Para alivio de gentes que sufren calor

Ahora que apetece, especialmente a los habitantes de las Castillas y de Andalucia, ponerse a cavilar sobre el Universo, descifrar jeroglíficos que dejó Alberto Durero de signo cabalístico, o teorias sobre las transformación de la materia mediante la fuerza de la mente que analizó Newton, voy a ofrecer a vuetras mercedes un pequeño descubrimiento sobre el Universo que ha realizado un chinito.

Sencillo, simple y muy refrescante.

El investigador Wun-Yi Shu, de la Universidad Nacional Tsing Hua en Taiwán, sugiere un nuevo modelo para explicar el Universo en el que no hay ni un origen ni un final. Según esta teoría del infinito, que sugiere que la masa, el espacio y el tiempo se relacionan de forma diferente a como ahora consideran los científicos, la gran explosión que, según el consenso científico, originó todas las cosas, nunca llegó a producirse. No hubo Bing Bang.

En un estudio publicado en arXiv.org, Shu explica que el nuevo modelo responde a una nueva perspectiva sobre algunos de los conceptos básicos que se utilizan en astrofísica, como son el tiempo, el espacio, la masa y la longitud.

En su propuesta, bastante difícil de entender para la gran mayoría de los mortales que no tenemos un título en Física o en Astronomía pero nada dificil para los lectores habituales de Tellagorri Bureau, el tiempo y el espacio se pueden convertir el uno en el otro, y la velocidad de la luz es el factor de conversión entre ambas.
Como ven, fácil : el tiempo puede ser espacio y a la inversa según cómo vaya de prisa la luz.
Como el Universo se expande, el tiempo se transforma en el espacio, y la masa, en longitud. A medida que el Universo se contrae, ocurre lo contrario.

En resumen, la propuesta de Shu tiene cuatro características distintivas. La primera es que la velocidad de la luz y la gravitación no son constantes, sino que varían con la evolución del Universo.
Lo que explicaría que un tipo como ZP tendría diferente peso de gravedad en tiempo de Neandertales que ahora, y que entonces la luz siempre circulaba muy retardada en sus recorridos porque usaban unos hachones de poco fundamento, en relación a las modernas lámparas láser.

En segundo lugar, el tiempo no tiene principio ni fin, es decir, que ni estalló el Big Bang ni se producirá nunca un Big Crunch (el Gran Colapso, una teoría que predice que el Universo irá frenándose poco a poco comprimiéndose hasta que todos sus elementos vuelvan al punto original, destruyendo toda la materia en un único punto de energía).
Punto tercero: la sección espacial del Universo es de tres dimensiones curvadas en una cuarta, lo que descarta una geometría plana o hiperboloide, y por último y cuarto, existen fases de aceleración y desaceleración.

Lo que explica que todo tienda a ser redondo como un balón o como unos culos de prima de Isra. Además la masa se transforma en longitud (ver imagen de final de página).

Creo que algo de esto ya nos explicó un día el Gran Charneguet pero nos quedamos un poco a dos velas, es decir con poca aceleración de luz. Si nos desaceleramos, verbigratia tumbándonos en una terraza de Córdoba o en un parque de Alcalá de Henares un mediodía, el espacio entre el aire fresco y la caló es inmenso, con lo que el tiempo no termina nunca de pasar. Siempre parece que son las tres de la tarde.

No sé qué opinarán vuesas mercedes pero el asunto es de los que, en plena canícula veraniega (calima, bochorno), quitan el sueño a cualquiera hasta que termina de entenderlo. Todo es cuestión de tiempo y espacio.

Tellagorri

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