Cae la tarde en Boadilla del Monte (Madrid). El alcalde, Antonio González Terol, da por terminada su jornada de trabajo. A las puertas del consistorio le aguarda su vehículo oficial. No es el flamante Audi A6 de su antecesor en el cargo. Ni siquiera un híbrido como los que lucen los políticos más molones. No, el joven regidor, de 35 años, ha ido más allá. Desde la vuelta de las vacaciones, se mueve sobre dos ruedas. En su bicicleta oficial.
Nada más llegar al poder, el popular González Terol renunció a sus dos coches municipales. Uno, el ostentoso Audi A6, lo devolvió al concesionario. El otro, un A4, lo recicló como coche de policía. Y él se contentó con una modesta bici eléctrica, para alivio del bolsillo de los 47.037 vecinos de Boadilla, uno de los municipios más adinerados de la Comunidad de Madrid.
Por desgracia, el ejemplo de Boadilla no ha cundido en la España del asesor, la visa platino y el chófer en la puerta. Miles de cargos políticos se siguen aferrando al coche oficial. ¿Hasta dónde llega este dispendio? Nadie lo sabe.
El recuento más completo hasta la fecha lo publicó El Mundo en junio de 2011. Aquel informe desvelaba que unos 5.000 coches oficiales circulaban por nuestras carreteras. Desde entonces, poco ha cambiado. O nada.
La Diputación de Barcelona ha pasado de 22 coches a 18. La de Valencia, de 25 a 20. La de Salamanca, de nueve a ocho... Los recortes, cuando los hay, rara vez alcanzan el 20%.
En el mejor de los casos, unos 4.000 coches seguirían rondando por las vías españolas. A un coste estimado de 50.000 euros por vehículo (chófer incluido) esta partida nos costaría unos 200 millones de euros anuales. Es decir, el equivalente al presupuesto de cuatro meses del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), amenazado con la desaparición por los recortes.
Un sueco ni se plantearía que haya coches oficiales en un lugar con un 25% de paro. No están justificados salvo cuatro casos contados, por temas de seguridad.
Sin embargo, los políticos españoles siguen considerándolos un ingrediente más de su cargo. Por eso se han convertido en el símbolo por antonomasia del distanciamiento entre los políticos y la ciudadanía.
Algunos ministerios, como el de Exteriores y Cooperación, incluso han aumentado su flota en estos dos años: de 26 coches han pasado a 32. En otros, los recortes de vehículos son ínfimos: Moncloa sólo ha bajado de 65 a 50; Defensa, de 15 a 13... Y ni siquiera la vicepresidenta, encargada del recortazo de coches, se aplica el cuento a su departamento: en abril de este año disponía de 42 vehículos, sólo uno menos que cuando Zapatero dejó el Gobierno.
La situación se repite en numerosos organismos del Estado. En el Congreso siguen teniendo 17 coches a disposición de los diputados. En el Consejo General del Poder Judicial mantienen 23 automóviles, de los que gozan todos los vocales. Y en el Tribunal de Cuentas han recortado uno de sus 12 coches, pero sólo por una iniciativa personal: la consejera María Antonia Lozano renunció a su Alfa Romeo 159 porque no lo consideraba necesario para su labor.
Esta adicción al chófer va más allá de la comodidad.
Insiste Antonio González Terol. "Moverme en bicicleta oficial me ha acercado mucho a los vecinos del municipio. Y, además, ya no tengo que ir al gimnasio... ¡Son todo ventajas!".
G. Suarez
¡Vaya ocurrencia! ¿Para éso se ha sacrificado uno y sudado la gota gorda haciendo la pelota en el partido? A ver cómo va a ir ese alcalde a su trabajo cuando llueva.
ResponderEliminarAdemás, ¡que recorten en la seguridad social, que hay mucho pensionista viviendo más de la cuenta y déjennos disfrutar del caché que nos merecemos!!
Resulta durísimo que tras unas décadas especializándose en "hacer la pelota y variados modos de lameo" no se pueda presumir ante la plebe de "ser autoridad" mostrándose montado en algo oficial y con chafeur.
EliminarPero más duro les daría yo a ellos, tan inútiles y chorizantes, por el sólo intento de usar coches oficiales e incluso a veces escolta de motoristas, para lucirse en las llegadas o paradas.
¿Cuando llueve? Que le pidan el coche a su santa que hasta el posible que tenga algún Jaguar y ni se ha percatado.
Habiendo diez o doce millones de pensionistas la solución es crear discípulos del Dor. Montes en cada ambulatorio nacional y que todos pasen forzosamente por su consulta con la excusa, por ejemplo, de la vacuna de la gripe.
Cuando hablamos de Casta, no es por nada. Mantengo hace tiempo que no hemos avanzado tanto desde el medievo como pretendenmos. Sí, hemos tenido avances, pero precisamente en lo característico del medievo, las castas, seguimos practicamente igual. Sustratos de poblacion con privilegios sin fin, apoyandolos ademas sobre las espaldas de los demas ciudadanos, y sin importarles UNA MIERDA sus penurias.
ResponderEliminarEso sí, a las castas ya las no pone dios, las pone el Partido.
SEÑOR OGRO
EliminarMira, tu observación es totalmente cierta : hemos pasado de los "Tres Estados" o sea Nobleza, Clero y Plebe, a Poderosos banqueros, Políticos y Plebe. Exactamente lo mismo con sustitución de Nobleza y Clero por "ricos de no sabe porqué" y Políticos en sustitución de los condes terratenientes.
Del poderío de los Duques de Medinaceli o Medinasidonia en Andalucia al poderío de los Alfonso Guerra o Chaves. En Vascongadas nos han trasladado del poderío de los Velez de Guevara o Mendozas a Kurkullus y Anasagastis.
En el cambio hemos perdido.
es verdad, hablan de austeridad, pero a ellos no se la aplican, engañan entonces.
ResponderEliminarsaludos blogueros
DON JOSE ANTONIO
EliminarQuieren austeridad para que ahorremos y les paguemos coches de gama BENTLEY- Continental.
Por no hablar de lo que ha mejorado en reflejos y velocidad punta cuando se cruza con vecinos que quieren comentarle algún aspecto de la gestión municipal.
ResponderEliminarYo estoy a favor del coche oficial y el chófer y la mariscada... tener la poquísima vergüenza necesaria para dedicarse a la política debe ser recompensada de algún modo.
DON ISRA
Eliminar"Tener la poquísima verguenza necesaria para dedicarse a la política debe de ser recompensada con coche oficial, chofer y la mariscada".
Frase que debiera de estar, a tamaño de anuncio de peli Ben-Hur, en la entrada del Congreso.
vaya una buena noticia.
ResponderEliminarDON MAMUNA
EliminarLo sería si todos esos mangantes con cargo dejaran los coches y se dedicaran a usar el suyo particular o a andar en bici.