13 marzo 2010

Una policía nacida para ser masacrada

El domingo 13 de julio de 1980, todas las emisoras de radio y cadenas de televisión abren sus informativos con una grave noti­cia, la muerte de dos guardias civiles en Orio (Guipúzcoa) en un enfrentamiento con un comando de ETA, en el que se utilizan granadas de mano y en el que fallecen también dos terroristas.

La información impide que se divulgue en toda su magnitud otra noticia que ese día publica en primera página el diario El Co­rreo de Bilbao. Según el rotativo, un grupo de entre veinticinco y cincuenta jóvenes, seleccionados a dedo por la Consejería de In­terior del Gobierno Vasco, estaban entrenándose clandestina­mente en la finca Berrotzi, situada en el alto de Azazeta, en la ca­rretera de Vitoria a Estella (Navarra), a unos veinte kilómetros de la capital alavesa, para constituir lo que sería el primer embrión de la policía autónoma vasca.

Los futuros agentes, elegidos en los batzokis del PNV, entre la gente de confianza del partido, llevaban varios días viviendo entre cabras, establos, sacos de pienso, árboles frutales y, junto a los ha­bituales entrenamientos de defensa personal, hacían todos los días ejercicios de fuego real con armas adquiridas ilegalmente.

Las per­sonas encargadas de su preparación física y policial, ex agentes del Mossad y de los servicios secretos británicos, pertenecientes a dos potencias extranjeras, habían entrado en España para impartir instrucción policial y militar sin conocimiento del Gobierno.

De esta manera, la primera y única promoción de ertzainas salida de las campas de Berrozi, la policía encargada de cumplir y hacer cumplir las leyes, inició su aprendizaje vulnerando el Códi­go Penal por posesión y uso ilegal de armas de "fuego"y otros deli­tos conexos.

Y es que, tras varios intentos de negociar con el presidente Adolfo Suárez y el vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado la creación de un cuerpo policial propio, dependiente de la Conse­jería de Interior vasca, sin llegar a un acuerdo, el Gobierno de Ajuria Enea había decidido imponer por la vía de los hechos su propia policía, la Ertzaintza.

Así, resuelto el contencioso entre Madrid y Vitoria, el 1º de fe­brero de 1982 los primeros 680 alumnos seleccionados oficial­mente ingresan en la nueva Academia de Arkaute, un complejo de edificios situados en las afueras de Álava.

Pese a que los nuevos agentes van a cumplir funciones de policía integral y, por tanto, sus sueldos saldrán de los Presupuestos Generales del Estado, el único distintivo visible es una inmensa ikurriña, tal vez la más grande que exista en el País Vasco, que ondea en un mastil de doce metros.

Con su habitual verborrea, Arzalluz lo dijo alto y claro en un mitin de su partido:
"El PNV no va a permitir que se coloquen palos en las ruedas del carro de la paz", para neutralizar las vigilan­cias que la Ertzaintza venía realizando sobre un comando de ETA.

Al día siguiente, Mikel Uribe, jefe de la comisaría de Hernani (Guipúzcoa), la más conflictiva del País Vasco, reunió a todos los mandos y les ordenó paralizar cualquier actuación contra la ban­da terrorista mientras se mantuviera el alto el fuego.

La misma consigna se imparte en el resto de los centros de la policía autónoma, donde se recomienda, además, tratar con guante de seda a los miembros y simpatizantes de HB, sin pre­tender identificarlos ni provocarlos en sus manifestaciones y ac­tos públicos y negociar con los alcaldes y concejales radicales las medidas de seguridad a tomar en las fiestas patronales.

Así, de la noche a la mañana, sin que se hubiese producido ningún acto de arrepentimiento ni pedido públicamente excusas, muchos dirigentes de HB, LAB Y de Jarrai, que se han dedicado a apalear ertzainas, a quemarlos vivos, a dinamitar e incendiar sus coches, a perseguir y a insultar a sus familias, a impedir que sus hijos vayan a las mismas ikastolas, asistan a las mismas escuelas de remo o participen en los campeonatos de pelota vasca, pasan a ser personas honorables.

Los resultados son inmediatos. Mientras los terroristas y sus cómplices campan por sus respetos, profieren gritos a favor de ETA, queman banderas de España, agreden a concejales del PSOE y Pp, queman sus casas y transgreden todos los días los lí­mites del Código Penal, la Ertzaintza permanece de brazos cruza­dos, como si la "guerra" de la banda terrorista con los partidos constitucionalistas no los afectara.

Según el servicio de estadísticas de la Guardia Civil, entre 1987 y 1999 se produjeron en el País Vasco 6.249 actos de vio­lencia callejera atribuidos a jóvenes radicales. Los años de más violencia fueron 1996 y 1997, con 1135 y 971 sabotajes, respec­tivamente.

La intervención de la Ertzaintza, responsable del or­den público, es más que deficitaria. Así, en 1997, la policía vasca detuvo sólo a 75 personas, un tercio del total. En 1999, en plena tregua, los detenidos se reducen sólo a siete personas. En todo el período analizado, más de la mitad de las detenciones se produ­cen en Navarra, donde no interviene la Ertzaintza.

Euskadi es, de esta manera, probablemente el único lugar del mundo donde subirse a un autobús es más peligroso que que­marlo, donde al sacar dinero de un cajero automático por la no­che en determinadas zonas se corre más riesgo que incendiándo­lo y donde llevar un lazo azul en la solapa es más arriesgado que gritar "Gora ETA" o "ETA, mátalos".

Tellagorri


9 comentarios:

  1. Tella, lo siento por los pocos cuerdos que por allí quedáis, esa gente está enferma y sus cerebros maltrechos.

    Me reafirmo, la gente decente no tiene nada que temer, es más, saeguro que pasearía (y tomaría el autobús) mucho más tranquila si hubiese algún tanque por las calles.

    Gilipolleces las justas y ni una más, les quitaba yo la tontería "manu militari".

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  2. Has acertado y coincides con mi diagnóstico : los nacionalistas son ENFERMOS MENTALES.

    Respecto a las tanques, sin la menor duda de que los habitantes de Territorio Sioux (cuya mitad no somos como los enfermos mentales) viviriamos muchísimo más a gusto y tranquilos con uno tanques en cada esquina de calle y en todos los pueblos.

    Y, desde ya, te garantizo que los chillidos de los korkorekas u kurkullus no iban a ser secundados. Se iban a quedar más sólos y callados que los budistas en Afganistan.

    Y a las pocas semanas de las algaradas que montaran los "chicos de la gasolina", no iba a volver a verselos ni en sus herriko-tabernas.

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  3. Uyuyuyuy...cuidado con los tanques que se sabe cómo empieza la cosa pero no cómo acaba.
    ¿No sería más fácil aplicar la ley y no dejar pasar ni una?

    Desde luego los no nacionalistas vascos os merecéis un monumento al aguante en todos los pueblos y ciudades de España.

    La verdad es que yo no entiendo para qué sirve una policía autonómica además de incrementar el gasto público. Si por lo menos se vieran resultados y ayudasen a la Policía Nacional y a la Guardia Civil...

    El origen de la Ertzaintza que relatas me ha sorprendido mucho.

    Un beso.

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  4. ELENA

    Buena advertencia. Cuando se meten tanques, esto es a los milicos, las cosas suelen terminar mal, pero es una forma de decir que habría que quitar competencias a esa Policia Vasca y volver a tener a la Guardia Civil patrullando.

    Esa policia autonómica, que es la que además paga el pato porque sus mandos no les dejan intervenir y tienen casi al 50% de sus miembros en baja por estrés, está financiada con dinero del Gobierno Central, no por el Gobierno Vasco.

    Conozco a muchos miembros de la Ertzaintza y no hablan de nada por disciplina, pero si hurgas un poco te dirán que están machacados porque Eta va a por ellos, les ponen bombas en sus cuarteles, y no pueden usar un arma ni para defenderse.

    Disponen de todos los medios modernos, tanquetas, unidades muy organizadas de antidisturbios, helicópteros, submarinistas, etc. y unicamente actúan en casos de niños desaparecidos o montañeros perdidos. Y para tramitar denuncias de robos o maltratos ante un juez.

    Nació tal como se relata en el post, estando de Consejero un tal Retolaza, cuyo yerno (peneuvero de pro), Gorka Aguirre, es uno de los implicados en el caso Faisan, uno de los que estaban en aquel bar para proteger a los etarras extorsionadores.

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  5. Sin lugar a dudas el País Vasco es el único lugar del mundo donde no rige otra ley que no sea la del más fuerte.
    Las medidas propuesttas, suspensión del estatuto, etc. debieron tomarse hace muchos años, y no haber cedido jamás las competencis en educación, ahora ya hay varias generaciones de jóvenes educadas en el odio a España y esto tiene muy mala solución.
    A Dña. Elena me permito recomendarle la lectura de "El saqueo de Euskadi" de los periodistas Isabel Durán y Díaz Herrera. Le puedo garantizar que se enterará de muchas cosas, entre otras la que nos ilustra hoy el Sr. Tella, y otras que le pondrán los pelos como escarpias.

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  6. ASPIRANTE

    En efecto en el libro EL SAQUEO DE EUSKADI es en dónde con más detalle se explican estas cosas, sucesos, acaecidos o hechos de Territorio Sioux.

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  7. Gracias por la recomendación Aspirante, te aseguro que no la echo en saco roto; aunque me temo que deberá esperar dicha lectura por ahora.
    Hace unos días empecé "La luz crepuscular" de Leguina y en la repisa me esperan las tres últimas compras:
    "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery.
    "Mira si yo te querré" de Luis Leante y
    "Ya sólo habla de amor" de Ray Loriga.

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  8. ELENA

    En noviembre te recomendé un libro, que debiera de leer todo el mundo, titulado EL PODER DEL PERRO de Don Winslow, y que es un libro-documento sobre las actuales tramas de narcotráfico de México, en donde el auténtico Gobierno del país está en sus manos.
    Y se demuestra la conspiración permanente de la CIA en Colombia, Salvador, Costa Rica, Guatemala, etc. etc. que, a cambio de proteger a los narcos, dominan y asesinan con comandos especiales no oficiales a todo lo que conspire contra USA.

    Acabo de comprarme el último libro de Perez Reverte, EL ASEDIO, sobre lo sucedido cuando Napoleón quiso tomar Cádiz, ciudad en la que se habían reunido los jefes de la guerra contra él.

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  9. Lo recuerdo perfectamente, pensé buscarlo para regalarlo en Navidad a un lector empedernido como mi marido, pero antes de lanzarme a la compra, indagué por sus futuras lecturas y tras tres títulos que me dio, elegí uno.
    Tampoco lo echaré en saco roto, se lo regalaré, y cuando yo haga un sitio en mi tiempo, lo leeré.

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