31 agosto 2011

Agosto, Madrid, bombas

En la madrugada de aquel viernes, 28 de agosto de 1936, el horizonte se pobló de trimotores, amenazas y bombas. El cielo de la capital de España perdía su virginidad al ser Madrid bombardeada por primera vez.

El ataque fue realizado por un Junker-52 pilotado por Rudolf Von Moreau, sirviéndole de observador y copiloto el capitán español Joaquín García Morato. El teniente Von Mareau, líder de bombardeos experimentales de la Luftwaffe alemana, se haría tristemente famoso meses después (26 de abril de 1937) al participar en el ataque aéreo sobre Guernica, mientras que García Morato, héroe de la aviación nacional fallecería a los pocos días de finalizada la contienda (el 4 de abril de 1939) durante una exhibición victoriosa en el aeródromo de Griñón.

El Junker-52 comenzó a vomitar sus artefactos sobre el Ministerio de la Guerra (ubicado en el Palacio de Buenavista, actual sede del Cuartel General de Ejército, en la plaza de Cibeles) y la estación del Norte. El ataque causó un muerto y varios heridos. El bombardeo, efectuado desde 500 metros de altitud, sorprendió a la ciudad. Las luces no se apagaron y aunque alguna sirena aulló, lo hizo 10 minutos después de finalizado el ataque.

El avión del ataque, el Junker-52, fue el más célebre de todos los bombarderos alemanes. La versión militar, estrenada en la Guerra Civil española resultaría inestimable en muchos aspectos bélicos, siendo luego utilizada ampliamente en la Segunda Guerra Mundial. Su aspecto siniestro, enorme y negro le convertía a ojos de los madrileños en un espeluznante monstruo.

Los aviones entraban sobre Madrid perfectamente alineados, serios, en escuadrillas muy bien formadas, serenas y muy tristes. Pero, de vez en cuando, la perfección germánica saltaba por los aires cuando aparecía ágil y por sorpresa la aviación republicana. Alegres y saltarines surgían entre las nubes los cazas soviéticos I-15 e I-16 "los chatos" y "las moscas", que hacían retroceder a los pesadísimos "rinocerontes". El cielo de Madrid no era una fiesta, pero la guerra en las alturas hizo estallar castillos de fuegos nada artificiales.

Los Junker-52 fueron bautizados "la burra de la leche", porque siempre aparecían de madrugada, al despuntar el alba como los lecheros. El gracejo castizo madrileño, junto al heroísmo de sus habitantes, supo hacer copla común su resistencia.

Al día siguiente, 29 de agosto, el ABC de Madrid se hacía cuenta del suceso: "Otros vuelos estériles sobre Madrid. La madrugada de ayer voló nuevamente sobre Madrid la Aviación enemiga. Rápidamente el servicio de Vigilancia y Defensa se apercibió de la presencia del enemigo y, entrando en acción, puso en fuga a los facciosos. La población civil apenas si se enteró. Las milicias, en su mayor parte, cumplieron las órdenes recibidas de no hacer fuego de fusil por no tener eficacia y, en cambio, se alarma con él a la población".

Sin embargo, los visitantes de la noche no se limitaron a lanzar bombas durante sus cruces aéreos sobre Madrid. También arrojaron proclamas, panfletos y mensajes firmados por el propio general Franco. Así eran interpretados ese día por el periódico Ahora: "Franco dirigiéndose a los españoles dice: "Si queréis salvar la vida entregaos sin condiciones a nuestra generosidad".

Con el paso del tiempo los bombardeos se fueron mecanizando, pero en los primeros meses de la guerra las bombas se lanzaban con las manos desde los aparatos aéreos. Uno de los primeros soldados españoles que pasó a formar parte de las unidades alemanas describió las dificultades de estas operaciones militares hasta que a los Ju-52 se les dotó de los portabombas adecuados:

"Mi posición en el aparato se ubicaba dentro de una torreta de cubo suspendida entre las patas del tren de aterrizaje. Llevaba un parabrisas frontal y un emplazamiento de ametralladora, y en invierno resultaba muy frío. Tuvimos que inventarnos la manera de arrojar las bombas. Cortamos en el suelo del avión una trampilla y apilábamos las bombas a ambos lados de la abertura. Mi trabajo consistía en sentarme en el suelo con las piernas colgando en el espacio, mirando hacia debajo y hacia delante del avión.

Al aproximarnos a nuestro objetivo, un miembro de la tripulación se ponía de pie a cada lado para ir dándome las bombas alternativamente. Pesaban de nueve a 50 kilos, y aunque todo era muy primitivo, con la práctica logré una elevada proporción de aciertos. Era cuestión, sobre todo de soltar las bombas en el instante preciso.

La pega principal era que, al llevar abierta la trampilla, entraba por allí una corriente muy fuerte, y mientras yo sostenía la bomba en posición, el viento hacía girar el mecanismo para activar, con lo que uno de los tripulantes tenía que sujetarlo con las mano para que la bomba no hiciera explosión".

Lo cierto es que, por imprecisión técnica, instinto criminal o mala puntería, las bombas caían en cualquier parte, sin ton ni son.

El escritor republicano Arturo Barea dejó también constancia de la brutalidad de los ataques. "Piso de nuevo la calle de Ferraz, tan sola, que mis pasos suenan a hueco. Y entonces comienza el bombardeo de todos los días. Estallan las granadas sobre las casas muertas, abriendo nuevas heridas en sus cuerpos desgarrados. Aquel piano que quedó inmóvil y solo en noviembre del año pasado, caído sobre una de sus patas rotas, mostrando la dentadura amarillenta de sus teclas, como un monstruo moribundo, da un grito: un casco de obús rompe sus cuerdas, hasta hoy tensas. La nota chillona retumba en toda la calle, en todo el barrio vacío. Entre explosión y explosión, las cosas, las calles, gritan sacudidas por la metralla. Yo me quedo acurrucado en el portal de una casa, muerto de miedo a las cosas muertas".

Aunque aquel 28 de agosto fue el estreno del ataque aéreo sobre Madrid, no era la primera vez que se bombardeaba desde las alturas una ciudad en nuestra guerra. El mismo 18 de julio, desde el aeropuerto sevillano de Tablada, antes de que fuera dominado por Queipo de Llano, aviones Douglas DC-2 y Fokker FII leales a la II República realizaron toda una serie de incursiones sobre Ceuta, Melilla, Larache y Tetuán. Fue en concreto sobre Tetuán donde se lanzaron ocho bombas que cayeron de pleno sobre la población civil, produciendo numerosas víctimas al alcanzar la mezquita y el barrio árabe.

A Tetuán habría que anotar después una lista interminable de pueblos y ciudades por ambos bandos: Albacete, Murcia, Barcelona, Granada, Huesca, Zaragoza, Gijón, Oviedo… Madrid tampoco estaba de nuevas, ya que el mismo 18 de julio desde el aeródromo de Cuatro Vientos despegaron aviones que atacaron a los militares y civiles sublevados en los cuarteles de la Montaña y Campamento.

En julio de 1936, la aviación militar española contaba en total con 241 aviones operativos, a los que había que añadir otros 72 de segunda línea. Una vez fracasado el golpe del 18 de julio, apenas 100 aparatos quedaron en poder del bando rebelde. Esta situación de inferioridad aérea inicial se iría igualando a favor de los nacionales con la llegada, ya a finales de julio de 1936, de los 12 primeros aparatos mandados por Mussolini (los italianos llegarían a mandar más de 748 aviones durante el transcurso del conflicto bélico); y en agosto de 1936, la Alemania hitleriana envió a los generales sublevados en España 20 aviones Ju-52. La mitad de ellos desembarcaron del buque Usuramo en Cádiz el 6 de agosto.

Uno de estos Ju-52 fue el que bombardeó Madrid el 28 de agosto. (La ayuda alemana a Franco llegaría a sumar 593 aviones en 1939). En el bando republicano el principal soporte fue el de la Unión Soviética que entre Chatos, Superchatos, Moscas, Katiuskas, Rasantes y Natachas llegaron a sumar en 1939, 1.111 aparatos (aunque la II República llegaría a comprar en el exterior otros 364 aviones de distinta procedencia).

Madrid fue una de las ciudades españolas que más sufrió los ataques aéreos, pero también los obuses y los proyectiles de la artillería. Barrios enteros como el de Argüelles y la incipiente Ciudad Universitaria quedaron completamente destrozados.

En cuanto a las víctimas mortales, siempre hay polémica. Los historiadores coinciden en que fue Barcelona, con una cifra en torno a las 2.500, la ciudad con un mayor número de víctimas mortales por ataques aéreos. Madrid estaría en segundo lugar con cerca de 2.000 (aunque una parte de las víctimas lo serían también por fuego de artillería). Luego vendrían: Valencia, Alicante, Durango, Guernica, Lérida, Córdoba, Palma de Mallorca, Granada, Sevilla… La lista sería interminable e incluye toda la geografía española.

El aviador e historiador Ramón Salas Larrazábal se atrevió a sumar los datos y concluyó que de manera global se puede apuntar que 4.000 civiles murieron por acción aérea en la zona franquista y 11.000 en la gubernamental.



28 comentarios:

  1. Demasiados muertos sean los que sean, lo que me extraña es que en el primer bombardeo dices que sólo hubo un muerto.

    Y vaya manera de tirar las bombas, me imagino que con lo que pesaban, con echarlas hacia abajo, cayesen donde cayesen, el soldado creería su misión cumplida, aunque fallase el objetivo. Vamos, como si tirase sacos de patatas en un poblado de África.

    Qué miedo, qué horror, siempre me digo que hace muy poco tiempo de estos hechos y sólo espero no tener que vivirlos jamás.

    ResponderEliminar
  2. DOÑA ELENA
    El método de lanzamiento de bombas desde aviones, casi no utilizado hasta esos años, resultaba muy tosco y hasta peligroso para el soldado lanzador.

    Claro, caían donde caían pues ya tenía bastante el que los tiraba con soltarlas. Por eso hicieron mucho daño en barrios pobres y apenas rozaron los edificios importantes para la guerra.

    Luego, con lo aprendido aquí, los alemanes perfeccionaron las técnicas en la Segunda Guerra Mundial. Tampoco habían bombardeado jamás una localidad desarmada y totalmente civil y las primeras fueron Durango y Guernica en Vizcaya. Aunque en Guernica, a pesar de que los peneuveros dicen que murieron pco menos que millones de personas, en total muerieon 120. Que no es poco.

    ResponderEliminar
  3. Así somos los madrileños que no perdemos el buen humor y el gracejo ni siquiera con unos cazas nazis cosiéndonos a bombardeos. Era esta la tercera vez en la historia en que MadriZ se veía implicada directamente en un conflicto armado tras la Guerra de Sucesión (1706 y 1710, aunque entonces no se disparó ni un tiro en la capital) y las Guerras Napoleónicas (la mayor ocasión de los madrileños)...

    ...parece que los nazis practicaron con lo que después harían con Londres unos años después ya durante la IIGM.

    ResponderEliminar
  4. CAVALIERE ALBERTUS CAROLVS
    No se os puede negar el sentido de la chufla y rechufla ni en los peores momentos.

    Como comentas, los nazis hicieron experimentos sobre Madrid para luego practicar en la 2ª Word especialmente sobre London.

    ResponderEliminar
  5. Como se suele decir en las películsa bélicas: "puta guerra". Incluso durante la wwii, el lanzamiento de bombas tenía mucho de manual y casi artesanal, y no pocas veces las bombas acababan cayendo sobre las casas de los obreros cuya fabrica iban en principio a bombardear.

    No nos creamos que hemos avanzado tanto, ahora las guerras consisten en buena parte en camuflarse entre los civiles, para que estos caigan como moscas, "internacionalizando" el "conflicto".

    No se suele mencionar mucho, pero curiosamente una de las razones por las que Alemania perdio la batalla de inglaterra, fue la decisión de Hitler de abandonar el bombardeo de posiciones militares inglesas, para atacar a sus ciudades.

    La única lógica que impera en una guerra es la de ganarla y los bombardeos sobre civiles fue uno de aquellos experimentos para no caer en la guerra de trincheras de la primera guerra mundial.

    ResponderEliminar
  6. SEÑOR OGRO
    Muy interesante el contenido de tu comentario y los matices respecto a que siempre pagan el pato los civiles, en todas las guerras.

    Lo de camuflarse los milicos entre la población civil lo estamos viendo actualmente en Palestina, Irak o Libia. Lo de los terroristas de Hamas metiéndose en una iglesia católica llena a rebosar cuando los israelies los tenian acorralados, es un buen ejemplo.

    ResponderEliminar
  7. Una página gloriosa de la historia de Madrid, sin duda. Las bombas fueron super crueles. Franco no era bobo y emitió una orden muy política: bombardear los barrios obreros, ni una bomba sobre los de los ricos. Si conoces la Villa y Corte, el barrio rico está al este de Cibeles, se llama barrio de Salamanca. Allí estaba la casa de Paquito, el siniestro y ferrolano pequeñín, la casa de su financiador Juan March, etc, etc. La gran burguesía y la nobleza se había mudado ya en gran parte a ese barrio y al eje Castellana, dejando sus palacios vetustos al servicio terciario.
    Por ello se dedicó a machacar Vallecas, Tetuán, Basurero, Prosperidad, etc, los barrios obreros típicos. Las imágenes de los túneles del Metro (que luego serían típicas del Londres ante el blitz nocturno de la Luttwaffe) son estremecedoras: túneles del metro abiertas por las bombas, muertos. etc. Las fotos de Kappa son testigos.
    A veces los aviones se equivocaban: en noviembre bombardearon el Palacio de Liria, un bello palacio, emporio de arte, propiedad del duque de Alba. En la castiza plaza de Antón Martín se bombardeó la iglesia de San Sebastián, escenario de la novela galdosiana de Misericordia o de las bodas de Lope de Vega o de Bolívar.

    ResponderEliminar
  8. Dos anécdotas:
    Fernando Fernán Gómez recordaba cómo en primavera del 36, uno de los primeros alumnos de la nueva Ciudad Universitaria, decía que en ese paraje tan extraordinario, con la sierra de Guadarrama al fondo, nunca habría una guerra, al ser un emporio de cultura. Se equivocó. Fué un escenario horrible de lucha, bombas y muerte. El cercano barrio de Argüelles fue planchado por las bombas.
    Otra anécdota:
    En San Lorenzo de El Escorial, escaparate del arte español, la Legión Cóndor bombardeó al ver las líneas del tranvía creyendo que era la línea férrea de Principe Pío al Norte de España. Hubo un carabinero y un niño muertos.
    Los "chatos" soviéticos o Policarpov, célebres por su falta de delantera, algo pudieron contener estos ciclones que Hiteler probaba con nosotros ante su inminente guerra mundial.
    Estoy leyendo estos días lo último de la guerra y me maravillo de la Transición que hicimos, porque la verdad es que lo que hubo que aguantar a la derechona y tragar con ella en los años 70 desde luego es para aplaudir a muchas víctimas durante cuarenta años de injuria.
    Saludos fresquitos, pues el país Pichi castizo está cubierto de nubes. Afortunadamente no de Stukas.

    ResponderEliminar
  9. Amigo Tella, excelente propuesta la que traes esta mañana, Guerra civil, junkers alemanes...

    Y es que ese Ju-52 era avión de transporte mutado en bombardero en la guerra civil española. Escenario en el que los alemanes pusieron a punto sus Junkers para su blitzkrieg.

    Pongámonos en antecedentes...

    El Stuka era un avión de ataque a tierra, para ser más exactos un bombardero en picado (Sturzkampfflugzeug). El caso es que, aunque práctico y expeditivo en lo suyo, no fue especialmente brillante para el combate aéreo tal y como quedó de manifiesto en la Batalla de Inglaterra, aunque cumplió con creces su papel en los inicios de la guerra colaborando brillantemente en la Blitzkrieg.

    Y aquí es cuando aparecen en España, antes de la 2ª GM habían iniciado su andadura en la guerra civil, en 1936 (bautismo de fuego), en concreto el prototipo Ju-87 V-4, enviando posteriormente hasta 12 ejemplares de distintas variantes para ser evaluados en condiciones operacionales por la Legión “Cóndor” durante la Guerra.

    El Gruppen VB/88, unidad experimental de la Legión “Cóndor”, recibió un total de seis Ju 87A para su evaluación en combate. Utilizados, entre otras acciones, en la ruptura del Cinturón de Hierro de Bilbao y en Teruel, los Ju-87A (”Anton”) fueron sustituidos en el tercer trimestre de 1938 por otros tantos Ju 87B-1, que fueron empleados principalmente en el avance nacional sobre la costa mediterránea y Cataluña. Todos los Stuka del VB/88 regresaron a Alemania al término de la Guerra Civil, incluso los restos de un ejemplar derribado sobre Bujaraloz.

    En España, el Stuka demostró sus excelentes cualidades como bombardero en picado, alcanzando una precisión inferior a cinco metros en objetivos de punto.

    Y lo más grande de todo de estos Stukas era su Jericho-trompete... vamos, unos cachondos los nazis.

    Felicitaciones de nuevo por el post y mi sorpresa ante el mismo (si hace unos días hablabas de la UE y te dije que tenía preparando un post al respecto hoy me has dejado con el culo torcido pues terminé hace tiempo uno sobre los Stukas que publicaré a medidos de septiembre).

    Eres grande Tella.

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  11. DON JUAN
    Vaya, tus conocimientos sobre el tema son estupendos. Eso de bombardear los barrios obreros es muy propio de la mentalidad militar y con objeto de aterrorizar a lo que siempre han calificado de "chusma".

    Los dos edificios que citas como bombardeados por error supongo que no sufririán demasiados daños porque el Palacio de Liria es todo un monumento de Arte y Bibliografía.

    No sé si bombardearon el Museo del Prado pero sé que Azaña se llevó su contenido al extranjero ( a Francia). Menos mal que luego los gabachos lo devolvieron, cosa rara en ellos.

    ResponderEliminar
  12. DON ISRA
    Me descubro ante vuestros inmensos conocimientos belico-aereos y he quedado boquiabierto hasta que me han entrado unas asquerosas moscas cojoneras por la boca.

    Los STUKAS serían, como dices, los que ametrallaban poblaciones para causar terror, y los Junkers los pesados bombarderos de soltar grandes bombas sobre edificios.

    Esos Junkers estuvieron como aviones de Iberia durante mucho tiempo en vuelos de Madrid a provincias. Yo volé en uno de ellos a San Sebastián desde Barajas, allá por los años 60. Era lento pero seguro con sus cuatro motores de hélice. Aunque daba más saltos que el caballo de Jesús Gil.

    ¿Qué era el JERICO-TROMPETE? Los nazis eran muy aficionados a historias bíblicas fantásticas como esa del derribo de las murallas de Jericó al sonar las trompetas judias.

    ResponderEliminar
  13. DON ISRA
    He leído en Google que dice :
    "Uno de los detalles mas particulares de los Stukas eran las llamadas “Trompetas de Jerico”. En los primeros años de la guerra, algunos aparatos montaban en su tren de aterrizaje un dispositivo, segun parece ideado por Ernst Udet, que producia un particular sonido parecido a una sirena cuando el Stuka se lanzaba a su ataque en picado.

    El sonido servia para provocar el panico entre los enemigos que, al menos al principio del conflicto, sentian un temor especial por los ataques de los Stukas."

    ResponderEliminar
  14. Alguna bomba cayó sobre el Prado, pero fue bien resguardado. La Cibeles se cubrió con una especie de búnker. El Palacio de Líria fue bombardeado concienzudamente. Íban a por él. Qedó en completa ruina y un tesoro de arte y bibliografía fue arrasado. Dícen las malas lenguas que el propio Jacobo Fitz-James, el papi de la pija y cacatúa duquesa actual, lo hizo aposta para cobrar el seguro y dar más propaganda sobre el terror rojo. La reconstrucción de San Sebastián fue demencial y un edificio emblemático del Barrio de las Letras o de Huertas en la actualidad, es un edificio feo, muy diferente al que inspiró a Galdós. Es la puerta del castizo y pichi barrio de Lavapiés, obrero y contestatario desde siempre.
    Respecto a los gabachuzos, hubiese sido un escándalo haberse quedado con los cuadros y exponerlos en Louvre como suyos. Hace mucho que desmitifiqué a los progres gabachos, desde Napoloni el de la Boina aparte hasta Mitterand, el amiguete de Felipito el sevillano y que resultó ser colaborador de los nazis junto al impresentable Georges Marchais el "komunista".
    Saludos desde Pichicasticilandia.

    ResponderEliminar
  15. jajajajaja, la principal característica de los Stukas era el bombardeo en picado (a veces incluso los pilotos se desmayaban y "programaban" el avión para levantar el vuelo tras el bombardeo) y mientras descendían en vertical te avisaban haciendo sonar unas sirenas características que llamaban así, Trompetas de Jericó.

    ResponderEliminar
  16. De todos modos no penséis que todo era bondad en los republicanos, cuando emigraron a Valencia se lo llevaban casi todo... pensando en el "dorado exilio".

    ResponderEliminar
  17. DON JUAN
    Pues ese bombardeo sobre el Palacio de Liria me resulta una barbarie propia de zulús.

    Lo de los gabachos con antecedentes colaboracionistas tenía que ser como aqí con el Franquismo : menos una docena de individuos todos colaboraron.

    Buen nombre para esa ciudad : PICHICASTILANDIA.

    Te van a rebanar las partes nobles y blandas algunos pichis que me conozco.

    ResponderEliminar
  18. DON ISRA
    Gracias por la aclaración. Si aquellos se desmayaban con los Stukas no hubieran montado en un avión a reacción actual y actuar en picados, aunque supongo que los actuales pilotos se hallan muy entrenados y con otros equipos.

    De BONDAD ni en fotografía los jefes republicanos. El pueblo sí, como en todas partes.

    ResponderEliminar
  19. Sobre PICHICASTICILANDIA te diré que una de las mejores descripciones de esta mi ciudad la hace Luis Martín Santos en su novela Tiempo de silencio. Este autor nacido en Larache estaba fascinado por tu Bella Easo, en la que montó un hospital psiquiátrico. Fue una pena que se matase en un accidente de tráfico a inicios de los 60. Su descripción es genial, no por ello triunfalista, sino realista. Dice que es reaccionaria y palurda y que por un extraño de la vida se hizo el escaparate del antifascismo en esos años que la revoloteaban los stukas de Hitler.
    Como sabes, al igual que tú con tu Bella Easo, soy muy autocrítico. Y soy de pata negra de Madrizzz, uno de los pocos nacidos ya en el mismo centro de la capital y criado entre zarzuelas y schotis, hijo y nieto de madrileños.Bueno, pues los pichis que conoces creo que me dan la razón.
    Saludos de nuevo.

    ResponderEliminar
  20. Imagino que esos pichicastizos que cantan las excelencias de esta villa, sin ningún fallo y superior al resto de España, serán del PNM, uséase del PARTIDO NAZI ONALISTA DE MADRID, y yo soy madrileño no-madrileñista, como vos buen vasco no nazi onalista.
    Ahora sí me voy a disfrutar de mi último día de vacas. Hasta mañana.

    ResponderEliminar
  21. DON JUAN
    Luis Martín Santos era hijo de un médico militar (con graduación de general), director del Hospital Militar de San Sebastián, que a su vez tenía una clínica privada llamada "Clínica Martín Santos" y que aún funciona pero con otros dueños.

    Hasta el momento eres el UNICO madrileño que conozco que es AUTÉNTICO, es decir hijo y nieto de madrileños. Todos los demás son postizos sobrevenidos, como sucede en Donostia en donde ahora la mayoría de la población proviene de pueblos y sus padres y abuelos son ajenos a la ciudad.

    Esa es la capacidad que disponemos los AUTÉNTICOS para autocriticar lo propio, por ser no pegotes.

    Rascando en los autodenominados "madrileños", el 99% son nietos o hijos de manchegos, vascos, galegos, asturianos o andaluces.

    Bueno, pues ya somos dos los PATAS NEGRAS.

    Que disfrutes de lo que queda de vacances.

    ResponderEliminar
  22. En Alicante fué muy sonado el bombardeo del Mercado Central a una hora del día en la que estaba lleno de gente, por lo que cayeron muchos civiles.

    Me contaban, de pequeña esos bombardeos. Una amiga de mi abuela, muy graciosa, contaba siempre como lloró al creerse coja un día que tuvieron que salir cortando para el refugio, luego resultó que se le había roto un tacón y volvió a llorar más, pero por el ridi..

    ResponderEliminar
  23. DOÑA CANDELA
    Probablemente todas las ciudades bombardeadas, como es el caso de Alicante, tiene que resultar muy duro en el momento de suceder. El pánico es lo habitual y entendible.

    Lo de la señora esa amiga de tu abuela tiene gracia y lo que le pasó era debido al tremendo miedo que llevaba en el cuerpo. Tiene que ser horroroso estar a la espera de si te cae un bombazo o no.

    ResponderEliminar
  24. Saludos Don Javier, mis padres tenían 5 y 6 años respectivamente, son de Extremadura, en esa zona a esos aviones les llamaban "Las Pavas" Por volar lento y con el tren de aterrizaje como si fueran la patas. Cuando los oían, abandonaban el pueblo y se escondían entre los cañaverales, los pobres pasaban un miedo atroz.

    Ps: Javier mi casa esta ya limpia de polvo y paja, desinfectada y desparasitada, espero verle pronto de visita.

    ResponderEliminar
  25. DON ZORRETE
    Tus padres eran aún muy niños pero esos hechos quedan grabados en la mente por muy niño que se sea. Especialmente el MIEDO que los mayores desprendian de la llegada de tales bombarderos.

    No sabes cómo me alegro de que hayas hecho caso a los amigos y hayas "desparasitado" tu blog. Es la opción que hace varios años tomamos todos los blogueros porque ese "insecto" nos iba a destruir a todos.
    He observado que ahora ha entrado en el Blog de MARIBELUCA, otra que es nueva y la desconoce.

    No dejaré de visitar tu blog siempre que traigas un post nuevo.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  26. Hola Javier, solo quería decirte que el Junker 52, era un avión de transporte, además de muy dificil uso como bombardero pues solo tenía una puerta lateral desde donde el bombardero hubiera tenido que lanzar las bombas con la mano una por una, conque imaginate a un tío levantando bombas de 40 o 50 Kg, y arrojándolas por la puerta, cuando hubiera lanzado la última ya estaría a 20 Km del objetivo, como poco.

    Sin duda te refieres al Heinkel 111, o "Pedro" como se le llamaba en el ejercito español (ambos aviones fueron fabricados en España y sirvieron en el Ejercito del Aire hasta no hace tanto).

    Saludos
    Tòfol
    nosonbromas.blogspot.com

    ResponderEliminar
  27. PD. En los años 60 Iberia no tenia Junkers, tenía los Super Constelation e incluso los Caravelle (a reacción parecidos al DC9)el Junker 52, tenía tres motores. Iberia tuvo unos cuantos alrededor de 1946.

    Es verdad que en España se hicieron algunas misiones de bombardeo con Junkers, en ocasiones por no disponer de nada mas, pero no se puede decir que se utilizase como bombardero.

    ResponderEliminar