No sé si se habrán fijado, aunque supongo que sí. Que se fijan. Cada vez resulta más inusual que alguien, al interpelar a otro en busca de un servicio o una información, recurra a la correctísima y tradicional fórmula "por favor", y mucho menos que anteponga un cortés "buenos días".
Por lo común, la peña suele abordarse sin prolegómenos, a bocajarro, en plan compadres que frecuenten el mismo puticlub, sustituyendo el saludo de toda la vida por una frase absurda que en los últimos tiempos ha hecho fortuna en España, y que permite identificar de lejos a un compatriota, o lo que seamos ahora, en cualquier latitud y longitud: ese bajuno "oye, perdona", acentuado por el infame tuteo con que resolvemos, tanto con abuelos como con niños, nuestra vida social.
No hace mucho, en un local muy correcto de París, tras escuchar en una mesa vecina un sonoro "oye, perdona", vi a un estirado camarero gabacho hacerse el sueco ante dos turistas españoles ya maduritos. Con mi silencioso, íntimo y (no me avergüenza confesarlo) perverso regodeo.
En cuanto al "buenos días" cuando nos cruzamos con un presunto semejante, ni les cuento. No hay quien lo extraiga ni con alicates. Naturalmente, no hablo de ir por las ramblas de Barcelona o la Puerta del Sol de Madrid diciendo buenos días a todo cristo, como un imbécil. Hay momentos y momentos. Pero es cierto que cualquier clase de saludo, cuando nos encontramos con una persona sólo vagamente conocida, o con desconocidos a quienes las circunstancias acercan de modo particular, se hace cada vez más raro.
Incluso cuando eres tú quien toma la iniciativa y saluda primero, hay muchas probabilidades de que el interpelado no responda y pase por tu lado sin decir esta boca es mía.
Un ejemplo. Amarro desde hace veinte años en un puertecito mediterráneo de ambiente tradicional. En sus muelles, pantalanes e instalaciones me cruzo con propietarios de barcos, marinos extranjeros en tránsito, marineros y socios de club náutico. Ante ellos, los conozca o no, el reflejo natural es decir "buenos días". Los navegantes extranjeros, habituales o de paso, saludan casi siempre, aunque no te conozcan. Con frecuencia toman la iniciativa, incluyendo una sonrisa amistosa.
Los españoles, por el contrario, suelen pasar contemplando el horizonte, interesadísimos por alguna gaviota que allí planee. Ni ven, ni oyen, ni hablan. Y cuando lo hacen casi nunca es por impulso propio, sino en respuesta a tu "buenos días" o "buenas tardes".
En lo que a la gente joven se refiere, extraordinario es que digan al menos "hola". Cruzan impasibles sin mirarte, saludes como saludes, a pesar de que, en lo de responder a saludos de vecinos y conocidos, los niños son mejores que los padres; quizá porque el instinto de su poca edad y el colegio reciente los hacen respetar un poco más a los adultos.
Otro ejemplo personal, aunque transferible: vivo en la sierra de Madrid y camino a diario. A veces encuentro a otros paseantes, y es pintoresca la actitud de buena parte de ellos. Mientras se acercan desvían la mirada, como si no te vieran; y si no dices nada, pasan vueltos hacia otro lado, mudos. Sólo cuando apuntas "buenos días" responden apresuradamente, a veces cuando ya están a tu espalda. Quienes lo hacen. Otros siguen adelante, imperturbables. No va con ellos.
La más notable es una señora (la llamo señora con razonables reservas) con la que me encuentro a menudo. La he visto hacerse mayor, dos veces embarazada, y ahora camina con dificultad a causa de un accidente o una dolencia. Ni una sola vez ese trozo de carne con patas respondió al "buenos días" que le dirigí durante veinte años. Hasta que me cansé de hacerlo.
Pero cada cual tiene su manera de vengarse. A veces, si voy en plan cabroncete y alguien llega de frente, hago como él: mirar con fijeza hacia la lejanía o el suelo, cual si algo allí atrajese mi atención. Y luego, al llegar a su lado, lo miro de pronto y disparo un "buenos días" inesperado, casi agresivo, que suele pillar al sujeto de improviso; saludo ante el que balbucea una desconcertada o presurosa respuesta, mientras yo me alejo riendo entre dientes, arf, arf, arf. Como el perro Pulgoso.
Supongo que cualquiera de ustedes conoce casos parecidos en los que oficie de protagonista activo o pasivo. Pero no creo que deban atribuirse siempre a grosería o mala voluntad.
Muchas veces se trata sólo de incertidumbre y timidez social, fruto de una educación deficiente: la inseguridad de no tener claros, desde niños, los usos elementales de cortesía y convivencia. Y no deja de ser contradictorio, en esta España saturada de demagogia idiota, buen rollito y compadreo cantamañanas, que despreciemos de ese modo las fórmulas que, precisamente, ayudan a que la sociedad de los seres humanos sea soportable.
ARTURO PEREZ REVERTE
saludando gerundio
Muy poca educación es lo que tiene más de uno.
ResponderEliminarMe resulta imposible cruzarme con alguien en el portal y no saludar.
Desde pequeños mis hijos me han oído insistir en que deben saludar al llegar y despedirse al marcharse. Esas dos reglas básicas y el comportamiento en la mesa me parecen algo fundamental.
Un abrazo.
ELENA
ResponderEliminarPos, vas dada, que esas cosas ahora no se usan, son de los fashas y derechorras.
Los maketos, como mucho, te pueden decir :uhmmm
Los peneuveros : EPA, epa.
Y los bildutarras : eup.
Eso los muuuu educaos, los que te miran con pena y te hacen un favor.
Cada vez que entro en una panadería o tienda cualquiera como un estanco, sigo "buenos días" y el gentío se vuelve a mirar quién es el chalao que dice cosas tan raras.
´Tienes razón javier, yo creo que debe de ser un virus.
ResponderEliminarEsto me pasa a mi casi cada día y siempre me había venido a la cabeza lo que nos cuenta Reverte. Tengo yo unos cuantos vecinos así, que ni siquiera compartiendo ascensor te dirigen un "hola" o un "buenos días"...ejemplos todos ellos de la decadencia intelectual e intelectiva de Estepaís...
ResponderEliminar...por no hablar de los maleducados que vienen a los blogs ajenos a dar la murga por una entrada sobre el 11-S nazi-onalista cuando el resto del año no comentan ni una entrada y encima con argumentos carlistones de lo más burdo...ya sabes a quien me refiere
MAMUNA
ResponderEliminarSí, el virus de la deseducación y que tan extendido está.
De acuerdo en la importancia de una mínima educación, pero ojala lo de no saludar fuera lo peor en el sentido de mala educación:
ResponderEliminar- Perros sin bozal sueltos por parques infantiles.
- Perros que mean donde les sale de las narices incluso cerca de los portales, con el alegre mirar a otro lado del hijo puta de su dueño.
- Niñatos que tiran papeles al suelo teniendo una papelera a 20 metros.
- Gentuza que va al campo, hace la merendola y deja todo lleno de basura en lugar de llevarsela y tirar donde corresponde.
- Imbeciles que van por el campo con perros peligrosos sueltos y sin bozal con ese mítico "tranquilo, si no hace nada". Su puta madre que no hace nada, si tuviera una pistola te apuntaba, que tampoco hace nada.
-Esos vecinos que se ponen a arrastrar muebles o poner no se que clavo a las 10 de la noche cuando ya has dormido a los crios.
- O que hablar de los subnormales al volante, subespecie que daría para varias enciclopedias y varios estudios biológicos, antropomórficos y psicológicos.
La lista es interminable, todos conocemos el percal actual. Que no me saluden cuando digo "hola" o "buenos días", pues no me gusta, pero que quieren, ojala fuera lo peor.
DON CAROLVS
ResponderEliminarEs el síntoma de muchas cosas tras los sistemas educativos montados por los sociatas que no son sociatas. Por la existencia y brote silvestre de una fauna humana que convierte a los africanos en refinados "caballeros" en comparación a nosotros.
Lo de tu blog es una repetición de algo que ya he sufrido en variadas ocasiones. Tras molestarte en hacer pedagogía histórica, y sacar los hechos históricos, siempre inciden en su carlismo decimonónico y da igual lo que digas.
Es un asunto que ya me aburre, y ni siquiera hago el esfuerzo de esgrimir argumentos, como haces tú, porque es baldío total. No vas a conseguir otra cosa que quedarte de mala leche. Es preferible debatir con un muecin islámico.
SEÑOR OGRO
ResponderEliminarSí, lo que detallas es absolutamente cierto y de observancia permanente.
A mí los que me cabrean son esos vecinos que desprecian, como dices, al prójimo emitiendo todo tipo de ruídos día y noche, dando portazos para cerrar puertas y armarios, etc.
En este caso ya no es cuestión de educación sino de prepotencia social. Lo he observado en veraneantes madrileños que pasan un mes en un piso y todos son idénticos. Desconozco si en su pueblo actúan igual, pero cuando salen a la periferie son el muestrario del tipo "español de casta".
Y digo madrileños porque son los que me han tocado. Aunque peor, y el peor, es el bilbaino de vacaciones que está convencido de que los habitantes de todos los pueblos de España y del extranjero están para sufrirlos.
Claro que existe un sistema educativo con ellos que casi nunca falla : cuando a la una de la madrugada bajan las persianas de las ventanas de un golpe capaz de producir una espantá de búfalos, les pongo un parato de música a dos millones de decibelios a las cinco de la mañana.
Ola Teyagorri, hesto de la mala heducacion hen nuestro pais hempieza ha ser hun provlema serio. Hen hefecto, hes desajradavle saludar a hun bezino hi que heste no te dija ni Múúúúú, haunque kasi mehó, pòrke hijual te hemviste. haunke tamnvien ay jente timida, pero son los menos.
ResponderEliminarTodo hesto se deve, a mi pensar, hen la kaida del nibel heducatibo, hempezando por el mihmo hescrivir. figate hen las diatrivas recividas por nuestra Majestad Karlos II en su vlog por hese karlistón refujiado en nazi honanismo. Lló mismo tube haze dos haños hatake zimilá, haunque llo tenjo sanjre mas caliente hi caí hen sus probocaciones.
Hi nada más, zeño Teya, que tenja vuen día hi ha ber si azemos haljo por la kultura hi heducazion hen Hespaña.
Es una simple cuestión de educación, mi hija cada vez que pide algo es por favor (sabe que si no es así no va a conseguir nada, de sus padres al menos) y da las gracias siempre que toca.
ResponderEliminarLos europeos serán todo lo que digamos pero educación les sobra, recuerdo un viaje a Suiza, me levanto por la mañana muy temprano (pensé que era el único que hacía eso), me voy al súper a comprar croisantitos para desayunar y EL SUPER LLLENO A LAS 7 DE LA MAÑANA, pues tanto en el camino de ida como en el de vuelta TODO el mundo con el que me crucé me dio los buenos días, y con cara amable (pensé que, o me había vuelto loco o había caído en un poblado muuuuu hcungo).
Y lo del camarero francés, pues que hizo lo correcto, no soy de entrar en bares pero me revienta esos que cuando llaman al camarero le dicen JEFEEEEE.
Y comentando lo del Señor Ogro (me pasa a menudo y esta mañana TAMBIÉN) el típico hijo de puta que tiene el ceda el paso y se te mete y va mirando a otro lado como si al no verte no existieses.
addenda- si es que Carolvs es un provocador, información contrastada, notas al pié de página, buena redacción... busca la confrontación.
Efectivamente, el que no tutea, saluda o sonríe, es un facha. El desprecio actual hacia la autoridad y esas actitudes prepotentes son el reflejo de una falta de educación elemental.
ResponderEliminarDON JUAN
ResponderEliminarSe te nota un montón que has estudiado en colegio de pago, como los sociatas hijos de falangistas.
Cuando en un país se termina por tener unos estudios superiores y no se sabe escribir sin faltas de ortografía, es que todo lo demás va mucho peor.
DON ISRA
ResponderEliminarMira, Isra, los gabachos son uno fijosdeputa y si preguntas por dónde se va a un punto, te indicarán el contrario, pero todo eso con una amabilidad, sonrisa, términos de cortesia exquisitos, etc..
Y prefiero eso a lo de " yo voy derecho al grano y digo las cosas a la cara" de los machotes y brujas-loras de este país. Y como se te ocurra decir "adiós" a una lora con la que has hablado media hora un día por causa de un tercero, es capaz de morderte.
El camarero gabacho tiene, en general, muchísimo más señorío que la mayoría de todos los políticos españoles, y por supuesto es el campeón mundial de mala leche.Siempre.
DON BWANA
ResponderEliminarDe acuerdo con lo que comenta y añado que sin educación de convivencia es imposible que un país sea capaz de estar unido en nada. Ni en Jurgo.
Lo de escribir bien va a ser una rémora en este país. Aciertas en lo de que estudié en un colegio religioso, aunque hubiese preferido estudiar en un Instituto público, pues en mi época eran los mejores centros de enseñanza. Erras en lo de hijo de falangista, mi padre los odiaba, aunque le tocó hacer la guerra con Franco. Voté al PSOE hasta 1996, luego me caí del caballo, como San Pablo. Aún así, me gusta la socialdemocracia de verdad, la de los países nórdicos. Pero ello no es obvio para leer blogs de orientación liberal y del laissez faire, laissez passer. Keynes me sigue interesando mucho, más que Milton Fredman y su escuela de Chicago.
ResponderEliminarSaludos.
DON JUAN
ResponderEliminarLo de "hijo de falangista" era una broma. Lo digo porque estos sociatas, que de socialismo no tienen nada, la mayoría proceden de padres falangistas, como Rubal, Bono, Zapatero, etc. etc.
Respecto a las teorias económicas de Keynes o de Fredman me es indiferente lo que digan uno u otro, porque mi liberalismo es de ideas, de respeto a la opinión ajena, de no intromisión de los poderes públicos en la vida privada de los ciudadanos, salvo para garantizar sus derechos humanos y libertades.
Hablando se entiende la gente, lo que pasa es que estamos todos aún con la resaca de la provocación lementable del carlistón catalán que ya sabemos y me recuerda a aquél rufianesco lector que ya expulsaste del blog. Primero atacan, luego se descubren carlistas y super españolistas.
ResponderEliminarSaludos.
DON JUAN
ResponderEliminarSí, el "integrista" catalufo que ha entrado en el Blog de CAROLVS es el prototipo absolutista cabrón que puede dejarte mala gaita si lo tomas en serio. Es muy parecido al RUFFIAN que me trataba de tocar las bolas en cada intervención y al final se descubrió como un requeté bildutarra al que le sobraba la figura de cualquier rey.
Por aquí estamos acostumbrados a sus dialécticas de enrevesamiento de cualquier argumento expuesto con la mejor buena voluntad, y por ello al mío lo ví venir al segundo día y le dí una advertencia. Que fuera al grano y por fin lo hizo dejando ver sus ensoñaciones independentistas marxistas.
Pues que quiere que le diga, yo tengo un remedio cuando entro en algún sitio, y saludo, y el personal no contesta, acto seguido empiezo a chasquear haciendo el ruido que emitían los arrieros para azuzar a las mulas, o me pongo a canturrear por lo bajini una estrofa de la famosa canción de los maleducados, ""que le vamos a hacer, son como animales y no cambiaran, sic.."", y en cuanto a los animales que van atados por una correa extensible a un perro, y cuando tu pasas por su lado, sueltan correa, lo primero que hago es pisar la correa y quedarme parado sin decir nada, mirando al individuo/a en cuestión, suelen ser ellos los primeros en decir algo, no vayan a pensar que soy un provocador, aunque me encanta hacerlo, y la verdad es que suele ser mano de santo. Hace un me aproximadamente, pase por el congreso y me encontré al nieto de Cambó, el tal Sanchez Llibre, que caminaba delante de mi, y empece a chasquearle como si fuera un arriero, y el tio se me quedo mirando con cara de gil, eso si, se quito y me dejo pasar.Mala educación?, pues a cada uno, su propia medicina.
ResponderEliminarUn saludo
DON MANUEL
ResponderEliminarEstá bien eso de "cada uno su propia medicina" aplicable conforme al ingenio de cada quién.
Las soluciones que Ud. aplica son muy efectivas, sin duda.
Es curioso lo que sucede con los tipos-élite, es decir esos que se creen que son "el más allá" de todo lo visto y existente, frecuente en los procedentes de Bilbao aunque los hay también muchos de MadriZZ de los que van al golf (habitualmente a enseñar su último modelo de coche adquirido).
Como están habituados a saludar o dejar de saludar a criterio suyo, según caiga el día de la semana y la Luna esté en creciente o Menguante, utilizo la costumbre de NO saludarlos nunca y de ignorarlos totalmente, como si no los viera o como si fueran invisibles. Nada más jodido para ellos. Dado que piensan que tal decisión corresponde unicamente a ellos ( saludar o no), quedan descolocados al ser ignorados. Y se apresuran a hacerse notar mediante un sonoro saludo.
Y a la siguiente vez, lo mismo.
Conozco ambos extremos jeje, que también hay quien en la misma casa te suelta holas cada vez que entras o sales de una habitación veinte veces y es "cansino" ,por así decirlo; pero efectivamente, la degradación de la educación y el respeto debido son palpables, ni la distancia fría de nuestros abuelos con sus padres, ni el compadreo irreverente de ahora.
ResponderEliminarDOÑA MARIBELUCA
ResponderEliminarHablando del repetido "saludo" al que aludes, eso me recuerda a las miriadas de personas que, como nunca tienen nada que decir, te preguntan "Cómo estás?, y si diez minutos después vuelves a tropezarte con ellos, te vuelven a preguntar ¿Cómo estás? y así hasta que huyes para no encontrartelos.
Ese ..¡Oye perdona! quizá sea una degradación de el otro...perdone, si es tan amable podría..No lo se, solo es una suposición.
ResponderEliminarMe costó años quitarme el tratamiento de vd. con profesores y jefes que ahora son amigos, te lo enseñan tan desde pequeña que se queda grabado.
En cuanto al trato con los maleducados, el último que comentas me gusta, ser el primero en manifestar indeferencia es una muy buena solucción y da buenos resultados.
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarLa degradación no está en la frase, porque el Reverte usa finamente el "Oye, perdona", pero en la realidad lo habitual es "Oye, tío/a".
El método que comentas te garantizo que es infalible. No soportan el cambio de papeles : ser ignorados en vez de ignorar ellos.
parece una tontería pero en el cortés saludo nos reconocemos como semejantes y eso hilvana y anuda lazos sociales, y el gruñido, la mueca o el vacío nos alejan y disuelven lo que nos une como sociedad.
ResponderEliminarsaludos blogueros, tella
DON JOSÉ ANTONIO
ResponderEliminarPerfecta definición de lo que supone saludarse.
Quizá por ausencia de ello, de esa elemental cortesía ciudadana, esta sociedad vive fragmentada y a la deriva.
Todavía recuerdo, aunque ya ha llovido desde entonces, aquella asignatura de urbanidad con la que se pretendía, y se conseguía, que la gente, especialmente la juventud, aprendiera algo tan sencillo como ceder la parte interior de una acera a un semejante, especialmente si era una señora, o una persona mayor; o ceder el asiento en un autobús, o mantener la puerta del ascensor abierta para que salieran o entraran los demás.
ResponderEliminarA mi me ha sucedido el tener que toamr un autobús, convaleciente de un accidente, con dos muletas y nadie, absolutamente nadie (y mira que había gente joven), tuvo la deferencia de levantarse para ceder el asiento. Intuyo que si alguno lo hubiera hecho, seguro que otro hubiera corrido presuroso a sentarse.
Eso era auténtica educación para la ciudadanía.
Es que Don Javier en tiempos del tío Paco, se daba mucha importancia a esto, ergo: El civismo es Franquista, luego: se maleducado y grosero, áspero y ruin, que eso es muuuuuuu progre. Joder que capullos. Saluditos Don Tella.
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