La semana pasada adelantábamos la prueba de que la CIA tuvo un papel clave en la muerte del almirante. Hoy, Antonio Rubio aporta datos sobre la extraña actitud de los servicios secretos, que terminaron favoreciendo el crimen.
Meses antes de que el almirante Carrero Blanco volará por los aires, dos equipos de agentes especiales del Estado Mayor estuvieron vigilando, diariamente, a un grupo de árabes y una empresa rusa que estaban situados en la misma zona del atentado. El mismo día 20 de diciembre de 1973, cuando ETA llevó a cabo el magnicidio contra el presidente del Gobierno de Franco, ninguno de los 14 agentes que componían aquellos grupos, ni los dos vehículos que utilizaban de apoyo, se encontraban operativos.
Un día antes, el 19, el etarra José Miguel Beñarán, Argala, fue localizado y fotografiado por esos agentes especiales en una parada de autobús que estaba a unos 200 metros del lugar del atentado, el número 104 de la calle Claudio Coello. Ese mismo etarra fue el que al día siguiente accionó el explosivo que mató a Carrero Blanco.
También se dio la circunstancia de que uno de aquellos grupos de agentes especiales del Estado Mayor cogió vacaciones navideñas aquella misma jornada, el día 20, y el otro recibió la orden de levantar el servicio y regresar a su base. Esos dos equipos tenían dos subjefes, León y Salinas, nombres en clave interna, y todos ellos estaban dirigidos por el capitán José Luis Cortina, más conocidos entre sus hombres por el sobrenombre de El Pelao.
En aquella época, marzo de 1982, Cortina era el jefe de la Agrupación Operativa y de Misiones Especiales (AOME) del CESID (el actual Centro Nacional de Inteligencia). Cuando El Mundo planteó ese tema al ex agente secreto, su respuesta fue rápida y escueta: "No tenía que sacar nada de aquel atentado".
El atentado contra Carrero Blanco, del que en diciembre se cumplen 38 años, fue planificado y ejecutado por el comando Txikia de ETA, que estaba compuesto por Iñaki Múgica, Ezquerra; Iñaki Pérez, Wilson; Jesús María Zugarramundi, Kiskur; Javier María Llarreategui, Atxulo; y José Mikel Beñaran, Argala. Y este último etarra fue detectado y fotografiado por los agentes del entonces capitán Cortina un día antes del atentado contra Carrero Blanco, el 19 de diciembre de 1973, en una parada de autobús que había junto a la embajada norteamericana (Serrano, esquina con Hermanos Bécquer), cerca de la residencia particular de Carrero Blanco (Hermanos Bécquer, 6) y a unos 200 metros del lugar del atentado.
Aquellos hechos han sido narrados por uno de sus autores, un agente de información del Estado Mayor que hacía guardia en la parada de autobús de Serrano-Hermanos Bécquer y que cubría y vigilaba las entradas y salidas de una empresa rusa, Mar Negro, que era una cobertura de la antigua URSS en Madrid y que estaba en la calle Serrano, justo enfrente de la parada de autobús.
Aquel agente, guardia civil, de la tercera promoción de información y preparado por especialistas del Mossad israelí, recuerda que "aquella mañana, como tantas otras durante meses, estaba en la parada de autobús, vigilando las entradas y salidas de los rusos a aquella empresa que estaba en Serrano, muy cerca de la embajada norteamericana".
Este agente ha estado toda su vida laboral en información y rememora, con todo lujo de detalles, aquellos momentos: "Por esa parada pasaban cuatro líneas de autobuses y yo tenía que coger el cuarto, lo que me daba un margen de control, sin levantar sospechas, de unos 20 minutos. De repente se me acercó un tío que no me quitaba ojo. Pasaron dos autobuses y no los cogió. Entonces avisé a mis compañeros que estaban en los alrededores, a través de un emisor, con la clave Coca-Cola, que significaba que tenían que fotografiar al sujeto que estaba a mí lado".
El agente especial del Estado Mayor volvió a contactar con sus compañeros de equipo, un total de siete, y les informó: "Me duele la cabeza". Eso significaba que se salía del operativo porque había sido mordido (controlado) por alguien al que no controlaba y desconocía. El guardia civil tomó el primer autobús que llegó a la parada y el sujeto desconocido, detrás de él, realizó la misma operación.
"Al cabo de un tiempo supe que ese tío que estuvo a mi lado, que me siguió y que fotografiamos era José Miguel Bañarán, Argala", confiesa el especialista en información y contraespionaje.
Tras esos hechos, el equipo del agente de los servicios de información del Estado Mayor recibió la orden de levantar el operativo de vigilancia y regresar a la base, un chalé en la zona de la plaza de Castilla.
Cuatro años después del atentado, en diciembre de 1977, la editorial Hordago publicó un libro, Operación Ogro, donde el comando Txikia contaba al autor de aquella obra, Julen Agirre, "Cómo y por qué ejecutamos a Carrero Blanco".
En el capítulo I, páginas 20 y 21, dos de los etarras del comando Txikia describen cómo y de qué manera controlaban los movimientos de Carrero Blanco: "Hay varias paradas de autobús por allí. Una justo en frente, en la acera en donde está la Embajada (sic) americana, otra en Hermanos Bécquer, casi esquina con Serrano y aún creo que hay otra en Serrano mismo, un poco más arriba".
Uno de esos etarras, identificado como Mikel y que posiblemente fuera Argala, cuenta: "Vi gente en frente, una parada y me junté a esperar […] ya vi llegar el Dodge negro (se refiere al vehículo de Carrero Blanco); se paraba en doble fila, bajaba, con él bajaba también un señor, el mismo que le acompañaba el día antes, moreno, con gafas y de estatura mediana, fuerte que llevaba una cartera en la mano […] Entonces venía ya un autobús y como yo seguía pensando que podía haber observadores en algún punto y ya hacía más de cinco minutos que estaba allí, pues subí y me bajé en la siguiente parada". El propio Argala cuenta que tras apearse del autobús volvió a la iglesia donde estaba Carrero Blanco escuchando misa y "entré y me quedé detrás del todo, donde estaba la pila del agua bendita".
A las 9:28 horas de aquel mismo día, el almirante Carrero Blanco volaba por los aires a la altura del número 104 de la calle Claudio Coello. Cuando la noticia del atentado llegó al equipo que había regresado a su base se produjeron una serie de comentarios del siguiente tenor: "Joder, de la que nos hemos librado y de la que se ha librado el chófer (se referían al vehículo de apoyo que estaba aparcado en la misma calle Claudio Coello)".
Y mientras que el presidente del Gobierno sobrevolaba, con su vehículo Dodge Dart, la cornisa del colegio de los Jesuitas de la calle Claudio Coello, el subjefe de uno de los equipos de información del Estado Mayor, que hasta el día anterior había estado controlando a unos árabes por aquella misma zona, iba camino de Ponferrada para pasar allí sus fiestas navideñas.
Ese subjefe del segundo grupo de agentes del Estado Mayor tenía vigilada parte del barrio de Salamanca, concretamente la zona que estaba entre Maldonado y Velázquez, y ha reconocido que "estábamos controlando a unos árabes por la zona de Maldonado, Velázquez y Claudio Coello, pero no sabíamos nada de los etarras. Es verdad que cogimos las vacaciones el día anterior, el 19, que levantamos el servicio y que yo me enteré de todo en la carretera, camino de Ponferrada".
El agente del Estado Mayor, que era guardia civil y tenía la categoría de sargento, ha reconocido que pertenecía al GOME, un grupo de contraespionaje, y que vigilaban a diferentes grupos de extranjeros: "El primer grupo de agentes cogió vacaciones del 20 al 31 de diciembre porque no había nada especial.".
Este mismo agente, que ya está en situación de retirado y ha cumplido los 70 años, recuerda que "el vehículo que teníamos de cobertura lo solíamos aparcar entre las calles Claudio Coello y Velázquez". Y rememora el momento: "Podríamos haber volado todos".
Antonio Rubio
NOTA DEL BLOG : El conspirador nato de todas estas operaciones y que también estaba hasta el cuello en el 23-F, era el alto cargo del Cesid comandante José Luis CORTINA. Y siempre se fue de rositas.
mortadelos con carrero
Podrían haber volado todos, podría haber volado un autobus rezagado. En fin, pudieron haber ocurrido muchas cosas, más muertes.
ResponderEliminarNo me extraña que no se quieran deshacer de los etarras, por lo visto son los "chicos para todo" de los servicios secretos de medio mundo. Y vuelvo a preguntarme porqué nos quejamos ahora de una pérdida de soberanía que, al parecer, dejamos de tener ya hace muchos años.
De estos temas había escuchado algo, pero nada tan detallado como aquí, en muchos libros me pierdo con los nombres, la verdad..
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarCreo aciertas de lleno cuando dices los etarras son los "chicos para todo" de los servicios secretos múltiples y variados.
Desde luego los mortadelos y filemones nacionales están más vendidos que los besugos de Navidad.
Y casi siempre los jefecillos operativos suelen aparecer en variados complots, como el Cortina.
Siempre me parecio.Que en el atentado contra Carrero Blanco.el numeros de casualidades fue algo mas que lo normal.Lo mismo que en el infausto 11 de Marzo de 2004,Parece que en nuestra Nacion todo fuera producto del Azar.Un calido saludo.
ResponderEliminarA Cortina le presiono el fiscal en el juicio del 23-F toda una mañana, cuando pararon para comer, Cortina cogió uno de los teléfonos y hablando con alguien le dijo; si este tío (por el fiscal) sigue así esta tarde cuento lo de Carrero. Por la tarde el fiscal fue una malva.
ResponderEliminarLa grieta que se ve en la imagen que pones, ya la hormigonaron y asfaltaron muchas veces y siempre sale, si no cuentan toda la verdad no se tapara ni aunque pongan el muro de una presa encima.
Saluditos.
DON AGUSTÍN
ResponderEliminarEn este país, como dices, cada vez que sucede un atentado suele haber montones de "casualidades" que provienen siempre del mismo origen. Y lo mismo sucede con el asunto Carrero.
Lo que viene a demostrar que los servicios secretos españoles están siempre vendidos a algo y en aquel asunto lo estaban a la embajada Usa.
DON ZORRETE
ResponderEliminarBuena información traes y que confirma lo que dice el Post.
No sabía lo de la grieta y, como comentas, ahí seguirá la huella del crimen hasta que metan en la carcel a los responsbles.
Con esto del Carrero, y con lo del 11m, lo que uno acaba pensando es que pocos enemigos externos nos hacen falta con la cantidad de miserables que tenemos en el aparataje estatal.
ResponderEliminarY vamos a peor; porque si con lo de Carrero era un grupo el digamos "interesado", y siendo aquello una dictadura, ahora, en plena democracia, en el siglo XXI, con lo del 11m tenemos a policias, politicos, fiscales, jueces, periodistas.... intentando poner zancadillas a la verdad.
Y el pueblo español, en babia.
SEÑOR OGRO
ResponderEliminarAhí has dado con la realidad =
con lo del 11m tenemos a policias, politicos, fiscales, jueces, periodistas.... intentando poner zancadillas a la verdad.
Javier,estoy de acuerdo con tu pensamiento de que hay mucha gente poniendo zancadillas a la verdad en el 11M,pero tengo la seguridad de que tarde o tempranos e sabrá la verdad, y que nos llevaremos sorpresas.
ResponderEliminarDON MAMUNA
ResponderEliminarSí, lo que dices es cierto pero para cuando sale la verdad suele ser muy tarde.
Todo lo relacionado con el 23-F se ha sabido ahora y el único a quién poder imputar es al Borbón, con lo que no sirve para nada. Los demás han quedado ya fuera de combate.
Muy interesante el post. La verdad es que yo tenía 10 años cuando el atentado y sólo recuerdo vaguedades más lo que "han querido" que salga a la luz, y veo que aún quedan muchos rincones oscuros sobre el caso.
ResponderEliminarComo dices, en este país, hay muchas casualidades en todos los atentados que hemos sufrido.
Un abrazo.
Por supuesto que se van de rositas, al fin y al cabo todos sus desvelos son por nuestro bien... así que gracias a ETA tenemos democracia, pues nada, se mira para otro lado el 11M y nivelamos la balanza, ahora partimos todos de cero y Bambilandia tendrá décadas de felicidad y progreso.
ResponderEliminarQue ganas tenéis de buscarle 3 pies al gato, con lo bien que se vive en la ignorancia, y si encima es subvencionada...
Saludos a Dorleta.
ELENA
ResponderEliminarComo en todos los casos de atentados de Estado siempre quedan montones de rincones oscuros por intereses creados muy importantes.
Al igual que el 23-F y el 11-M suele haber un conjunto de personajes que ya se cuidan mucho de que todo quede en neblinas.
DON ISRA
ResponderEliminarTienes razón, gracias a Eta vino la democracia, conforme nos quieren hacer creer. Y probablemente fue también Eta la que se cargó a Franquito sobornando al Villaverde.
Es verdad : qué bien se vive en la ignorancia. Cuanto más tontos y alelados menos sufrimos.
No creo que ETA trajese la democracia, ni mucho menos. No le debemos nada a ellos. Al contrario, tras aquél atentado ETA se creció y empezó su escalada criminal. Respecto a los del 11-M, dicen ahora algunos en Libertad Digital, los opuestos al gallego, que se inventaron lo de la conspiración del 11-M para desestabilizar al PSOE. En fin, que ya nos enteraremos de todo dentro de unos años. Mientras tanto a saber qué leer, pues ya no tenemos certeza de nada.
ResponderEliminarSaludos.
DON JUAN
ResponderEliminarSí, sí tenemos la certeza de casi todo. Lo de Eta y la Democracia es una BROMA entre Isra y yo, pero sabemos que fue la CIA la que se lo cargó. Con colaboración de las altas jerarquias policiales nacionales.
Y lo del 11-M también sabemos que era obra de los chicos de Rubal y los pringaos comprados de etarras.
Muy buena entrada.
ResponderEliminarDON JOSE ENRIQUE
ResponderEliminarMuchas gracias, y más viniendo de tí. Temía que estos temas te fueran hirientes.
Un muy cordial saludo
Hiriente? Te acabas acostumbrando, a fin de cuentas es un personaje histórico, además agua pasada no mueve molinos.
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