31 mayo 2009

Cuatro estupideces, cuatro


Una simple lectura de prensa. No hace falta ahondar más. Los tontos tienen la desventaja -o la ventaja- de que, antes o después, flo­tan. Salen a la superficie y son vistos.

Le ha pasado a la inservible ministra de Igualdad, Bibiana Aído, la 'miembra' más destacada del Gobierno. Desde el pasaje aquel en el que acusó a la Aca­demia de la Lengua de comportamien­to sexista por no aprobar su genial neologismo, la ministra de la cosa no hace otra cosa que hacerse valer de un merecidísimo prestigio de hacedora de tonterías. La última es la de negarse a calificar a un feto de trece semanas de 'ser humano'. Para la insolvente titu­lar de un ministerio del Gobierno de España, sólo se es ser humano cuando se ha traspasado el canal del parto.

A partir de ahí no se le vaya a ocurrir a nadie levantarle la mano a la criatura. Lo castigaremos con la cárcel. Antes de ahí, aunque sea unas cuantas horas antes, puede usted eliminarlo porque no es un 'ser humano'. Ministerio de Igualdad. Gobierno de España.

Otra. Un sujeto llamado Santiago Espot, presidente de una cosa que lleva por nombre Catalunya Acció, responsable confeso de la pitada al himno español en la final de la Copa del Rey en Mestalla, ha declarado que "el Estado español es tan débil que con tres o cua­tro pitadas más acabamos con él".

Con­sideraciones al respecto: en primer lugar, es demasiado arriesgado hacer decla­raciones sin haber pasado el control de alcoholemia; en segundo lugar, la conti­nuidad del Estado español no depende de cretinos como Espot y de sus ocu­rrencias de colegial travieso; en tercer lugar, hace falta algo más que un puñado de cretinos como Espot; en tercer lugar hace falta algo más que un puñado de imbéciles para acabar con España.

No digo que España sea indestructible: si lo ha sido la antigua Persia, lo fue el reino maya y el azteca, si lo fue la mismísirna Roma, habrá que deducir que para aca­bar con la idea más moderna de Estado que ha tenido nuestro país, la época más descentralizada, autónoma y libertaria que ha tenido España, será necesario algo más que cinco mil tíos soplando un pito.
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Es divertido, hasta enternecedor, que crean que se puede retorcer la his­toria tan fácilmente. Sólo tiene un pro­blema: despiertan de la calentura de la cerveza caliente y ven que lo único que han logrado ha sido orinarse en la cama.

Me entero por la web de Periodista Digital de que un comando de violentos individuos que responden al nombre colectivo de Asociación Estudiantil de Esquerda Universitaria Agir reventó una clase de Económicas que impartía el muy ácrata e ilustrado profesor gallego Miguel Cancio por el simple hecho de estar utilizando el espa­ñol como 'lengua vehicular', que se dice ahora.

Yo, de los gilipollas de Agir, no me metería mucho con Miguel Cancio, pero allá cada cual. Semejantes energú­menos, los mismos que impidieron una conferencia en Santiago de María San Gil, argumentan que aquel que imparte clases en idioma español es un represor.

Lo dice un tal lago Barros, portavoz de estos otros borrachos matones. Con la complicidad de los correspondientes y muy timoratos rectores españoles, todos estos grupos de mamarrachos, que pelan los cacahuetes con los dedos de los pies, campan a sus anchas en las universidades españolas metiendo miedo al que no se ajuste a su estrecha franja mental.

Qué país más bonito, joder.

Carlos Herrera

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4 comentarios:

  1. Lei el artículo ayer y me pareció sensacional. Herrera me gusta porque piensa, tiene ideas, no se corta en expresarlas, aborrece la progreñoñería y mantiene unas modales archiducales cuando escribe. lo mismo se puede decir de J.M. de Prada.

    Para mí son dos auténticos ejemplos.

    Sobre las cuatro estupideces, lo mismo sacas cuatro que cuatro mil. El repertorio y la capacidad de generar memeces de la clase política española (de un lado a otro) es pasmosa. Por ejemplo: como han entendido que lo único que se lee en España es el Marca, les ha dado por expresarlo todo con símiles deportivos. Antes solo expistían los "países de primera división" y los de "segunda", pero ahora los símiles deportivos alcanzan dimesnsión de mamotreto, y se juegan "Partidos en Europa", las convocatorias electorales son "finales que hay que ganar", los candidatos son "capitanes de un gran equipo" y memeces del mismo jaez.

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  2. Lo mejor, la ilustración final, así tenemos a España, para tirar de la cadena.

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  3. Muy acertado por tu parte reproducir este ensacional artículo de CARLOS HERRERA.
    La especie del tonto es infinita (numerum tontorum infinitum est)y me hace pensar en resucitar, actualizado, el "ranking de tontos" que publiqué hace meses en mi blog.

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  4. Sin duda es así, yo lo llevo diciendo mucho tiempo y es este el que finalmente me da la razón, en España no cabe ni un tonto más.
    Saludos

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