"Fuimos la generación de la espera. Nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando”, empieza relatando el vídeo. “Teníamos que esperar dos horas de digestión para no morirnos en el agua, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión"., según recuerda el video.
Los que podían, viajaban en un 600 sin cinturones de seguridad y sin airbag, y se hacían viajes de 10-12 horas con cinco personas dentro.
A la hora de jugar “montábamos en bicicleta sin casco. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Jugábamos a ver quién era el más bestia. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada. Era cosa de niños y las heridas se curaban con mercromina y unos puntos”.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día y solo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Y recuerda el video que no había móviles, sino algunos juegos como la pelota, las chapas, el rescate o la taba.
Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo y no en un chat diciendo tonterías.
Aunque sin mucho donde escoger, “comíamos dulces, pero no éramos obesos. Si acaso, alguno era gordo y punto”.
“Compartíamos botellas de refrescos y nadie se contagió de nada. Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar y algunos incluso chupaban el grifo”. Y este chicle de fresa era la estrella:
Genial la descripción de aquella infancia. Había carencia de casi todo pero la juventud y los niños se lo pasaban muy bien disfrutando de una libertad que hoy no tienen.
ResponderEliminarDON FLORENCIO.
EliminarAún no había las protecciones que algunos padres imponen a los chavales no dejándoles jugar algo que estimen que es de riesgo de rasponazos.
Ese juego que aparece en la imagen de la entrada, al que en toda España se le llamaba "Choro, Morro, Pico, Tallo, Qué", los curas de los colegios religiosos lo prohibian y debía de ser porque pensaban que favorecía el "mariconismo". Qué tiempos.
ResponderEliminarDON SANCHO
EliminarAlgunos niños siguen jugando a eso aunque la mayoría no tiene tiempo por culpa de los móviles y las tablets.
Así era : y ese chicle era algo nuevo para los niños porque antes no existía en España y lo trajeron los soldados de las bases americanas. También había unas mujeres con cestas que vendian por las calles cercanas a los colegios, a las que llamabamos "cesteras", unos cucuruchos de chufas y de cacahuetes.A los cacahuetes los llamaban "manises".
ResponderEliminarQué recuerdos
DON MELITÓN.
EliminarRecuerdo perfectamente a las "cesteras" y sus productos. Lo que más caro era no pasaba de una peseta.
Esa época me pilló cuando pintaba canas, pero me entretenía mucho con los tebeos de mis hijas, leyendo a Mortadelo y Filemón (agencia de información) y La rue del Percebe.
ResponderEliminarDON BWANA
EliminarTambién aquellos tebeos que cita eran muy diveridos y entretenidos.
Buenos recuerdos. En esa epoca aparecieron las primeras consolas (yo soy del 70), luego llegaron ordenadores y la posibilidad de jugar en casa en vez de en las salas recreativas.
ResponderEliminarEran los prolegomenos de internet. Entre eso, y una sociedad muy narcotizada, idiotizada, y sobre todo, donde la familia es machacada.. pasa lo que pasa.
SEÑOR OGRO
EliminarEn aquellos años pocos niños iban a las salas recreativas y eran más de juegos en la calle o en el patio del cole.
Y las familias aún eran la suprema autoridad. Lo que tú dices es más acorde con los tiempos actuales.