11 septiembre 2012

Moro, picoleto,fiscal, juez

Situémonos: Galapagar, sierra de Madrid, hace un par de semanas. Protagonista involuntario, un picoleto que en coche oficial verde y blanco, con pirulo y rótulo de Picolandia, transporta a su domicilio a una mujer maltratada. Después se acerca a un estanco a comprar tabaco. A los veinte pasos oye un ruido a su espalda, se vuelve y ve a dos pavos que han roto un cristal del coche y están desvalijándolo por la cara.

Echa a correr hacia ellos, y los artistas se abren a toda leche llevándose el gepeese del coche y la cartera del agente con su deneí, su carnet de cigüeño, sus tarjetas de crédito y su permiso de conducir, que tenía en la guantera. El guardia llama por radio a los colegas.

Galapagar es un pueblo pequeño, y un par de picos se ponen a buscar a los malos. Empieza la caza del hombre.
Ahora vamos con los malandros. Un español y un moro. El español, conocido en el pueblo como delincuente habitual de toda la vida, tiene 35 tacos, y para que se hagan ustedes idea de la calaña del hijoputa, responde al elegante apodo de Gorrinín: treinta detenciones entre 1997 y 2001, seis durante 2010 y ocho desde enero de este año, fecha de su última salida del talego. O sea, 44 coloquetas en cinco años y sigue en la calle. Entra por una puerta y sale por otra.

Para entendernos: una típica criatura maltratada por la injusta sociedad moderna. El consorte también es criatura maltratada típica: se llama Jalil, y según me cuenta un amiguete de confianza que tengo próximo al juzgado local, "no es muy listo, así que mayormente el otro lo lleva para que se coma los marrones, porque como es moro lo sueltan en seguida".

El caso es que los dos colegas, tras desparramar el coche y largarse con el botín, están echándole un vistazo a la cartera del picoleto cuando antes de tres minutos de reloj les caen encima los colegas del damnificado. Alto a la Guardia Civil y todo eso. Fin del segundo acto.

Cacheo de rigor. Contra la pared, brazos y piernas separadas. Y cuando están en ello, y uno de los guardias va a registrar al Gorrinín, éste se revuelve de pronto, saca una navaja y le pega al representante de la injusta sociedad que lo maltrata una mojada que, de no apartarse a tiempo el picolino, lo pone mirando a Triana.

Pero sólo le alcanza un tajo en el brazo izquierdo –que necesitará seis puntos de sutura en el centro de salud del pueblo–.

Los dos se agarran y caen al suelo, el Gorrinín pegando navajazos y el cigüeño ensangrentado, procurando no llevárselos él. Al final vence la ley y el orden, como se veía venir, y al Gorrinín y al Jalil se los llevan esposados al cuartelillo. Diligencias, etc.

Al rato, él y el consorte están en el vecino juzgado de Collado Villalba. Y allí empieza el cuarto acto del sainete, que es mi favorito. El fiscal debe de estar muy ocupado, porque no aparece por ninguna parte. Y como no hay fiscal que fiscalice, la juez de guardia, conforme a lo previsto en el artículo 505.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ordena la inmediata puesta en libertad del Gorrinín y su colega. Sin fianza.

Eso sí, con la seria advertencia –a uno que lleva ocho detenciones por robo y lesiones en lo que va de año– de que se presente cada quince días en el juzgado. So pena, si incumple, de afearle seriamente la conducta.

Así que al Gorrinín le quitan las esposas y le señalan la salida: puerta, camino y El Viti. Y el ciudadano, con la contrición y pesadumbre que son de suponer, se dirige hacia ella; no sin antes detenerse en la puerta, dirigir una pedorreta a los funcionarios del juzgado y a los guardias que están allí, y anunciar literalmente: "Soy el amo de Galapagar, y no podéis hacerme nada. Ya veréis. Os vais a cagar". Y luego, rascarse los huevos, encender un pitillo e irse a tomar unas cañas.

Ahora hagan ustedes, porfa, el bonito ejercicio de imaginar que al picolo del navajazo se le hubiera ocurrido sacar el fusko durante la pajarraca. Y que en el forcejeo se le hubiera escapado un tiro. O que, por impulso propio del instinto de supervivencia, se lo hubiera pegado a propósito al malo entre ceja y ceja, tras el primer navajazo.

Calculen los titulares: respuesta desproporcionada, brutalidad picoleta, fascismo guarro, etcétera. Y los telediarios abriendo con nombre, apellidos, domicilio y foto de primera comunión del guardia. Que podía darse por bien jodido, el infeliz. 
Iban a salirle fiscales localizables y jueces rigurosos hasta de debajo de las piedras.


ARTURO PEREZ REVERTE
Académico


12 comentarios:

  1. BUENÍSIMO,lo colgué ayer en mi facebook.

    Así nos luce el pelo.

    No siempre comulgo con el fustigador al ciento por cien, pero es un placer leerle, pardiez (qué manejo del léxico)

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    1. DOÑA MARIBELUCA
      Sociedad la que tenemos que se va al traste en un lustro.

      Es un maestro en el manejo del idioma y de la ironía. Se disfruta leyéndole este tipo de artículos.

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  2. Como la vida misma..

    Y digo yo, si el guarrín ese o como le llamen mata algún día a alguien ¿Qué ocurriría? ¿Se podría acusar a fiscalía de negligencia? Bueno, es un decir, lo más práctico sería mandarle a uno de su calaña para que le diera un recadito pero, claro, gastarse el dinero en matones con la de impuestos que se pagan me parece un poco fuerte.

    Todos esos de la brutalidad policial y tal..o no pagan impuestos o son políticos y, tampoco.

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    1. DOÑA CANDELA
      En resumen : que no hay nada que hacer con la gentuza que manda porque nos han convertido en peleles impotentes ante su chulería e inoperancia. Hoy no hay modo de meterle mano a un ropón o fiscal ni siendo ministro. Vivimos en la mayor dictadura encubierta de Europa. Y sin final de tunel.

      Ya he tenido yo tentaciones de buscar sicarios colombianos para que le partieran las peirnas a algún ropón pero son, al final, fantasías como las de los niños incapaces de hacer frente a un mayor. Siempre perdemos.

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  3. Esta es la sociedad y sistema de seguridad ciudadana que han creado los sociatas desde que llegaron en 1982. Han degenerado por completo los conceptos y las actitudes de quienes debieran de proteger a la sociedad.

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    1. He leído en alguna parte una frase que resume eso que dices, DON ZALDUM : " Los hombres y las naciones actúan razonablemente cuando han agotado las demás posibilidades""

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  4. El morinchi no es muy listo pero gorrinín se las trae. Espandar el buga de los picolinos no es la mejor idea que se pueda tener ni en Galapagar ni en ninguna otra parte. A lo mejor hay suerte y alguno de los vitorinos que campean por los pastos de ese pueblo le da la del pulpo. De estos salen de vez en cuando y todos terminan igual, pero antes por la corrupción moral de la justicia hacen muchos destrozos. En cierta ocasión me pidieron que me presentara a Juez de Paz, la jurisdicción correpondia al juzgado de Colmenar "No jodas" le dije al Alcalde. En un accidente que unos chavales tuvieron en la carretera, en pleno invierno, en plena noche, con cuatro chavales y una chavala jovencitos reventados en la cuneta en medio de una nevada infernal un viernes noche, al domingo por la mañana el juez de paz (del pueblo) con la familia de los fallecidos en la cuneta esperando tuvo que tomar la decisión de levantar él mismo los cadáveres con la comprensión de la guardia civil porque el juez de guardia de Colmenar no se digno aparecer por allí, mando instrucciones para que el juez de paz tomara notas para el atestado. Imaginaros el trago.
    Saluditos.

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    1. DON ROBERT
      Jodó, Robert, cómo te conoces el "ambiente". O sea que esa zona es como el Bronx, en donde la policia lleva décadas sin atreverse a aparecer.

      Lo de esos jueces y fiscales que no se presentan nunca a levantar diligencias, como el caso que relatas, es para empapelarlos y mandarlos con destino a Las Hurdes, localidad de Ladrillar, a pasar los próximos 15 años. Ese Juez de Colmenar iba a aprender lo que es dar la cara.

      Ya tienes "bemoles" para vivir cerca de esos "Bronx" a la española.

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  5. Todo es una cuestión de rigurosidad y de dinero. De lo primero mejor no digo nada, que ya hemos jurado al respecto bastante; es una cosa que surge del envilecimiento judicial al mezclarse este poder con el político.

    El dinero es importante, poca gente conoce la cantidad de dinero que cuesta mantener a un tipo en la carcel, mucha pasta, y como sabemos las arcas no andan muy bien por decirlo de forma elegante.

    Amen de leyes mas duras con estos reincidentes siempre candidatos a convertirse en asesinos, yo plantearía un sistema carcelario que no fuera de la señorita pepis, con trabajos forzados y donde realmente trabajen por el dinero que cuestan a la sociedad.

    Y del caso, no lo dudo, si el GC le mete un tiro hubiera estado perfectamente hecho.

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    1. SEÑOR OGRO
      Lo que dices de "dinero" para tener enchiquerados a los malandros es una broma porque lo que se gastan los políticos de la Comunidad de Madrid, sin mirar los demás sitios, en VISAS públicas, viajes y comilonas a cargo del Erario podría servir para montar y sostener dos DOCENAS DE SAN QUINTIN, de las que utilizan en USA.

      Lo que sí me parece excelente idea es la de que se legisle un sistema penitenciario con "trabajos forzados" y por largo tiempo para todos los aprenndices de asesinos, como el Gorrinin. En Gran Bretaña a ese y por lo que cuenta A.P.R. lo hubieran metido en un lugar similar a los que relata Dickens para los delincuentes.

      Está bien que haya un sistema de garantias jurídicas para el detenido respecto a integridad física y todo lo demás, pero en otros tiempos un par de guardiasibiles con bigote le hubieran quitado a ese las ganas de ir al urinario en dos años.

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  6. Es gran estado de derecho que hemos pagado entre todos se está convirtiendo en un mojón de mico de proporciones nada desdeñables. En mi pueblo, cómo aviso a navegantes, existe el sabio dicho de disparar antes de preguntar, que yo saldré de la trena pero tu del hoyo, ná de ná y total, ¿Para que calentarse la cabeza? Con lo jodida que ésta la vida, quitas un mierdecilla de esos de circulación, te tiras un par de años al fresco y sales con tu paro, conque ya saben, desesperad@s que no encuentran trabajo, dediquense a limpiar la sociedad de éstos engendros que de lo demás se ocupa en estado... Eso sí, la munición se la pagan ustedes.

    Un saludazo.

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    1. DON C S PEINADO
      No sería mala idea encontrar unos cuantos "justicieros" que fueran eliminando de la circulación a tanto macarra chulo y miserable. Pero cada quién se preocupa de sí mismo, y ya tiene de sobra, y la sociedad es hoy un "conjunto de particulares desconocidos entre sí".

      Lo malo es que si ese conjunto fuera capaz de unirse de verdad y exigir a los políticos el cumplimiento de la primera de las obligaciones y que es GARANTIZAR LA SEGURIDAD PÚBLICA, podriamos respirar.

      Muy cordiales saludos.

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