21 marzo 2019

El " VIÓN" nazi que aterrizó en La Concha

El acta de rendición había sido firmada el día 7 por el general de la Wehrmacht Alfred Jodl en el cuartel general de Dwight D. Eisenhower, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, en Reims (Francia).
Y refrendada el día 8 de mayo por el mariscal Wilhelm Keitel ante los representantes de la URSS en Berlín.
Mientras se producía la histórica rúbrica, un grupo de vecinos de San Sebastián que caminaba tranquilamente por la playa de La Concha ajeno a la noticia del final de la guerra, escuchó un gran estruendo en el cielo. Y al levantar la cabeza, vieron a un avión haciendo maniobras arriesgadas hasta precipitarse en la orilla. En la cola, la esvástica nazi.

La noticia de la muerte de Hitler ya había dado la vuelta al mundo una semana antes.Durante aquel día 8 toda la ciudad de San Sebastián llegó a creer que realmente estaba vivo y huía desesperadamente tras su derrota. No era así, aunque uno de los pasajeros del Heinkel-111 de la Luftwaffe que se estrelló en La Concha no era precisamente un desconocido. De él fueron extraídas hasta seis personas con uniformes militares alemanes. Una de ellas ostentaba alta graduación con distintivo de coronel y lucía en su pecho la Cruz de Hierro. Se trata del conocido rexista, jefe del partido belga, Léon Degrelle.

Cuando los alemanes vieron que los Aliados ya les habían derrotado y que Hitler estaba muerto, el ministro de Exteriores del Tercer Reich, Joachim von Ribbentrop, convenció al belga para que huyese. En ese momento se encontraba en Oslo, a donde había llegado desde Copenhague.En la capital noruega se apropió, junto a cinco oficiales, del avión del arquitecto y Ministro de Armamento nazi Albert Speer y emprendió el vuelo de noche.
Llevaban a bordo gran cantidad de mantequilla, varios termos y píldoras vitamínicas. Carecían de tabaco, que pidieron con ansiedad al llegar a tierra». La noticia se publicaba el mismo día que miles de ciudadanos salían a festejar por las calles de París, Nueva York y Londres el final de una guerra mundial en la que España se había mantenido neutral.

Su estancia en España se prolongó hasta 1994 entre Madrid y Málaga.

9 comentarios:

  1. Menudo tema para cotilleo de los donostiarras y especialmente en aquella época en que nunca pasaba nada, según las noticias de los medios.

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    1. DON MARCELINO
      Suponemos que seróa así y además los donostiarras eran muy cotillas.

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  2. Pero Franquito lo protegió desde ese 945 hasta 1994 en que murió en Málaga, el tal Degrelle.

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    1. DON ARISTIMUÑO.
      Sí, el Invicto protegía a todo lo que era contrario al comunismo.

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  3. Aquí dió protección el Franquito desde a nazis y fascistas italianos a "pieds noirs" argelinos.

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  4. Hace años vi unas fotos de jerifaltes nazis visitando donosti, decian que incluso Himmler. Hay cierta historia permanentemente silenciada por esta sociedad tan beata, tan estupida, que incluso intenta cambiar ese pasado.

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    1. SEÑOR OGRO
      Por lo leído y las imágenes de época de la prensa vistas, por Donosti se paseaban CON UNIFORME nazi MONTONES DE MILITARES DE aDOLF.
      E incluso agasajaron al mismísimo HIMMLER.

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  5. Increible historia que desconocía por completo. De todas maneras no se cómo en España no tuvimos una invasión de nazis que huían de la derrota. Supongo que las duras condiciones de la posguerra aquí invitaba más a huir a paises como Argentina donde me consta que se largaron unos cuantos.

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