El primer europeo que tocó la isla de Vancouver se llamaba Juan Pérez, que partió en enero de 1774 desde el puerto mexicano de "San Blas, setenta kilómetros al norte de Puerto Vallarta, a bordo de la Santiago, una fragata de 225 toneladas en la que viajaban 84 tripulantes y 24 pasajeros.
Es curioso que en un tiempo como aquél, en el que la mayoría de los europeos y, entre ellos, los españoles, consideraban a los nativos de otros continentes poco menos que subespecies humanas, el virrey español de Nueva España, don Antonio Malla Bucareli y Ursúa, entregara a Pérez un pliego de órdenes enIre las que se incluían las siguientes:
No se tomará nada que pertenezca a los indios contra su voluntad. Todos deberán ser tratados con gentileza y amabilidad, que es el medio más eficiente de ganar y establecer una fuerte estima. Bajo ninguna circunstancia se tomará por la fuerza posesión de sus tierras. La fuerza no se empleará jamás, salvo en defensa propia. De esa forma, aquellos que regresen más adelante a aquellas tierras con ánimo de crear establecimientos permanentes serán bien recibidos.
Pérez cumplió con escrúpulo las instrucciones de Bucareli y nunca, en todas las expediciones españolas que siguieron a la costa occidental canadiense y Alaska, hubo enfrentamientos armados ni sangre derramada entre los extranjeros y los indígenas, cosa que no sucedió, por cierto, con marinos tan afamados como James Cook.
En el primer viaje, Pérez atracó en lo que hoy se conoce como Nootka Sound, y que él bautizó como Surgidero de San Lorenzo. También llegó hasta el extremo norte de las Queen Charlotte Islands, en las cercanías de Alaska.
Siguieron nuevas expediciones españolas que entraron ya en Alaska, en las cercanías de la actual Sitka. Al sur de la ciudad Craig, una hahía fue nominada por los españoles con el nombre de Bucary (¿se llamaría así la novia de alguno de ellos?).
Hasta el año 1794, en el que el gobierno de Madrid renunció a seguir enviando expediciones al Pacífico Noroeste, hubo siete grandes viajes españoles a los por entonces lejanos y desconocidos mares y territorios.
Los marinos hispanos llegaron a alcanzar el actual Prince Charles Sound, la isla Kodiak y el sur de la península de Kenai, en Alaska. Y establecieron excelentes relaciones con nativos de la región, como los indios haidas y los inuit o esquimales alutiiq, de los que recabaron abundante información para llevarla a Madrid.
La mayoría de las piezas recogidas en aquellos viajes se conservan en el Museo de América y en el Museo Naval de la capital española.
En 1778 llegó a la zona James Cook, en el último de sus tres legendarios viajes.
Rebautizó San Lorenzo como Nootka y tuvo enfrentamientos armados con los indios. Él abrió la ruta a los navegantes ingleses, que comenzaron a rivalizar con los españoles. Cook murió a manos de nativos polinesios en Hawai, cuando regresaba a Inglaterra en el año 1788 ( por cabroncete e inglés).
Pero en 1792 ya había veinte barcos europeos, la mayoría ingleses y norteamericanos, comerciando con pieles en Nootka.
Los franceses, que también habían intentado asentar su presencia en los nuevos territorios, corrieron peor suerte que españoles y británicos. Jean-Francois Galaup de la Pérouse alcanzó con su barco Boussole las costas del noroeste en julio de 1786. Perdió un buen número de hombres a causa de los temporales y los enfrentamientos con los indígenas.
Cuando regresaba a Europa con los supervivientes de su expedición, un tifón se tragó a su barco con la tripulación entera, él incluido, en el sudoeste del Pacífico.
En 1790, la disputa entre Londres y Madrid sobre los territorios del noroeste americano había encontrado un punto de difícil retorno, e incluso llegó a producirse una amenaza de declaración de guerra por parte de Inglaterra.
En 1791 alcanzó aquellas latitudes Alejandro Malaspina, marino italiano al servicio de la Corona española, en calidad de comandante de una expedición científico-política formada por las naves "Descubierta" y "Atrevida".
Venía dando la vuelta al Mundo por todas las posesiones españolas, recabando datos científicos y cartografiando zonas no especificadas con detalle en los mapas de la época.
Malaspina buscaba, entre otras cosas, el mítico Paso del Noroeste, una supuesta comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico que se pensaba podría encontrarse entre los 45 y los 60 grados de latitud norte. Era un propósito que también habían alentado Pérez y Cook, y después el navegante Vancouver, en el que todos fracasaron. El Paso estaba mucho más arriba, como comprobaría el noruego Amundsen más de un siglo después.
Malaspina lo intentó en la costa de Alaska, cerca de Yakutat. Entró en una estrecha bahía, siguió un canal hacia el norte y se topó con un enorme glaciar. No había paso.
"Fuimos decepcionados, pero encontramos la verdad de la mano de la experiencla", escribió en su cuaderno de bitácora aquel hombre cultivado y crecido en las ideas de la Ilustración. Bautizó el lugar como Bahía del Desengaño, nombre que perdura en los mapas en su traducción inglesa, Disenchantment Bay.
El glaciar era el mayor de los más de trescientos que existen en Alaska y hoy se le conoce como Malaspina. Con cierto afán poético y abrumado ante tanta magnificencia, el navegante italo-español escribió: "¿Cuál sería, pues, la masa enorme de hielo que cubra la parte opuesta de la cordillera, adonde no alcanza jamás la dirección de los rayos del sol y adonde operan más directamente los vientos invernales del Norte? ¿Cuáles los pies humanos que hayan de transitarla?".
En 1794 puso rumbo a España. Desde meses antes, otro navegante, un inglés llamado Vancouver, se encontraba en Londres de regreso de las mismas latitudes que había recorrido Maluspina. Y cuando el marino español alcanzó el puerto de Cádiz, Inglaterra y España habían llegado ya a un acuerdo que daba libre acceso a la zona a las dos naciones. Un año después, en 1795, Madrid ordenó a todos los españoles evacuar Nootka: "sus problemas políticos en las posesiones de América del Sur y en Europa no le permitían esfuerzos en otros lugares de la Tierra".
Cabe añadir que Manuel de Godoy, el primer ministro español responsable de la desastrosa política del reinado de Carlos IV, envió durante diez años a la cárcel a Malaspina y prohibió la publicación de sus logros geográficos y científicos. Aún no se sabe porqué.
Durante las décadas que siguieron, los establecimientos ingleses fueron extendiéndose por toda la isla y por el cercano continente. Nacía así la Columbia Británica que, por qué no, bien podría haber sido, en otras circunstancias políticas, la Columbia Española.
El navegante Vancouver respetó muchos de los nombres dados por los navegantes españoles a los lugares que cartografiaban por vez primera. Y él mismo homenajeó a Malaspina manteniendo su apellido para denominar al mayor glaciar de Alaska.
Tellagorri
NOTA BLOGUERA
Cuando Europa quede islamizada, además de Australia nos queda la Columbia Británica de Canadá como posible destino de emigración. Es la única ciudad del Mundo, Vancouver, que tiene un monumento al BORRACHO, porque son muy aficionados al licor y la cerveza.
vancouver alaska barrios del r
Una buena amiga mía, paso seis meses en Vancouver perfeccionando su "inglish" lo que quedo del perfeccionamiento me quedo a mi. Me comento que era una ciudad preciosa pero que a la hora de irse de fiesta era mejor irse a Seattle, que a los "estates unidenses" les gusta más el jolgorio, pero de los tres casi que me quedo con Alaska, un Estado que tiene como Gobernadora a la Palín, ultra conservadora y que al primer polvoreo la hija le queda "preñá" oye tiene que se un puntazo de sitio. Además siempre estamos cerca de los rusos y eso da morbillo por ver en su próximo retiro siberiano al Zp.
ResponderEliminarDe todas maneras, se añaden a la lista de candidatos de acoger a los españolitos que huimos de la Alianza de Civilizaciones.
DON JAVIER
ResponderEliminarDe lo que he leído sobre esa zona, y todos los territorios a los lados del río YUKON, aún están vírgenes de islamistas.
Esa zona fue a principios del siglo XX el Lourdes de todos los chalados de Estados Unidos y Europa, porque la prensa informó que los mineros llegaban a San Francisco cargados de toneladas de ORO, procedentes de allí.
Es la zona de la fantástica peli de Chaplin titulada LA QUIMERA DEL ORO.
Le deben de dar al codo hasta quedar dormidos. Y no me extraña porque debe de hacer más rasca que en Logroño.
Muy interesante tema, no se me había ocurrido interesarme por este episodio de la historia.
ResponderEliminarParece que la conquista en esta parte de América no tuvo nada que ver con la que se llevó a cabo en Sudamérica.
Me ha sorprendido esa orden prohibiendo los métodos violentos, y mucho más que se respetase.
En cuanto a huir a un sitio seguro cuando Europa se islamice del todo, he pensado que yo me voy a Australia. Es que los borrachos me producen urticaria.
Un abrazo.
Parece buen sitio para emigrar...
ResponderEliminarY sino me voya a San Juan de Terranova en el otro lado. Donde seguro que tengo familia, cosas de mi bisabuelo que pescaba bacalao allí por los años 20.. ;)
Sr. Tellagorri: Aunque le sobre temática, pienso que la influencia anglosajona en Cuba puede ser otra de sus lecciones magistrales...su comentario al proyecto brainstorm sabe a poco.
ResponderEliminarLo británico y lo hispánico...Dos formas de ser distintas, dos colonizaciones distintas...
No se si estará deacuerdo, pero la corrección en el trato de los españoles hacia los indígenas tal vez deba atribuirse el mérito a la acción evangelizadora de la iglesia católica, un tanto enjuiciada ultimamente.
Finalizo dandole mi más sentido pésame por tener un cuñado inglés...Esa misma desgracia la vivo muy de cerca por partida doble.
Reciba un cordial saludo.
ELENA
ResponderEliminarAméricadel Sur y Central fue colonizada en exclsusiva `por españoles en siglos anteriores y de poderío.
Pero las navegaciones de españoles por Canada, Alaska y Australia se produjeron en el siglo XVIII, cuando el dominante en el Mundo era el Imperio Británico.
Por ello, lo que podía haber sido zona de influencia española, quedó bajo el dominio de británicos.
SNOWMAN
ResponderEliminarLa zona de Terranova está plagada de nombres vascos porque durante muchos años allí estaban los bacaladeros de Guipuzcoa con sus instalaciones permanentes.
Lo malo de Terranova para emigrar es que HUELE DEMASIADO A PESCADO (peces ya cogidos, no peces en la Mar).
DADAISTA
ResponderEliminarPoco puedo añadir a lo dicho porque tampoco sé mucho más sobre lo que preguntas.
Viví la época en que Cuba, bajo la dictadurade Batista (un sargento que dió un golpe de Estado y se alzó con el Poder), estaba bajo la total dominación de los jefes mafiosos yankees, desde Al Capone a Lucky Luciano y que habían convertido la Isla en un puro cabaret.
Cuando Castro, un hacendista gallego y médico, se alzó en guerrillas en las montañas y tras varios años de lucha, apoyado por grandes sectores de USA y del Mundo entero, entró en la Habana tras derrotar al ejército regular.
Fue recibido como un liberador por cubanos y estadounidenses. A los pocos meses, expropió los bienes de todos los hacendistas, comerciantes y clase media, obligándolos a exiliarse.
Había engañado a todo el Mundo enla relación a sus objetivos y había camuflado su comunismo.
Asturianos, gallegos, vascos, etc., que habían llegado a Cuba de jóvenes a buscar fortuna, y que tras largos años de duro trabajo se habían creado una pequeña fortuna en dolares para sus hijos, quedaron en cuestión de menos de un año completamente arruinados y con una edad ya de jubilarse.
Entre ellos estaban los fundadores de las fábricas de puros más famosos del mundo como eran los "Montecristos", "Larrañagas", "H.Hupman", etc., y también los dueños de los centros comerciales El Corte Inglés y Galerias Preciados, que se volvieron a España.
Grandísima desgracia tienes con estar obligado a ser cuñado de un british, como bien sabes. Afortunadamente, al mío me lo encuentro muy de vez en cuando. Trato de evitarlo durante largos años.
Cordiales saludos
Disculpa :)
ResponderEliminarQuiero preguntar a mis amigos si les gusta la plantilla de mi blog Blumuneando :)
Es que no conozco a nadie que me diga la verdad, y soy muy cambiadora de plantillas;)
BLUMUN
ResponderEliminarCada uno tiene sus gustos y es muy dificil que se coincida en lo que prefiera otro.
En cualquier caso, a mi me gusta que los blogs tengan muy claro y despejado el centro o zona de exponer los post, y en el tuyo lo tienes.
No me gusta cómo te queda el margen derecho, irregular y como si no estuviera completado.
Y tampoco me gusta el fondo por ser negro.
Un cariñoso saludo
Muy interesante; confieso, con rubor, que desconocía totalmente estas aventuras.Del gran MALASPINA, sí había leido algo y también recuerdo un documental muy interesante en TV.
ResponderEliminarCuanta materia interesante existe en nuestra historia y mas en concreto en todas las aventuras relacionadas con nuestra gesta americana que podrían servir de argumentos para películas, series de TV, o documentales varios.
FRANCISCO JAVIER
ResponderEliminarMuchísima gente universitaria y culta deconoce la auténtica Historia de España, y más la relativa a las gesta marineras allende los oceanos.
Tanto Canadá, como Siberia y Australia con Nueva Zelanda fueron pisadas por hombre blanco ESPAÑOL antes que por nadie más.
Detrás venian los ingleses con su magnífica Armada o flota de guerra a apoderarse de lo que eran ivestigaciones navieras y científicas españolas.
La MARINA española tenía oficiales competentes y mucho mejores que nadie, pero carecía de barcos. Y además, en caso de guerra o combate tenía un inmenso defecto : que llevaban dos MANDOS, uno de la nave y otro el de las tropas embarcadas, lo que suponía una permanente pelea de los mandos.
Los ingleses usaban un único mando dentro de la nave.
Y sigue siendo así, cuando embarca la Infantería de Marina o el Ejército.
ResponderEliminarSr. Tellagorri.
ResponderEliminarA veces una 'mala' síntesis vale más un buen artículo...porque la primera no se olvida.
Gracias por su respuesta