03 junio 2012

Ese gran cine español

Llevo tiempo incumpliendo la promesa de dedicar un domingo a mis películas favoritas del cine español. Y de hoy no pasa. Me acordé anoche, cenando con un amigo de los que, como yo, vivieron la infancia y primera juventud en cines de programa doble o sesión continua.

Así que estuvimos toda la cena refrescando nombres de películas y directores, e incluso recuerdos comunes de tal o cual estreno. Tengan en cuenta que en materia de cine, y disculpen la chulería de un sexagenario, el mundo actual se divide entre quienes vimos estrenar BenHur, Del infierno a Texas, Duelo en el Atlántico o Misión de Audaces –ese pañuelo de la chica en el cuello de John Wayne, antes de volar el puente–, y quienes no.

Los que llegaron luego tuvieron otras cosas. Incluso mejores, tal vez. Pero no ésas. Nunca estuvieron a oscuras en un cine de acomodador y linterna, comiendo pipas mientras en la pantalla sonaba tatachán, tatachán, y aparecía el rótulo de El puente sobre el río Kwai.

Por supuesto, mi lista de cine patrio es larga. Incluye películas de los últimos treinta o cuarenta años, con títulos fundamentales entre los que tengo especial afecto a La escopeta nacional, Los santos inocentes, Las cosas del querer –en mi opinión tan notable como las dos anteriores–, Los lunes al sol, Como un relámpago, Las bicicletas son para el verano, Bajarse al moro –esos entrañables hermanos Juan Echanove y Verónica Forqué–, Mujeres al borde de un ataque de nervios y El día de la bestia, entre otras, sin olvidar mi favorita de esa época: El crack, de José Luis Garci.

Esa escena inmortal del inmenso Alfredo Landa, pistola bajo la mesa, diciéndole a Cervino: "Baretta, dame el mechero o te vuelo los huevos" figura en mi santoral privado del mejor cine hecho en España. Sin embargo, pese al respeto y admiración que tengo por esas películas magníficas, el cine español que de verdad me pone caliente es anterior, de los años sesenta para atrás.

Casi todo está rodado en blanco y negro, aunque hay excepciones. En color se rodó Los tramposos –una de mis grandes debilidades, con los sublimes Tony Leblanc y Antonio Ozores en la secuencia genial del timo de la estampita–, Tres de la Cruz Roja y también Cateto a babor; que pese a las apariencias de comedia sensiblera con niño, es un recital interpretativo del gran Alfredo Landa.

Pero es en blanco y negro, como digo, donde para mí se encuentra el más valioso tesoro cinematográfico español. Películas, algunas de ellas verdaderas obras maestras, que inexplicablemente no pueden encontrarse en el comercio y nunca pasan por televisión, pues el blanco y negro espanta a la audiencia. Así que tomen nota de mi lista, si les apetece, y ustedes verán. O no verán. Pero les aseguro que si un día ponen en la tele Plácido, La caza, Surcos, El escándalo, Tarde de toros o Mi tío Jacinto, y se niegan a verlas porque no son en colorines como Sálvame o Gran hermano, los interesados merecen soñar cada noche, el resto de su vida, con Belén Esteban en vez de con la Sarita Montiel de El último cuplé –ésa es en color, por cierto–. Por idiotas.

Recuerden de todas formas, que la mía es una lista personal e incompleta, sujeta a error y a olvidos. Incluso a factores difíciles de explicar. En cabeza figura la que considero obra cumbre de nuestro cine, no sólo por la historia que cuenta, sino por la España que disecciona con fría crueldad: Calle Mayor. Para los amantes de lo policíaco, misterioso o fantástico, me parecen ineludibles El clavo –magníficos Rafael Durán y Amparo Rivelles– y la extraña La Torre de los Siete Jorobados.

En folklore hispano tengo tres debilidades notorias: La María de la O que interpretaron Carmen Amaya y Pastora Imperio, Morena Clara, y el gran Manuel de Luna guitarreando a Juanita Reina en La Lola se va a los puertos.

En materia de comedia española, mi lista, que ahí es muy larga, la encabeza Atraco a las tres, que considero obra maestra absoluta, seguida por El verdugo, Bienvenido míster Marshall y El tigre de Chamberí.

Como western hispano de calidad, imposible no citar la magnífica Carne de horca; y en lo que a cine épico y de aventuras se refiere, nuestra particular versión de Tres lanceros bengalíes se llama Harka, de valor documental irrepetible. Sin olvidar la todavía conmovedora Los últimos de Filipinas, o una joya del cine de guerra y resistencia: la película maldita del falangista Carlos Arévalo Rojo y negro, prohibida por el franquismo, con una subyugante Conchita Montenegro y un final desolador que trasciende cualquier simpleza ideológica. Pero a esa película modernísima, turbia, dura y fascinante, ya le dediqué una página entera aquí, hace años.

 ARTURO PEREZ REVERTE
Académico.



16 comentarios:

  1. Como devoradora de cine de casi todo tipo, debo decir que me encanta la entrada. Muchas de esas películas andan guardadas en mi videoteca, y otras.... El encanto de ese cine es evidente y además estaba hecho a base de imaginación y poco presupuesto.

    Veo coincidencias, el día de la bestia y el verdugo están entre mis favoritas. Añadiría Amanece que no es poco y Atraco a las tres. Ah, también Historias de la radio. Aún las venden, por suerte, en algunos sitios.

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    1. DOÑA CANDELA
      Sí, nos trae un recordatorio de excelentes ratos pasados viendo CINE.

      Además de las que citas me encantaron PLÁCIDO, LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO y CALLE MAYOR.

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  2. Joer¡¡¡, se nos ha puesto nostálgico el maestro Perez Reverte, aunque tengo que darle toda la razón (pues somos de la misma quinta, y aunque he visto casi todas las películas que cita, incluidas las de blanco y negro, lo mejor de todo,es lo que cita de ""Nunca estuvieron a oscuras en un cine de acomodador y linterna, comiendo pipas mientras en la pantalla sonaba tatachán, tatachán"",después de ver el "Noticiero Cinematográfico (NODO)", comenzaba la sesión continua, y te sumergías en la película, como si fueras el protagonista.Y también me quedo con el Crack, en la famosa escena que describe,del genial Alfredo Landa. Bueno, basta de nostalgias, no es que todas las películas fueran buenas, pero estaban muy cuidadas por los pocos medios con que se hicieron, y además, sin subvenciones, a pico y pala, currándoselo todos, desde los productores hasta el/la ultimo/a actor/actriz, porque lo mismo hacían cine, que una buena obra de teatro, y además a través del cine, entro la famosa apertura para el españolito de a pie.
    Es una pena que hoy la gente del cine, este mas pendiente del pelotazo, que de hacer buenas películas.
    Un saludo

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    1. DON MANUEL
      Sí, los acomodadores se consideraban una especie de guardias civiles de las parejas y de vez en cuando alumbraban con su linterna, en plena peli, a cualquier pareja.

      La época del "landismo" degeneró el tipo de cine pero en general Landa también hizo memorables pelis como "Los santos inocentes" de la novela de Delibes.

      El grupo aquel de los Ozores, José Luis López Vázquez,Manuel Alexandre, Gracita Morales,Cassen, Katia Loritz, etc. dejaron huella en varias generaciones.

      Las películas hacen hoy no las ven ni los propios actores que intervienen.

      De las españolas había dos tipos : las flamencas de las folclóricas que eran insoportables, y las otras.

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  3. Bueno coincido en muchas, a mi es que el cine que me gusta es de blanco y negro. No me pierdo un solo programa de Jose Luis Garci en Telemadrid "Cine en Blanco y Negro", fantástico. La sesión doble nos salvaban los domingos por la tarde en el barrio en invierno, nos metíamos a las 5 y salíamos a las 10 que tabarra dábamos a veces.
    Si queréis ver HARKA, aquí os la dejo:

    http://youtu.be/rfxivpnPlvE

    Saluditos.

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    1. DON ROBERT

      La sesión doble, como dices, a muchos estudiantes de pesnión nos salvaban de pasar frío en la habitación y en la calle por dos duros que costaba butaca. Nos metian todas las "hazañas bélicas" de los yankees y su infantería de marina contra japos, o las invendibles de Lola Flores y su tribu.

      Gracias por la url de HARKA.

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  4. Siempre he sido mas cinéfago que cinéfilo, y de gustos poco exigentes; quería entretenimiento y eso iba a buscar. Dicho esto, me horroriza el actual modelo de cine; no se si porque me hago viejo, pero el caso es que los efectos especiales de ordenador han traido una forma de hacer cine que no me gusta y que denomino de efectos imposibles, y por tanto no-creibles.

    Del cine de blanco y negro tengo recuerdos a flashes, de todo lo que veía por la tv sobre todo: las peliculas de vaqueros contra el "malvado indio", o aquellas peliculas de tarzan que hoy serían politicamente incorrectas. En un programa de cine de la ETB2, echaron escenas de estas películas para demostrar que eran racistas, y la verdad es que tenia huevos. Pasaban por el tipico caminito junto al despeñadero los cazadores, porteadores, la heroina.. se cae un portador.. aaahhhh. y se le ve al prota decir "tranquilos, el paquete con las provisiones se ha salvado".

    Yo, lo siento, a descojonarme de la risa.

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    1. SEÑOR OGRO
      Eres un chavalín, te cogió con el invento de la TV y eso ya cambió todo.

      Antes el único espectáculo diario eran los muy diversos cines de cada ciudad y en donde las pelis americanas, británicas y francesas de intriga eran recibidas como ahora el Sprinsgten o como se llame el vivales ese. Era siempre cone en blanco y negro con sensacionales pelis, especialmente las británicas y francesas de policias. Para amenizar se veían también las italianas cómicas y jocorosas de los Alberto Sordi y las Loren y demás primas de bandera.

      Nunca me olvidaré de un actor francés que era genial : JEAN GABIN.

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  5. Yo no sabría elegir una película solamente, ni siquiera cinco, hay tantas que me gustan que me sería muy complicada la elección.
    Sin duda entre mi lista entrarían "El verdugo", "Amanece que no es poco", "Los santos inocentes", "Los otros"... y así seguiría un buen rato.

    Lo más importante es un buen guión, los efectos especiales me dan lo mismo.

    Saludos.

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    1. DOÑA ELENA
      Comparto tus gustos por las pelis. Los efectos especiales creo que han arruinado el buen cine de los grandes actores y de las buenas tramas.

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  6. Mi querido Maese, tu entrada me ha puesto los dientes largos, por lo que en la medida de lo posible me sumo a los beneplácitos que puedan otorgarse, no a Pérez-Reverte por su artículo dominical, si no para ti mismo por publicarlo.
    Tanto es así que me he permitido ampliar el tema sobre el particular en un post, el cual te dedico.

    Saludos desde el gallinero.

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    1. DON JOSÉ LUIS DE VALERO

      Brillante compadre de esgrimas y sacar filos en Blogger, MUCHAS GRACIAS por tus palabras. Corro a ver lo que cuentas.

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  7. Coincido bastante con los gustos del ilustre, lo de la estampita- aunque toda la película tramposa- es maravilloso, y lo mismo el tigre de Chamberí y Atraco a las Tres; me emocionan Calabuch o Manolo Guardia Urbano porque salen unos prototipos y una serie de valores que todos conocimos y que desgraciadamente casi ya no existen, donde se hace hincapié en la BONDAD de las personas, pero la lista sería larga aunque algunas como La Gran Familia ahora me resultan cursis y no han "envejecido" bien, pese a algún pasaje memorable.

    De las de "ahora" no veo demasiadas porque en general me resultan demasiado chabacanas o tendenciosas, aunque reconozco que me reí con las marranadas de Torrente, y salvo algunas de Garci y "Solas" que me gustó bastante, paso directamente (de Almodóvar mejor no opino)

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    1. DOÑA MARIBELUCA
      Creo que casi todos los comentaristas coinciden con tu opinión. Por cierto se nota que has visto mucho cine de otros tiempos.

      Yo dejé de ir al cine después de las pelis de Supermám y Guerras de Galaxias porque aquello ya no era cine, era informática.

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  8. Estoy totalmente de acuerdo con la división pero antes de BenHur, fueron los 10 mandamientos.

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    1. DON MAMUNA
      Estarás en lo cierto porque ya no me acuerdo de cuando fueron apareciendo las sucesivas SUPERPRODUCCIONES.

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