03 octubre 2011

Españoles S.S. del Berlin final

Lucharon por Hitler hasta las últimas consecuencias, desoyendo al mismísimo Franco. No eran mercenarios, sino voluntarios. En su nueva novela `Niños feroces´ y en este reportaje, Lorenzo Silva nos revela la desconocida historia de este puñado de españoles cómplices de la mayor barbarie del siglo XX.

MIGUEL EZQUERRA
La Vosstrasse es hoy una calle discreta, con descampados y bloques de viviendas. En buena parte de su longitud se encuentra en obras. Ningún letrero oficial recuerda lo que la ocupaba antes, pero el viajero avisado sabe que hay gato encerrado, como en tantos otros lugares de esta zona céntrica de Berlín, donde hasta
el año 1989 se alzaba el muro que dividía la ciudad.

En esos días, según los libros de Historia (y, singularmente, el excelente y vibrante Berlín, 1945, de Antony Beevor), la defensa del sector gubernamental de la capital del Reich estaba en manos de algunos restos de unidades alemanas, un puñado de niños de las Juventudes Hitlerianas y de viejos de la milicia popular Volkssturm y un contingente de voluntarios franceses y escandinavos de las Waffen-SS, extranjeros repudiados por sus países que fueron quienes de hecho llevaron el peso de los combates.

Mucho menos se suele mencionar, y por tanto saber, que entre esos voluntarios de las SS había también un batallón de letones y, lo que más nos interesa, una pequeña y extraña unidad de españoles.

Cuando el 30 de abril de 1945, a eso de las 15.30, Hitler acabó con su vida en el búnker, aún había algunos de ellos luchando en las inmediaciones de la Vosstrasse. Cumplían así el juramento de fidelidad que le habían prestado al Führer. Al principio de la batalla eran, como mucho, un par de cientos. Muy lejos del millón de bayonetas españolas que el día de San Valentín de 1942 había prometido Franco para el caso de que los rusos llegaran a Berlín.

Pero allí estaban. Por voluntad propia y contra las órdenes del propio Franco. La mayoría murió bajo las balas soviéticas, en combate o al caer prisioneros. A unos pocos se les perdonó la vida y sufrieron largo cautiverio en Rusia. Otros lograron escapar casi milagrosamente. Su historia es una de esas que despiertan una fascinación casi irresistible.

¿Quiénes eran aquellos españoles y cómo llegaron hasta allí? La respuesta no es fácil, ni cien por cien segura. Conservamos algunas fotos y documentos que atestiguan la presencia y el itinerario de algunos de ellos. El comandante Miguel Ezquerra, el jefe de la unidad, y el alférez Ocaña dejaron su testimonio en sendos libros. Pero en el más detallado, el de Ezquerra, se observan contradicciones entre sus dos ediciones (una portuguesa poco después de la guerra y otra española muy posterior) y, aunque en su relato demuestra un conocimiento de la topografía de la ciudad y del desarrollo de la batalla que hacen difícil considerarlo un impostor, hay otros pasajes poco verosímiles.

Depurando la información disponible, con la ayuda de los historiadores que se han ocupado del asunto (como Carlos Caballero Jurado, que entrevistó a algunos de los supervivientes), puede decirse que aquella unidad tenía una composición bastante heterogénea. Algunos eran antiguos combatientes de la División Azul y la Legión Azul que se habían negado a volver cuando la última fue repatriada (en marzo de 1944) o que, tras regresar, y cuando ya España, por voluntad de un Franco deseoso de congraciarse con los victoriosos aliados, había adoptado el estatuto de potencia neutral, cruzaron ilegalmente la frontera para unirse a las tropas alemanas.

Otros eran jóvenes, fervientes falangistas y anticomunistas que no habían estado en la campaña de Rusia, pero acompañaron a estos veteranos en su aventura.

Tampoco faltaron, al parecer, algunos de los 50.000 españoles que se calcula que a la sazón trabajaban en la industria bélica alemana y que se alistaron como soldados para eludir la muerte que los amenazaba en los bombardeos continuos sobre sus fábricas. Incluso se dice que algunos de ellos eran antiguos combatientes republicanos, o rotspanier, en la jerga nazi, a los que hay constancia de que Hitler llegó a pensar en reclutar de forma general.

Con tan diferentes orígenes y extracciones, los vericuetos que siguieron aquellos españoles para acabar defendiendo el Tercer Reich en su batalla terminal fueron variopintos y, en algún caso, casi increíbles.

Muchos iniciaron su periplo en Versalles, en el todavía hoy existente Quartier de la Reine (en el 5 de la Rue Carnot), donde se reunió hacia mayo-junio de 1944 a aquellos voluntarios que los propios alemanes no tenían gran interés en hacer demasiado visibles, porque seguían comprando materias primas estratégicas a Franco. Luego marcharon a Stablack, en Prusia Oriental, donde se los instruyó, y desde allí se repartieron por diversos frentes. Unos acabaron en Yugoslavia luchando contra los partisanos de Tito; otros, en Italia; otros, en Rumanía tratando de parar a los rusos en los Cárpatos…

Los supervivientes de estos últimos, todavía encuadrados en la Wehrmacht o ejército regular, acabaron compartiendo cuartel en Stockerau, cerca de Viena, con un contingente croata con el que mantuvieron pésimas relaciones. Eso fue lo que movió a muchos a acudir a la leva organizada por la división Wallonie, del belga Léon Degrelle, en la que constituyeron dos compañías y se pusieron por primera vez el uniforme de las Waffen-SS. Con él participaron en la dura batalla de Stargard, en Pomerania, a comienzos de 1945. Los que salieron vivos de ella constituían la columna vertebral de la unidad española de las SS, que se formó en marzo en Potsdam a las órdenes de Ezquerra y que acudió a defender a la desesperada Berlín el 21 de abril de 1945.

Los llamaron el Batallón Fantasma. Gente a la que hoy nos cuesta comprender y que en medio de los escombros, junto a los niños feroces de las juventudes hitlerianas, se enfrentaron a cuerpo a los tanques soviéticos. Aunque no pocos, en cuanto vieron lo que había y pudieron, pusieron pies en polvorosa.

No eran mercenarios, no había provecho en unirse a quienes a aquellas alturas habían perdido notoriamente la partida: algunos eran soldados crónicos, adictos a la guerra; a otros los movía el fervor anticomunista; más de uno podía alegar que lo llevó allí el azar de los acontecimientos. En cualquier caso, se trata de un grupo de españoles en el hecho histórico central del siglo XX.

Lorenzo Silva

NOTA DEL BLOG
En abril de 1945, el coronel Miguel Ezquerra mandaba las tres compañías de la Waffen SS “Unit Ezquerra”, cuya composición era:

• 100 españoles que, como el mismo Ezquerra (capitán en la Div. Azul), habían servido en la División Azul, pero permanecieron en el servicio alemán.

• 150 españoles reclutados que habían cruzado secretamente la frontera franco-española cerrada por Franco.


Los hombres de la “Unidad Ezquerra” estuvieron entre las últimas tropas que combatieron a los rusos en las ruinas de Berlín. Ezquerra condujo a sus hombres hasta el sótano del Ministerio del Aire, y combatió en puntos estratégicos: Anhalter Banhof, Moritz Platz, Potsdammer Platz, Ubhan Anhalter...El teniente Ocaña fue hecho prisionero en frente del Hotel Excelsior.Existen testimonios de absoluta credibilidad, como el del periodista Rodríguez del Castillo (última representación de la Embajada Española en Berlín), que testifican la existencia y combates del Sturmabteilung "Ezquerra" durante los últimos días del Tercer Reich. Ezquerra, que aseguró haber destruido 25 tanques soviéticos, sobrevivió a la batalla escapando de Berlín disfrazado de trabajador español, al igual que otros miles de españoles, según Rodríguez del Castillo, para llegar a España vía Francia-Pirineos.




19 comentarios:

  1. Se ve que hay españoles en todos sitios y en todo evento. Y claro, no podían faltar algunos defendiendo a Hitler.
    Gracias me ha hecho la cantidad de españoles al lado de Hitler cuando Franco prometió 1 millón ni más ni menos.
    Supongo que muchos de los que fueron no habrían ido de haber tenido claro el cometido y lo que ahora, desde fuera y con la perspectiva del tiempo, sabemos.

    Saludos.

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  2. Interesantes detalles de la última página de la Segunda Guerra Mundial. Sabía de la existencia de ese grupo de españoles en la batalla de Berlín, pero sin detalles. El autor que expones es muy interesante: Lorenzo Silva, el especialista en las guerras de Marruecos y un novelista joven y que promete.
    Sorprende el fanatismo de la mayoría de esos falangistas anticomunistas que siguieron en la lucha incluso cuando estaba perdida la Alemania del III Reich y cuando su Caudillo les ordenó volver a España.
    Aquella desgraciada guerra europea y mundial, que se inició en nuestro país tres años antes y que sirvió como experimento de esta II Guerra Mundial: los bombardeos de Madrid y los túneles del Metro como luego en Londres, el fuego incendiario que sólo buscaba matar civiles como en Guernica, como sucedió en Dresde, etc, etc.
    Lo peor: el odio entre hermanos, primero en los campos de batalla en España, y luego en los campos de Europa. Posiblemente luchasen y se volviesen a encontrar en las trincheras esos divisionarios azules y aquellos guerrilleros republicanos encuadrados en el ejército soviético o en la gloriosa División Leclerc al entrar en París los primeros.
    Lecciones de historia que debiesen de saber los españoles jóvenes de hoy.
    Saludos Tella. Buenas noches y gracias por enriquecer las entradas de esta mañana sobre la guerra civil.

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  3. Hombres valientes a los que la memoria histérica ha olvidado. Hombres que dieron su vida por unos ideales en los que, equivocados o no, muchos creían y otros que los defendieron por compromiso. Todo estos nos recuerda que el español fue una vez el más valiente y bravo de los soldados, temido en toda Europa y capaz de infringir miedo al más duro de los rusos, alemanes o franchutes. Tampoco hay que olvidar a los republicanos que defendieron París de los nazis mientras los gabachos corrían con el rabo entre las piernas.

    Valerosos soldados que compatieron a cientos de kms de distancia y que hoy son olvidados por su pueblo, como por ejemplo los miles de soldados austracistas que tras la derrota del archiduque-emperador Carlos VI en la Guerra de Sucesión Española fueron enviados a Hungría, el Banaro y Transilvania para combatir a los turcos.

    Asco de país que olvida a sus hombres.

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  4. ELENA
    Sí, indígenas paisanos los ha habido y hay por todas parte y en donde menos te lo esperas, como aquel gallego apareció como rey de una tribu de indios en la selva amazónica.
    Ya ves cómo las cosas de la política hacen decir tonterías que luego resultan ser muy inoportunas.

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  5. DON JUAN
    Lorenzo Silva escribe una novelas policiacas que son una delicia y en las que el protagonista investigador es un sargento de la Guardia Civil.

    Ese fanatismo de aquellos falangistas es comparable al de los etarras de hasta hace poco y de los batasunos actuales. Lo que me hace gracia es que el jefe de aquellos llevaba apellido vascongado.

    Hoy también hay aún falangistas y existen montones de blogs de que pura propaganda falangista. Increíble. Como muestra la tienes en muchísimos de los blogs adheridos a un grupo llamado "Red Hispania".

    Hay también grupos falangistas ultras, dirigidos por el descerebrado de Inestrillas, que un par de veces al año se montan en autobuses en Madrid y se vienen a San Sebastián a armar camorra. Aquí siempre los esperan y reciben otros que son muy parecidos a ellos : los borrokas batasunos. Y tras la habitual batalla de palos, con los huesos bien repasados suelen volverse a donde salieron.

    Al fin y al cabo ambos tipos de camorristas son camadas de lo mismo : nazismo.

    Lo de entrar en tu blog y comentar es una obligación mía ya que tú lo haces diariamente en el mío.

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  6. CAROLVS
    No te pases que una cosa son los miles de paisanos que en cada ocasión han aparecido en uno u otro lugar y los fanatizados totalitarios capaces de irse al Bunker de Hitler cuando ya no quedaban alemanes nazis de los que echar mano.

    En este aspecto de trotamundos aventureros, que se hallan en cualquier rincón del Globo, creo que aún nos ganan los ingleses. Lo de los austracistas es destacable y es una pena haber sido olvidados, pero otros están mejor en la ignorancia perpetua.

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  7. Que fueran a la division azul a luchar contra el comunismo, se puede entender en aquel contexto y tras lo que pasó en España.

    Pero ¿alistarse en las SS?. Sería interesante conocer sus motivos, ¿era solo la lucha anticomunista o compartían parte del credo de aquella asociacion de criminales?.

    Yo entiendo que era el ansia anticomunista que los movía, claro que tampoco tengo pruebas de ello, ni de lo contrario.

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  8. SEÑOR OGRO
    Tampoco yo puedo adivinar la causa de su fanatismo pero soy más partidario de creer que era por razón de su NAZISMO inoculado a través de Falange.
    Lo mismo que hoy paisanos nuestros están enfermos del virus polikarpiano llevado a sus últimas consecuencias, no es nada extraño que el falangismo de aquellos les llevara a adorar al mayor criminal del siglo XX junto con el georgiano Pepe Stalin.

    Probablemente para ellos era "glorioso" pertenecer a la SS, al igual que para otros lo es ser etarras libertadores por la "patria" (Aberri).

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  9. Ejemplos de la "heroicidad" de los españoles en las filas de la Wehrmacht hay muchos, hasta el punto de que en citas textuales de nuestro amigo Adolfito...

    "...Con soldados españoles y mandos alemanes conquistaré el mundo..."

    (en referencia a la valentía de los voluntarios de la División Azul).

    "...Si en el frente os encontráis a un soldado mal afeitado, sucio, con las botas rotas y el uniforme desabrochado, cuadraos ante él, es un héroe, es un español...”

    "...Había leído en la historia que el soldado español era el mejor del mundo, y ahora, viéndolos en el frente ruso, lo he comprobado. La División Española lucha en primera línea sin interrupción, en uno de los sectores más difíciles y de decisiva importancia para los combates defensivos. De este modo la División Azul ha hecho el más alto honor a su patria en la gran lucha anticomunista. Cuando la División Azul regrese a España tendremos que expresar tanto a ella como a su bravo general el reconocimiento debido a una lealtad y una valentía llevadas hasta la muerte..."

    Era una época de extremos, ahí tenemos a los violadores y asesinos de las BBII ensalzados como paradigma del soldado democrático (sic).

    Probablemente un porcentaje lo haría por ideales, otros por gasear algún judío, pero la gran mayoría por luchar contra el comunismo, que teniendo en cuenta lo que produjo no estuvo mal que algunos parasen su expansión.

    A lo mejor es que yo todo eso de la 2ª GM lo veo desde un punto de vista excesivamente objetivo y no me duelen prendas, por ejemplo, sentir fascinación por grandes batallas donde murieron miles de soldados (Kursk, Ardenas, Normandía, todas las batallas yankis/japos en el Pacífico tras Pearl Harbor...) o por la atracción que provoca toda la parafernalia y simbolismo nazi y como cautivó a millones de europeos y no europeos (que no sólo fueron alemanes).

    Por cierto Tella, bienvenido de nuevo a mis comentarios, jajajajajaja

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  10. DON ISRA
    Pero hombre, ya sé que en la meseta hace calor y que a veces produce alteraciones en el manganesio y silicio del cerebro, pero verte así de golpe y sin avisar opinando de los nazis, me causa tanto estupor como si me informaran que un escaner ha detectado movimiento eléctrico en las células cerebrales de Pepiño.

    O sea que Adolfito opinaba bien de los soldados españoles manque no fueran arios ni adivinadores del futuro.

    Lo que tu denominas "ideales" en unos tipos morenos, bajitos y siempre cabreados (como nos definía un gringo)para irse a pegar tiros en el Panteón mortuorio de un loco, podría ser también calificado de "transtorno mental no transitorio por razones de ingesta de sardinas de lata en mal estado".

    Gracias por la bienvenida a tu blog. Cada día me gusta más y trataré de visitarlo con más frecuencia.

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  11. Lo mío es solo una opinión, porque desconocía estos interesantes episodios. Creo que cuando se hace una cosa así solo es posible desde el idealismo, solo desde la fe fuerte en un ideal puede alguien jugarse la vida de esa forma.

    Si eran anticomunistas o quizá defendían una Europa unida, a su manera, ni idea. Pero valor no les faltó.

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  12. DOÑA CANDELA
    Claro, valor no les faltó, ni tampoco un irracional sentido de la vida civilizada.

    Ambas formas de ver el mundo también acompañaban a aquellos que seguian a los Pizarro y Hernán Cortés, pero al menos aquellos buscaban tesoros que resolvieran sus futuros.

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  13. Una persona que conocí, ya fallecida, estuvo en la División Azul y era casi un crío. Era una buena persona de verdad y no supo darse cuenta en ese momento de ese lado perverso.

    Por cierto, estuve en el castillo de Butrón y está hecho unos zorros y amenazando con derrumbarse aunque, así y todo, es precioso. Aunque se que es particular deberiais darle unas tobas a los responsables de Patrimonio. Sin contar con las piedras de las almenas, algunas se han caido y es peligroso.

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  14. ¡Donde no esté un ezpañol metiendo la cuchara!....
    Seguramente los SS ezpañole se liaron a tiros con los apañoles que peleaban junto a los soviéticos.
    Lo que nos gusta es el follón.
    Muy buena la historia.

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  15. DOÑA CANDELA
    No he estado en Butrón hace muchos años pero lo que me cuentas de su abandono es por culpa del GOBIERNO VASCO PENEUVERO. Tienen la maldita costumbre de declarar monumento nacional vasco cualquier edificio y luego no permiten a sus dueños tocar una teja ni arreglar una gotera. Ni por supuesto venderlo. De esa forma hay montones de edificios que sin tener valor alguno están ruinas, y montones de auténticas joyas que también.

    Conozco a varios que se han dirigido a la Consejera de Cultura actual (Responsable de todo esto) de PACHI LOPEZ para que hagan algo y no quieren ni oir el modificar nada que haya hecho anteriormente el PNV.

    Los sociatas actuales en el Gobierno Vasco son una nulidad absoluta, y los peneuveros creían que todos los terrenos, fincas y edificios eran patrimonio particular suyo.

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  16. DOÑA CANDELA
    Respecto a ese que era un chaval que se fue a la División Azul hubo muchísimos. Lo hicieron con buena fé y sin caer en la cuenta de que estaban apoyando al mayor mosntruo del siglo XX.

    La mayoría de los divisionarios, y conocí a bastantes tras su vuelta, estaban alcoholizados por culpa de los matarratas que les obligaban a tomar en el frente ruso para combatir al frío.

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  17. DON BWANA
    Conforme con su apreciación porque va en los genes de los hispanos o carpetovetónicos meterse en todos los follones habidos o por inventar y si además se tiene en frente a otros del mismo pueblo muchísimo mejor.

    Seguro que había en Berlín españoles saqueando y tiroteando con uniforme ruso mientras éstos de hoy vestian uniforme alemán de la SS contra ellos.

    ¿Qué me dice de las braquitas azulonas de la loca esa internacional?

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  18. Muy interesante Don Javier, daría para una excelente película, ideologías al margen. He visto como algunos se transforman al ponerse el camuflaje, gente dando tumbos o encabronada sin gustarles nada ni aparente vocación por nada. Se ponen el camuflaje, pegan cuatro tiros y se dan cuenta que no tienen miedo como los demas, que nacieron para eso. Se termina una guerra y se buscan otra, la guerra para algunos no es un medio es un fin en si misma y cuando mas se meten mas quieren, hasta que les toca la china. También y por supuesto muchos (creo que esto vale para todos nosotros y en cualquier momento)quedan atrapados-empujados por los acontecimientos. Que dios los hados o quien sea no pille confesados, porque cada día soy mas pesimista.
    Saluditos Don Javier, como siempre muy interesante y documentada entrada.

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  19. DON ZORRETE
    Esa teoría tuya me gusta más que todas las demás. Gente que se aficiona a las guerras, por eso se hacen mercenarios después lo mismo en el Congo que en Egipto, y que se convierte en una ADICCION.

    Quizá por ello, estos chicos del 45 que disparaban con uniforme de SS les importaba un carajo a quién defendian.

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