Ibai abandonó el hospital en abril, cuatro meses después del trasplante. Iba en un carrito de bebé; su boca, cubierta por una mascarilla. "Está tan contento que no quería esperar a la ambulancia", contaba su padre, Javier Uriarte.
Los médicos, a su lado, advertían: la nueva etapa será delicada. Se deben hacer revisiones periódicas y, sobre todo, cuidar la función renal y evitar deshidrataciones e infecciones.
En septiembre, más buenas noticias. Ibai volvía a su ikastola en Zarátamo (Vizcaya). Según sus padres, estaba tan excitado que habría ido a clase el domingo.
La realidad, sin embargo, es implacable. Pronto recordaría a la familia Uriarte que la vida aún está lejos de ser fácil para ellos. "Todo iba bien (rememora Javier). El 26 de septiembre iban a cerrarle la bolsa donde hace sus necesidades. Era importante para nosotros. Fuimos a hacerle las pruebas para la operación y surgieron los problemas: un virus que se reactivó, dificultad para respirar... Había que hospitalizarlo".
Ingresar de nuevo a su hijo en el centro donde pasaron los cinco meses más angustiosos de su vida fue una prueba, otra más, para la familia.
"Hemos pasado mes y medio en Madrid (cuenta Javier). Nuestro otro hijo, Markel, de nueve años, se quedó en Bilbao con sus abuelos. Me dan la baja (es vigilante de seguridad), pero, claro, son muchas ya".
Ibai, que ya tiene cinco años, lo lleva mejor.
"Es duro para él (dice Javier), pero está contento. Ha vuelto a clase y, si todo va bien, en enero le quitarán la bolsa. Quiero llevarle al Circo del Sol, a Ibai le hace una ilusión enorme. Antes espera que esta noche, el Olentzero (quien lleva los regalos de Navidad a muchos niños vascos) le traiga unas pistas de coches que ha pedido.
"Creo que se las traerá", presagia Javier.
NOTA DEL BLOG
La historia de este chaval es espeluznante. En el vientre de su madre se gestaron dos embriones. Uno no llegó a desarrollarse. Ibai sí pero, algo casi inédito, ese "gemelo parásito" se pegó a él y le ha acompañado en su abdomen durante sus cuatro años de vida. En noviembre 2010, en una consulta rutinaria se detectó un "bulto" raro. La familia se temió lo peor. Allí, en el hospital bilbaíno de Cruces, Ibai entró en quirófano. La intervención era complicada. Pero algo salió mal. Se había producido un accidente quirúrgico en dos arterias. Primera, la celíaca, que suministra sangre a esófago, estómago, duodeno, bazo, páncreas, hígado y vesícula biliar; segunda, la mesentérica, que abastece el intestino delgado y el colon derecho.
Los padres, ya en Madrid, se lanzan a pedir donantes para su hijo. Desconocían que los trasplantes han de seguir un protocolo. "El de Ibai (explica el doctor Yus) era multivisceral porque habían fracasado esos órganos".
valeroso ibai
La mayoría de los problemas de los que nos quejamos son estupideces. Bravo por Ibai.
ResponderEliminarQue insignificantes nuestras cotidianas y egoistas quejas,Este chiquillo nos da una gran leccion de entereza.un saludo.
ResponderEliminar¡Rediós Javier! y yo con estos pelos, quejándome por el enésimo pinchazo de mi coronaria que de vez en cuando me obliga a ponerme una dosis de nitro debajo de la lengua. Leyendo tu post me avergüenzo de mis lamentos.
ResponderEliminarComo bien dice Agustín, Ibai nos está dando una soberana lección de entereza. Este chaval si que tiene bien atados los machos.
Madre mía con el yuyu que me dan a mi los hospitales. Cuando lo supere no habrá quien lo ate en casa. Suerte Ibai. Recuerdo lo de la operación Javier pero no había vuelto a saber nada del niño este, una historia muy humana y Navideña Don Tella.
ResponderEliminarSaluditos.
J.F. SEBASTIAN
ResponderEliminarCierto lo que comentas. El niño es un "grande" y lo que estarán pasando su padre y madre a cada minuto del día tiene que ser tremendo.
DON AGUSTIN
ResponderEliminarIbai es un niño de los que enternece a cualquiera por su odisea contra la muerte. Y, en un post de hace un año aquí, reción operado, se veía que se había ganado con su simpatía y sencillez a todo el personal del hospital La Paz de Madrid.
SEÑOR DE VALERO
ResponderEliminarNo, te averguences de tus lamentos porque todos nos quejamos siempre de algo. Pero cuando ves a un niño como éste y su ánimo de querer ir a jugar con sus amigos del pueblo cuando aún no se sabía si iba a salir, es tremendo.
Al principio todos los niños de su escuela pusieron dinero para los gastos de estancia de los padres en Madrid, y luego pidieron a todo el pueblo dinero. Juntaron una considerable cantidad. Eso es solidaridad sin retóricas y en niños de 4 y 5 años.
DON ZORRETE
ResponderEliminarMe complace que recuerdes su múltiple operación de trasplantes de hace un año y que, además, lo consigné también aquí.
Un año después el pobre niño sigue con el valor y el ánimo intactos a pesar de las complicaciones que viene sufriendo.
Desde el inicio me llamó la atención el valor de este "gran" niño.
Como a todo padre, se me ponen los pelos como escarpias. Ruego a dios no tenga que pasar por un trance similar.
ResponderEliminarJamás en mi vida he pasado tanto miedo como cuando durante el embarazo de mi primer hijo, nos dijeron que igual "venia mal".. fue la peor semana de mi vida y de la de mi mujer. Cuando nos dijeron por fin que venía bien y tal.. en fin, os lo podéis imaginar. Me imagino ahora esa misma tension durante MESES o AÑOS.. , muy muy muy duro tiene que ser. Un sufrimiento extremo, un miedo casi continuo, un estres sin igual.
Solo desearles lo mejor, que su hijo se recupere y logre tener una vida normal. Un abrazo para todos ellos.
SEÑOR OGRO
ResponderEliminarTiene que ser tremebundo para los padres, como comentas.
Yo tengo nietos de 5 y 4 años ( la edad de Ibai) y me lo imagino en un niño que habla, corre, juega al futbol y es la alegría del huerto por su caracter, de pronto sometido a todo este proceso.
Los padres tienen que estar pasándolas canutas y con muy poco ruído mediático. Sin duda Ibai ha dado y está dando una lección de supervivencia al máximo.
Es más terrible para los padres, porque los adultos son más conscientes de un posible desenlace fatal y de los riesgos. En cambio un niño es pura fuerza vital, se agarran a la vida con tesón lo que, a veces, les salva. Las salas de oncología están repletas de Ibais, fuertes, alegres y desafiantes que hacen que debamos sonrojarnos cuando nos quejamos por cosas relativamente importantes.
ResponderEliminarNo puedo evitar pensar en los padres. A una de mis hijas la operaron por un problema congénito, nunca más volvió a resentirse pero recuerdo esas más de tres horas de quirófano como las más desesperadas de mi vida, de pie, pegada a la puerta sin mover un músculo, muy malo. Los padres de este niño están demostrando muchísima fortaleza, luchar juntos les ayudará y, desde aquí, les deseo lo mejor.
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarSí, así es : lo terrible es para los padres. Todos o casi todos hemos tenido algún hijo pequeño hospitaliazdo por algo aparentemete grave y no es deseable para nadie esa situación.
Me produce auténtico terror pensar en una sala de Oncológico llena de niños. Todos los niños me causan ternura aunque no los conozca, pero un niño condenado a una cama de hospital es horrible.
He pensado lo mismo que tú :los padres de Ibai son unos auténticos héroes sociales por todo lo que están pasando. Tengo un post de hace un año en el que se describía cómo el padre iba conduciendo de noche de Zaratamo a Madrid a tope de velocidad de su automovil para poder estar unas horas en el hospital cuando lo operaron. Porque de día tenía que trabajar para mantener a la familia.
Impresionante historia. Esperemos que el chaval tenga una buena calidad de vida en su vida adulta, sin estar atado a hospitales e internamientos periódicos. Siempre, y más desde que la salud me ha dado sustos, me repito eso de ... "lo importante es tener salud" y no le faltó razón a los que inventaron ese dicho, porque, desde luego, cuando estamos enfermos es cuando nos damos cuenta de lo que vale la salud... y lo demás son rollos patateros.
ResponderEliminarSaludos y cuidado con ls bromas pesadas que hoy es un día de órdago en esos menesteres. Jejejeje.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarhistorias como estas le hacen a uno darse cuenta de lo realmente importante de esta vida, alejada de crispaciones, polítiqueos y tonterías que muchos se empeñan en impornernos.
ResponderEliminarEsperemos que poco a poco el pequeño Ibai se vaya recuperando y pueda tener una vida como la de cualquier otro chaval de su edad.
DON JUAN
ResponderEliminarEs cierto y lo repetimos cada vez que nos sale al paso un caso así, de niño sufriendo por enfermedad o por nosotros mismos y nuestras dolencias.
No entiendo nada de Medicina pero supongo que el cuidar que CINCO órganos básicos trasplantados supone un estrricto grado de vigilancia al menos durante varios años, y ojalá, como comentas, no le den complicaciones al Ibai.
Lo de día de "órdago" es para los PICHICASTIZOS de tu pueblo ( no tú, que no lo eres)tan acostumbrados desde la Picaresca a embromar al prójimo. Por otra parte, aquí "esas cosas" ya no se dan porque te puedes tropezar con un etarra camuflado y te suelta dos pistoletazos de Magnum-9 Largo. Hace mucho que se perdió aquí la chispa social, nadie tiene ganas de bromas. Con lo que han sido localidades como las de donostiarras "cosqueros", tolosarras o iruneses.
DON CAROLVS
ResponderEliminarMe considero persona poco emocional pero mi punto debil está en los niños, desde siempre. Sus NO alegrías me afectan y mucho. Por ello, tu comentario me recuerda lo elemental de la vida de cada invididuo y que, como dices, está muy lejos de esos mundos de crispaciones politiqueras y cotilleos vecinales.
Pero hay un detalle que unicamente te comento a tí, por ser madrileño poco habituado a estas tierras, y es que ese niño va a crecer en un entorno de ikastolas, ikurriñas,"olentzeros" (el carbonero que sustituye a los los Reyes Magos, de forma ridícula) y de adoctrinamiento peneuvero total como es el pueblo de Zaratamo. Con una Kultura falsificada en vez de con CULTURA.
Pues sí, en la Nochevieja 1997-98 que pasé en Ezcaray, un día dormimos en Guernica y pude ver esas navidades grises de los que no son nazis y onanistas. La verdad es que eso que dices de que te puedes tropezar con un hideputa camuflado te respondo que me quedaría con ganas de darle una patada en los "c...j...ones". Jejeje.
ResponderEliminarSaludos de nuevo.
Después de leer esta historia prometo no quejarme cuando tenga una molestia.
ResponderEliminarDON MAMUNA
ResponderEliminarBuena persona con esa promesa que haces. Lo cierto es que solemos dar enorme importancia a un dolor de boca o de oído o por un constipado. Y son minucias comparadas con los que está pasando el bravo IBAI.
Un cordial saludo, galego.
enhorabuena, tella, por seguir la Historia de Ibai y de sus padres, tan grandiosa
ResponderEliminarsaludos y feliz año nuevo