17 agosto 2018

Oyo Rukidi IV


Uganda cuenta hoy con cuatro reinos tradicionales en su territorio nacional. Se remontan a la época precolonial y fueron abolidos en los años 60 tras el golpe del corrupto Milton Obote, que impuso una nueva Constitución a los ugandeses.
Pero en 1996, con la llegada al poder del presidente Museveni, el país adoptó una nueva Ley Fundamental que reconoce las cuatro monarquías más importantes, incluida la de Toro.

Sus soberanos tienen un papel político muy limitado, pero su capacidad de influencia social y su papel en terrenos como el cultural, el asistencial o el del desarrollo de las infraestructuras locales son cruciales. En muchos países de África, y Uganda no es una excepción, los ciudadanos se identifican mucho más con el clan o el territorio tradicional al que pertenecen que con el Estado.

Oyo Rukidi IV hoy tiene 26 años. Es un mozalbete espigado y de aspecto zangolotino, si bien en las últimas fotos se aprecia que ha dado el estirón y apunta maneras atractivas. En 1995 se convirtió de forma prematura en el duodécimo rey de Toro, tras la dramática muerte de su padre, Patrick Olimi III.
El chaval, que casi gateaba, no pudo entender nada de la ceremonia de entronización con ancestrales ritos como la bendición con sangre de un toro sacrificado y de una gallina blanca. Pero pronto se empezó a dar cuenta de que varios guardaespaldas no le quitaban ojo.

Los gustos y aficiones del rey no difieren mucho de los de otros jóvenes de su generación. Disfruta con los videojuegos, le apasiona el fútbol -es hincha del Arsenal inglés- y le encanta el arroz con pollo.



3 comentarios: