Una revolución de propietarios, granjeros y comerciantes de misa diaria hartos de pagar impuestos, la francesa, se rebelaron pero fueron absorbidos por los sans-culottes.
Los dueños de la calle eran los sans-culottes, milicianos extraídos de las clases bajas debidamente politizados y con el cerebro sorbido por las teorías revolucionarias que salían a borbotones de los salones de la nobleza. Ahora diriamos que salidos de los salones de algunos partidos políticos y sus castazas.
Se les llamaba así porque iban, literalmente, sin calzones (culottes)... Los calzones, en el siglo XVIII, eran unos pantaloncitos bombachos, generalmente de seda, que solían llevar las clases pudientes... Los pobres se conformaban con bastos pantalones largos de color oscuro, que duraban media vida.
Los ricos decían aquello de "sans-culotte" despectivamente, pero pronto los destinatarios del insulto lo adoptaron con orgullo, del mismo modo que los obreros de la Argentina peronista estaban encantados con el término "descamisados".
En revoluciones callejeras como la francesa, hacer méritos externos en lo relativo a la indumentaria es muy importante. Por eso Lenin, un señorito burgués, se vestía de obrero fabril, y ciertos líderes milicianos de nuestra Guerra Civil se disfrazaban de campesino, con boina y todo.
Los sans-culottes pronto se constituyeron en un ejército popular e informal. Servían a distintas facciones, todas radicales; ejercían el matonismo político para adueñarse de la calle, lo cual, era de capital importancia para sobrevivir en la marejada revolucionaria.
Apenas tenían ideas políticas, o, mejor dicho, éstas se reducían a un izquierdismo primario basado en la igualdad a machamartillo, las asambleas populares y el aborrecimiento de la propiedad.
Se agrupaban en dos grandes familias. Los primeros en aparecer fueron los enragés (enloquecidos). Los pastoreaba Jacques Roux, un cura católico obsesionado con la igualdad hasta el punto de que animaba a sus matones a ejecutar a aristócratas y burgueses para apropiarse de sus riquezas y repartirlas entre el pueblo.
Todo lo que los milicianos tenían que saber era que la riqueza estaba ahí para ser tomada sin dilación, y con toda la violencia que fuese necesaria. Luego, Roux y los suyos ya se encargarían de aplicarle teoría política a los asaltos.Más menos lo que acostumbra a hacer el Rubal, verbigratia el 13_M.
El programa enloquecido constaba de tres puntos oficiales: control de precios, progresividad fiscal y eliminación del dinero de curso legal; y uno no oficial: perseguir con saña a los que se opusiesen a lo anterior.
De lo primero se encargaba Roux, por las buenas, en la Convención Nacional; de lo segundo, y por las malas, su tropa revolucionaria en la calle.
La furia de los enragés se hizo célebre en todas las cortes europeas a raíz de su participación en la Matanza de Septiembre, uno de los episodios más negros de la Revolución Francesa.
El 2 de septiembre de 1792, aprovechando el ánimo encendido de los parisinos, asaltaron las prisiones y pasaron a cuchillo a sus inquilinos, por aquel entonces aristócratas, guardias reales y sacerdotes católicos. Unos 1.500 fueron ejecutados en dos jornadas de locura homicida.
El ocaso de los enragés coincidió con la caída en desgracia de su mentor, Jacques Roux, arrestado por orden de Robespierre. El iluminado cura era radical hasta para el desmadrado Comité de Salud Pública. Muchos de sus seguidores se pasaron entonces a la segunda de las familias sans-culottes, la de los hebertistas, llamados así porque obedecían a Jacques Hébert, periodista de Normandía ferozmente anticristiano y dirigía un libelo llamado Le Père Duchesne, parecido al actual "Público", desde el que señalaba a sus enemigos, que, naturalmente, eran los mismos que los de la Revolución.
Las turbas hebertistas asaltaban iglesias y conventos para apropiarse de ellos en nombre de la Revolución. Arrasaban las sacristías y metían fuego a tallas e imágenes de madera. Las piezas de oro las reservaban para su posterior venta. Una de sus especialidades era atrapar curas y monjas y casarlos.
Decían hacerlo todo en nombre de la diosa Razón, a la que llegaron a consagrar la catedral de Notre Dame, en una extraviada ceremonia que tuvo lugar el 10 de noviembre de 1793.
Hébert había encontrado el arma perfecta para prosperar en política. Puso su diana sobre Danton y Robespierre. Y hasta ahí le llegó la cuerda. Fue detenido, juzgado y condenado a morir en la guillotina en marzo de 1794.
Y en Sol de MadriZ han montado una "piojera" o centro de liendres. Una lendrera es una lendrera, y basta con darse un garbeo por SOL en Madrid, según cuentan algunos blogueros, para que empiece a picarte el cuerpo entero. Es el socialismo utópico. El otro socialismo, el real, son las colas del Inem. Del Inem a Sol y de Sol al Inem. Y las huestes son los sans-culottes enviados por Rubal, absolutamente enemigos del agua mezclada con jabón.
El negocio lo gestiona Rubalcaba, que no va a enviar a sus guardias a luchar contra las chinches y los gases de invernadero (no sé si se dice así) de los generadores eléctricos.
El programa de estos sans-culottes se basa en la chancla, el botellón y la meada, donde, menos meterse con Zapatero, uno puede hacer todo lo que la democracia le tiene prohibido: fumar en la jaima, beber en la calle, cantar a deshora, y arruinar a los comerciantes de los aledaños.
¿Porqué siempre a los indignados de verdad les sustituyen sucios mangantes de todo lo ajeno?
Tellagorri
los sans culottes madriz
Tellagorri: Oportuna lección de historia. Los avisados ya saben que en toda revolución los jacobinos se comerán a los girondinos, como los bilduetarras fagocitarán a los peneuvinos o a los pachinos, a poco que les abran (¿más?) la puerta...
ResponderEliminarY la puerta se llama Tribunal Prostitucional. Ahora bien, aquí hablan los ilustrados, pero, descartados los dos grandes oligopartidos, ¿quién le pone el cascabel al gato, Maribel?
Me afilio a tu blog y te felicito por tu precisión en el análisis, y tu valentía, por clamar en ese peligroso desierto del norte, tan querido para mí, pues me siento un poco vasco, aunque por ahora fugitivo de esa hermosa tierra española.
FUGITIVO
ResponderEliminarEs una lástima que siempre terminen dominando los jacobinos, pero así sucede una y otra vez.Los peneuveros se tragaron a los carlistones y ahora van a ser eliminados ellos por los bilduetarras, tal como predices, y sin la menor duda.
Imagino que en tu huída ahora Almería te resultará un grato lugar.
Gracias por comentar y serás siempre bien recibido. Cordiales saludos.
Una vez más he disfrutado con la lectura de tu pots.
ResponderEliminarAprendo, sigo aprendiendo, y alucino y me maravillo de la capacidad de anílisis comparativo que tienes para relacionar un hecho histórico con la época actual.
Los sans culottes vendrían a ser algo así como los seguidores del Frente Polpular en la II República ¿no?, ahora se han instalado en las plazas españolas con la diferencia de que no tienen un líder visible como Roux o Hébert, más bien en la sombra de una cloaca con nombre Robacabras.
DOÑA ELENA
ResponderEliminarAl paso que vas cuando tengas mi edad vas a ser Nobel de Sabiduría porque los conocimientos son la acumulación de lecturas. Y tú eres una avanzada en eso.
Me ha gustado lo de ROBACABRAS. Le va como si la palabra hubiera sido inventada para él.
Pues, sí, los milicianos del Frente Popular eran unos copiadores de los SANS CULOTTES. Al igual que todos esos sublevados del Mundo árabe.
Pues sí señor, durante el periodo del Terror se cargaron más peña que la Inquisición a lo largo de su oscura historia, pero luego han quedado la mar de majos y bonitos en los papeles...cada vez que pienso que algún "liberal" tiene a la movida gabacha esta como modelo, se me retuerce el estómago, prefiero con mucho el espíritu de la americana...y eso, lo de Sol, una cochambre tanto literal como intelectual.
ResponderEliminarDOÑA MARIBELUCA
ResponderEliminarRealmente durante ese periodo del Terror impuesto por Danton y Ropespierre mejor compararlos con las barbaridades de los DOMINICOS en los años 1300 y 1400 que con otra cosa. Y la Inquisición se fundó en España en 1478 pero ya desde antes funcionaba la Pontificia, como cuando eliminaron a los Cátaros en Francia bajo la presión de Raimundo de Peñafort.
Los liberales tienen, o tenemos, como modelo a los ENCICLOPEDISTAS, que nada tiene que ver con el sistema de Terror de los sans culotte.
Los Diderot, D'Alembert, Voltaire y tantos otros eran filósofos-matemáticos promotores de lo que luego ha sido esencial para el desarrollo de las libertades democráticas, y cuyos primeros alumnos fueron los constituyentes de USA.
Tampoco los liberales españoles que trataron de derribar el absolutismo son culpables de las barbaridades producidas por los del Frente Popular en España.
Cuidado, que ahora les toca el turno a los Marat, Danton y Robespierre.
ResponderEliminarEsa piojera es insostenible y no da buena imagen a Rubalcaba, ahora se están dedicando a los movimientos alternativos con apariencia de mayor seriedad, probablemente el fondo sea bueno, pero son también muy jóvenes y maleables. Las asambleas en Universidades, que sostienen propuestas diferentes y más lógicas, son ahora el objetivo.
La comparación viene al pelo, y es que nunca aprendemos de la historia. Supongamos que los comerciantes, hartos, decidan hacer lo propio y se arme una gorda, y hasta puede que sea eso lo que están esperando porque en 10 meses creo que no aspiran a ganar, si no a sembrar el caos e ir abonando el terreno en contra del futuro adversario.
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarSí, creo que tu diagnóstico es muy acertado y que ahora pretenden reeditar a los "ocupadores de calle" a lo bestia, tipo "toma de Palacio de Invierno" de los bolcheviques en 1917.
Desde luego hay dos cuestiones que están clarísimas : el descrédito en que han caído los de Sol, y la necesidad de usar esa masa por el ROBACABRAS, en su aspiración de impedir el acceso de la oposición al Poder.
No sería de extrañar lo más mínimo que en los próximos meses haya movidas estilo 13-M pero con muchas más acciones y más largas en tiempo.
Que entradón! rebosante de cultura por los cuatro costados plas plas plas! Nadie podría haber hecho mejor comparación con los actuales "revolucionarios" de Sol (digo los actuales y no los de los primeros días). Así que ya tenía en el siglo XVIII nuestro querido Rubal en quien fijarse...y lo de quemar Iglesias me suena a aquello que los sociatas gustaban de hacer durante la super-democrática, según los contrarios de la RAH, II República apañola...
ResponderEliminarMe quedo con la frase: " Es el socialismo utópico. El otro socialismo, el real, son las colas del Inem. Del Inem a Sol y de Sol al Inem"
Onorevole CAROLVS
ResponderEliminarHombre, gracias. Tú si que das ánimos para seguir en esto. En lo de los blogs.
Ya ves, al parecer, el Rubal, o Robacabras como le denomina Doña Elena, sabe más historia de lo que imaginabamos y está copiando a los Roux y Hebert a la perfección. Falta que termine también como aquellos, que podría suceder.
Su maestro Largo Caballero ya copió lo de quemar iglesias durante la Segunda República, como bien indicas.