19 marzo 2011

Los europeos llorando por las esquinas

En descargo de medios y políticos, sólo cabe decir que son probablemente fiel reflejo de las sociedades que hemos creado en estas democracias del bienestar y el capricho, de estos individuos desorientados y sin historia, que sólo saben exigir derechos y seguridad y sienten pánico en cuanto creen en peligro los unos o la otra.


Porque no se sienten ni competentes ni con coraje suficiente para defenderlos. Pero ni el mundo ni la historia se dejan llevar por los caprichos de los más débiles, por lo que la reacción europea a las dos crisis en el planeta, Japón y Libia, quedarán como página indecorosa y materia de estudios para psicosociales o psicopolíticos.

Si genera vergüenza e indignación en algunos europeos, podremos pensar que no todo está perdido.

Ha sido de nuevo EE.UU. quien ha llegado a la conclusión de que la Comunidad Internacional no puede permitirse asistir a una matanza de dimensiones incalculables en las costas mediterráneas. Y ha abierto las puertas a una intervención en Libia que podría ser inmediata. Y Washington lo ha hecho en coordinación ante todo con la Liga Árabe.

Se mueven muchas piezas a la vez en este tablero. Velozmente. Con el ímpetu imparable de unas generaciones de NO europeos que han desterrado definitivamente de sus vidas la resignación y al miedo, los pilares de todas las satrapías.

Y mientras, los europeos llorando por las esquinas.

Zirauqui




2 comentarios:

  1. Los europeos estamos muy cómodos con nuestras vidas de televisión, móvil, comida diaria y "libertad" para enfangarnos con la lucha de los demás. Eso deberán pensar nuestros dirigentes que lejos de solidarizarse con las víctimas del Japón por el terremoto y con los muertos en Libia que luchaban por su libertad, están pendientes -como esperando que ocurra- de la explosión del reactor tres o cuatro y de sus consecuencias económicas para Europa y el resto del mundo occidental.
    Explosiones que como tardan en suceder, han hecho que otra vez nos detengamos en Libia, un poco tarde creo yo.
    Qué pensarán los del NO A LA GUERRA ahora, ¿saldrán tras una pancarta con la ceja levantá?

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ELENA
    Aquí, en la vieja Europa, ya nadie se molesta (ni sociedad ni dirigentes gubernamentales) por la suerte del resto del Mundo. Como bien dices, a todos lo único que les preocupa es su ración diaria de telebasura, de cotilleo vecinal y de tomarse unos pinchos cómodamente asentados en sus bares preferidos.
    O de ahorrar para comprarse un nuevo coche o un nuevo ordenata.

    Terminaremos siendo un nuevo Estado federal de los Estados Unidos de América. Al fin y al cabo hay más distancia de New York a Alaska que a Paris.

    ResponderEliminar