23 noviembre 2011

Carrero, Kissinger , Peneuve, Eta

A Carrero Blanco se le definía por la negatividad. Era un tipo anti. Anticomunista, antijudío, antimasón, antiprotestante, antiliberal, antidemócrata, anti-OTAN...

Impertérrito ante los cambios sociales, se aferraba a un continuismo del régimen, sin atisbos de apertura democrática, de aproximación a los países de Occidente. Después de los juicios de Burgos quedó patente que fue el inductor de las penas capitales y el que aconsejó a Franco "un doble juego, mi General: presione quien presione, el Gobierno debe mantenerse duro; y si hubiera que aflojar, que el Consejo del Reino sea el blando".

Como resaca de aquellos juicios, Carrero se convirtió en la diana contra la que los militares descargaban sus furias y los diplomáticos sus críticas. Éstos, porque en sus cancillerías tenían que dar la cara por el Gobierno español y encajar comentarios reticentes. Y los militares, por el inicuo papel de jueces prevaricadores que se les endosó.

Sin gran esfuerzo, los agentes de la estación CIA-Madrid recaudaban día sí, día también, esos estados de opinión tomando café con oficiales del Servicio Central de Documentación (SECED) o con ciertos funcionarios de alto nivel en el Ministerio de Exteriores. Sin perder un minuto, los picaban en el teclado del télex y los remitían a CIA-Langley. Si la noticia tenía más voltaje, pasaban un confidencial al embajador Horacio Rivero, y él ya, a Washington.

En 1971, 1972 y 1973 fue intenso el flujo de notas de la embajada estadounidense al Departamento de Estado. Primero con William P. Rogers y después con Henry A. Kissinger, el leitmotiv era Carrero.

Preocupaba su influyente proximidad al caudillo, su idiosincrasia reaccionaria, anticuada y cierra-España. Carrero era mucho más que un edecán eficiente a la sombra de Franco. Él era el cerebro de Franco y, desde hacía tiempo, la musculatura de las decisiones políticas de Franco.

Su álter ego en todo, menos en la firma que sancionaba un decreto ley o una ley. Sin protagonismo externo, trabajando en la sala de máquinas, definía el rumbo de la gobernación. Gobernaba de hecho. Y se temía que, dada la acelerada senilidad del caudillo, en un instante de desfallecimiento le entregara las riendas de hecho y de derecho.

Un diagnóstico remitido de Madrid a Washington dibujaba un patético cuadro de futuro en tonos gris marengo, con manchurrones de involución, "como en la España de los años 40", y Carrero en la sombra taponando el más mínimo resquicio de apertura política, cultural, social.

Se detallaban sus "anquilosadas fobias al comunismo y a la masonería". En el supuesto de que Carrero pudiera llegar a la Presidencia, "un rasgo preocupante sería su antipatía intelectual e ideológica hacia las instituciones políticas y la forma de vida americanas".

El informe concluía con una frase dicha por un alto cargo español de Exteriores en una conversación con un agente de la CIA: "Lo mejor que podría surgir de esta situación sería que Carrero desapareciera de escena". En el texto que llegó hasta el escritorio del presidente Nixon, esa frase aparecía subrayada.

Eduardo Blanco, director general de Seguridad, tenía fluidos contactos con Vernon Walters, número dos de la CIA, y con Néstor Sánchez, jefe de la estación CIA-Madrid, y sabía que a EEUU le preocupaba la continuidad del acuerdo de las bases militares. No percibían en Carrero un deseo de renovarlo, y en 1973 vencía el último plazo quinquenal.

-A los americanos les gustaría para España un presidente civil, tipo Areilza, tipo Garrigues y Díaz-Cañabate (comentaba Eduardo Blanco en sus tertulias a media voz del Casino de Madrid). Gente amiga, abierta, liberal, con la que pueden entenderse. Y de ser un presidente militar, les va más un Díez-Alegría.

La CIA no tenía topos en ETA. Pero sí tenía una antigua y bien forjada relación con el PNV, iniciada durante la Segunda Guerra Mundial y canalizada al principio por el FBI y la OSS (la Oficina de Servicios Estratégicos, antecesora de la CIA).

En efecto, para prestar información útil a los ejércitos aliados y luchar contra el nazismo y el fascismo, los exiliados vascos organizaron Servicio de Inteligencia Vasco (SIV). Fue una decisión de José Antonio Aguirre en 1943. El Gobierno vasco en el exilio se comprometió a crear una red de espionaje, a cambio de la cobertura de gastos y unos estipendios por cada información suministrada. El acuerdo se negoció en Nueva York y Washington entre el agente especial del FBI Jerome Doyle y Antonio de Irala, secretario personal de José Antonio Aguirre, lehendakari en el exilio, que formalizó el trato en la primavera de 1943 con el director del FBI, Edgar Hoover.

Informes oficiales del FBI desclasificados entre 1996 y 1997 evidencian que un grueso de militantes del PNV, exiliados y establecidos en Latinoamérica, espiaron a políticos nazis, fascistas y comunistas entre 1943 y 1947, por encargo de EEUU y pagados por el FBI. (...)

La conexión entre CIA y ETA, un imposible político y metafísico, sólo podía lograrse por personas interpuestas y a través de amigos comunes. ¿Personas de arraigada confianza para la CIA que fuesen también de arraigada confianza para ETA? El viejo SIV de los nacionalistas vascos.

Desde el Aberri Eguna de abril de 1972 el PNV tenía un peso en ETA. Y el hombre fuerte del PNV dentro de la organización terrorista era Ezkerra. No había que dar más rodeos. Ezkerra, en esta historia, no es alguien a quien se capta, alguien a quien se tienta, sino alguien a quien se le encarga un hecho fulgurante que cambiará la historia: dinamitar en cuatro segundos 40 años de guerra, posguerra, dictadura y pertinaz sequía.

Carrero Blanco no hacía cambios en el itinerario. El coche salía a las nueve menos diez del portalón del edificio de Hermanos Bécquer 6, doblaba a la derecha, subía por López de Hoyos una manzana, y de nuevo a la derecha para desembocar en Serrano. Los escoltas del almirante debían de tener cronometrados los semáforos en el cruce de López de Hoyos con Serrano y en las confluencias entre Diego de León, Serrano y Hermanos Bécquer, porque el vehículo coincidía exactamente con las luces verdes. Así un día tras otro desde hacía 20 años.

El portero de Mirlo 1 (la dirección donde se alojaron los etarras: Wilson, Zigor, Kiskur y Atxulo) últimamente no los saludaba. Ellos suponían "será porque llevamos tiempo sin darle propinas, sin encargarle "súbanos dos docenas de churros y una de porras, y quédese las vueltas para usted", y también sin dejarnos caer por el bar a echar una partida de cartas".

Cierto. Desde octubre, cuando se marcharon Wilson y Zigor y llegaron Kiskur y Atxulo, o Ezkerra se dejaba caer por allí y los otros le daban coba como si mandara en ellos, los cambios no le cuadraron al portero y empezó a sospechar.

-Mira, aquí, en el 12 C, tengo unos inquilinos un poco raros... Ni arman jaleo, ni montan juergas, ni traen chicas; más bien tiran a demasiado serios para su edad. Pagan el alquiler los 20 de cada mes. Por ahí, nada, bien... Pero me dan mala espina. Son vascos, muy vascos. Fijos viven tres y a veces viene otro. Ellos dicen que preparan oposiciones de banca, que son estudiantes, y uno es perito y dibuja planos de maquinarias. Pero no llevan vida de estudiantes.

Un guardia civil que era del Servicio de Información de la 111ª Compañía, escuchó la parrafada del portero.

Después de algún tiempo con vigilancia camuflada y una línea abierta de información sobre ausencias, visitas, horarios y movimientos extraños, el teniente coronel Aguado convocó a 12 de sus hombres para hacer una entrada y registro nocturno en el piso de Mirlo. La noche en cuestión, Aguado se reunió en la comandancia de Guzmán el Bueno con el capitán Puertas y los tenientes Pinto y Santamaría. Estudiaron el operativo, la distribución de los agentes: calle, portal, ascensor, planta 12 y azotea:

-Hay un comando de la ETA en Madrid. Pero ni lo hemos olido. ¿Pueden ser éstos de Mirlo? No lo sabemos. Por tanto, armas quietas y nada de tiros.

Aguado llevaba un rato en el despacho del coronel Manuel González tomando café y haciendo tiempo para salir con sus guardias, cuando sonó el teléfono interior.

-Aquí el cuerpo de guardia, soy el comandante de servicio. Mi coronel, un mensaje urgente para usted del director general de Seguridad.

-¿Está al habla? Páseme con él.

-No, mi coronel, no está al habla. Me ha dictado el mensaje para que se lo transmita y ha colgado.

-Ah... Bien... léame el mensaje.

-Al coronel jefe de la 111ª Comandancia de la Guardia Civil: suspéndase entrada prevista en piso 12 letra C del nº 1 de la calle Mirlo.

Después de colgar, el coronel González mantuvo unos instantes su mano sobre el auricular, como si así asimilara mejor la contraorden. Luego miró a Aguado, que aguardaba con cara de desconcierto al otro lado de la mesa:

-Despide a tus hombres, Paco, y vámonos a dormir: se suspende la operación.

-¿Quién lo manda?

-Puerta del Sol. Eduardo Blanco. Y en plan ordeno y mando, dictándole la orden al comandantillo de servicio como si yo fuera un mindundi..

Temía Kissinger encontrarse con un Carrero chovinista, persuadido de la superioridad del franquismo y empeñado en perpetuarlo. No deseaba Kissinger encontrarse con ese espécimen Carrero. Sin embargo, el retrato era cierto y con ese Carrero se encontró.

Llevaban tres cuartos de hora de conversación y estaban en un punto muerto. Carrero no cedía. ¿Renovar los acuerdos sobre las bases? No quiso ni hablarlo. ¿Autorizar el uso de Torrejón, Rota o Morón para la guerra en Próximo Oriente? Ni media palabra. ¿La OTAN? Tendrían que pedírselo a coro.

Cuando Kissinger pensaba que el carril del presidente había llegado a su station terminus, Carrero planteó el riesgo que corría España de "una agresión militar desde cualquier país árabe norteafricano, porque ser aliados activos de EEUU puede pagarse caro".

Debió de ser entonces. Carrero se levantó, fue hacia su escritorio en la sala contigua, una potente mesa de Isabel II, y volvió con una carpetilla que tendió a Kissinger.

-Yo hubiese preferido no tener que sacar este informe...

Eran los dos folios radiactivos que el comandante Velarde había redactado un par de días antes: el Proyecto Islero, listo para su puesta en marcha.

-No vean en esto un desplante, ni un desafío, sino un aviso leal. España tiene capacidad para desarrollar su propio armamento atómico. Y, tal como nos ponen las cosas, estamos dispuestos a hacerlo.

Con ese par de folios le daba ahora una respuesta frontal a Kissinger.

Aquella misma mañana (19 de Noviembre), a las 9.45, en la sede de la estación CIA-Madrid, planta novena de la Embajada de EEUU, y más exactamente en la sala blindada Faraday, se había recibido una llamada desde Langley, cuartel general de la CIA-Virginia. El director, William Egan Colby, tenía un mensaje urgente: El doctor Kissinger debía salir de España lo antes posible. Se le recomendaba concluir su visita oficial inmediatamente después del almuerzo en la legación y que bajo ningún concepto pernoctase en Madrid.

Kiskur circulaba por la zona para vigilar y tener a punto el motor del Seat blanco. Se detuvo en la calle Hermanos Bécquer. Quería cerciorarse de que Carrero ese día iba a la iglesia. A las 8.55 lo vio salir del portalón de su casa, empaquetado en su abrigo gris marengo, y subir al Dodge. Recorrió el trayecto que haría Carrero después de oír misa. Tal como habían convenido, al pasar por la esquina de Claudio Coello con Diego de León, desde el coche sonrió a los electricistas. Era una seña de que el Ogro estaba en la iglesia.

Ya lo veo! -dijo Atxulo-. Vienen los dos coches.

Argala protegía entre sus piernas la cartera de electricista y miraba también. En el bulevar de Juan Bravo, los Dodges cedieron el paso a los vehículos que bajaban hacia Serrano. Enfilaron Claudio Coello despacio, muy despacio. Antes del cruce con Maldonado, otra parada, para que una mujer con su niña atravesaran el paso de cebra. Reanudaron la marcha, ya casi en el 104. Argala, abajo, concentrado en el botón de la batería y esperando el aviso. Cuando el coche de Carrero se puso a la altura del Austin Morris, Atxulo dijo "¡ahora!" y miró qué ocurría. Décimas de segundo. Un impacto sordo, seco. Un buuuum muy amortiguado. Eran las 9.36.

Casualidad o causalidad: los cambios en el calendario del comando etarra se correspondían con los cambios en el calendario del doctor Kissinger. Posiblemente, sin saberlo ni él ni ellos. Pero los hechos son tozudos: ETA iba actuar el 18, cuando la visita de Kissinger estaba programada para los días 21 y 22. Al adelantar Kissinger su viaje al 18 y 19, ETA retrasó su actuación al 20.

De la Torre (Luis de la Torre, juez instructor de la causa por el asesinato de Carrero Blanco) repasó la rueda de prensa de Burdeos. Los enmascarados también dijeron que la galería tenía forma de T; aunque en su información el travesaño horizontal medía seis metros, no ocho; y la sección del túnel era de 0,40 por 0,40. Pero no, no cuadraba. Lo que ETA dijo en Burdeos y lo que decía en el libro (se refiere a Operación Ogro. Cómo y por qué ejecutamos a Carrero Blanco, escrito por ETA)] no se correspondía con el informe de la Policía Judicial en la inspección ocular del subterráneo, hecha el mismo día del asesinato. Con prosa carpintera de atestado, el informe desmentía la versión de ETA.

¿Se trataba de dos túneles distintos? ¿O de un mismo túnel, pero muy reformado? En tal caso, eran dos descripciones del mismo túnel, una hecha "antes" y otra "después". En algún momento, el túnel fue alterado. Y ETA no lo supo. (...)

El otro interrogante que traía de cabeza al juez era el del explosivo. Los de ETA se contradecían entre ellos y cara al público. Los encapuchados de Burdeos dijeron 45 kilos de dinamita "distribuida en tres cargas de 15, 15 y 15". En el libro Operación Ogro, daban cantidades distintas sólo con pasar la página.

No era anómalo sino muy pertinente que el SECED, un servicio espía de inteligencia y contravigilancia, destacase uno de sus equipos para tomar muestras en el cráter y analizarlas.

Al parecer, encontraron vestigios del explosivo militar C4. Más delatores resultaron otros elementos que aparecieron en las muestras: un dioctil plastificador, aceite de motor SAE-10, aluminio, el aglomerante poliisobutileno, y restos quizá del iniciador y del multiplicador. Todo ello señalaba en una dirección: un alto explosivo plástico militar made in USA.

Los fenómenos observados en el momento del atentado eran típicos del C4: la explosión instantánea, a una velocidad de 29.000 kilómetros por hora, 23 veces más rápida que la del sonido. Por eso, reventó la calzada y saltó por los aires el Dodge Dart antes de que se oyera la detonación. El hongo de gases, formando una columna de humo espeso en un movimiento incesante, vertiginoso, del nitrógeno y los óxidos de carbono desprendidos. El efecto violento y rompedor.

En la gama de altos explosivos militares, el C4 es uno de los más potentes, 1,34 veces más que el trinitrotolueno, TNT. Habrían bastado 60 kilos. De ahí que la arqueta contenedora fuese pequeña.

El C4 sólo se fabricaba en EEUU y para uso exclusivo de sus Fuerzas Armadas. No se podía comprar en el mercado legal.

Como servicio secreto, el SECED no tenía competencias policiales; tampoco podía personarse en la causa a cara descubierta aportando sus datos; ni menos aún presentar una denuncia. Por eso, no entregó el peritaje al juez instructor. Era un diagnóstico comprometedor y sensible: a la vista de los efectos mecánicos de la explosión, y tras el análisis de los materiales impregnados en la tierra del sótano, el SECED descartaba la dinamita y el XP como agentes del atentado, y señalaba otro explosivo plástico, el C4, de uso exclusivo militar y que entonces sólo se producía en EEUU.

En cierto momento de la instrucción del sumario, el fiscal Herrero Tejedor redactó un dictamen confidencial acerca del atentado y su investigación, y se lo llevó personalmente a Franco.

Sin embargo, el juez barruntaba, intuía... Sí, los autores materiales eran conocidos, pero empezó a extenderse una sombra de sospecha: había alguien más que ETA (comentó tiempo después el magistrado De la Torre). Me llegaban comentarios, fragmentos de datos, rumores, de que el atentado contra Carrero había sido organizado por otros, y que ETA había actuado como una pandilla, como mano material de otros, de la CIA. Y no estaban infundados esos rumores. ¿A quién iba a beneficiar la desaparición de Carrero? A todos los que querían evitar que la dictadura de Franco se prolongase. Ésa era la sospecha que flotaba en el ambiente.

Nadie creía que aquella enormidad tan bien preparada hubiese sido obra de ETA y sólo de ETA. Conocía al general Manuel Gutiérrez Mellado. Como segundo jefe del Estado Mayor, estaba al día de los secretos de Estado y también de las... penumbras.

Le planteó la cuestión.

-De los elementos españoles, está claro que la autora es ETA. Pero de los extranjeros... ¿pudo haber detrás otro sponsor, otro socio interesado, que no fuese la CIA?

-Hombre, la CIA tenía una motivación política. Carrero era la única persona en quien Franco confiaba al cien por cien. Pero era un hombre muy duro, políticamente, se entiende. Con él al mando, a la muerte de Franco hubiese continuado todo igual. O peor: el futuro del régimen sería un autoritarismo reforzado y por un montón de años. Eso, y pensando sólo en la Alianza Atlántica, a EEUU no le interesaba nada. Nada. ¿Qué organización podía estar más preparada para evitarlo que la CIA? Y ya sabemos que la CIA tiene cierta... especialización. No tendría nada de particular.

-Bien, lo que me dices es muy coherente, pero no es más que un silogismo.

-Por supuesto, es una opinión. Si quieres, un reflejo de muchas otras muchas opiniones y argumentos que derivan hacia ese terreno. Cargarse a Carrero ha sido el modo más contundente de asestarle una puñalada al franquismo.

Gutiérrez Mellado era un fumador empedernido. Un chain smoker. Aplastaba la punta de un cigarrillo y, sin mediar una pausa, como si formase parte de la misma operación, encendía el siguiente. Aspirando a pleno pulmón la primera bocanada de un nuevo pitillo, preguntó:

-¿Me has dicho que el asunto CIA no lo tienes en el sumario...?

-Eso te he dicho. No he investigado en esa línea. Hay indicios; pero si no se apoyan en hechos probados, no puedo incoar un procedimiento.

-¡Pies de plomo, Luis! Bueno, tú en esto sabes trigonometría...

-Dadas nuestras relaciones de dependencia con EEUU, yo no puedo dar ahí un mal paso, decir de pronto "procedo contra la CIA, cito para que comparezcan a declarar los señores X, Y, Z". Podría desencadenar un conflicto serio entre Estados. Es un tema muy peliagudo.

-Sobre todo, que la CIA no son cuatro detectives que contratan a un par de hampones para un trabajo sucio.

-¿Cómo que no?

-Bueno, eso también. Lo que quiero decir es que la CIA diseña sus operaciones, como todo servicio de inteligencia, pero no actúa por su cuenta. Es una agencia estatal. Cumple las misiones que le ordenan los de arriba. Es una mandada del Departamento de Estado. Por tanto, no ya Langley, todo el imponente aparato de Washington saldría en su defensa.




25 comentarios:

  1. Impresionanrte relato nos entregas aquí. A saber qué pasó aquél diciembre de 1973. Si algunos hablasen ¡vaya revolución en la historiografía española de la época del franquismo! No creo que lo sepamos nunca. Sabía eso de que España estab iintentando hacer una bomba atómica en Soria, creo, o en las cercanñias de Madrid, cerca de Getafe, en La Marañosa, lugar de armas químicas del Ejército. Jugábamos a Almadineyah en aquellos años, jejeje.
    Hace casi 20 años el fallecido historiador Javier Tussell, publicó un buen libro: Carrero, la eminencia gris del régimen de Franco. La tesis era muy simple: Carrero estaba ya muy cansado y quería retirarse. Mucha gente, irresponsable y lamentablemente, decía que España debía a ETA la democracia por asesinar a Carrero. Nada más lejos de la realidad. Según Tussell, de no haber habido atentado, la democracia hubiese seguido, pues había franquistas militares mucho más ultras que Carrero y que se tuvieron que callar, como Pita da Veiga. Carrero se hubiese ido a casa en 1975 o 1976 y Suárez o Fraga hubiesen llegado al poder también.
    Pero bueno, es historia ficción y habría que meterse en la cabeza de el amirante cántabro.
    Muy buena entrada.
    Saludos don Javier.

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  2. Aquél día de diciembre solo ganó ETA y perdimos los españoles.

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  3. DON JUAN
    Ya entonces, aquel 21, se habló fuera de prensa de que la embajada americana estaba en el ajo del atentado, así como altos jefes franquistas.

    Recuerdo que un madrileño que llegó el mismo día del atentado por la noche a San Sebastián, me dijo que todo era muy raro. Que cuando en un país, y más en una dictadura, asesinan al jefe del Gobierno lo primero que se hace es bloquear todas las salidas de Madrid por vía aeropuerto, carreteras, ferrocarriles, etc. y que él había salido de Madrid por la tarde en coche y sin ningún control de nada en ninguna parte.

    También se comentaba que el tunel estaba pegado a la embajada americana y que era insólito que los gringos no hubieran detectado movimiento en los alrededores de su edificio. Que todo eso no podía ser sin la colaboración de los propios gringos.
    Y fue muy comentado que la víspera a última hora se largara Kissinger cuando estaba previsto que iba a durar más su visita.

    No, no creo que viviendo Carrero se hubiera producido la Transición tal como se hizo. Suarez nunca hubiera llegado a Primer ministro y el Borbón no dispondría de ninguna competencia no permitida por Carrero.

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  4. En ese caso, España tuvo la última herencia maldita del franquismo: ETA, la cual aún sufrimos hoy. ETA fue la gran vencedora de aquél día.

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  5. DON JUAN
    Tampoco. Y no seas blanco o negro. Eta fue utilizada como herramienta o como simples pringaos para ejecutar una decisión de Nixon. Fueron los gringos los que volaron a Carrero.

    Y lo mismo piendo respecto del 11-M : utilizaron a Eta pero los cerebros estaban en las jefaturas policiales controladas por Vera.

    Respecto a Javier Tusell, y sin el menor ánimo de molestarte, su competencia de historiador me merece la misma credibilidad que Fray Bernardino de Estella, el capuchino que decía que Adán y Eva hablaban en vascuence.

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  6. Interesantísimo artículo en el que recoges y sintetizas muchas informaciones y comentarios que han circulado con mas bien poca o nula difusión.Hay un aspecto de la personalidad política del Almirante que creo que es crucial: Carrero fue junto con su equipo de Presidencia en el que Lopez Rodo era su primer espada, el máximo impulsor ante Franco de la sucesión en la persona de Juan Carlos y parece que tenía un diseño propio de la transición no tan "ultra" como podría parecer; tambien parece que tenía puentes de comunicación bastante fluidos con algunos miembros del PSOE en particular con "Isidoro".
    Evidentemente fuera quien fuera el inductor del magnicidio, no cabe duda que todo hubierasido distinto con Carrero pilotando la transición.

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  7. Gran articulo.Dentro de la antipatia que todos sentian por Carrero Blanco,Por lo meno ahi un punto en su favor.este es en mi opinion. su fuerte patriotismo osando plantar cara a los Yankee.Con razon se lo cepillaron.un saludo.

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  8. Este tema da mucho juego. La familia dice que Carrero sabia que le iban a pedir que diera paso e hiciera mutis por el foro, que el mismo decía que antes que nada era un marino y que los marinos obedecen hasta el final. Pero los yanquis no lo creyeron así. Los etarras fueron un espantajo y traspantojo?. Me hace gracia Carlos el Chacal cuando dice que ese trabajo se lo encargaron a él, pero que estaba ocupado y por eso no lo hizo, que payaso y fantasmón. Veo que te falta una de las patitas del banco, aquí te dejo una cosica. A ver que te parece.
    Saluditos.
    http://youtu.be/YdlcmhKo3Tw

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  9. Plas plas plas (tres minutos de aplausos!)
    Magistral entrada amigo, de las de quitarse el sombrero.

    Algunas cosas como que la CIA estaba detrás del atentado las había oido pero no con esta clarividencia. Desde luego, las cosas encajan al milimetro. Viendo esto, ¿Que no habra detrás del 11/M? ¿Estaban metidos los fontaneros de las cloacas del PSOE? ¿Lo llegaremos a saber algún día?

    Y lo de que estabamos preparando la bomba atomica me ha dejado de piedra. Aunque no me extrañaría, la unica dictadura de Europa para defenderse y hacerse fuerte, enseñando los dientes y la bomba.
    Realmente surrealista.

    Lo dicho, una entrada de las buenas y motivantes para que caiga yo por aquí.

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  10. F.J. EUGENIO
    Sí, Carrero era ante Franquito el sostén de Juan Carlos, el que impuso que le sucediera y no el Dampierre.
    Pero todo eso nada tiene que ver con su concepto de absolutismo inamovible que tenía de la vida española. Y de la relación de España con Occidente.

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  11. Estupendo y conciso relato.
    Yo siempre creí que los americanso, alog tenían que ver eb ela sunto.

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  12. DON AGUSTÍN
    En efecto, Carrero era un anti-norteamericano total y también anti-Otan. Por eso no interesaba que se quedara con el Poder que le iba a caer en breve.

    Franquito se salvó de la invasión aliada en 1945-50 gracias a que los gringos vieron más interesante tenerlo a su favor con bases estratéticas contra la Unión soviética, y no hicieron caso a los "demócratas" que clamaban por quitarlo, entre ellos el aspirante a rey Don Juan, padre del actual rey.

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  13. DON CARRETE
    Efectivamente los etarras eran unos simples pringaos encargados del trabajo sucio, pero absolutamente ajenos a la decisión de eliminar a Carrero. Tanto los explosivos como el plan de los túneles a excavar para colocarlos procedían de la CIA.

    Lo de Villalonga me parece una fantochada. Este señorito nunca ha pintado nada en ninguna parte. Quizá lo utilizara alguien de recadero y sin saber muy él de qué iba la cosa.

    Eso de que Carrero era marino y se iba a retirar es como decir que era aficionado al futbol y fan del Real Madrid.

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  14. Gracias, DON LORENZO, por los aplausos.

    Lo de la Cia y Carrero encaja, como bien dices, al milímetro con todas las actuaciones tanto de Kissinger como el hombre fuerte Walter Vernon de la Cía ( general de 4 estrellas con Nixon).

    Y lo del 11-M tengo el convencimiento de que nuevamente los etarras fueron UTILIZADOS como mano de obra o herramienta en un complot dirigido desde las cloacas del Estado en donde mandaban los policias que había designado como de confianza el Psoe y que Aznar no tocó.

    Es ya sabido que las informaciones tras el atentado 11-M, las veraces, llegaban a manos de Rubalcaba y la Ser y el ministro de Interior Acebes vivía en la inopia.

    Lo de las armas nucleares de Franquito es una de la tantas leyendas existentes y hasta posiblemente cierta ya que entonces el más pobre Estado de Europa como era España sin embargo era el mayor fabricante y exportador de misiles, con licencia Usa.

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  15. DON MAMUNA
    Gracias por el comentario.
    Un cordial saludo

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  16. Excelente artículo, no se Don Javier si se habrá basado en ese libro que creo se llama 'Todos quieren matar a Carrero'. Escuché algo del mismo y creo que los tiros iban por estos railes.

    Desde luego, muchos datos que no pueden ser coincidencia. Además del interés histórico de la cuestión, y desmitificador de ETA de paso, creo que tiene un interés especial. Y me refiero a algo ya citado, las similitudes con el 11m.

    Porque del 11m, lo cierto es que no sabemos quien lo ordenó, ni sabemos siquiera qué explotó, ni sabemos quienes lo ejecutaron. Sí que sabemos porqué se produjo: para cambiar una más que posible victoria del PP y generar un cambio que modificaría (como así ha pasado) el devenir de España para los siguientes 20-30 años por lo menos.

    Y que a España le vaya mal, le conviene a muchos paises y gentes. No se quien fue, pero soy de la teoría de que haya detras un casus-belli, y que de ahí el interés de TANTOS por ocultar esta masacre.

    El problema es que cuando estas cosas no se aclaran, tienden a repetirse.

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  17. SEÑOR OGRO
    Todo lo relacionado con la voladura de Carrero era tema en el que estaban los más importantes servicios secretos mundiales : desde el Mossad a la Sécurité francesa, y que era muy sospechoso que durante meses se construyera un tunel pegado al edicifio de la embajada norteamericana. Y con el dato publicado ahora de que el explosivo era de origen MILITAR USA, ya no cabe duda alguna de que Nixon se cargó al que se suponía iba a impedir la llegada de la democracia.

    Carrero era antifalangista y totalitario por esencia. Su objetivo expresado era que el franquismo continuara a la muerte del fundador. Y eso iba contra los planes de americanos, alemanes, franceses, israeliés, etc. y que llevaban años organizando una "transición" a la democracia con dinero y amparo a un mindundis como era Felipe Gonzalez o Isidoro. Y el Borbón estuvo en el ajo al igual que luego lo estuvo en el asunto del 23-F.

    Lo del 11-M es otra cuestión distinta : ahí los directores del plan eran del Pesoe con conocimiento de los servicios secretos franceses e israeliés e incluso marroquies, y sin ninguna duda también de la Cía, porque no les gustaba la actitud de Aznar, tan de ir por su cuenta.

    Siempre se olvida al tratar estos temas que la CIA se cargó a Allende en Chile, al comunista presidente de Guatemala Jacobo Arbenz, y ayudó a la llegada de la dictadura argentina de los milicos.

    En Europa estaba previsto que España se integrara en la Otan y para ello, tiempos de guerra fría, era necesaria una apariencia de democracia. Asunto que detestaba Carrero.

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  18. Don Javier, en lo de Carrero, todo cuadra.

    Pero en lo del 11m, ¿la CIA?..¿con las excelentes relaciones de Aznar-Bush?... ¿El mossad con lo que el cambio suponia en las relaciones españa-israel?. No tiene sentido, no cuadra ni a martillazos.

    En cambio, si me cuadra lo de marruecos, si me cuadra lo de francia.

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  19. Es muy interesante el post en sí, pero deja un regusta raro. Porque, en definitiva, viene a decir -si no me equivoco- que ningún Estado pequeño es, en realidad, soberano, que el pueblo no es soberano y que en el caso de los españoles, concretamente, todo lo que nos ocurre es un albur que no depende de nosotros mismos sino de intereses que, a veces, se nos escapan. Aunque no nos diferenciemos, basicamente, de lo que les ocurre a otras naciones.

    Pues da un poco de miedo, porque no podemos saber nunca los planes reales de los que nos gobiernan, ni si estos planes van a chocar en un momento determinado con determinados intereses internacionales.

    Y sobre todo, que nunca sabremos qué ocurrió el 11M, que es algo que por pertenecer a nuestra historia reciente, nos pilla más de cerca y duele de forma particular.

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  20. Leyendo el último comentario de Señor Ogro, coincido totalmente.

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  21. Sorprendido dejado me has Tella, siempre me llamó la atención el hecho de que no fuese detectado ese "pequeñito" túnel que hicieron.

    Por lo demás ni un pero, y lo mismo los etarras se pensaron que habían hecho un trabajo perfecto ellos "solitos".

    Y del 11M ninguna duda, ese atentado ya lo iban a haber hecho en Madrid unas semanas antes, con furgoneta cargada, con móviles para detonar... pero esta vez creo que quien movía los hilos eran Marruecos y no sé si Francia.

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  22. DOÑA CANDELA
    Pues desengáñate porque siempre son dos o tres grandes potencias internacionales las que mueven el Mundo. Y así ha sido antes y ahora.

    Los países sudamericanos tienen mucha experiencia de eso. Y nosotros desde que la escudra naval española, la más poderosa del Mundo después de la británica, dejó de ser un peligro por desidia de gobernates, tuvimos el escarmiento de los barcos yankees arrebatándonos Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Y eso que aún disponiamos de acorazados que producían terror en Usa pero que estaban siempre "aparcados" en puerto y obsoletos. Los british con su Navy gobernaron el Mundo hasta la Segunda Guerra Mundial.

    Lo del 11-M sí lo sabremos. Cuando pase algún tiempo y algunos comiencen a soltar secretos. Para empezar sabemos que el Borbón dió el Vº Bº a Armada para dar el golpe del 23-F y que estaban involucrados desde Ansón a Felipe Gonzalez.

    Lo de Eta ha sido siempre una tapadera o utilización de "pringaos" para fines más importantes. Nunca las cúpulas policiales han dejado de tener tratos directos con los jefes etarras. Dentro de esos tratos se halla el permitir que la Policia detenga a los mindundis etarras ( por mucho que digan que son "jefes") a cambio de otros "favores" que les hacen a los etarras.

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  23. DON ISRA
    Sabía o presuponía que el tema te iba a interesar dadas tus aficiones a la Historia moderna. Yo no tengo la menor duda respecto a la autoría del asesinato de Carrero : NIXON y sus Vernon Walters y Kissinger como ejecutores teoricos.

    Los etarras han sido utilizados demasiadas veces por oscuros intereses políticos de diversas procedencias. Y si te fijas, siempre, siempre, detrás y escondido como rata hijoputa, se halla el Peneuve.

    Lo del 11-M, a mi parecer, contaba con la colaboración de los servicios secretos marroquiés pero los ejecutores teóricos se hallaban en esos altos cargos policiales que hicieron posible la destrucción de huellas. Naturalmente a las órdenes del Rubal.

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  24. Excelente post.

    Yo era muy cría, pero es imposible que no se te quede grabado un atentado de semejantes características.

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  25. DOÑA MARIBELUCA
    Sí, por muy pequeña que fueras la magnitud de la noticia con sus conversaciones de adultos delante tuyo, tuvo que dejarte rastro del tema.

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