30 mayo 2009

Visión de NEW YORK


Según la R.A.E. "Visión" tiene, también, el significado de " Punto de vista particular sobre un tema, un asunto, etc." y éste es el mío.

SOCIOLOGIA y USOS

Nueva York es el compendio del modo de vivir de todo el actual Occidente civilizado y destaca por lo natural y normal que resulta a los europeos sus usos y costumbres, y no por las películas sobre el tema sino por coincidir con las propias.

Nada en N.Y. deviene en ser insólito porque tanto en Munich como en Madrid, Barcelona o San Sebastián y en París, Estocolmo, Lisboa o Sevilla, vamos con el mismo tipo de indumentaria, hacemos unos horarios laborales parecidos, vemos por las calles gente diversa del mismo estilo (negros, hindues, chinos, sajones, hispanos de México o Ecuador y Dominicanos, etc.) y tendemos a los mismos tipos de expansión(ir al parque con los niños en festivos, tomar copas en bares, comer parecidos bocados de comida rápida) e incluso los automoviles predominan del tamaño que se usa en Europa (tamaño Toyotas, BMW, Kias, etc.) salvo en los taxistas que sólo conducen Fords idénticos y Lincons copiados unos a otros.

En Nueva York el día ni comienza ni termina, simplemente es una sucesión de horas. Vayas a donde vayas a la mañana temprano hay gente en las calles, al mediodía hay gente, a la tarde hay gente y a la noche hay gente. Da lo mismo pasar por la Quinta Avenida que por Times Square (simpático espacio a rebosar siempre con sus llamativos anuncios luminosos) o por la calle 34 tan llena de comercios de todas clases, o la zona del Soho y Canal Street en Chinatown, incluso en Litle Italy o las cercanias de Center City y el Puente de Brooklyn, o en Central Park.

Si te acercas a la zona CERO o donde estaban las los rascacielos del World Trade Center, justo a unos pasos del Ayuntamiento, y muy cerca del Puente de Brooklyn, hay neoyorkinos a tope y turistas yankis o europeos y asiáticos haciendo fotos.

Me estoy refiriendo siempre al Nueva York que es Manhattan, porque las otras zonas de la Ciudad son islas unidas por puentes y ferrys que te pueden llevar a Staten Island, isla Liberty (donde se halla la famosa estatua), Ellis Island (aduana famosa de inmigrantes entre 1954 y 1982) o Jersey y Queen (llena de casitas de madera en donde habitan mayoritariamente los hindués, y en donde está el aeropuerto Kennedy).


Una zona para estudiarla al detalle y en varios días es BROOKLIN, conectada a Manhattan por el puente colgante del mismo nombre, de 1.045 metros y a 84 metros de altura sobre el agua, construída con cables de acero. Cuenta con dos niveles. El inferior con dos calzadas de tres carriles cada una por la que circulan a diario más de 145.000 vehículos. El nivel superior es una pasarela para uso peatonal y carril bici.

Al margen de todo esto está el Bronx, zona no recomendable para novatos y turistas y en donde se ubica un gran zoo.

Lo primero que se capta del "espíritu" neoyorkino es su sentido profundo de la TOLERANCIA con mayúsculas, pues gentes de todas las razas y religiones conviven pacificamente ignorándose unos a otros a escala individual. Da igual que te vistas de astronauta o de escalador del Himalaya porque nadie te mira ni se fija en nadie.

Ese espíritu de tolerancia y excepticismo a todo, producto de muchos decenios de no sorprenderse por nada, se transluce en el inmenso respeto que los automovilistas tienen con los peatones en los cruces de calles. Siempre paran los automoviles aunque el peatón cruce su franja en rojo.

El neoyorkino se pasa el día yendo de un sitio a otro con un inmenso vaso de plástico en una mano, lleno de un brebaje al que denominan cofee pero que sabe a brea y cuya única bondad es que calienta las manos y el pecho en los muy fríos días que soportan durante el muy largo invierno (en Enero, Febrero y primeros de Marzo las temperaturas no suben de cero y bajan hasta los menos 30 grados centígrados).

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LOS COMERCIOS y EDIFICIOS

En Manhattan se hallan, probablemente, los mejores y más elitísticos comercios del Mundo.

Como todos sabeís, Manhattan es un cuadriculado de calles diseñado (como San Sebastián centro) para facilitar al viandante y automovilista el máximo de comodidad.Por un lado bajan las Avenidas (de la Primera a la Décima y las Madisson, Park y Lexington) cruzadas por calles (street) numeradas de la 1 a la ciento y pico.

Personalmente he dividido a la ciudad ( y no sé si concuerda con el criterio general) en varias partes. La que se halla entre las calles 30 con Quinta, Sexta, Séptima o Madison, Park y Lexington hasta la sesenta street, zona en la que se ubican los mejores, más grandes y lujosos edificios y comercios.


La zona que se halla entre la calle 30 para abajo hasta Center City, cruzando el Soho y Litle Italy además de Chinatown, en donde los edificios se hacen más bajos y de estilo europeo con alturas como las de las calles Hernani y Fuenterrabia de San Sebastián, y cuyos comercios son una delicia porque se mantienen las tiendas tradicionales de carnicerias, ferreterias, ropa, zapaterías, etc. al clásico estilo de las tiendas de una ciudad media española o italiana, está el encanto del paseo.


Y la zona que, tras atravesar Central Park, las street suben desde la calle 60 hacia arriba en dirección a Harlem. Zona que no es muy recomendable cuando se hace de noche, especialmente a partir de la calle 90 para arriba.

En la primera zona, entre la Quinta Avenida, la calle 57, y las Madison Avenue junto a Lexington Avenue con las calles que van de la 34 a 60, encuentras las centrales de las más famosas marcas de todo y los edificios más altos y lujosos existentes en el Mundo.
Es en donde los rótulos indican unos espectaculares escaparates referentes a Tiffany (seis plantas de la más famosa joyería del Globo), Cartier, Ralph Laurent, Hermes, Prada, Versacce, Gucci, Louis Vuitton, Tymberlan, Ferrugano, Dior, Ferrari, Fao, Asprix, Sebago, Gant, Barneys, Macys, Armany, Trump, Monteblanc, Calvin Klein, Gap, etc. etc.

Y en esa misma zona te salen al encuentro los estilizados edificios de Rockefeller. Jr. Center, Empire State, Chrisler Building, Lincoln Center, Tramp Towers, Metropolitan Museum, etc. y que representan el orgullo yankee.



En la 34 he visitado el comercio de electrónica de medios (cámaras, videos, cine, etc) en donde todos sus empleados son judios ortodoxos de los de tirabuzones en las barbas largas y coquilla en el cogote, resultando ser un atractivo irrestible para el aficionado a estos temas.

En la misma calle hay numerosos grandes almacenes de todo tipo de comercio a lo grande.En la Quinta Avenida merece entrar en Tiffany y ver las seis plantas de joyería de lujo que exhiben en un marco de exquisitez en el mobiliario y estanterias.Lo mismo sucede con el Ralph Laurent de la Sexta Avenue, en donde la entrada es como el hall de un palacio inglés de principios del siglo XX.

El restaurante que acoje a quien entre en el hall de las Torres de Trump es digno de ser fotografiado, con sus cascadas sobre muros de marmol rojizo y plantas, y en donde el tomar una copa es sentirse Henry Ford por unas horas.

En el conglomerado de los almacenes Barneys, con sus ocho plantas de ropa en donde una corbata cuesta un mínimo de 500 dolares, y en las estanterías de las cuatro plantas de la Librería Barne and Noble (con su exclusivo restaurante incluído) o ante la entrada de la Juguetería Tous Araus, en donde te tropiezas con una noria del tamaño de las que hay en Terra Mítica de Benidorm, o quizá en el hall del Rockefeller con sus inmensas esculturas y su pista de patinaje, es cuando se comprende el poderío de una ciudad sin igual en riqueza.

En contraste, en la Canal street te ofrecen en la calle unos cuantos millones de chinos ( a mí me parecieron muchos los que había aunque quizá sólo fueran miles y no millones) todo tipo de imitaciones. Desde el más refinado reloj Cartier o Bulgari o Breitling hasta el más exacto bolso Gucci o Vuitton. Junto al Ayuntamiento de la Ciudad y su parque se halla la zona Cero, en Center City, lugar que supone observar a miles de neoyorkinos haciendo un descanso en su trabajo para comerse una pizza o fumar un cigarrillo, prohibido en la oficina.

Al finalizar la sexta Avenue en la 60 street está el pulmón de la ciudad : CENTRAL PARK. Conjunto de parques y lagos con sus limpísimos caminos para andar o hacer footing, y en donde cada domingo se celebra un marathon para aficionados.

Muy cerca, en la Quinta Av., está el famoso Hotel Waldorf Astoria, actualmente en total declive y abandono, así como el superlujoso Hotel Plaza, en la 58, que han terminado por cerrarlo.

Tellagorri


6 comentarios:

  1. Querido Tellagorri, ya puedes pasá a bautisarte, que la pila baustismal, cuando llegatte, no estaba litta...Aprovescha ante de que el agua se ensusie demasiao...No he leio todavía tu post, a vés si tengo tiempo...
    Un abraso...

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  2. Genial tu visión de NY.
    Es una ciudad que me encanta y que conozco algo, aunque no tan profundamente como al parecer tu la conoces.
    También conozco y ésta mucho más, SAN SEBASTIAN, centro y todos sus alrededores, Igueldo, Urgull Ulía etc etc.
    Te aseguro que nunca se me había ocurrido comparar ambas ciudades como tu haces en tu excelente artículo, pero ahora que lo he leído, efectivamente, tienen "un punto" codicen dicen ahora.
    Un abrazo.

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  3. CHAENEGUET
    Los bautizos me la traen floja porque simplemente son un rito que en su tiempo servía para sacar los cuartos a los padres de los nenes.

    F.J:

    Gracias por el elogio. En efecto, Donostia está cuadriculada al estilo de N.Y. y por eso resulta sencillo ubicarse.

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  4. Buenos días Tellagorri.
    Eviris me pide te comunique,que pases por su blog a ver unos comentarios del viernes,tiene la I.E. mal y no puede enlazarte.

    Un saludo.

    P.D: en lo de los bautizmos ,puedes aplicar la 1º comunion....
    Magnifico post.

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  5. Hasta cinco veces he visitado New York. Tres en visita digamos "oficial", y dos en privada.Dos veces en verano y las tres "oficiales" en el puto invierno.Unos cuarenta y tantos días en total.

    Bueno,...pues te voy contar lo mejor de mis recuerdos.

    Mis escapadas a Central Park son mi mejor recuerdo. A media mañana me montaba en una especie de calesa tirada por un potente jaco y tripulada por un no menos potente pedazo de negro jamaicano.

    El caribeño hablaba un casi correcto castellano y portaba siempre en sus alforjas además de algarrobas y habas para el jaco,un par de botellas de ron de su tierra. De tramo en tramo echaba los frenos y compartía un trago con el pasajero si éste le caía bien, y al mismo tiempo también le ofrecía una ración de ron al jaco remojando habas y algarrobas en una jofaina de plástico. Yo le caí bien desde el principio.

    Me acuerdo de la cara del jamaicano cuando dialogaba con el jaco en una jerga imposible de descifrar. Pero mi mejor recuerdo es la "cara" y la mirada del jaco medio borracho y con los ojos cruzados. Al final de cada viaje, tanto el jamaicano, el jaco y el que suscribe, estaban con los ojos cruzados y la mirada extraviada.

    En mi cuarto viaje ya no vi ni al caribeño ni al jaco. Un cochero de la misma compañía me informó que cuando la palmó el jaco, el jamaicano abandonó el curro y se entregó por completo a la bebida.
    Tras una gran nevada lo encontraron muerto sobre un banco de madera. En Central Park, claro.

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  6. Muy bonita historia, JOSÉ LUIS.
    Ya ví, también yo, los coches tirados por los jacos esos.

    A mi lo que más me gusta de N.Y. es la amabilidad y cortesía de los neoyorkinos, así como que aún conservan las buenas costumbres del buen gusto en el vestir y en el trato.

    Lo peor es lo dificil de hallar un café a lo italiano. Sus coffes son pura agua de chirris con sabor a regaliz.
    Un abrazo

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