Hacia las islas de los Reyes Magos. A la búsqueda de esas islas maravillosas zarpaba de El Callao, el 19 de noviembre de 1567, una expedición, mandada por el vasco Álvaro de Mendaña, sobrino del gobernador del Perú. La nao capitana se llamaba (cómo no) "Los Tres Reyes" y llevaba escrito en la popa un letrero profético que rezaba: "Los Reyes es nombre mío / porque sea guía mía / la estrella que fue su guía".
Como piloto mayor iba Hernán Gallego, que era "el más famoso piloto del reino". No parece mala compañía para singlar en un océano que era un mapa en blanco lleno de incógnitas por resolver. Iba a bordo también, con el cargo de capitán de la nao principal, Pedro Sarmiento de Gamboa, hombre brillante, cartógrafo y poeta, capaz de escribir una Historia inca, perseguir sin descanso al pirata Francis Drake o alimentar una fama de nigromante que lo llevó a ser acusado por la Inquisición de poseer anillos mágicos y realizar extraños conjuros, por los cuales estuvo preso en los húmedos calabozos de Lima.
Pedro y Hernán chocaron durante toda la expedición. Hernán Gallego llevaba más de 20 años de servicio en Indias, era un cincuentón malhumorado que no tenía formación teórica, sino que había aprendido el oficio navegando, y solo se fiaba de su instinto y de su experiencia desconfiando de cartógrafos y sabidurías académicas. Había estado en la toma de Túnez como soldado y en Italia, y su prestigio era indiscutible.
A los nueve días de zarpar, habiendo marcado el rumbo Pedro Sarmiento, como le correspondía por su cargo, Hernán lo varió sin consultar a nadie. Así lo cuenta una relación conservada en el Archivo de Indias: "Y ese día que fue viernes, mudó Hernán Gallego la derrota, sin consejo ni acuerdo de los pilotos ni de Pedro Sarmiento, como era obligado (...)".
Hubo un gran altercado que solo fue el primero de muchos y, a pesar de la insistencia de Sarmiento de Gamboa, el general Mendaña, un joven de 25 años cuyo único mérito era ser el sobrino de Lope de Castro, consintió el cambio de Hernán y se plegó a sus intuiciones.
Completaban la expedición 150 sufridos marineros, los grumetes (muchachos de 16 a 20 años), los pajes (niños de 8 a 10 años), el despensero, el carpintero, el calafate y cuatro frailes franciscanos. Cada uno con sus funciones y su salario: 25 pesos mensuales para un marinero (el precio de cien comidas servidas en las ventas del Callao) o 116 pesos para el piloto mayor. Antes de zarpar habían recibido seis meses de salario completo.
Todos ellos dormían en el suelo de la cubierta o de la bodega, comían escasas raciones en escudillas de madera y bebían aún menos frecuentemente de lo que comían (en tiempos duros la ración llegó a ser de un cuarto de litro cada dos días).
La mayoría habían sido reclutados de modo forzoso y alguno incluso había estado condenado a muerte. El gobernador había pensado de modo brillantemente pragmático que, si no se descubrían las islas de los Reyes Magos, al menos la expedición le serviría para librarse de gente problemática o, en sus propias palabras, "evacuar gente bulliciosa".
La bahía descubierta en aquella mañana de febrero pasará a llamarse, por supuesto, bahía de la Estrella en honor a los Magos que, como dice Mendaña, "siempre trajimos por abogados" y las islas serán ya por siempre las islas de Salomón.
NOTA DEL BLOG
Las Islas Salomón son un país insular independiente de Oceanía, en la Melanesia tradicional, que forma parte de la Mancomunidad Británica de Naciones. Su territorio está formado por más de 990 islas repartidas entre dos archipiélagos: el archipiélago homónimo, al sureste de Papúa Nueva Guinea, y las islas Santa Cruz, situadas al norte de las islas Vanuatu.A principios del siglo XX, empresas británicas y australianas empezaron a crear extensivas plantaciones de coco. El territorio fue escenario de una batalla sangrienta de seis meses, la Batalla de Guadalcanal, ganada por los norteamericanos en 1943. Sesenta y siete barcos de guerra se hundieron, los japoneses perdieron 31.000 hombres y los americanos 7.000.
El autogobierno fue establecido en 1976 y la independencia se logró el 7 de julio de 1978 como Estado de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth of Nations). Su régimen político es la monarquía constitucional, y su monarca la reina Isabel II de Inglaterra.
islas reyesmagos
Buena leccion de historia y geografia,A mi siempre me entusiasmo la figura delos Reyes Mago.Y por supuesto lo prefiero mas que a Santa Claus.un saludo.
ResponderEliminarDON AGUSTÍN
ResponderEliminarCerquita, relativamente, de donde habitas tú están esas islas y en las que los españoles del XVI creyeron que eran en donde habían vivido los tres reyes magos. Les llamaron de Salomón por una extraña idea de que los Magos provenian de donde salomón guardaba sus tesoros.
Desde luego aquellos españoles tenían más espíritu de aventura que todos los Indiana Jones posteriores.
Curiosa teoría la del gobernador: "evacuar gente bulliciosa". Es parecida a la que aplicó Fidel Castro cuando permitió a tantos cubanos escapar a Miami.
ResponderEliminarDON BWANA
ResponderEliminarSí, efectivamente Fidel hizo lo mismo 500 años después.
Esas tres princesas suyas ¿le van a traer muchos regalos de Reyes?
gracias por la lección, Tella, buen día
ResponderEliminarCuando se habla de espíritu pionero, rara vez se recuerda a los españoles y , sin embargo, no hubo lugar del globo donde no llegaran estos intrépidos exploradores.
ResponderEliminarComprendí el mérito una vez que visité una réplica de la "Pinta" en el paseo marítimo de Baiona, era un cascarón de nuez.
Muy bonita la idea de Álvaro de Mendaña, buscar la isla de los Reyes Magos.
Quizás nos hayamos vuelto excesivamente racionales, era otra época, por supuesto, pero ese grado de locura (ellos no eran conscientes) permitieron descubrir el mundo... y agrandar el imperio, sí señor.
ResponderEliminarOhhhh, que grandes nombres... me explico, si el frente europeo dio grandes batallas en la segunda guerra mundial mención aparte merece la guerra del Pacífico, la que se inicia con la respuesta yanqui al ataque de Pearl Harbor:
Midway y Guadalcanal en el 42, Aleutianas en el 43, Guam en el 44 y las que iban cerrando el círculo, Okinawa e Iwo Jima en el 45, siempre con el portaaviones Big E (USS Enterprise) como espectador "privilegiado" y que consiguió 20 estrellas de batalla.
Si alguien está interesado canal historia emitió una serie documental de 10 episodios que mostraba todo esto, su título, Batalla 360º, sencillamente ESPECTACULAR
Vuestra misiva me trae a la memoria el infortunio sufrido y vivido por otro de nuestros grandes hombres, marino y explorador de la Mar Océana.
ResponderEliminarEl destino y las vivencias de Pedro Sarmiento de Gamboa, van parejas a lo vivido por el capitán de navío y explorador español Juan Fernández.
Corría por entonces el año del Señor de 1574.
Si su nombre es recordado en nuestros tiempos, débese al hecho de que en los mapas y cartas de navegación del Pacífico meridional y situadas frente a las costas de Chile, figura una – llamémosle – denominación de origen: Archipiélago de Juan Fernández, también llamadas hoy en día, Islas de Robinsón Crusoe, puesto que el escritor Daniel Defoe situó en tales islas al náufrago Robinsón.
Según cuentan las crónicas el capitán Juan Fernández al divisar tierra frunció el entrecejo, dudando entre la alternativa de proseguir con el rumbo previsto o echar el ancla frente a la desconocida costa. A fe mía que nuestro marino no lo tenía del todo claro. Acababa de vérselas con la Inquisición, acusado como no, de practicar la brujería.
Por lo visto, el Santo Oficio no acertaba a comprender las fulgurantes singladuras del navío capitaneado por el avispado marino.
Fuere o no cosa del diablo, Juan Fernández fue juzgado por la Inquisición que basó sus cargos en una posible conspiración con el Maligno. Lo que la Santa Inquisición ignoraba claro está, eran los exhaustivos conocimientos náuticos que poseía el capitán con respecto a las corrientes y a los vientos alisios que soplaban y continúan soplando – a Dios gracias, todavía – por el sector meridional de las costas del Pacífico.
Esa circunstancia meteorológica permitía al capitán español acortar distancias y reducir considerablemente los tiempos de navegación.
Pensándoselo dos veces, Juan Fernández optó por fondear su barco frente a las fantasmales islas que emergían misteriosamente entre la niebla.
Al marcarlas en su carta de navegación no se le ocurrió mejor nombre que denominarlas con el calificativo de Islas Desventuradas, no se sabe si debido a la soledad de sus costas o bien sopesando las explicaciones que debería ofrecer sin duda a la caterva de frailes dominicos que formaban los estamentos inquisitoriales en su regreso a España.
Al fin y al cabo había descubierto unas tierras donde se suponía tan sólo debería existir agua y ese detalle le traía a mal vivir. La Inquisición era muy capaz de abrirle un expediente alegando contubernios diabólicos y nuestro hombre después del anterior juicio, no estaba para excesivas demostraciones exploratorias ante una Corona entregada de lleno a la quema de diabólicos conspiradores.
Sea como fuere, nuestro marino intentó años más tarde fundar una colonia en los territorios recientemente descubiertos, pero el proyecto no prosperó. Las nuevas islas fueron abandonadas a su suerte y el capitán murió años más tarde en la más absoluta pobreza.
Ved pues mi docto amigo, que el pago de la Corona y de la Iglesia a nuestros grandes hombres de la Mar Océana, siempre fueron de similar cuantía.
Quedad con Dios. (o más bien con el Diablo)
DON JOSÉ ANTONIO
ResponderEliminarEs un placer. Y más en estas fechas.
Muy cordiales saludos
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarSin duda alguna : nadie como aquellos barbudos con más espíritu pionero y de exploración de lo desconocido. Pero la Historia y los reyes los maltraron porque la mayoría murió en el olvido.
Imagínete que podría tener en el caletre el Mendaña para intentar buscar las tierras de donde procedían los Reyes Magos de la Biblia. Y que en la realidad, como después se ha sabido, ni eran reyes ni magos.
DON ISRA
ResponderEliminarSí, ese grado de chaladura de embarcarse en busca de aventuras o tierras desconocidas era lo propio de todos aquellos intrépidos marinos. Y mal pagados por sus reyes después. Y, para colmo, la Historia oficial los ha relegado al olvido.
Lo de esos nombres de islas del Pacífico y la Segunda war a tí te encandila porque eres un enamorado de esos acontecimientos. En mi juventud me tragué mil y una pelis americanas, con el sonido del himno de la Infantería de Marina yamkee de fondo, todas aquellas batallas navales contra los japos.
SEÑOR DE VALERO
ResponderEliminarMuy interesante la historia y aventuras de aquella pareja de grandes marinos como Sarmiento de Gamboa (alavés) y Juan Fernandez.
Qué panda de miserables hemos tenido siempre junto a los reyes y además con Poder. Por algo Cervantes los denostaba sin piedad aunque disimuladamente.
Lo triste de todo esto es que la mayor parte de los descubrimientos de marinos españoles en el Pacífico e Indico fueron luego aprovechados por los British que se apoderaron de esos lugares. Por ejemplo, Australia, Nueva Zelanda, las Islas Salomón, etc. etc. etc.
Trescientos años antes que el Capitán Cook inglés llegaron marinos españoles a tierras de Australia, tras haber establecido relaciones comerciales y diplomáticas con el Emprerador de Japón y con el de China.
Creo, como comentas, que siempre hemos estado gobernados por miserables con mentalidad similar al Zapatitos.
Poco conocida es esta historia de las exploraciones españolas en el Pacífico o la Mar del Sur. El Pacífico se nos quedó grande y apenas pudimos hacer algo allá. Tus paisanos guipuchis Legazpi y Urdaneta lo consiguieron en Filipinas y con el Galeón de Manila y su fabulosa gesta de tres siglos entre Manila y Acapulco. Los británicos nos quitaron esa gloria exploradora con Cook. Si no podíamos mantener ese imperio tan enorme más allá de las costas americanas del Pacífico, al menos podría haber sido más divulgativa nuestra historiografía. Los portugueses consiguieron menos y, sin embargo, se vendieron mejor que nosotros.
ResponderEliminarSaludos Tella y buena entrada de HISTORIA.
P.D. Nos contó un profe cartagenero en la facultad que en 1941, tras el bombardeo japonés de Pearl Harbour, los viejos marinos aún vivos del desastre del 98 y residentes en Cartagena, pusieron banderas españolas como signo de alegría por la derrota de sus humilladores yankees.
DON JUAN
ResponderEliminarY tan poco conocida, Juan. Casi nadie tiene idea alguna de las múltiples exploraciones y arribadas a imperios como el chino y el japonés en donde establecieron embajadas.
El Galeón de Manila, especie de puente volante entre Madrid y Barcelona pero entre México y Filipinas, ya lo hubieran querido los británicos y franceses.
También es desconocida la historia de los navegantes portugueses en aguas del Indico y sus instalaciones de colonias en China y Japón (Macao y Goa).