04 mayo 2015

El "Test de la golosina"

En uno de los pasajes más célebres de la Odisea, Homero nos cuenta cómo Ulises, advertido por la diosa Circe del nefasto destino que aguarda a todo aquel insensato que ose escuchar el hipnótico canto de las sirenas (ser devorado vivo), ordena a sus marineros que se tapen los oídos con cera caliente mientras a él lo aseguran con cuerdas al mástil. Gracias a este ardid, Odiseo se convirtió en el único mortal que escuchó el canto de las sirenas y vivió para contarlo.

Esto enseña hoy que en el preciso instante de la tentación, si no hemos planificado contra ella con suficiente antelación, no habrá recurso que nos salve de caer en sus garras. Éste es uno de los factores más fundamentales en nuestras vidas. En los años 60 del siglo pasado, el profesor Walter Mischel decidió someter a un grupo de preescolares  a una tentación digna del propio Homero.

La tentación era la siguiente: la niña o el niño se quedarían solos en una habitación sin distracciones con una golosina delante. El científico, que previamente había pasado un buen rato jugando y construyendo una relación de confianza con el niño, le decía que podía comerse la golosina ahora o esperar hasta que éste regresara y entonces tendría dos golosinas. En cualquier momento, el investigador remarcaba, el niño podía hacer sonar una campanilla que traería de vuelta al adulto. A través de un espejo y con videocámara, los científicos observaban el comportamiento del sujeto y medían el tiempo que tardaba en caer ante la tentación o darse por vencido y hacer sonar la campanilla.

Este experimento se conoce como El Test de la golosina. En una época en la que no había imágenes de resonancia magnética funcional, el test de la golosina permitió a Michel medir un aspecto de la función ejecutiva del cerebro.  Resistir la tentación sólo es posible porque nuestro cerebro alberga dos sistemas de control opuestos y complementarios.
"Tenemos dos caras, el sistema caliente y el frío. El sistema caliente está en la amígdala y el sistema límbico y es muy importante en la regulación del miedo, el hambre, etcétera". Éste es el sistema más antiguo y que compartimos con otros animales. Sin embargo, "el sistema frío se encuentra en la corteza prefrontal, se desarrolló más tarde en la evolución, y es el que nos permite contemplar consecuencias futuras, el que hace posible que mantengamos ese objetivo pospuesto en mente".

En otras palabras, es el sistema frío el que le dice que debe dejar el cigarrillo, o que tal vez obviar el postre hoy le iría bien a su colesterol. Mientras tanto, su sistema caliente no le dice nada, prefiere ocuparse de ponerlo ansioso y salivar con anticipación. Del equilibro entre ambos sistemas depende mucho más que nuestra línea de esbeltez.
Mischel siguió a los preescolares hasta que pasaron de la cincuentena y descubrió que cómo actuaron entonces predijo diferencias fundamentales mucho más tarde en sus vidas. "Superar la frustración y persistir aunque sufras derrotas para conseguir finalmente tu objetivo."
Encontramos una relación entre la habilidad de postergar la recompensa y cosas como tu habilidad de perseguir objetivos,

En promedio, a mejor función ejecutiva, mejor nivel de educación, ingresos y calidad de vida. Todo por una golosina. Durante los últimos 50 años, la ciencia ha demostrado que la manera de pensar sobre algo influye enormemente en qué parte del cerebro se activa y en qué nos pasa, el modo en el que nos sentimos y qué hacemos, y eso influye enormemente en nuestras posibilidades de éxito.

Uno de los aspectos más interesantes de la investigación de Mischel es su aplicación en educación. El autor viene a decir que apenas hay casos perdidos y que, con las estrategias adecuadas, todos podemos rendir más, superarnos, llegar más lejos. Eso sí, siempre y cuando se cumpla un requisito previo que Mischel remarca: la confianza. "Sin duda, si no hay confianza no hay absolutamente ninguna razón por la que postergar una gratificación".  "Si no esperas que algo bueno te suceda más tarde, no hay ninguna razón para no dar rienda suelta a cualquier cosa que tengas entre manos en este momento. Para ejercer el autocontrol, tienes que asegurarte de que tu objetivo estará allí cuando llegues". 



(Luis Quevedo-New York)

8 comentarios:

  1. Tienen gracia, en el video, las caras de los niños ante la terrible duda existencial de si morder o no la golosina.

    Según este test los que tienen capacidad para resistirse al disfrute inmediato de algo con la esperanza de recibir en el futuro una recompensa mejor, son los que tienen éxito en su vida como personas. Efectivamente quienes se sacrifican en la juventud para sacar adelante unos estudios dificiles y renuncian a lo cómodo del momento, es indudable que su esperanza de ser unos importantes profesionales de algo ( ingenieros, notarios, médicos, etc.) están en la buena onda.

    En el fondo este test refleja lo de siempre : quien controla con su zona cerebral fría frontal las tendencias del momento o emociones, es quien triunfa casi siempre en la vida. La eterna batalla de lo racional contra lo emocional. Y es emocional tanto el seguir a unas ideas basadas en fé, por ejemplo los nacionalismos, como en las modas vitales.

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    1. DON GOGENOLA.
      Efectivamente este test responde o plantea lo que comentas : la permanente tendencia a seguir lo facil, comerse ahora la golosina, y dejarse llevar por lo emocional antes que por la racional.
      Lo has descifrado de modo brillante.

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  2. Suscribo lo que dice Gogénola : la batalla está planteada entre los que se dejan llevar por lo emocional y lo cómodo y los racionales y luchadores.

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    1. DON MOLLARRI.
      Pocos son los que dirigen su vida gobernados por la zona fría de su cerebro. Es más cómodo dejarse llevar por las tentaciones de cualquier tipo que produzcan placer inmediato.Olvidando la recompensa del futuro.

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  3. En España -y Europa diría- triunfa el lado caliente: tu dame socialdemocracia a tope, y luego ya pagaran la cuenta los nietos o tal. Yo a vivir, que son 2 días. En fin, no se si para llorar o para cagar.

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    1. SELOR OGRO.
      Eso es : mucho derroche y poco esfuerzo en el momento presente sin pararse a pensar en el futuro y en la herencia desastrosa que se deja a las generaciones siguientes. Es lo que siempre predican los apóstoles de la socialdemocracia, tal como comentas.

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  4. Interesantísimo, don Javier. Zona caliente, zona fría, corazón o cabeza, pasión o razón. Depende de qué rincón de tu cabeza pongas en funcionamiento, o entrenes, como apunta Góngora con el ejemplo de los estudiantes de hoy que serán los hombres del mañana, así te irá en la vida... pero, y atendiendo a la noticia de los padres que no quieren ni exámenes ni deberes para sus hijos, mal vamos.

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    1. DON HEREP
      Me alegro de que te haya gustado porque tanto tú como yo ya sabiamos que algo muy parecido sucedía en el cerebro : o emoción o raciocinio.
      Lo interesante es que hay que entrenar a los "chamacos" desde muy pequeños a renunciar a lo inmediato en beneficio de un mejor premio más adelante. El que sepan que sacrificarse estudiando, en vez de ir a jugar al futbol o a usar la tablet, tiene su mejor premio obteniendo una licenciatura universitaria y disponer de una vida más cómoda que siendo un peón de albañil.
      Lo de esos padres que citas es producto de la perenne y tradicional mentalidad del país sobre la adquisición de conocimientos y de evitar problemas de esfuerzos. En el siglo XVIII este país se negó a sustituir por la razón y la Ciencia la superchería y los proverbios. Y en ello seguimos.
      País en general que usa muchísimo más la zona caliente que la fría, tal como comentas.

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