Jean McConville y sus hijos |
La sacaron de casa a punta de pistola, entre los sollozos de sus 10 hijos que se aferraban a sus piernas. La llevaron a un almacén, donde fue sometida a un interrogatorio entre torturas indescriptibles. Le rompieron varios huesos, le amputaron los dedos. Le obligaron finalmente a arrodillarse y la asesinaron de un disparo en la nuca. Por "traidora".
Días después, un hombre volvió a llamar a la puerta del piso familiar de Jean McConville en Falls Road, uno de los barrios católicos de Belfast. Los niños, de entre seis y 16 años, tenían miedo y no querían abrir. El desconocido dijo que les traía algo que apreciarían. Les entregó en mano el anillo de boda de su madre de 37 años y un monedero con 52 peniques mal contados…
Belfast, 1972. La guerra callejera entre católicos y protestantes se cobraba 700 muertes al año. Pero el IRA no se conformaba con poner bombas, también sembraba el terror en sus propios barrios, a la busca de informantes que eran ajusticiados de un tiro en la cabeza. El escuadrón de la muerte se hacía llamar The Unknowns (Los Desconocidos). A ellos se les atribuye al menos 16 desapariciones en la época más conflictiva de The Troubles (Los Problemas). Algunos cuerpos fueron apareciendo con el tiempo en playas solitarias. Otros siguen sin ser localizados. La historia detrás de las desapariciones recuerda a lo más truculento de las dictaduras suramericanas.
Pero el episodio más brutal de todos, por la forma en que murió y por la devastación que sufrieron sus 10 hijos, fue sin duda el de Jean McConville, el mismo que ha llevado hasta la celda de aislamiento de la comisaría de Antrim al líder del Sinn Féin, Gerry Adams.
Los hijos de la viuda McConville (protestante conversa al catolicismo) quedaron traumatizados para el resto de sus vidas. Dos de ellos fueron adoptados por familiares; los demás acabaron en el hospicio. El fantasma de la trágica desaparición de su madre les persiguió durante 31 años, hasta que en 2003 una tormenta desenterró su cadáver en Shelling Beach, una playa desolada al otro lado de la frontera. La aparición del cuerpo apenas sirvió para consolarles. El miedo y la angustia aún les atenaza.
Helen McConville, hija denunciante |
"Si Gerry Adams dice que estábamos en guerra, lo que ocurrió con mi madre fue un auténtico crimen de guerra", dice ahora Helen McConville, la mayor de las hijas de la viuda ajusticiada por el IRA, que ha decidido desafiar la ley del silencio y dar los nombres de sus ejecutores, clavados en su retina desde hace 42 años.
"Eran cuatro mujeres y ocho hombres, y a varios de ellos los conocía", confiesa Helen McConville, 57 años, desde su modesto piso público en las afueras de Belfast. "Me los cruzo aún por la calle y saben dónde vivo, pero no puedo callar ya. ¿Qué podrían hacer? ¿Pegarme un tiro en la cabeza como a ella? Tengo cinco hijos que están conmigo en la lucha y no se darán por vencidos hasta que aflore la verdad".
La verdad, sospecha Helen McConville, es que Gerry Adams ordenó el asesinato de su madre. Y aunque el líder de Sinn Féin recupere la libertad después del interrogatorio de la Policía, que le aplicó por primera vez la ley antiterrorista, la hija de Jean McConville confía en verle algún día en el banquillo junto a quienes apretaron el gatillo.
MICHAEL- hijo de asesinada |
El día antes de su muerte, Jean McConville recibió una brutal paliza a la salida de un bingo que le dejó inconsciente. Fue el primer aviso. La encontraron en la acera ensangrentada y desorientada, sin saber cómo llegar a casa. Sus propios hijos le curaron las heridas. La madre sospechaba que le habían pegado por ayudar unos días antes en plena calle a un soldado británico herido, en uno de tantos enfrentamientos callejeros en la época de The Troubles. Al fin y al cabo, sus vecinos católicos nunca habían acabado de aceptarla, y menos después de la muerte de su marido, Arthur McConville.
En ese mundo de sospecha permanente y violencia en cada esquina que era Irlanda del Norte en los 70, la viuda conversa y madre de 10 hijos vivía amurallada en los divis flats, unas viviendas sociales de apariencia carcelaria en el flanco oeste de Belfast (ya demolidas). Su marido, aunque católico, había sido soldado británico, y eso la marcaba como sospechosa.
Dolours Price, ex militante del IRA y ex amiga de Gerry Adams, en una de las 11 cintas grabadas por el Boston College que han reabierto el caso, reconoció haber integrado Los Desconocidos, cuya labor era identificar y ajusticiar a los informantes. "Yo fui quien condujo el vehículo en el que viajaba Jean McCoville, a quien recuerdo como una persona especialmente despreciable", confiesa en las famosas cintas.
"Había un sólo hombre capaz de dar la orden para su ejecución, y ese hombre es ahora el líder del Sinn Féin"… Quien así habla en las polémicas cintas de Boston es ahora Brendan Darkie Hughes, ex vicecomandante de la Brigada de Belfast del IRA y compañero de celda de Gerry Adams.
Durante años, el IRA negó la existencia de ese escuadrón y su responsabilidad en los desaparecidos. En 1999, un año después del Acuerdo del Viernes Santo que allanó el camino al proceso de paz, el ejército republicano admitió su responsabilidad y reveló dónde había sido enterrada Jean McConville: en el aparcamiento de Shelling Beach, en la vecina República de Irlanda. Los primeros rastreos fueron infructuosos. Hubo que esperar otros dos años a que una tormenta removiera las dunas y desenterrara el cuerpo.
Pese al tiempo discurrido, más de tres décadas, la autopsia fue capaz de revelar las torturas a las que fue sometida y el modo en que murió, de un balazo en la nuca. El caso McConville saltó en 2004 con toda su virulencia a la prensa. En 2006, la ombudsman de la Policía de Irlanda del Norte, Nuala O’Loan, abrió otra investigación y determinó también que McConville no fue nunca una agente infiltrada: "Fue simplemente una mujer inocente, secuestrada y asesinada".
Gerry Adams, recibido hasta hace poco como el hijo pródigo por la comunidad irlandesa al otro lado del Atlántico, es ahora el séptimo detenido desde que arrancó la definitiva investigación del caso, que ha reabierto las heridas sangrantes del IRA.
(Información de Fresneda)
NOTA
Este miserable, Gerry Adams, es uno de los que trajeron los de batasuna y los peneuveros, junto con los sociatas de Eguiguren, a "negociar" la paz de Eta, en calidad de "pacificador profesional y hombre bueno".
heroico gerry
Y con estos boligrafos llenos de sangre pretenden sellar alguna paz. Es otro Otegi, otro carnicero disfrazado de oveja mansa, otro engañabobos manchado de sangre
ResponderEliminarAlgo muy malo sucede en occidente cuando vemos como se desmoronan muros éticos y morales evidentes, y cuando el nihilismo y lo que algunos creen pragmatismo (cobardía en realidad) lleva las riendas de nuestras sociedades.
Buenísima explicación a la existencia de este tipo e iguales fuera de rejas. Este es un criminal puro sin más, mucho más brutal que el ARNALDO pero de la misma camada.
EliminarDoy un gran aplauso a esos hijos de la asesinada que quieren y hacen lo posible para enchironarlo.
Hay que imaginarse a esos niños cuando asesinaron a su madre y los desperdigaron en ORFELINATOS.
Y aún hay en Irlanda masas que salen a vociferar pidiendo, el otro día, la lebertad del Gerry.
De estas cosas, para desgracia y vergüenza, sabemos mucho por aquí.
ResponderEliminarDON TRECCE
ResponderEliminarSí, en Territorio Sioux estamos hartos de historias similares y por ello cabrea más aún que haya malditos que son idénticos y encima hablando en inglés, idioma que ahora usan los batasunos para dirigirse a los turistas.
Escuché la historia el pasado fin de semana en la radio y me indigné, como no podía ser de otro modo, pero me indigné mucho más aún cuando, partiendo de la base que el conflicto irlandés y el vasco se parecen lo que un huevo a una castaña, me di cuenta que nuestros hijoputas sí se van a ir de rositas por políticos y jueces cobardes y miserables.
ResponderEliminarMucho tendrían que cambiar las cosas para que los etarras tuviesen penas proporcionales a sus delitos, no sólo eso, ahora hasta les pagamos el coche oficial. Esto último se lo cuentas a alguien y no se lo cree, vete a EEUU y diles que el que puso la bomba en Oklahoma fuese al Congreso en coche oficial pagado por sus víctimas.
DON ISRA
EliminarTienes que asumirlo como lo hemos asumido los de esta zona : todos estos pedazos de mierda se van de rositas o se han ido ya, por culpa de los ropones politizados y sus padrinos.
En USA con estas cosa ni existe la posibilidad de comentarlo en broma. Y ahí tienes a los de Afganistán metidos en jaulas en Guantánamo para que otros sepan como van a tratar a quien sea minimamente germen de terrorismo.
Un miserable con piel de cordero.
ResponderEliminarMenos mal que, para pasar el disgusto de ver la careta de ese tipejo, nos obsequia Vd. con la bella estampa de prima Sandra y su elegante postura en el vater.
DON BWANA
EliminarEl cacho cabrón ese del Gerry debiera de estar en una jaula de 2 metros cuadrados para el resto de su vida.
Prima Sandra adopta posturas que priman por su elegancia, tal como comenta.
Hola Tella
ResponderEliminarTu ya conoces los versos que escribí el otro día sobre este asunto; y es que no hay como presentarse como corderitos para que los lobos no devoren a dentelladas.
hay que tener cuidadón con los que se presentan como la cara amable del terror. Nunca es nada tan terrorífico como cuando el terror se pone corbata y sonrisa encantadora.....o se viste de payaso.
Aquí te dejo mi fabulilla por si alguno de tus asíduos no la conociera (que es lo más normal)
Un abrazo
Fábula del Lobo Astuto
Paseando por el prado
un cordero un tanto lelo
triscaba como un locuelo
con complacencia y agrado.
Un lobo, de hambre forzado,
que le miraba con celo
se le puso en paralelo
y le dijo: “Soy tu aliado.
Mientras tu estas ocupado,
Vigilaré el riachuelo”
El cordero aceptó el trato
y se quedó en el aprisco
y el lobo de un buen mordisco
se llevó el ternasco al plato.
Y es que por mucho recato
o cambio muy repentino,
un lobo es un asesino
y un borrego es una presa
y no es para mi sorpresa
tan luctuoso destino.
DON CHAFACHORRAS
EliminarEstos malditos que cada población producen de cuando en cuando, y en Territorio Sioux tenemos bastante Historia al respecto de similares, hacen bueno siempre al que en fábulas nos advierte.
"Y es que por mucho recato
o cambio muy repentino,
un lobo es un asesino
y un borrego es una presa "
con la diferencia de que las presas no suelen ser borregos sino gente de bien.
Llevas razón, no todas las presas no son borregos, pero todos los borregos son presas y no hay mayor borrego que el confía en un lobo...tu me entiendes
EliminarDON CHAFACHORRAS
EliminarPerfectamente de acuerdo. Y estamos plenos de "borregos" cada día más parecido a aquellos chinitos del XIX que los mataban a trabajar y nunca se quejaban.
La HISTORIA de Irlanda es absolutamente opuesta a la de Vasconia, pues mientras en la primera los odios provienen de una cuestión de religión diferentes practicadas así como por un maltrato habitual de los ingleses a los isleños irlandeses, en la segunda los habitantes han sido más papistas y cantera de curas que los más místicos castellanos, y además siempre tratados con privilegios en relación a los restantes súbditos de los reyes.
ResponderEliminarY, sin embargo, el tipo de monstruos producidos son casi iguales en ambas zonas de terrorismos.
DON MARIO
EliminarLo has descrito de forma breve y muy clarificadora, ante despistados, las enormes distancias existentes entre irlandeses y vascos.
El amigacho y "homólogo" de Otegui puajj
ResponderEliminarDOÑA MARIBELUCA
EliminarExacto. Repugnante.