El rey aportó su gran cuota también a los problemas de hoy, de desunión y socavamiento, de los que ahora se duele. Pues haberse dolido antes, cuando pudo poner distancia con los monstruos torpedeadores.
En medio de un descrédito institucional sin precedentes, con todos los organismos políticos, judiciales y sociales en su suelo de valoración ciudadana, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) constató que las únicas instituciones que aún gozan del apoyo de los españoles son las encargadas de velar por la defensa y la seguridad: la Guardia Civil, la Policía y las Fuerzas Armadas.
Según el barómetro del CIS de abril, los tres cuerpos son los únicos que logran el aprobado. Por debajo queda el resto de instituciones, vapuleadas por los españoles, que dejan claro que ya no confían en la mayoría de ellas. Y la distancia es amplia: los militares triplican en prestigio a los políticos.
Entre las instituciones que no alcanzan el aprobado están la Monarquía, el Defensor del Pueblo, la Iglesia católica, los organismos judiciales –Tribunal Constitucional y Consejo General del Poder Judicial– y los medios de comunicación.
No ocurre lo mismo con las demás. Por debajo, en el fondo del pozo del descrédito, con una nota por debajo del 3, figuran las organizaciones empresariales, los sindicatos y la gran mayoría de las instituciones políticas, incluyendo las cámaras legislativas y los poderes ejecutivos.
En el último lugar aparecen los partidos políticos. La nota que obtienen, un 1,83, es tan baja que hace pensar que ya sólo son valorados de forma positiva por las personas que militan en ellos o simpatizan con ellos. Y seguramente, ni siquiera.
Las Fuerzas Armadas ya venían apareciendo en sucesivas encuestas como una de las instituciones más apreciadas por los ciudadanos, especialmente desde su profesionalización y su participación en duras misiones internacionales y en exigentes catástrofes naturales.
Ahora, a las Fuerzas Armadas se han sumado la Guardia Civil y la Policía, cuerpos por los que el CIS no solía preguntar, pero que han sido incluidos en el barómetro de abril.
En el lado opuesto aparecen fundamentalmente los organismos políticos. Entre éstos, sólo superan el 3 los gobiernos autonómicos, situándose por debajo todas las demás instituciones. A ellos se suman además los sindicatos y las organizaciones empresariales, con una nota muy mala en ambos casos.
Lo cierto es que el CIS dibuja un descrédito inaudito de la política en España, que hasta hace no tantos años gozaba de prestigio entre los ciudadanos. No sólo es que los partidos, los parlamentos y los gobiernos, nacional y autonómicos, obtengan una valoración pésima, sino que los españoles los señalan como unos de los principales problemas del país.
En efecto, los políticos son la cuarta cuestión señalada en el barómetro. Y el segundo es la corrupción y el fraude, que se consolida en esa posición y que está estrechamente ligada a la política.
El CIS no preguntaba por la Corona desde hace un año y medio, y el resultado obtenido en abril no ha sido bueno: suspende por segunda vez desde que el Centro comenzara a preguntar por ella y con una nota de sólo un 3,68.
La otra vez que suspendió fue en octubre de 2011, precisamente la última vez que se había preguntado a los españoles sobre las instituciones, en aquella ocasión con una nota del 4,89. En diciembre de 1995, por ejemplo, cuando España estaba sumida en otra grave crisis económica, política y social, el PSOE apuraba sus últimos meses en el poder y todas las instituciones sufrían el reproche de los ciudadanos, la Monarquía obtenía en el barómetro del CIS nada menos que una nota de 7,48, muy por encima del resto del entramado institucional.
Rafael Moyano.
descredito confirmado
Es una consecuencia de sus comportamiento.
ResponderEliminarDON MAMUNA
EliminarComportamientos FRAUDULENTOS.