El automóvil permite a cada individuo experimentar directamente y por sí mismo los sentimientos de libertad y de progreso. Es obvio que todo el mundo siente que el coche le permite desplazarse allí donde quiera y cuando quiera.
Esta sencilla pero fundamental autonomía ha convertido el coche en objeto de culto y veneración para muchos individuos. Para el ciudadano occidental, el coche (junto con la comida, el vestido, la vivienda y, en cierto modo, la televisión y el teléfono) es una de las herramientas más importantes de su vida. Un producto en apariencia elitista pero que, gracias a los métodos de producción capitalistas, se ha conseguido extender a las masas. Ya no hay familia sin uno o varios automoviles en la mayor parte de Occidente. Y comienza a extenderse masivamente en China e India.
La ofensiva contra el coche es variada (impuestos, peajes, carriles bicis, multas sinsentido, etc.) dirigidos a aminorar su uso (matriculación, circulación o sobre hidrocarburos). Las excusas son variadas (la contaminación y el calentamiento global, la histérica escasez del petróleo o su superior siniestralidad) y a la postre todas irrelevantes. Los enemigos del automóvil (que a su vez son enemigos de todo lo que el automóvil representa como la ciencia, la razón, el capitalismo, la autonomía y el bienestar) insisten en que debemos cambiar nuestros hábitos y nuestra vida, para hacer uso de medios colectivos.
Según insisten ellos, el transporte público y las bicicletas han de situarse en la vanguardia de las preferencias de uso por los ciudadanos. El problema es que, por ese mismo razonamiento, tampoco tiene sentido imponer el uso de la bicicleta a todas aquellas personas que prefieren el coche.
Primero, decenas de personas se apilan como ganado en un mismo compartimiento. Segundo, el individuo pierde la capacidad de adaptar el medio de transporte a sus gustos (no podemos decorar el metro, ni poner la música que nos gusta por los altavoces). Tercero, la autonomía del automóvil no es comparable a la del medio de transporte de masas; por mucho que las rutas mejoren, es evidente que ni los trenes, ni los autobuses, ni los metros serán capaces de dejarnos "en la puerta" de nuestro destino. Cuarto, el transporte colectivo también reduce la privacidad e intimidad de la que podemos gozar en un automóvil.
De la misma manera que nadie está dispuesto a renunciar a la lavadora o al frigorífico, el coche constituye un elemento indispensable para nuestra vida cotidiana. Eliminarlo supone un frontal ataque a nuestro autonomía individual y bienestar ; la mayoría de la población sigue negándose a suicidarse.
Practicando el irracionalismo más disparatado, los ecologistas pretenden que el hombre se coloque al servicio de las plantas, los insectos, las ranas o las bacterias. Como dijo Al Gore, no queda claro que la vida humana posea un valor superior al de los árboles. De hecho, muchos ecologistas ya han decidido que tiene un valor incluso inferior.
El ataque contra el coche representa un ataque contra nuestro modo de vida y nuestra naturaleza humana. Un claro síntoma de la terrible enfermedad intelectual llamada "ecologismo".
Abundo y no añado, D. Javier, estoy totalmente de acuerdo y se de lo que hablo, pues viviendo en el Madrid de los Austrias, soy un forzoso sufridor de la epidemia de bicicletosis que nos aqueja, amén de los cortes de calles cada dos por tres, para carreritas urbanas y folclores varios; vamos, una leche.
ResponderEliminarDON TANN
EliminarMe satisface que coincidas en lo esencial del post : el uso de todo tipo de limitaciones para que los ciudadanos dejemos de usar vehículos particulares y nos subamos a los colectivos o vayamos en bici.
Qué suerte tienes de vivir en el Madrid de los Austrias : es lo más señorial y bonito de esa ciudad. Al menos, para mí.
Yo soy un privilegiado, en Vilagarcía no tengo ese problema,pues salgo de casa y si me apuro mucho me caigo al mar, por lo que no necesito autobús.
ResponderEliminarDON MAMUNA
EliminarEso es calidad de vida.
Además en los buses pueden contagiarte hasta el ébola.
Ahora le han dado una vuelta de "tuerka" al asunto, y como lo del coche ya lo consideran superado están empezando a potenciar el uso de lavadoras comunitarias y otros sistemas compartidos. Cualquier día en las "viviendas protegidas" nos vuelven al sistema de las "corralas" con baños compartidos por plantas. Ya que las "soluciones habitacionales" de 30 m2 no dan para todos los lujos capitalistas decadentes.... fijese que incluso de forma sibilina se está poniendo de moda como algo super-guay lo de compartir las habitaciones de hotel.... Lo mejor son los albergues, dicen nuestros "progres" y cualquier día nos encontraremos con pabellones cuarteleros de 5 estrellas.
ResponderEliminarDON CSC
EliminarEs lo que nos faltaba : regresión a las casas del XIX con su retretes comunales en la escalera y el apelotonamiento de hospedaje al estilo fondas de cuando Don Quijote.
Lo triste del asunto es que no es broma : es a lo que aspiran cómo vivamos los zurdosos-progre, en tanto ellos ya tienen bien protegidas sus dachas particulares.
A veces he llegado a pensar que lo que realmente quieren estos zurdosos no es el bien del pueblo, sino que el pueblo viva fatal para llevarlo a una revolución. O eso, o como tienen claro que su voto procede en buena parte de las "clases proletarias desfavorecidas", lo que hacen es convertirnos a todos en lumpenes a toda velocidad.
EliminarDON CSC
EliminarEn esa duda que te traes mi opinión es que los que pretenden es IGUALARNOS a todos en la MISERIA. En el desconfort y la incomodidad, por algún tipo de trauma infantil que padecen todos ellos.
están empezando a potenciar el uso de lavadoras comunitarias
EliminarPrecisamente en USA es muy habitual. Y no creo que sean sospechosos de comunistas.
Por lo demás estoy de acuerdo con el resto de tu comentario.
DON REPUBLICA
EliminarLo de las tiendas esas con sus múltiples lavadoras automáticas con monedas, hace muchos años que se vienen viendo en las pelis americanas. Y no me parece mal aunque sí bastante engorroso pasarse sentado en unbanco del local un par de horas.
No me refería a las tiendas autolavado. Es habitual que los edificios dispongan de un sótano con una lavandería.
EliminarAunque solemos estar de acuerdo en muchas cosas, hoy voy a discrepar.
ResponderEliminarEl automóvil permite a cada individuo experimentar directamente y por sí mismo los sentimientos de libertad y de progreso
Según se mire, para mi libertad es no tener coche: No me tengo que preocupar de seguros, garajes, de que si este fin de semana tengo que llevarlo al taller, que si lavarlo, que si la gasolina ha subido/bajado, ... Y espero no verme obligado a comprar un coche nunca en toda mi vida.
el coche en objeto de culto y veneración para muchos individuos
Y para muchos otros un objeto obligatorio que si fuera por ellos prescindirían por completo. Ya me gustaría conocer el porcentaje de personas que han comprado coche porque les gustan y el porcentaje que se han visto obligados a comprar uno.
Sin transporte público habría muchísimos más coches en la carretera, las calles estarían más colapsadas, y los automovilistas se quejarían de que no se pueden mover un metro o que no hay aparcamiento. Unos datos orientativos: En cada unidad de Metro Bilbao caben 638 personas, 112 sentadas, el Metro transporta a unos 300.000 pasajeros por día. ¿Cuanto espacio ocuparían si todas esas personas se desplazaran cada una en un coche?
La ofensiva contra el coche es variada (impuestos, peajes, carriles bicis, multas sinsentido, etc.) dirigidos a aminorar su uso
No es una ofensiva contra el coche, sino un afán recaudatorio.
Las excusas son variadas (la contaminación
La mayoría de la contaminación de las ciudades proviene precisamente de los vehículos de motor de explosión interna. Creo que acaban de multar a Madrid por su boina negra.
decenas de personas se apilan como ganado en un mismo compartimiento
Yo uso el transporte público a diario, y no vamos apiñados. Aunque el mismo argumento se podría decir del coche, miles de personas apiñadas en atascos.
el individuo pierde la capacidad de adaptar el medio de transporte a sus gustos (no podemos decorar el metro, ni poner la música que nos gusta por los altavoces)
Me parece un argumento vastante tonto. La mayoría de las personas no se dedican a decorar el coche, lo usan tal como viene de fábrica. Y si quieres escuchar música, puedes usar un reproductor y auriculares.
DON REPUBLICA
EliminarAunque reconozco que muchas de las argumentaciones que usas son tan o más válidas que las mías, debo de decirte que lo de la afición al automovil va por sectores y condicionantes.
Uno que va a trabajar desde un pueblo a otro o a la capital está siempre sujeto al horario de medios colectivos, mientras que su vehículo le permite dejar el trabajo cuando le conviene. Por otro lado en muchas localidades las paradas bus o tren quedan muy lejos del hogar familiar.
El mayor inconveniente que le hallo al automovil hoy es usarlo para desplazarse por grandes ciudades, como Madrid, Bilbao o Valencia y Sevilla. Pero uno de Santurce que se acerca a Guernica lo tiene mucho más cómodo con su propio coche.
Para los que tengáis tiempo e interés:
ResponderEliminarLibro Blanco sobre el Transporte Público en Bilbao y su entorno