La rebelión de las podemitas

Pío Baroja, que fracasó en su sueño de llegar a una democracia sin frailes, sin moscas, sin carabineros, sin carlistas, vio como se apoderaban de los pedestales los demagogos con solo un milímetro por encima del mono.
Además, escribió el monólogo del macho cabrío: "Antes me tenían por el símbolo de la fecundidad; ahora dicen que soy el diablo. Pero yo no lo he notado. Soy un pobre cornudo como otro cualquiera, que han convertido en un mito".

Se están apoderando del mundo los machos cabríos, bonapartistas, narcisistas, macrófalos, machos alfa, líderes carismáticos de derechas (Farage, Orbán, Trump) y algunos políticos de izquierdas. Pero en los últimos tiempos ha sufrido embestidas de Rita Maestre, Manuela Carmena, Tania Sánchez, Clara Serra y de todas las lisístratas de Errejón, diciendo que en Podemos había exceso de testosterona.

Para conjurar que la asamblea de mujeres arrase en Vistalegre 2, Errejon ha lanzado la consigna a todos sus sóviet: Podemos para todas.
El pequeño timonel no quiere emular a Mao. La nueva izquierda ha comprobado cómo en países claves de Europa, como Alemania, Inglaterra, Francia, y también en España, mandan o van a mandar las que hasta hace muy poco fueron el tercer mundo del hombre.
Casi todos los días caen políticos por descuidos machistas.Y llegará momento en que a los políticos se les hará la prueba de la testosterona como se hace ahora a los curdelas.


S. Dragó