Ademas de los habituales enseres que los hoteles colocan en los baños de las habitaciones, como geles, champús, peines, etc., es curioso que los tentados a la cleptomanía hotelera se llevan en sus maletas, lo que jamás reconocerán ni a las amistades.
Los cestillos con objetos de aseo causan furor entre los clientes ladrones.Aunque se considera que estos objetos son obsequios del hotel a sus clientes (como frutas y dulces), no lo son las bandejas o cestillos en los que van colocados y que son de lo más sustraído en los hoteles.
También desaparecen piezas de vajilla o cubertería del servicio de habitaciones que dejan en el pasillo otros clientes tras su consumición. Los saleros y los cuencos para poner huevos pasados por agua causan verdadero furor, así como los tarritos de mermelada, quesos y estuches con panecillos.
CESTILLOS |
Las pilas de los mandos a distancia (y los propios mandos, aunque no tengan utilidad fuera del establecimiento) y las bombillas son otros de los extraños y oscuros objetos de deseo de muchos clientes de hoteles. Los albornoces son otro clásico; de hecho, hay cadenas hoteleras que han optado por colocarles microchips para evitar su robo, que se ha convertido en todo un problema para ellos. Más del 81% de los españoles reconoce que alguna vez se ha llevado algo de un hotel; mientras que el 88% de los daneses asegura que jamás ha hecho algo similar.
Que los clientes opten por llevarse las flores que decoran algunas habitaciones puede parecer hasta normal. Pero que lo hagan con jarrón incluido ya no tiene pase.
Sobre todo entre la clientela femenina, los secadores siguen siendo uno de los electrodomésticos más robados en los hoteles.
Hay gente que, para dar el pego, incluso beben de las botellas de güisqui o ginebra del Mueble-Bar de la habitación y luego las rellenan con agua u otros líquidos, como té.
MUEBLE-BAR DE HABITACION |
Algunos hoteles de marca que tienen productos de calidad los venden en la boutique del lobby, con la firma del establecimiento, desde muebles a vajillas, albornoces y almohadas.
hurtos hoteles
Hola, Javier:
ResponderEliminarBuena miscelania de "cleptomanías".Que el whisky se lo lleven puesto y repongan el nivel de lo bebido con agua, me parece de un claro mal gusto.
Un cordial saludo
DPN XESÚS
EliminarSe lleva la gente, incluso la que presume de alto nivel económico, las cosas más increíbles con tal de "robarlas". No es este país FIABLE con "naide", y menos con los ricos.
Una vez en un hotel de 5 estrellas y en pleno hall de recepción, a una señora que bajó con sus maletas del ascensor, se le abrió una de ellas y salieron como 20 rollos de papel higiénico rodando. Y ella iba con armadura de joyas y perlas y pulseras como para poner una joyería. ¿Puede alguien explicar la razón de esta RACANERÍA existente en nuestro "medio-ambiente" poblacional?
Un saludo muy cordial
Lo de los mandos de la tele, es bastante friqui.
ResponderEliminarDON MAMUNA
EliminarLo de los mandos de la TV es además de friqui de una palurdez y horterada muy propios de un país que sigue pretendiendo más APARENTAR que SER.
Cordiales saludos.
Hay que ser cutre, y al parecer la cutrez está muy extendida en el país, para llevarse bombillas, pilas, toallas, cestillos o tarritos usados de mermelada, etc., etc. Y lo de los albornoces denota que por mucha apariencia que se quiera proyectar por el cliente alojándose en hoteles de 200 a 300 euros noche, lo es porque hay muchas más carencias en sus casas que lo que desean mostrar.
ResponderEliminarCon estos datos que das, Tellagorri, no es nada raro que los políticos se lleven hasta los ceniceros de los despachos que les ponen.
DON LEONIDAS
EliminarEs que el país, salvo honorables excepciones existentes en la CLASE MEDIA trabajadora, es absoluta CUTRE por cientos de años de servilismo y envidias hacia los aristócratas. Creo que poco hemos cambiado, como denuncia Zaldum, desde que los libros de picaresca retrataran una sociedad burda y ladrona a pesar de que eramos el mayor imperio del Mundo.
Sospecho que toda esta actividad es la prolongación de las costumbres aquellas que los clásicos españoles nos pintaban en el siglo XVII de tanto "hidalgo" afanoso por pretender ser "alguien" cuando pasaba en la realidad más hambre que el perro del gitano. Aquellos hidalgos que se esparcian migas de pan por la camisa y se hurgaban los dientes con palillos dando a entender que estaban saciados de buen condumio, unicamente para disimular sus hambres y carencias.
ResponderEliminarY, al parecer, seguimos con mucho urbanita con espíritu de hidalgo campesino pero incapaz de rebajarse a trabajar o a confundirse con la plebe.
DON ZALDUM
EliminarSí, creo que has dado con la "razón" del porqué "semos" tan cutres los españoles aún a estas alturas del siglo XXI, tras haber transcurrido 300 ó 400 años desde que existieran aquellos "hidalgos" tan bien reflejados en el Lazarillo de Tormes.
¡Bochornoso! Ahora entiendo por que algunos "mini-bar" solo contienen una bolsa de papas fritas y un par de cocacolas; los hoteles terminan sospechando de todo el mundo.
ResponderEliminarEn mi caso, no solo jamás me he llevado nada de mi habitación, sino que he dejado olvidados objetos diversos de mi propiedad.
DON BWANA
EliminarLo ha calificado muy bien : BOCHORNOSO. Pero real y diario en el país de los que tienen jaguares en su garaje y no se han dado cuenta de ello, o se pegan mariscadas como para una boda real y son incapaces de pagarse una bombilla para su cocina.
También a mí me sucede lo mismo que usted : son más los objetos que me olvido en los hoteles que lo que he tomado como obsequio de la Casa. He tenido épocas en que siempre me dejaba el pijama en la habitación del hotel porque se me olvidaba meterlo en la maleta.
La clase media alta de España conlleva una coleta de cutrez que no se quita ni con jabón Lagarto. Está compuesta de exalbañiles y exfontaneros casados con limpiadoras de escaleras que se han subido al Mercedes gracias al ladrillo o a la política..
ResponderEliminarCon esa gente sobran las buenas maneras y el buen gusto porque ignoran lo que significa.
No sucede lo mismo con los tradicionales trabajadores honestos de profesiones humildes como por ejemplo con un mariscador de Galicia o con un marinero vasco o asturiano, los cuales además no frecuentan establecimientos de cuatro o cinco estrellas.
DON MELITÓN
EliminarSí, es muy probable que aciertes de lleno en la "categoría" de esa gente que va a los hoteles y se lleva hasta los floreros.
Siempre he dicho que los urbanitas de esta tierra, en su mayoría procedentes del campo pobre y austero de las Castillas, Extremadura y Andalucia, por mucho "haiga" y abrigos de visón que se compren no consiguen desprenderse de la horterada pueblerina tercermundista. La que reflejaban aquellas pelis de Martinez Soria.