La mitología clásica ofrece una galería de dioses-padres brutales y malvados. Basta con repasar la estirpe de Urano, Cronos y Zeus.
Urano se unió con su madre Gea, la tierra, y dio vida a los Titanes, a las Titánides y a los Cíclopes. Temeroso de semejante descendencia, Urano los encerró en el Tártaro. Más tarde Cronos, ayudado por su madre, cortó los genitales de Urano mientras dormía y los lanzó al mar.
Cronos se casó con su hermana Rea y cuando supo que sería destronado por uno de sus hijos devoró a todos sus descendientes. Salvo a Zeus, que fue escondido lejos de su padre.
Constantino el Grande, encarnizado con sus enemigos, asesinó a su hijo Crispo y a su esposa Fausta. Iván el Terrible, padre de la patria rusa, entre otros muchos desmanes, mató a su hijo Iván en 1581 con una maza de hierro.
Los dos grandes poetas románticos ingleses, Byron y Shelley, fueron un desastre como padres. Shelley abandonó a sus dos hijos, nacidos de su primera esposa, Harriet Westbrook, para fugarse con Mary Godwin, la futura Mary Shelley y autora de Frankenstein.
Lord Byron se desentendió de su primera hija legítima, Augusta Ada, fruto de un terrible matrimonio con Annabella Milbanke. Después, arrebató a Claire Clairmont a su hija natural Allegra. Byron trataba a la niña con despreciable crueldad, la paseó por Italia y acabó ingresándola a los cuatro años en un convento capuchino, cerca de Rávena, donde Allegra murió sin poder ver a su madre.
Extraño caso es el del pensador ginebrino Jean-Jacques Rousseau. Pese a ser el autor de Emilio, o De la educación, un manual de formación para jóvenes, envió a sus cinco criaturas a un hospicio y jamás se preocupó de su instrucción.
Gauguin soñaba con las islas del Pacífico mientras llevaba una vida burguesa como agente de bolsa en París. Casado con la danesa Mette-Sophie Gad, con quien tuvo cinco hijos, no dudó en dejarlos en Dinamarca con su madre cuando vio que con la pintura no podría mantener a su prole.
Albert Einstein no pestañeó al dar en adopción a su primera hija, Liserl, nacida en 1902 cuando todavía no estaba decidido a casarse con Mileva Maric, compañera del politécnico de Zúrich y según rumores la creadora de la Teoría de la Relatividad.
Einstein borró las huellas de esa adopción y del paradero de Liserl nunca más se supo. Ya casado con Mileva, humillaba a sus dos hijos varones, Hans-Albert y Eduard, este último esquizofrénico.
J. D. Salinger, el autor de El guardián entre el centeno, fallecido recientemente, pasa por ser uno de los malos padres oficiales de la literatura contemporánea. Su hija Margaret Salinger lo acusó de egoísta, sádico con sus mujeres, irresponsable y cruel. En su libro El guardián de los sueños, Margaret recuerda cómo el escritor experimentaba sobre ella y su hermano Mathew las medicinas alternativas de las muchas religiones que abrazó. En ocasiones les clavaba astillas, en vez de agujas, probando en ellos una particular y dolorosa modalidad de acupuntura.
El odio hacia los hijos de muchos grandes hombres estaría vinculado a lo que Freud llama el "egoísmo" del sujeto, y a lo que este Bloguero califica de cabrones con pintas.
Tellagorri
padres fijosdeputa
DON JAVIER TELLAGORRI.
ResponderEliminarMi padre no fue un gran hombre, pero sí un gran padre.
Parte de su vida queda reflejada en mi novela Páginas “Entre Las Olas y el Viento” que puedes leer en mi archivo de 20 de Febrero de 2010 aunque lo que no podrás leer en este enlace son las páginas del Diario Militar de Campaña de Un Coronel de Estado Mayor del Ejército Republicano Español, porque sus letras, que son las de mi padre, se mezclan con las mías a lo largo de mi propia narrativa. Tampoco puedes leer ni comprobar cómo un niño puede llegar a querer con locura a un padre derrotado por la guerra y por la vida. Lo que sí puedo ofrecerte, es parte de los recuerdos de ese niño.
Pero parece ser que a pesar de haber fraccionado el texto, el cometario no sube. O sea que te lo envío completo por correo y tú dispones lo más conveniente.
Saludos.
Parece mentira que gente culta y presuntamente sensible pueda realizar acciones tan crueles, ne le encuentro explicación
ResponderEliminarDON JOSE LUIS DE VALERO
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de que tengas un excelente recuerdo de tu señor padre. Ya leeré lo que me indicas en tu blog.
Creo, especialmente en generaciones anteriores, que algunos padres se ocupaban poco de estar en contacto con sus hijos, aunque les finaciaran estudios.
Hubo muchos niños que crecieron muy solitarios de afectos.
Y sospecho que hoy también sucede bastante.
ASPIRANTE
ResponderEliminarEn el caso de GAUGUIN se sabe que era muy violento. Concretamente fue el causante de la oreja sajada a Van Gogh, aunque siempre se ha defendido que Van Gogh estaba tan pirado que se cortó a sí mismo la oreja. Lo cual es falso.
Einstein como persona dejaba muchísimo que desear, incluso era un tipo aberrante y engreído.
Lord Byron era un cabrón con pintas desde que nació, que nació de padres muy humildes pero con un lejano parentesco con un Lord, del cual luego heredó su fortuna y su título.
Demuestra lo cacho cabrón que era con el hecho de dejar en un convento de por vida a una niña de 3 a 4 años de edad, y en las condiciones en que estaban aquellos conventos en el siglo XIX.
Hola Tella.
ResponderEliminarAgo de lo que cuentas en tu post intuía. No sé, pero, salvo excepciones, los grandes genios suelen ser personas mediocres. O mejor aún, una persona no es un genio si no es un gran ser humano, creo.
La humildad, la educación, el saber ponerse a la altura del otro(por abajo o por arriba), la sencillez, la bondad, etc., son intrínsecos a la genialidad, si no, sólo eres un cerebrito a mi entender.
A los ejemplos que citas podemos añadir muchos más, un ejemplo reciente podía ser Gila, que nunca llegó a reconocer a su hija y sí al hermano de ésta. Y la verdad, tiene la misma cara que su padre.
En mi caso he tenido suerte, mi padre no es un gran pintor, ni un ingeriero ilustre, no escribe novelas..., pero nadie nunca lo superará como ser humano, ni como padre.
Y yo, como madre, siempre tengo la duda de si podía haberlo hecho mejor; seguramente nunca me abandonará la sensación de que fallé a mis hijos en muchas ocasiones, pero me queda la tranquilidad de no haberles hecho daño a conciencia jamás.
Aunque te voy a confesar que algunas veces me los comería -no por guapos- sino porque no los aguanto, y me convertiría en una parricida desquiciada.
Me encantó esta entrada. Hijo, qué facilidad para publicar en un mismo blog temas de todo tipo. Eres un monstruo.
Un beso.
Interesantísimo post, Javier. La pregunta que me surje es: ¿Puede llegar el ego a alcanzar un tamaño el cual, cuando uno termina de quererse a sí mismo, ya no queda amor para nada ni nadie más?
ResponderEliminarHablamos de dioses mitológicos, artistas (que tienden a tener un ego desmedido y creerse dioses), pensadores, y luego está einstein, que según tengo leído era tan genio como jilipollas. Sin duda, su ego les tenía que cegar, una vez en soledad, con ellos mismos.
La siguiente pregunta es ¿tiene el ser humano un limite para ofrecer amor? O podríamos irnos por otro camino, y preguntarnos si este tipo de gente necesitara una vía de escape, un "lado oscuro" que les equilibrara su perfecta y admirable apariencia pública, o simplemente un saco de ostias para descargarse, en cuyo caso los niños eran lo más blandito y cercano de lo que disponían.
O, simplemente, eran unos cabrones con pintas. Algo que si bien no es incompatible con mis elucubraciones, apunto como primera razón de todo.
Interesante post vive dios.
ResponderEliminarMe imagino que el ser un cabrón con pintas en los lomos no incapacita para "crear" (que sea bueno o malo es muy subjetivo así que no entro) y si no que se lo digan a Alberti, ESE CHEKISTA CABRÓN.
Por suerte, en el lado contrario, tenemos a gente como yo, brillante y mejor padre.
DOÑA ELENA
ResponderEliminarNo creo, por lo que dejas traslucir en tus escritos, que jamás llegues a ser una madrasdra de tus hijos.
Suscribo cada letra de tu párrofo = una persona no es un genio si no es un gran ser humano, creo.
La humildad, la educación, el saber ponerse a la altura del otro(por abajo o por arriba), la sencillez, la bondad, etc., son intrínsecos a la genialidad, si no, sólo eres un cerebrito a mi entender.
Ahhh, y gracias por los elogios. Ya sabes que, según Don Miguel de Unamuno, los sureños teneís FANTASÍA, y los norteños tenemos IMAGINACIÓN, pero no debe de ser mi caso porque jamás acierto a saber por dónde van los acertijos de ISRA.
alastaroth
ResponderEliminarYo creo que es lo que tú dices : tienen, algunos, tal EGO que les ciega para ser humanos en el sentido que ELENA lo entiende, y lo entendemos todos.
Einstein como persona debió de ser un cabrón, e incluso se está difundiendo que todas sus genialidades matemáticas procedían de su segunda mujer Mileva Maric.
Se sabe que un genio único como Da Vinci, aunque era homosexual, eran un hombre tierno y humano con todos los que lo rodeaban.
También se sabe que un mosntruo como Adolf era tierno con los niños y los perros, siempre que fueran arios.
ISRA
ResponderEliminarLo que me consuela de tanto genio-cabrón habido y existente, es que hay uno que, además de BRILLANTE es un chiflado por una niña llamada Galia.
Pero, Ojo, que los brillantes si llegan a recibir premios muy universales pueden terminar siendo otros cabrones de cuidado. Y en ese caso tendría que solicitar la adopción de GALIA, la niña de los blogueros.
Eso es algo que nunca he entendido, nosotros (mi mujer y yo) que hemos tenido que dejar a nuestros dos "monstruitos" en Calahorra por culpa de no cambiarlos en pleno curso escolar, notamos que nos falta algo de nuestro propio cuerpo. Se suele decir que de tal palo tal astilla, muchas veces estos intelectuales parecen demasiado "Inteligentes" como para criar a un hijo. Aunque esto de criar sea la tarea más complicada para la especie humana, tan informatizada, tan moderna ella, parece en muchos casos haber olvidado el como cuidar y criar de sus vástagos.
ResponderEliminar...de esos, a montones!!!. Igualmente de "fijasdeputa"!.
ResponderEliminarUn cordial saludo. Un beso, "Tella".
Les recomiendo la obra de teatro una historia de amor: trata sobre las heridas de infancia cuando fueron infligidas por los propios padres, la dirección web es www.unahistoriadeamor.com
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