El Auschwitz africano fallido

Los nazis quisieron convertir la isla de Madagascar en un "inmenso gueto" de judíos alejado de Europa. El plan secreto consistía en la "exterminación por el trabajo"

"El día que hayamos organizado sólidamente Europa, nos ocuparemos de África". Así lo proclamó Adolfo Hitler en febrero de 1942. El Reich alemán estaba en el zenit de su poder, que se extendía desde el Atlántico hasta las estepas rusas, desde el Círculo Polar Ártico hasta el desierto del Sáhara.

Nada era suficiente para él, de hecho, eran muy pocos los que sabían de sus aspiraciones reales. Y una de las que llevó más en secreto situaba su locura en un lugar frente a África: la isla de Madagascar. En ese trozo de tierra apartado de Europa y bañado por el Índico, levantaría el gran dictador su soñado Guantánamo nazi, a unos 9.000 km de Alemania.

Antes de que la maquinaria del Holocausto se pusiera en marcha, los nazis planearon deportar a los judíos de Europa a Madagascar, la isla más grande de África. Como se detalla en el Plan Madagascar (un memorando secreto de Reinhard Heydrich, el"número dos" de Himmler), las SS transportaría judíos hasta el puerto de Trieste en Italia, atravesarían el canal del Suez en embarcaciones y seguirían hasta Diego. La idea era evacuar por la fuerza un millón de almas al año hasta que Europa estuviera "Libre de judíos".

Hitler pensaba dividir Madagascar en sectores. El Norte sería una zona militarizada. En el Este y Oeste se levantarían dos "guetos inmensos" o, como los nazis preferían llamarlos, "reservas", construidos por los mismos judíos a su llegada.
Las áreas estarían administradas por un gobernador policial de las SS, subalterno directo de Himmler, con poder absoluto sobre la población judía. Como en Europa, serían obligados a trabajar en el campo, la minería a cielo abierto y en agricultura para proveer a Alemania de especias exclusivas como vainilla y clavos.

Bajo el abrasador sol de Madagascar, y con el plan de trabajar más de 12 horas al día con poca comida, las condiciones habrían sido brutales. Esto fue lo que los nazis llamaron "Vernichtung durch Arbeit" (exterminación por el trabajo).

El diseño de la colonización lo puso en marcha Hitler un año después de que los nazis tomaran el poder en Alemania. Aunque fue tras la toma de Francia en 1940 cuando se aceleraron los planes. No se instalarían cámaras de gas en Madagascar. A cambio, los nazis planearon que los judíos se eliminaran gradualmente con una combinación de trabajo extenuante, desnutrición y enfermedades tropicales. Hitler esperaba que todo ocurriera "en una generación o dos".

El más detallado es el Memorando Bielfeld. En él los nazis insisten en la necesidad de recuperar las antiguas colonias de Togo, Camerún y Gangayika. También se propone aprovechar el Congo belga y francés, la África francesa ecuatorial y una gran parte de la África francesa occidental. Incluso la incorporación al imperio nazi de partes de Nigeria, Kenia y el norte de Rodesia, colonias británicas en ese momento. Una vez estuvieran bajo el control de esta bota militar hitleriana se explotarían los recursos naturales.

Las cifras eran asombrosas. Sólo en el Congo, según el informe, los nazis podrían extraerse "156.000 toneladas de cobre al año, miles de toneladas de plata y oro, el 77% de la producción mundial de diamantes...". Con razón los colonizadores alemanes vieron avaramente el Congo como "la despensa del Reich". Su agricultura también sería explotada: madera, algodón, bananas, tabaco. Las plantaciones de caucho en el norte de Congo proveería de neumáticos a Volkswagen en Alemania.

Los nazis habían diseñado un helicóptero adaptado a las especiales condiciones de Africa, incluso un arma muy similar al Kalasnikov, su precursora.

Todo estaba pensado para exportar al continente negro los criterios de la raza pura. El propio Himmler, líder de la SS, creó una academia de entrenamiento para África en Berlín. El curso duraba cuatro meses para los oficiales, y cinco y medio para los otros rangos. Incluía estudios sobre lenguas africanas, enfermedades tropicales y se advertía sobre los peligros del mestizaje. Es imposible saber con certeza cómo hubiera sido la materialización de estas ideas.

Uno no puede imaginar el destino terrible que esperaba a millones de africanos y a los herederos de Israel deportados a la isla de Madagascar donde Hitler planeaba en secreto eliminar a judíos y negros.

Auschwitz africano fallido