajaba mucho, siempre encontraba un hueco para mí. De él aprendí a hablar con los discapacitados. Era una atmósfera cálida, llena de confianza, buena, en la que se me permitía comer zanahorias manchadas de tierra, en la que podía haraganear, en la que una vez incluso me dejaron probar un trago de té negro".
Su padre, disciplinado y protestante estricto, también fue uno de sus modelos. "Siempre tenía mucho trabajo; a veces lo alejaba de sus obligaciones familiares. Era muy exigente. Y de pequeña no era fácil conseguir que todo estuviera perfecto".
Con el tiempo, Angela sería la mejor alumna de la escuela, ganadora de concursos escolares de ruso y matemáticas, pero siempre una marginada por ser la hija del pastor, a pesar de que prestaba los apuntes a sus compañeros.
La construcción del Muro de Berlín en 1961 fue un trauma. Angela tenía entonces siete años. Aquel día de agosto el padre decía misa cuando Herlind, su mujer, se sentó en un banco de la iglesia y se echó a llorar. La familia tardó 23 años en obtener permiso para viajar al oeste: fueron al entierro de la abuela materna.
En los años 60, algunos compañeros de clase de Angela iban a catequesis. La hostilidad hacia la Iglesia y el encarcelamiento de sacerdotes habían remitido. Pero la catequesis seguía siendo una opción minoritaria.
A los seminarios de su padre acudían intelectuales protestantes. En ellos se hablaba de la "tercera vía", un socialismo con rostro humano, pero también de la teología de la liberación latinoamericana.
Termina la secundaria con una media de sobresaliente y en 1973 se traslada a Leipzig, donde comienza sus estudios de Física en la universidad Karl Marx. "Elegí Leipzig y no Berlín porque necesitaba alejarme de casa". No era su asignatura favorita, pero influyó que las ciencias fuesen un territorio seguro para los espíritus críticos con la dictadura. No se libró de afiliarse a las juventudes comunistas, requisito para estudiar.
Se enamora de un compañero de facultad, Ulrich Merkel, con el que se casa por la Iglesia en 1977. Angela tenía 23 años. Se licencian un año más tarde y viven en Berlín en un piso de diez metros cuadrados. Se divorcian a los cuatro años.
De su primer matrimonio (dice) solo se lleva la lavadora y el apellido de su marido, que todavía conserva. En 1986, Merkel se doctoró en Física con una tesis titulada Investigación de las reacciones de desintegración con ruptura de enlace y cálculo de las constantes de velocidad basadas en métodos químicos, cuánticos y estadísticos en hidrocarburos simples.
Pero su carrera política es tardía. En los 80 acude a algunas conferencias de la naciente oposición al régimen, pero no se involucra. No participa en las manifestaciones que culminan en la caída del Muro, en 1989. Ese histórico 9 de noviembre va a una sauna, toma una cerveza, cruza al oeste para dar un paseo, entra en una casa donde llama a su tía de Hamburgo y vuelve al este "porque al día siguiente tenía que ir temprano a trabajar".
Se afilia a la CDU oriental (Unión Demócrata Cristiana), donde su carrera es meteórica. Ministra y portavoz del Gabinete elegido en las primeras elecciones libres al Parlamento de la RDA en 1990, presidenta del partido en 1991. Pero sus compañeros no la arropan. La subestiman. Se presenta a las primeras elecciones conjuntas al Bundestag y sale diputada.
La siguen ninguneando. Dicen que es "la chica de Kohl", su mentor, el artífice de la reunificación y más tarde el visionario de la Europa de la moneda única junto con Mitterrand. Una simplona oriental. Una "ossi" provinciana y monjil. Ese sambenito favoreció su carrera de modo similar a la tartamudez que salvó al romano Claudio del asesinato hasta alcanzar la toga púrpura de emperador.
A pesar de su aspecto inofensivo, demostró que podía ser implacable. "Si se tira a Merkel a una piscina llena de pirañas, al poco tiempo solo flotarán en el agua las espinas de las pirañas", dijeron de ella. Alcanzó la Secretaría General.
Con el escándalo de los donativos ilegales al partido, que arrastró a la cúpula, llegó su hora. Ella misma le dio el tiro de gracia a Kohl, su gran amigo, publicando un artículo demoledor que acabó con su carrera. Fue una cuestión moral.
No soporta la corrupción ni el engaño. Da igual que sea su valedor o el Gobierno griego con las cuentas. Merkel se hizo con las riendas de la CDU y en 2005 logra la Cancillería. La primera mujer que preside Alemania.
Su popularidad se dispara en el Mundial de Fútbol, cuando celebra los goles de su selección en el palco con un júbilo que demuestra que no es tan seria como parece, aunque odie que Sarkozy le dé dos besos cuando la saluda y suele rehuir cualquier muestra de cariño en público, ni siquiera con su segundo marido, Joachim Sauer, catedrático de Química.
No tienen hijos. Poco ha trascendido de su vida privada. Su marido se encarga de hacer la compra mientras que ella escribe la lista. A Angela le gusta guisar y la repostería. Su especialidad es la tarta de ciruelas. Antes invitaba a la gente a cenar a casa. Los fines de semana le gusta irse a su dacha en Uckermark. Desde que es canciller, apenas nada ya en el lago. No se deja fotografiar en sus vacaciones. Le gusta cantar. Pero ya solo lo hace en las ceremonias religiosas. Salmos y villancicos.
Los países periféricos se quejan de que barre para casa y que Alemania se está financiando a costa de la ruina de los demás. "Haraganes", los llamó. Más que por congraciarse con su electorado, por puro convencimiento calvinista. Además, Alemania lleva una década apretándose el cinturón. Tampoco tiene ningún empacho en darle una colleja verbal a Obama por criticarla, mientras que él aún no se ha atrevido a meter en vereda a Wall Street.
¿Pondrá al Banco Central Europeo a ‘fabricar’ eurobonos? Habrá que convencerla. Con argumentos claros, como hacía su padre. Si ella cree que tiene razón, no le importa ir a contracorriente.
Carlos Manuel Sánchez
NOTA : Conoce muy bien a los sociatas desde niña y ha tratado con discapacitados y por ello sabe cómo relacionarse con Zapatitos.
como angela merkel
Una vida infeliz en la RDA, desde luego. Una mujer sin asertividad social y, por sus amarguras, imagino es algo resentida y calvinista o protestante, según se mire. No es la alemana que vivió la prosperidad de los años 60 en la RFA que fundase Konrad Adenauer. Todos los ingredientes para una personalidad conflictiva, con algo de resentimiento y de subir en la vida de forma aséptica.
ResponderEliminarUna crítica. Los alemanes, en general, y ella en particular, siempre tienden al complejo de inferioridad y lo demuestran por su complejo de superioridad ante los vagos mediterráneos. Cuando lo de las crisis de los pepinos españoles, se precipitaron, dijeron que éramos nosotros, y no era cierto, se cargaron a muchos agricultores españoles y su mercado europeo. Demostraron que son humanos que se equivocaron, que su superioridad no es tanto como se creen, también tienen desastrosos cálculos. Bueno me callo, pero no me caen bien los alemanes, sobre todo los prusianos, y no lo digo solo por el Holocuasto, siempre han sido tétricos. Hoy vuelven a ser dueños de Europa sin klos tanques de Hitler, basta una tipa sargentona. Me quedo con los británicos de Cameron o los gabachos de Sarko, el judío. Son menos antipáticos.
Saludos y buenas noches.
Una mujer de una gran rectitud.algo puritana por supuesto para el gusto mediterraneo,Alguien al que puedes confiar tu dinero.un saludo.
ResponderEliminarNo resultará fácil negociar con esta dama; si de por sí ya es difícil hacerlo con un alemán en general, esta señora debe ser de una dureza berroqueña;por ello nuestro negociador debe ser persona de sólida preparación técnica y presentarse con argumentos irrebatibles y sin esa picardía paleta de pensar que su oponente es tonto y le puede engañar.Hay que ir como cuando se acude a un campeonato mundial de pesos pesados habiendo entrenado mucho y en perfecta forma.
ResponderEliminarLa "fracasada" Merkel,
ResponderEliminarZapatero dixit,
¿Dónde estás tú ahora,
Dime Zapatitos?
No llores ni te quejes
Y deja la Moncloa...
Por nubes, ¡Vete!
Merekel no traga. Si alguien esta pensando que va a abrir el grifo de la pasta para que otros lo derrochen o se lo lleven a las Caimán van listos. Los Zapas y Rubis no van con esta mujer que seguro que ajusta bien la lista de la compra y regaña al marido si vuelve del super con golosinas innecesarias y costosas, jjee.
ResponderEliminarSaluditos.
DON JUAN
ResponderEliminarRespecto a la POSE de superioridad de los germanos, estoy de acuerdo. Conozco bastante bien a los teutones y si algo les jode es que haya alguien que haga las cosas BIEN pero en menos tiempo y más barato que ellos. Y son tan comerciantes y mercantilistas como los catalanes o los venecianos.
Pero creo que te equivocas respecto al complejo "de inferioridad" de esta dama. Es la clásica PURITANA, como los que crearon la Constitución USA, y que odian la mentira, el timo y la chapuza.
Por haber vivido en el Este conoce muy bien la inoperancia de aquel sistema, y lo que le irrita es que los griegos, italianos y españoles pretendan vivir como los germanos pero sin dar golpe ni sacrificarse.
DON AGUSTIN
ResponderEliminarOpino lo mismo : alguien a quien puedes confiar tu dinero con la seguridad de que no te va a timar.
Así suelen ser los PURITANOS, tanto germanos como británicos o estounidenses. No toleran la mentira y la vaguedad.
F.J.EUGENIO
ResponderEliminarElla conoce muy bien lo tramposos que eran los comunistas del Este y siendo PURITANA odia la mentira y el camuflaje. Por ello, como bien dices, con ella hay que ir de frente y sin ánimo de engaños.
DON FUGITIVO
ResponderEliminarEn efecto, entre ésta y el de León hay tanta diferencia como el clima del Caribe y el de la Antártida.
Pocas bromas con el dinero con esta dama.
DON ZORRETE
ResponderEliminarSí, también pienso yo lo mismo : el que crea que a ésta la va a engañar a base de mentiras y chanchullos, va de culo.
Es la antítesis, como comentas, de los sociatas españoles. Y los conoce muy bien.
Sí, seguro que le piede las "vueltas" del dinero usado en la compra a su marido.
Desde luego vivir casi toda su infancia y adolescencia en la Alemania del Este debe haberle influenciado sobremanera en el carácter.
ResponderEliminarAhora hay mucho insultador por aquí, por España, pero yo comprendo perfectamente que no quiera seguir pagando la fiesta de los demás.
Aunque tampoco le conviene a Alemania que los países periféricos se vayan al abismo, pues sería una manera de perder clientes, y con ello, ella también se iría al fondo del pozo.
Saludos.
Pues ahora tiene por delante un duro caballo de batalla, lo que ya llaman refundación de la UE. ¿Comprenderá la teutona que es imposible mantener una Europa de dos velocidades? Y lo que es más conflictivo ¿Podrán superar los PIGS este reto?
ResponderEliminarLas mentalidades deberán cambiar mucho porque hoy se habla de soberanía cuando lo único cierto es que quien paga, manda. Me huelo una deriva a una Europa Federal liderada por Alemania aunque, siendo prácticos, tampoco sería para tanto si se consigue no solo una unión de mercado sino una unión jurídica.
Creo que Merkel puede tener eso en mente, solo debe quitarse de encima al gabachín con ínfulas. Casi nada...
ELENA
ResponderEliminarComo comentas, ha vivido casi toda su vida en la pura austeridad a la fuerza y está claro que a nadie le gusta que los demás vivan de ricos sin dar golpe.
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarEs muy probable que vayamos al federalismo europeo porque aquí y ahora, en esta Europa de los 27, es imposible igualar las economías de todos.
Sucedió antes en los países ricos. Los de Milwaukee, Wisconsin, no pueden aspirar a ser como los de San Francisco en California, y lo tienen asumido.
Por otra parte, ella pensará lo que dices : que quien PAGA, MANDA. Y los alemanes son los más ricos. Sólo que tendrá que meter en la cabeza a los gabachos que su GRANDEUR se demuestra andando.
La nota final es demoledora... y brillante.
ResponderEliminarMe quedo con un solo dato que me confirma que es un genio, tuvo la genial idea de nacer el mismo día que "moi", un cáncer brillante y llamado a escribir grandes páginas de la historia... creo que me he venido arriba.
Retomo pues el hilo, lo de la Europa federal no es ningún problema, al fin y al cabo, antes de la locura a 27, se venía haciendo con la Europa de distintas velocidades (o círculos concéntricos), los listos y aplicados iban avanzando en parcelas económicas, sociales, etc... y los torpes, cuando podían, se enganchaban.
Así ha funcionado y seguirá funcionando. Y por supuesto que el que paga y hace los deberes manda, y el tonto o se aplica o va de culo, algo tan elemental no debería entretenernos ni 5 minutos.
Yo soy de los que piensa que la teutona barre para casa y que Alemania no sería lo que es si al resto de países de la UE no nos pudiese encasquetar los frutos de du industria, por ello le interesa que cumplamos con sus planes. Aún así reconozco que la "culo gordo" es la única estadista de esta mediocre Europa y que si no fuese por ella los Zapatitos, Sarkozy, Papandreus y Berlusconis ya nos habían llevado a la ruina total...
ResponderEliminarCreo que hay que obviar los estereotipos de cada país, región, o pueblo, si quieres conocer como son en realidad, siempre hemos escuchado que los alemanes son cabezas cuadradas, que todo lo tienen previsto, y no es así, que les gusta el papeleo, si, pero son eficientes, aunque les falte algo de chispa para improvisar, por eso muchos pensaran que esta Señora Angela Merkel, sea el prototipo de mujer alemana, estricta y demasiado recta, muy convencional con sus ideas, quizás por su educación religiosa, o por haber sufrido la "democracia popular" en la RDA; pero con todo este lastre, los alemanes están contentos con su forma de gobernar, y creo que muchos españoles, también lo estaríamos, porque les ha devuelto el orgullo de sentirse una nación. No tiene nada que ver con el patriotismo, sino con la forma de ser de cada pueblo.Y como ha observado también el amigo Isra, me quedo con la nota final, que es demoledora y brillante .
ResponderEliminarUn saludo
DON ISRA
ResponderEliminarGracias por lo de "la nota final".
Uséase que tu cumple es la víspera del famoso "18 de Julio" de véte a saber qué año tras 1970 o año del Proceso de Burgos.
También yo creo que vamos al federalismo de listos y torpes porque no hay otra posibilidad. Y que ella como buena germana lo aproveche es lo propio ya en esa carrera los más aprochateguis siempre han resultado ser los gabachos, al igual que los italianos han perdido todas las batallas pero han aparecido siempre entre los vencedores de todas las guerras.
DON CAROLVS
ResponderEliminarMe quedo con tu frase =
es la única estadista de esta mediocre Europa y que si no fuese por ella los Zapatitos, Sarkozy, Papandreus y Berlusconis ya nos habían llevado a la ruina total...
DON MANUEL
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con su diagnóstico de dejar de usar estereotipos nacionales porque, además, aplicados nosotros siempre quedamos en bailaores de flamencos y "siestantes".
Creo que el germano, por disciplina de siglos en sus centros escolares, son los más cumplidores en el trabajo y en hacerlo lo mejor posible. Aunque por culpa de Adolf se les haya quedado el poso de que son más "serios e inteligentes" que los demás. Pero eso se derrumba en cuanto hablas con un alemán que no conoce mundo y le hablas de cualquier tema que guste.
Los germanos que habitan España desde hace muchos años saben que lo del folclorismo español es fantasía de JAEN PARA ARRIBA. Tan serio y trabajador es un trabajador de Madrid como los de Asturias, Galicias, Vascongadas o La Rioja.
Otra custión es la moral. Y el espíritu puritano creó gentes que odian la mentira, el robo y el chanchullo facil. Eso se lo trajo Luterano, Calvino y siguientes. Lo mismo les sucede a los gringos que fueron a América : eran puritanos y crearon la mejor Constitución del Mundo.
Aquí algunos creen que el puritanismo es NO SER GOLFO de copas y tías o tíos, y tales asuntos nada tienen que ver con el espíritu puritano. El inglés que lideró la primera revolución europea contra un rey fue Oliverio Cronvell al frente de sus puritanos. Y puso las bases de la Carta Magna inglesa.
La nota final es una simple constatación de la manera y forma que trata esta señora a la cuadrilla de pandilleros que gobiernan al sur de Europa.
Casi te diría que el día del alzamiento Tella, al fin y al cabo ya el 17 empezaron con las maniobras orquestales en la oscuridad por Marruecos. Como dijo Mola, el 17 a las 17.
ResponderEliminarDON ISRA
ResponderEliminarO sea que eras un curioso y viniste al Mundo el 17 a las 17, cuando Mola envió a sus requetés a Irún, a pasear. No te querías perder nada.