Me gustaría saber quién fue la bruja imbécil que tuvo la putísima idea de reivindicar los derechos de la mujer y, sobre todo, por qué hizo eso con nosotras, que nacimos después.
¡Todo nos iba tan bien en el tiempo de nuestras abuelas! Se pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas, enseñándose mutuamente los secretos de los condimentos, trucos y remedios caseros, leyendo revistas de modas, decorando la casa, podando árboles o plantando flores y educando a sus hijos. Y después se puso mejor, teníamos servidumbre, llegaron el teléfono, las telenovelas, el centro comercial, la tarjeta de crédito, y ahora Internet.
Hasta que vino esa idiota ‘liberada’ (a la que, por lo visto, no le gustaba el corpiño) a contaminar a varias otras rebeldes tan idiotas como ella con ideas raras como ‘vamos a conquistar nuestro espacio’. ¡Qué espacio ni qué mierda! ¡Si ya teníamos la casa entera para nosotras! ¡Todo el barrio era nuestro y el mundo estaba a nuestros pies!
Ese chistecito, esa puta gracia de los derechos de la mujer, acabó llenándonos de obligaciones que antes hacían ellos. Y, lo peor de todo, acabó lanzándonos dentro de la soltería crónica aguda. Antiguamente los casamientos duraban para siempre.
¿Por qué, díganme por qué, por quéeee, un sexo que tenía todo lo mejor, que solo necesitaba ser frágil y dejarse guiar por la vida, comenzó a competir con los hombres?
¿A quién mierda se le ocurrió tal cosa? A una jodida orgullosa y resentida a la que no puedo imaginar guapa ni simpática sino pelofrito desinhibida. Estaba muy claro que eso no iba a terminar bien.
No aguanto más ser obligada al ritual diario de estar flaca como una escoba, pero con tetas y culo duro, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio, además de morirme de hambre, ponerme hidratantes, antiarrugas, padecer complejo de radiador viejo tomando agua a todas horas, y demás armas para no caer vencida por la vejez, maquillarme impecablemente cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con las mechas (las canas son peor que la lepra), elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios… no sea que no esté presentable para la cabrona reunión de trabajo.
Hoy tengo que salir corriendo para quedarme embotellada en el tránsito; resolver las cosas por el celular, correr el riesgo de ser asaltada o de morir embestida por un bus u otra loca liberada que corre a su oficina igual que yo; instalarme todo el día frente al PC trabajando como una esclava (moderna, claro está), con un teléfono en el oído y resolver problemas uno detrás de otro, que, por lo demás, ni siquiera son mis problemas.
Todo para salir con los ojos rojos (por el monitor, porque para llorar de amor no hay tiempo). ¡¡¡Y mira que antes lo teníamos todo resuelto!!! Hoy estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, y ni hablar de que hay que tener un currículum impecable, lleno de diplomas, doctorados y especialidades. Nos volvimos ’supermujeres’. ¡¡¡Una mierda!!! ¿No era mejor, mucho mejor seguir tejiendo en la silla mecedora?
¡¡¡Basta!!! Quiero que de ahora en adelante un hombre me abra la puerta para que yo pase, que me abra la puerta del auto para sentarme a su lado mientras él conduce, que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores y cartas con poesías. ¿Qué necesidad teníamos de toda esta putona liberación? Nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar pero ¿Para quéeeee había que demostrárselo a ellos?
¡Ay, Dios mío! Son las 6:30 am y tengo que levantarme… ¡Qué fría está esta solitaria y grandísima cama! Ahhh… ¡Cómo quiero tener un maridito que llegue del trabajo, que se siente en el sofá y me diga!: Mi amor, ¿me traerías un whisky por favor? o ¿Qué hay de cenar?
Descubrí que es mucho mejor servirle una cena casera al marido, que atragantarme solitaria con un sándwich y una coca-cola light mientras termino el trabajo que me traje a casa.
¿Piensan que estoy ironizando? No, mis queridas colegas inteligentes, realizadas, liberadas… y pendejas abandonadas.
Estoy hablando muy seriamente y renunciando a mi puesto de mujer moderna.
Tellagorri
chica lista
Jajajajajajajaja, que verdad mas grande, lo tenian todo, ahora tienen un trabajo, como cualquier hombre; creo de verdad que han perdido en el cambio; pero no se puede tener todo.
ResponderEliminarSalud
DON JAIME
EliminarMe alegra que te ha haya divertido y que admitas que el fondo de la cuestión es si las féminas están mejor o peor que en tiempos de sus abuelas. Que yo recuerde las familias se componian de un señor que, por iniciativa de su esposa, figuraba como el "importante, de una ama de casa que dirigía hasta el último hacer de cada miembro y que manejaba el dinero que el "importante" traía a casa.
Ellas vestían a cada miembro de la familia, les dictaban sus obligaciones, y decidian, a través de la voz del "importante", si había o no permiso para hacer una cosa u la otra.
Y con ese sistema los hijos salian rectos, emprendedores y serios. Las hijas aprendian a tocar el piano o hacer jerseys y terminaban casándose con el que ELLA decidía.
Hola, Javier:
ResponderEliminarLo he leído varias veces. Realmente, es una delicia de relato. Y de retrato.
Un cordial saludo, xesús.
DON XESUS
EliminarGracias por el elogio. Pero si observas y teniendo como referencia que la mujer occidental nada tenía que ver, en tiempos de nuestras madres o abuelas, con las musulmanas, hoy han PERDIDO CALIDAD DE VIDA y de CATEGORÍA las occidentales por esa tontería de "la igualdad de derechos", ya que ellas siempre han dominado el cotarro social y familiar.
Hay hoy muchísimas más, probablemente más del doble, de solteronas y divorciadas que viven solas a los 60 años que hace 50 años.
Te van a llamar MACHISTA pero llevas toda la razón. Sus madres vivían muchísimo mejor que ellas y tenían muchísimos mas "derechos" propios sobre cada familia que ninguna de las actuales.
ResponderEliminarDON LEONIDAS
EliminarClaro, pero unicamente por parte de aquellas feminazis descerebradas que creen que siendo analfabetas pueden aspirar a ser ministras o dirigir una empresa como Iberia. Defiendo el derecho de las féminas a estudiar carreras exactamente igual que los chicos y a que se les admita en todo tipo de empleos salvo el de JUEZ.
Hay brillantes excepciones en lo judicial como la ropona Alaya de Sevilla pero la mayoría deciden en función de emociones antes que por hechos.
De que las féminas han perdido calidad de vida no me cabe la menor duda. La mayoría sigue haciendo las labores propias del hogar, además de ir a la oficina, ya que el varón pasa de lavadoras, planchas y aspiradoras. Y no digo más porque tengo tres hijas completamente modernizadas.
ResponderEliminarDON BWANA
EliminarYa ha dicho suficiente con lo que ha escrito, y no comente con sus princesas este post no vayan a boicotearme dada su condición de "modelnas". Aunque como son, las que yo conozco, muy inteligentes, saben que en el fondo tenemos razón.
Y si encima es ha salido uno que pone la lavadora sin desteñir la ropa, cocina, plancha y hace la limpieza, estonces se acabó
ResponderEliminarDON MAMUNA
EliminarEso. Si la pareja sabe hacer todo eso que mencionas, su importancia como dueña de la casa va desapareciendo a marchas forzadas. Creo, no lo sé, que quizá de ahí provenga el que haya tanta cuarentona divorciada y sola.
Excelente entrada, Don Javier. Muy buena, la verdad, y acertada. Yo no se si las mujeres ahora viven mejor que antes, o no... pero lo que me parece ridículo es esa tendencia de muchas "feministas" a despreciar a las que no actúan como ellas y prefieren las tareas domésticas.
ResponderEliminarNo creo que sea tan difícil dejar elegir a las personas y asumir esas elecciones... pero claro, si muchas se decantan por el hogar, el cortijo indigente-intelectual que tienen montado las "Femmen" esas se cae por su propio peso.
Un saludo. Buen domingo.
DON HEREP
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Han creado, en nombre de una supuesta discriminación (discriminación que ha existido en realidad durante siglos) contra la mujer, un prototipo de fémina que ya no cuida a sus niños ni tiene tiempo de atender una casa tal cual era tradicional para que las cosas funcionaran bien en FAMILIA.
No estoy en contra, a la inversa, de que las mujeres accedan a la Universidad y a puestos científicos o culturales importantes. Pero la opción de ellas debiera de ser como el de las que van monjas : si desean competir con los hombres en lo profesional deben de asumir que no pueden DIRIGIR a unos niños o hijos como es debido, y por tanto mejor que no tengan familia propia. Pero a la edad de los 60 años se sienten más solas que las enclaustradas en conventos.
El texto mas irreverente que he leido yo creo en años, tela.
ResponderEliminarYo estoy a favor de la igualdad de derechos y deberes, y no dudo la mujer, en general y apartando el machismo, ha salido perjudicada con este cambio. Diré algo irreverente tambien, la sociedad tambien ha perdido con este cambio, porque antes la mujer era en nexo aglutinador familiar, era el nudo alrededor de lo que giraba todo. Ahora, es un engranaje mas, como el hombre, en unas familias por lo general desestructuradas, con clarisimos desequilibrios.
No quiero decir la mujer deba estar en casa ,ni mucho menos, pero los hechos son objetivos y claros: el individuo aplasta a la familia, y sin familias, el tipo de sociedad por crear puede ser un monstruo de estos que mejor no verlo.
SEÑOR OGRO
EliminarEstamos de acuerdo.
La mujer por instinto biológico tiende por encima de todo a cuidar y dirigir a hijos y nietos y a ella se debe la existencia de la tradicional FAMILIA, base de toda sociedad.
Si eligen, y le concedo todos los derechos a ello, dedicarse a una profesión en la que no es posible compaginar ambas actividades ( cuidar hijos y trabajar de médicos, abogados, ingenieros, policías, bomberas, etc. etc.), está claro que será persona cualificada profesionalmente pero vivirá condenada a no tener una familia. Lo que la lleva a la soledad.