SPOZHMAI |
Ocurrió esta semana en Afganistán y en el vecino Pakistán.
Spozhmai, sólo 10 años, fue heroína en Kabul. Aitzaz, sólo 15, fue héroe a las puertas de la escuela en la que estudiaba en Hangu. Dos vidas infantiles, inocentes y sin odio, víctimas del delirio religioso y tribal.
Iba a ser el bautizo de sangre de Spozhmai, la elegida en la familia. Su hermano, jefe talibán, se había encargado en persona de ceñirle al pecho un cinturón repleto de explosivos.
Daba por hecho el fanático, que ya sumaba en su historial el asesinato de una niña afgana a la que antes había secuestrado, que por las venas de su hermanita corría la misma ira heredada del padre, veterano talibán. Se equivocó.
Spozhmai, forzada a inmolarse por un dios, rechazó en el último momento cometer el asesinato. Su misión era acercarse a un puesto de control de las fuerzas de seguridad afganas y volarlo. Ganaría el paraíso, le dirían. Pero ella no quiso ser mártir de ninguna causa. Y a poca distancia del objetivo tomó otro camino, el que conducía a un río cercano. Se metió en él hasta las rodillas y arrojó el chaleco-bomba al agua. Después se fue a su casa para cambiarse de ropa y de allí salió corriendo para entregarse.
"Como me daba miedo la reacción de mi padre, acudí a la Policía en vez de quedarme en casa", explicaría luego. "No quiero regresar porque mi padre y mi hermano son talibanes y me matarán", denunció entre lloros a la agencia de noticias AFP.
Los servicios locales de protección de las mujeres han pedido que Spozhmai sea reubicada en una residencia protegida de Kabul. Temen venganza. Los talibanes, aunque siempre han negado tener relación con Spozhmai, son acusados repetidamente de utilizar a los niños para cometer atentados suicidas, lo que siempre han rechazado.
AITZAZ |
Se agarró a él, pecho con pecho los dos, pero no pudo evitar la detonación. El asesino murió en el acto. El niño valiente, en el hospital horas después. "Hay sólo un puñado de personas en el mundo que nacen para ser mártires. Ahora mi hijo es uno de ellos". Palabras del hijoputa de Mujahid Ali, el padre.
Por P.Rego
spozhmai aitzaz
Hola, Iñigo:
ResponderEliminarDramáticos y enternecedoras lecciones. Esas criaturas, realmente, no sólo defienden a sus íntimos; nos defienden a todos, porque el mal está en todas partes. Cierto que son ejemplos difíciles de imitar en una sociedad cargada de odio.
Un cordial saludo..
AMIGO XESÚS
EliminarEs increíble que por ideas religiosas o políticas se cargue de bombas a unos NIÑOS para satisfacer una mentira como la de que un díos, ALÁ, quiere eliminar a los no creyentes en esa religión. El ser humano en estas circunstancias es absolutamente desperciable y repugnante.
Saludos, colega
Algunos no nos cansaremos de decir que esto es islam puro. ¿Existe un islam mas moderado?, sí, pero sus bases no son tan distintas y es demostrable empíricamente como es INCOMPATIBLE con las democracias occidentales
ResponderEliminarMuchos gustan de comparar cristianismo, budismo, judaismo... con el islamismo. Simplemente no saben de lo que hablan, el eslogan descrebrado es más liviano de eructar que una argumentación solidar.
Amigo SEÑOR OGRO, verdad todo lo que comentas. Pero aún así y con todo lo que hemos visto u oído sobre los muslimes sigo sin comprender cómo unos padres ponen a sus hijos pequeños bombas o dinamita para cargarse a "infieles". Eso se pasa de todo rastro de sentido animal y espiritual del ser humano. Es un fanatismo producto de la hez mental más asquerosa : el odio inculcado.
EliminarHe criticado muchísimas veces las barbaridades que el cristianismo ha realizado en nombre de convertir a kristazos a infieles, pero jamás ha sucedido nada parecido a lo que esos practicantes de la Jiyad actual hacen. Deben de ser enfermos mentales profundos cuando llegan a ese grado de irracionalidad.
Es triste a lo que han llegado los talibanes, a utilizar niños.
ResponderEliminarAmigo MAMUNA, eso es lo más terrible y miserable a que pueda llegar alguien por ideas religiosas. Sacrificar hijos propios, niños, por la causa religiosa. Bestias inmundas que merecen estar entre rejas.
EliminarLa valentía de estos niños esta fuera de toda duda, al enfrentarse a una religión tan nefasta para el ser humano, bien el niño enfrentandose al terrorista con el sacrificio de la propia vida, tambien la niña abandonando los explosivos con grave riesgo de la propia vida, por que intentaran asesinarla seguro y lo peor de todo es que será su propia familia.
ResponderEliminarUna religión que exige de forma activa y con el ánimo de hacer daño a los demas, el sacrificio de la propia vida, tendría que ser abandonada por sus creyentes.
Salud
DON JAIME
EliminarEstoy totalmente de acuerdo con todo lo que comentas, y disculpa que califique a esos padres y hermanos como unos autenticos HIJOSDEPUTA.
Fíjese, Íñigo,, qué curioso, que yo escribí haceun par de años un relato de ficción muy similar a lo protagonizado por esta niña heroína.
ResponderEliminarLa carcel me parece poco para ese padre salvaje...
Como compartimos círculos te invito a visitar mi desván fugitivo.
FugisaludoS
Amigo FUGITIVO
EliminarGracias por la visita y te espero con frecuencia por aquí dado lo interesantes que suelen ser tus posts en tu tradicional blog, del que por cierto he perdido el enlace. Voy a buscar "El Desván del Fugitivo" para enlazarlo aquí.
Ya eres premonitorio al escribir un relato similar un año antes de que sucediera. Gran mérito imaginativo el tuyo.
Gracias. Yo he hecho lo propio con tu blog.
ResponderEliminarPara que no tengas que buscar te facilito mi url
elbauldelfugitivo.blogspot.com.es
Gracias, FUGITIVO.
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