Varias veces les he hablado en esta página del barrio de las letras de Madrid, donde hace tres siglos se cruzaban cada mañana, camino de comprar el pan, los periódicos o lo que se comprase entonces, Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Góngora y el buen don Miguel de Cervantes, entre otros.
Cada cual, como españoles de fina casta que eran, con sus fobias, envidias, desprecios y descalificaciones mutuas a punto de nieve. También comenté en alguna ocasión que si un barrio con semejante pedigrí hubiera estado en Londres o París, todo el lugar sería hoy un inmenso museo al aire libre cuajado de bibliotecas, placas conmemorativas, monumentos y autobuses con turistas. Pero donde está es en Madrid, a ver si me entienden. Capital de España, o de lo que sea este puticlub de carretera. Así que pueden imaginar la diferencia.
Una de esas diferencias ocurrió hace unos días. Y lo más simpático no es la anécdota, sino su desarrollo y posterior tratamiento mediático. Un grupo de okupas se había instalado, mediante el procedimiento tradicional de patada a la puerta y de aquí no me saca ni Kristo bendito, en una casa de la calle Huertas en la que vivió Góngora después de que su enemigo mortal Francisco de Quevedo comprase su anterior vivienda, a fin de darse el gustazo de echarlo a la calle.
La casa -ya hemos precisado que hablamos de Madrid- estaba hecha una piltrafa, decrépita y llena de escombros. Así que los okupas se instalaron tan ricamente con su parafernalia habitual, también llamada ajuar perroflauta de toda la vida. Con la seguridad, por otra parte, que a cualquier okupa bien informado le da saber con certeza absoluta que en España, líder mundial en libertades y derechos del hombre y la mujer, si te metes por el morro en una casa ajena, es seguro que entre el hecho, la demanda del propietario, la decisión judicial y la ejecución de la sentencia de desalojo, si llega a producirse, y dependiendo de que el juez sea compañero de carrera o colega de universidad del abogado de una parte o de la otra, pueden transcurrir veinte años. O más.
El caso es que esos inquilinos por la kara estaban instalados en la antaño gongorina y ahora ruinosa morada, gozando de pleno derecho las innumerables facilidades que la Justicia española en general y el Ayuntamiento de Madrid en particular prestan a esta suerte de bonitas iniciativas populares.
Pero siempre hay un pelo en la sopa. En ésas, algún propietario desesperado, impaciente, y si rascamos un poco seguro que fascista, racista, machista, violento, homófobo y misógino -etiquetas que en España suelen atribuirse en bloque a cualquiera que no se baje los calzones y ofrezca el ojete sin rechistar- debió decidir que aquella situación la solucionaba él a título personal, por el artículo catorce.
Así que cuatro individuos fornidos tiraron la puerta, cogieron a los okupas en brazos y los sacaron a la calle. Acto reprobable, éste, que acogiéndome a la retórica al uso me apresuro a calificar -conste en acta para que no haya dudas sobre mi punto de vista ético- de terrorismo urbano. Incluso de genocidio perroflauta. De mi opinión debieron ser también los desalojados; pues en seguida pidieron apoyo a través de las redes sociales, y al poco se congregaron tres docenas de presuntos representantes del 15-M exigiendo reparación aún más indignados si cabe; pues la policía, que acabó presentándose, no actuó contra los malvados desalojadores ni devolvió las cosas al statu quo ante.
Como si no estuviera clarísimo y consagrado por el uso hispano que, entre patada a la puerta de un okupa y patada a la puerta de un propietario, el segundo es quien actúa al margen de la ley, y el primero es la verdadera víctima del asunto. Por favor. A estas alturas.
Por cierto: escalofriante testimonio sobre la demencial pesadilla sufrida por los desalojados -algunos periodistas parecían compartir su asombro y justa indignación- fue el de una joven que afirmó, aún nerviosa del soponcio, que lo había pasado muy mal al verse sacada así a la calle, de sopetón, y que lo que había hecho el propietario de la casa era una infamia social de las que no tenían nombre, ni apellidos.
Tras cuyo pertinente telediario, supongo, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid enviaron con suma urgencia un equipo de psicólogos y psicólogas para aliviarle el trauma. Eso me lleva a sugerir sin reservas que en las próximas okupaciones, tanto si son en las casas ruinosas de Góngora, Quevedo o Cervantes como en la del Payaso Fofó -que también tiene calles en España, y posiblemente en mayor número y con la placa más grande-, la policía abandone esa vergonzosa pasividad que me atrevo a calificar de filonazi y proteja de propietarios y otros energúmenos a quienes debe proteger. Que para eso cobra, la muy perra.
ARTURO PEREZ REVERTE
okupas casa gongora
Pues sí, eso es ya pan nuestro de cada día en la capital y en cualquier punto de España me imagino. Las barridas del PP en Madrid no son gratuítas y aún pasan factura las lindezas de...¡el viejo profesor! cuando llamabas a la poli por no dejarte dormir con la música de la movida y te decían que te unieses a la juerga. Ese barrio de las Letras es un rincón entrañable de los Madriles que se han cargado los ayuntamientos desde los años 80, cuando lo hicieron un emblema de Madrizzz a base de poner Pubs con la música a tope y desalojar a los vecinos desesperados. La juerga es la juerga y los que se opongan son fascistas. Yo fuí víctima hace unos doce años de esa política, de los empresarios del ruido, del cubata de garrafón, de la música ensordecedora, etc, etc. He visto como se han cargado el centro histórico de la Villa y Corte. En fin, que tiene razón Reverte: si ese barrio fuese parisino o londinense ya sería Patrimonio de la Humanidad, pero como es España, pues le hacen "vanguardia de la modernidad". Resultado: el casco viejo más cutre de Europa, salvo algunas excepciones, el resto son copas, despreocupación, atascos a las cuatro de la madrugada de viernes y sábados, etc, etc. Una pena de ciudad.
ResponderEliminarSaludos desde la capital de los Pichicastizosssss.
P.D. Si vuelves por la Villa del Oso y el Madroño, visita bien esas calles que te gustarán, pero en día laborable. No se conserva la casa de Góngora, pero sí su solar, aquél que, efectivamente, el mala follá de Quevedo, compró a su dueño para echar enfermo y en pleno invierno de los de antes, al pobre Góngora, que se fué al poco a la tumba, allá por 1627.
DON JUAN
ResponderEliminarGracias por la información. Conocía ese barrio allá por los años 70 y era lo que más me gustaba de Madrid.
No he vuelto a pisar la zona y muy poco Madrid porque me da pereza, aunque siempre conservo las ganas de darme una vuelta por la Plaza Mayor y calles que parten de allí.
Lástima del Madrid sociata y chabacano. Las izquierdas destruyen las mejores ciudades del Mundo transformándolas en cutrerío. Ahí están los ejemplos de Budapest y Praga a pesar de que al turista le dejan ver los edificios del XIX construídos por los austrohúngaros.
Mala leche la que tenía el Quevedo.
Reverte tiene toda la razón del mundo, no me quiero ni imaginar que alguien se metiera en mi casa y no lo pudiera echar.
ResponderEliminarY pienso que no se acaba con este movimiento ocupa porque no se quiere, pues no es nada difícil desalojar una casa por la policía.
Sí, sí que tenía malas pulgas Quevedo, menuda fijación tenía con mi paisano.
Saludos.
Pues mira el sistemita no esta nada mal, claro que cuidadin, no sea que los forzudos que se contraten sean Rumanosquis y se queden ellos de ocupis. A mí que me ocupe la maison la prima Sinforosa y ya haríamos un apaño.
ResponderEliminarSaluditos.
Lo indignantes aparte de los zarrapastrosos okupas,Es que ese edificio donde se codeaban. la flor y nata de nuestra cultura del siglo de oro.Fuera pasto de ratas y rufianes.ver para creer.un saludo.
ResponderEliminarELENA
ResponderEliminarHombre, lo de los okupas es absolutamente ilegal, sea en donde sea, menos en la España Sociata en que los alcaldes y jueces incumplen las normas del derecho de propiedad. Lo que se denuncia y desde hace años es la TOLERANCIA de las autoridades a la infracción de ese derecho básico.
DON ZORRETE
ResponderEliminarSí, visto que las denuncias a los munipas no producen efecto alguno la solución está en lo que ha hecho ese madrileño. Contratas a unos parientes de Urtain y les encargas sacarlos de tu propiedad, salvo que sea la prime Sinforosa, como dices, la que haga de okupa y la parienta trague.
DON AGUSTIN
ResponderEliminarMal está que los propietarios de diversas y variadas viviendas vacias se vean impotentes por la inacción de las autoridades en base a ese BEUNISMO ajilipollado que han traído las Pajines y Aidos, pero, como comentas, es de auténticos dementes que los del Ayuntamiento de Madrid tengan en esas condiciones las dichas casas de caracter histórico, y que debieran de ser Parimonio de la Humanidad como dice Reverte.
Es la enésima prueba de la inutilidad de nuestro sistema judicial. Me ocupan la casa, o un local mio, llamo a la policia:
ResponderEliminar- ¿Cuantos nanosegundos debería tardar un policia en mirar, a traves de cualquier programa informático, que esa casa o local es mio?. Si hacienda da a una tecla y sale todo, la policia tambien puede.
- ¿Cuantos segundos hacen falta para que ese policia pida al okupa un contrato de alquiler?
- Una vez comprobado no existe tal contrato ¿cuantos minutos se debería tardar en expulsar a las ratas a la calle?. No más de 5 minutos creo yo... y comprobando cualquier daño o robo claro.
Pero vivimos en un pais para delincuentes, gentuza, jetas, caraduras, asesinos y escoria en general. Y vivimos en un pais donde siguen existiendo castas sociales, porque todos sabemos que si le ocuparan la casa a un juez, a un politico, o si ocuparan la zarzuela, esto se arreglaba en cuestion de 2 minutos: llegaría una furbona y tras la consiguiente somanta de ostias, a comisaria y a otra cosa mariposa.
Pero si el afectado es como nosotros, putos currelas cuyo unico derecho es pagar impuestos y callar, y no se te ocurra autodefenderte!!, entonces date por jodido, que tendras que lidiar con costosísimos procesos, con meses o años de litigios y esperas, etc, etc.
Tengo un amigo abogado, y me confirmaba estos extremos que vemos a veces por la tele. Me decia que en caso te pase, lo mejor que te puede pasar es que la cosa salga por la tv, porque asi igual alguien pisa acelerador y tal. Tremendo.
Y lo peor no es que hayan pasado o pasen estas cosas, ¡ES QUE NADIE PARECE QUERER PONER REMEDIO!
SEÑOR OGRO
ResponderEliminarDesde los años del Felipato viene siendo así. Han hacho vulnerar las leyes y los derechos básicos de todo ciudadano a los ropones y policias.
Y cuando en país el derecho a la propiedad (hasta en la China comunista está reconocido) carece de protección, todo lo demás deviene en un país anárquico y sin normas. Además, en Territorio Sioux hay una variante de esas infracciones a tu derecho y ejercidas por los borrokas. Destrozan mobiliario urbano ( que es de todos) y autobuses y edificios públicos y bancarios y NO PASA NADA.
Con lo que se han forrado las compañías de instalación de protección con video-cámaras, alarmas, etc. y con el único efecto de que tengas a mano un rifle de repetición de los que se usan para cazar elefantes. En cuyo caso también deberás de procurar disparar y esconderte porque la policia sanciona al que hiere a un atracador.
Yo que quieres que te diga Tella... Me ponen de mal cuerpo estas cosas. Y lo que estoy viendo es que nada cambia, solo tienes el derecho a la queja.
ResponderEliminarComo esto no lo arregle el que viene (que lo dudo y mucho) acabaremos todos como ese señor, tomándonos la justicia por nuestra mano.
DON LORENZO
ResponderEliminarEn efecto, hay ya muchísima gente que se ha tomado sus medidas personales al respecto y va armado al estilo Oeste amaricano. Ahora se entiende mejor esa cabezonada de algunos gringos de conservar el derecho a tener armas. Aquí no lo hay pero se venden cada más en el mercado negro. Y los rifles de caza mayor se están vendiendo como barquillos en las ferias.
Se ha roto el basico Estado de Derecho y hemos entrado en la Ley de la Selva.
Habian una vez unas parejas de amigos que volvían a casa, una noche, después de una agradable cena y con la sana intención de tomar unas copas tranquilamente. Cual no fué su sorpresa al encontrar en ella a unos buenos ladrones ejerciendo su profesión tan ricamente.
ResponderEliminarCuando los inmovilizan y manifiestan su intención de llamar a la poli, los ladrones amenazan al dueño de la casa..tonterías como...se quién es tu hija y donde trabaja tu mujer. A pesar de que los ladrones dijeron esas cosas solo a título informativo, el dueño de la casa junto con los otros amigos se pusieron algo violentos y nerviosos. A consecuencias, los amigos de lo ajeno se cayeron por el balcón, nadie sabe como. Tras una noche de imsomnio, el propietario del inmueble y los demás se asomaron a la calle, pero allí no había nadie. Estos fenómenos paranormales dejan secuelas para toda la vida y deberían ser evitados por las fuerzas vivas.
"Mi zona de Madrid" es también la Plaza Mayor. Y la zona del rastro y adyacentes. Qué pena lo del Teatro Albéniz, era antiguo y también sus instalaciones, hacía mucho calor dentro porque las placas de calefacción eran muy antiguas, pero nunca ardió hasta ahora.
Me vais a perdonar pero es que mi sensibilidad "alternativa" la tengo a flor de piel y me pongo en el lugar de esos andrajosos, sufriendo por no trabajar, por no lavarse, por no hacer nada de provecho, teniendo que yacer con guarras de ingles pestilentes y frondosas lianas, sin nada más que meterse en la boquita que cervezas y cervezas, cagar delante de todo el mundo... en fin, pobrecillos, esas condiciones de vida tan duras debería hacernos ver que se sacrifican por nosotros.
ResponderEliminarSeamos más condescendientes, ayudémoslos, un tirito entre ceja y ceja y no sufrirán más los pobres.
He paseado mucho por esas calles, y cuando no hay guarros (difícil, Lavapies está cerca y es lugar densamente poblado por alternativos malolientes) es un placer darse un paseito por allí.
addenda -Sinforosa tuvo a bien visitarme hace algún tiempo, si bien no recuerdo cuando exactamente, y estaba igual de lozana.
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarVaya, useáse lo que encontraron tua amigos fueros meigas. Eso es aún más extraordinario. Salvo que los que los tiraron por el balcón no se dieran cuenta de que al rato pasó el camión de la basura y se los llevó.
A mí también me encanta la plaza Mayor y sus aledaños pero ahora está todo lleno de PICHICASTIZOS y yo con los maketos no me trato. Ya lo dijo Polikarpo : no os acerqueís a esos españolazos que son todos unos viciosos.
DON ISRA
ResponderEliminarMenos mal que lo que se te ha sublimado es la "sensibilidad alternativa" y unicamente les darías unos disparos de cartucho de cazar jabeliés. Si la que se subliva es la otra sensiblidad los despellejarías en vivo como a los conejos.
Es raro que tu prima Sinforosa estuviera hace tiempo, aunque es comprensible por lo ocupado que estás siempre con el resto de primas.
Genial, lo colgué anteayer en el facebook (por cierto, que un día enredando te encontré pero lo tienes "apagado" ¿verdad?)
ResponderEliminarDOÑA MARIBELUCA
ResponderEliminarNo sé si estás al tanto de que tanto FACEBOOK como Twiter son vías de identificación de personas y que a través de ellos algunos pueden saber hasta el color de calzoncillos que usas cada día.
Por ello, y por residir en donde resido, me es absolutamente imposible dar la menor oportunidad a los que husmean por esas redes sociales. No sé cómo me encontraste porque jamás he dado ni un sólo dato mío a ellos.
Un cariñoso saludo