¿Qué ha pasado con nuestros juegos tradicionales? ¿Por qué ya no se transmiten de manera espontánea de generación en generación?
Todavía recuerdo que en cuanto había un grupo de chavales en el patio o en la calle, enseguida nos las arreglábamos para entretenernos con los polis y cacos, el pañuelo... Era algo que surgía de forma natural, sin esfuerzo. Todo lo contrario de lo que sucede ahora.
Veo a los niños actuales incapaces de organizarse para participar en estos juegos colectivos. En ocasiones, se tiran horas discutiendo las normas y, al final, no se ponen de acuerdo y ni siquiera lo intentan.
¿Se han hecho demasiado cómodos nuestros hijos? Es evidente que coordinarse con 10 niños, aceptar las reglas, aprender a ganar y a perder y echar a correr exige mucho más esfuerzo que sentarse solo a ver la televisión o a darle a la consola.
Como botón de muestra, el experimento que hizo una marca de cereales en Estados Unidos. Preguntó a tres generaciones que era lo que les divertía durante su infancia: los abuelos contestaron que recoger arándanos o cultivar sandías; los padres respondieron que corretear al escondite con sus amigos y los niños de ahora preferían jugar a la consola, usar su teléfono móvil o escribir mensajes durante 3 o 4 horas al día.... En el vídeo se escucha a los chiquillos decir: "Me moriría sin mi tablet".
A. del Barrio
Es cierto ahora van los chavales, si es que van, como verdaderos zombis. Y si los ves en grupo, cada uno a lo suyo (pantalla en mano).Había un juego muy chulo cuando éramos chavales "tres navíos en el mar" . Tres se escondían y el resto a buscar por las calles vociferando "otros tres en busca van"...
ResponderEliminarDON JUAN CARLOS.
EliminarTanto los niños como los jovencitos se han convertido en zombies, tal como indicas. Los móviles les han alejado de los juegos tradicionales de todo niño. Había en nuestras infancias montones de juegos de patio o callejeros.
En nuestra infancia lo pasabamos de maravilla con un conjunto de juegos de patio o callejeros desde las canicas a los saltos sobre las espaldas encorvadas de los otros y que hacía canta un estribillo más o menos que decía así "chorra, pillo, toca,qué", pasando por el del escondite o los de la bandera (un pañuelo o trapo) a coger entre dos equipos, etc. etc.
ResponderEliminarLástima de niños embrutecidos por la electrónica.
DON JOSÉ.
EliminarEfectivamente los niños se han embrutecido con las tecnologías y sus juegos virtuales en pantallas. Ya no saben lo que es jugar en grupos por las calles de peatones.
Todos esos juegos que citas también nosotros jugabamos a ellos.
La de veces que llegabamos a casa con las rodillas negras y llenas de rasguños por causa de trompazos jugando en la calle.
ResponderEliminarAhora los padres deben de estar siempre sufriendo por no "vaya a hacerse dañor el niño" por jugar con balones o canicas o carreras de policias y ladrones.
DOÑA PILI.
EliminarBonito recuerdo : el de las rodillas ennegrecidas y con rasguños. Más la bronca en casa por ello.
Es posible que muchos padres teman que sus niños "se hagan pupa" jugando como jugabamos nosotros y ya veremos cómo de resistentes a la vida salen luego los tales niños de sillón.
En otros aspectos no lo sé, pero en esto, hemos ido para atrás.
ResponderEliminarY la cosa va a peor.
DON TRECCE-
EliminarPienso como tú, que en este aspecto hemos ido para atrás. Al igual que en los MODALES de la gente en general. En mi tierra los aldeanos de los caseríos eran gente muy educada en trato social y jamás se les hubiera ocurrido tutear a un médico o a un Notario. Ahora casi todo los jovenzuelos urbanitas tutean al obispo, al Notario y el médico al que visitan.
Las que están como un tren son las Afroditas de hoy.
ResponderEliminarDON FERNANDO.
EliminarMe satisface que mis primas te resulten gratas a la vista.
Hace tiempo que los chavales no disfrutan, como lo hacíamos nosotros, del juego de canicas. Si no habían canicas, no importaba: se jugaba de maravilla con las tapas de refrescos, haciéndolas recorrer por simuladas carreteras. Los menos activos, s entretenían coleccionando los tacos usados de billetes de tranvía, algo fabuloso. Ahora lo único que ejercitan es el dedo gordo, dándole al móvil.
ResponderEliminarDON BWANA.
EliminarQué buenos recuerdos de la infancia guarda y que casi todos hemos disfrutado a excepción de estas generaciones nuevísimas.
Lo único que saben hacer es usar el dedo gordo y ser víctimas de una pérdida de visión cada vez más acentuada a cuenta de las pantallitas.
Pues yo creo que todavía tienen remedio. Yo hice la prueba con mis hijos. Nos fuimos a una casa rural a pasar unos días, les prohibí llevar móvil, tablets, consolas y demás trastos tecnológicos. Cogimos una cosa que a propósito no tenía televisión. Al final la necesidad les hizo aprender a jugar. De todas maneras supongo que el ser padre de familia numerosa ayuda. La unica pesadilla fue no poder leer el blog tellagorri por unos días...
ResponderEliminarDON JAVICHU.
EliminarHombre, muchas gracias por tu detalle de echar de menos a este tú blog amigo.
Lo que cuentas de tus hijos y la casa rural es IMPORTANTÍSMO. Porque viene a significar que si muchos padres hicieran lo mismo, los niños se adaptan enseguida a jugar con otras cosas que no sean aparatos electrónicos.
BUEN PADRE, sí señor, Don Javichu.