Cuando el último recluso de ETA abandone la prisión acabará su sufrimiento y el de sus familias. Esa es la ventaja de los verdugos. .El único consuelo al que pueden aspirar las víctimas es el del arrepentimiento de quienes acabaron con la vida de los suyos y de aquellos que les dieron cobertura política, sus cómplices.
Los más retrógrados de la izquierda abertzale, los que sueñan con la vuelta al infierno de la violencia, se emplean a fondo para recuperar el clima de tensión y de miedo en los pueblos de la Euskadi profunda, en la que gobiernan e imponen su particular ley de la camorra, propiciando incidentes como los que culminaron en la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua.
Por mucho que se empeñe Pablo Iglesias en sostener lo contrario, el proyecto político que abandera Otegi ha evolucionado menos en los últimos 25 años que su característico corte de pelo.
Los vascos nos hemos ganado la paz. Pero la paz definitiva sólo se podrá construir a partir del resarcimiento a las víctimas. Unicamente así será viable alcanzar la concordia y un acuerdo político que eche el cierre a la peor pesadilla real que ha vivido España desde la Guerra Civil.
Lo he mantenido siempre, al final, sea de una manera o de otra, quienes están en la cárcel acabarán saliendo y serán tratados como héroes, al menos por los suyos, cuando no por otros que asienten con su silencio cobarde.
ResponderEliminarPero los que quedaron en el camino, muertos o mutilados, esas familias deshechas, esos se encontrarán con el silencio, cuando no la repulsa, de una parte de la sociedad que les verá como recuerdo vivo y molesto de la barbarie.
DON TRECCE.
EliminarEstá sucediendo lo que tan bien describes sobre la salida a la violencia de la BARBARIE en España en general y en el País Vasco en particular, y lo demuestran los hechos de Navarra así como otros que son habituales en pueblos del interior del País Vasco.
Y para colmo tanto el Otegui como el Pableras están atizando los rescoldos de ese odio inculcado en su día por los curas contra España.
Hay tanto que aprender de los colombianos.
ResponderEliminarDON ULTIMO.
EliminarLos colombianos, siento contradecirte, están peor que nosotros porque los asesinos y secuestradores de las FARCS se van a ir de rositas a hacer de diputados.
Las zonas fronterizas de Guipúzcoa como son Alsasua y Echarri-Aranaz son la base desde la que se sigue cultivando el resurgimiento de una ETA que está derrotada y desarmada.
ResponderEliminarDON MARTÍN. En los años 50 esos pueblos eran abanderados del Carlismo, la derecha más integrista existente, y ahora son el resultado, como dices, de lo sembrado por curas trabucaires : cuevas de primitivos sin formación alguna y con el único deseo de destruir todo lo vigente.
EliminarOtegui. La representación personificada multiplicada por mil del CINISMO. En mi opìnión.
ResponderEliminarDON JUAN CARLOS.
EliminarSí, OTEGUI es la representación del cinismo puro pero también el más listo de todos los batasunos y que les da un baño a todos los dirigentes del PNV.
El Pais Vasco sigue siendo un vertedero moral, donde los que ahora asesinaban "en nombre de..." ahora siguen en lo suyo, que es NO RECONOCER el mal que han causado, ni que sus medios eran propios de los camisas pardas o la gestapo. Todo ello naturalmente con el ok del PNV, que es el que lleva 40 años permitiendo y colocando la base para que la escoria mencionada se desarrolle sin mayores problemas: ejemplo, lo de los chavales en un colegio haciendo apologia de un terrorista.
ResponderEliminarDel PP nada espero ya. Quedan bravos como la gente de COVITE, que han dado una muestra de dignidad y han logrado el teatro batasuno-etarra se caiga en un momento
SEÑOR OGRO.
EliminarHabrá de pasar una generación más como mínimo para que esos miserables copiadores de las Camisas Pardas nazis reconozcan que no le valió de nada asesinar a ancianos, niños, empresarios o viajantes de comercio, amén de a guardisibiles y militares.
Creen, por culpa del PNV (como indicas) que sus acciones fueron "gloriosas" para la "patria baska".
Y para colmo los peperos, salvo unos pocos, y los sociatas siempre miran para otro lado.
Lo de los nacionalismos es una mala enfermedad, los más enfermos en España son los vascos. Pero por desgracia otros no les van a la zaga y cada día salen más nacioncitas. Lo de Otegui y compañía es un horror del que deberíamos avergonzarnos tanto como de la inquisición, o incluso más.
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