He imaginado de joven al hombre anciano que hoy aparcan en el asilo.
En mi infancia pude atisbar todavía los vestigios finales de la aldea gallega eterna. Pequeños rueiros de casas aisladas, con una economía de subsistencia que apenas difería de la del Neolítico.
Una agricultura muy básica y unas cuantas reses, que por las noches encerraban en las cuadras tras la cocina para que calentasen con sus vahos las camas de entraña pajiza del primer piso.
Pero en aquel mundo sin televisión ni teléfono (ni ducha) había un gran entretenimiento: hablar.
En las cenas, o en las largas veladas húmedas de inverno ante la lumbre de la lareira, la familia intercambiaba el relato del día y habladurías locales. Los viejos contaban exageradas fábulas, o añosos cuentos reales con aroma de leyenda. Usualmente llevaba el mando de la casa el más anciano, muchas veces las mujeres.
Un mundo misérrimo en lo material comparado con el de hoy. Pero allí estaban, juntos cada día en un nudo irrompible: abuelos, nietos, padres, bisabuelos…
Se habrían estremecido ante la idea de enjaular a sus padres en el frío emocional de un asilo. Supremo egoísmo alejar al que te dio la vida.
El joven arrogante que hoy desdeña la experiencia y confunde lozanía con sapiencia es solo un pequeño imbécil. No sabe que una mañana cualquiera, más cercana de lo que cree, comenzará a afeitarse y de repente verá en el espejo la cara de un viejo: él.
L. Ventoso
Hoy faltan plazas públicas de asistencia a mayores que quieren colocar sus familiares en lo que llaman "residencias" y son el sustituto de los asilos de toda la vida.
ResponderEliminarComo dice Ventoso hace una generación a esos sitios unicamente iban los mayores impedidos y SIN FAMILIA. Allá con sus conciencias los hijos actuales de personas ancianas.
DON VILLAR.
EliminarEs entendible que los hijos no puedan disponer de tiempo para atender a tiempo completo a los ancianos enfermos de ALHEIMER, los cuales requieren persona de dedicación exclusiva a ellos. Pero esos abuelos de 75 años con numerosa familia y ubicados en un asilo para evitar tener que disponer de una habitación para ellos, es bochornoso.
He observado que en algunos puntos de paradas de buses con marquesina suele haber a las 8 de la mañana algunas personas muy mayores chupando frío y banco durante todas las mañanas. Creo que los echan de sus casas las hijas o nueras y no les permiten volver hasta la hora de la comida.
Y así estamos, en una sociedad que envía a los pequeños a las guarderías, a los ancianos a las residencias y que compra perros para que nos hagan compañía.
ResponderEliminarDON TRECCE.
EliminarEsa es la realidad :" una sociedad que envía a los pequeños a las guarderías, a los ancianos a las residencias y que compra perros para que nos hagan compañía. "
Con eso está dicho todo.
Una cosa que también es importante en este tema es que muchos recogen lo que sembraron.... Poca gente dedica tiempo a la familia y a inculcar el espíritu de familia unida. Conozco bastantes casos de padres que dejaban a sus hijos con los abuelos para irse de vacaciones de forma habitual cuando eran pequeños, que no los llevaban al baloncesto y esas cosas... y ahora se sorprenden de que sus hijos adolescentes no quieran ir con ellos a ninguna parte.... Pues de mayores pasa parecido.
ResponderEliminarDON CSC.
EliminarEsa es la otra parte, la oculta, de las causas probables de lo que tratamos sobre ancianos. Que hay montones de padres que nunca de han preocupado de acompañar a sus hijos ni de ir con ellos a ninguna parte, además de meterlos en la guardería desde los pocos meses de nacer.
Luego viene la vuelta de la tortilla.
El que mejor lo ha expresado es don Trecce.
EliminarDON CSC.
EliminarEstoy de acuerdo con esa opinión.