Los sanfermines acarrean fama de excesivos. Cuando el famoso escritor Ernest Hemingway llegó por primera vez a Pamplona en 1923 no era famoso. Ni siquiera podía decirse que fuera escritor. Era un jovencísimo periodista recién casado que estaba empezando.
Y pueden imaginarse vusas mercedes cómo era Pamplona. Pero se lo pasó bien. Hizo amigos. Dicen que bebió mucho. Y luego escribió un libro titulado "Fiesta". Le echó un poco de entusiasmo literario a la descripción de los detalles, la emoción de los toros sueltos, la calidad del vino y demás, y convirtió esto en un lugar de peregrinaje para norteamericanos aventureros en busca de la autenticidad perdida.
Así empezó todo. Estamos hablando de la década de los treinta, los cuarenta y siguientes. Poco a poco, estas fiestas fueron cogiendo fama de bárbara bacanal callejera o algo por el estilo. No creo que en origen fuera para tanto, pero a la postre el mito se consolida con fiereza.
De todas formas, no deja de ser curioso que unas fiestas así tengan lugar en una ciudad amurallada, religiosa (hay más opusdeistas que casas)y conservadora (lo dice hasta la Wikipedia), como la vieja Pamplona.
Permítanme introducir un dato malvado: Navarra es la comunidad en la que (pese a los sanfermines) más tarde se pierde la virginidad de toda España. También son vanguardia en otras cosas: en esperanza de vida y en lectura de periódicos.
En los últimos 20 años, el poder ha estado en manos de Unión del Pueblo Navarro (UPN), un partido autóctono, católico y de sesgo antivasquista.
Y a este paso es muy posible que los próximos 20 siga la cosa igual, porque volvieron a obtener la mayoría en las urnas y la pleitesía del PSN. El deseo de cambio, pues, habrá que entenderlo en un sentido más bien metafísico o poético.
La vida es cambio. También los sanfermines han cambiado. En los últimos años, están llegando muchos australianos y neozelandeses de aspecto vigoroso. Se encaraman a la fuente de la calle Navarrería y se lanzan en plancha confiando en que la alegre concurrencia les recoja cariñosamente. Pueden verse vídeos en Youtube. Algunos han muerto haciendo eso.
¿Qué es lo más característico de los sanfermines? Hay varias respuestas. Yo destacaría su carácter callejero y su continuidad: la calle hierve, la fiesta no se detiene, no hay descanso, se bebe las 24 horas del día. Y luego está el viejo asunto de los toros, pero eso es más bien la excusa de todo lo demás.
fiesta mas libertina ciudad co
Pues en fiestas se olvidan hasta del Opus...
ResponderEliminar¡Viva San Fermín!
El Viva San Fermín de arriba es un enlace. No se porqué no ha salido en color, caramba...
ResponderEliminarPUSSY CAT
ResponderEliminarGENIAL la imagen de Pamplona de ese enlace que has puesto. Expres mejor que todo el texto mío lo que son los "sanfermines".
Por tanto :
VIVA SAN FERMIN, el probe.
Las fotos del enlace de Pussy Cat son espectaculares, muy buenas.
ResponderEliminarEn cuanto a estas fiestas, aunque no las conozco, no me atraen en absoluto. No sé pero a pesar de que se celebren procesiones y otros actos religiosos, son las bacanales y los encierros de lo único que se habla y trasciende fuera.
Desde aquí se pueden resumir como un botellón a lo grande y permitido.
Sin duda alguna, Hemingway conoció otros San Fermines. No sé si los que él frecuentó me habrían atraído -probablemente, sí-, pero los de hoy, desde luego que no. Supongo que algo tendrá que ver en esto mi alejamiento de la mocedad.
ResponderEliminarLa religiosidad de las distintas ciudades de España es algo curiosa. En San Fermín, por un santo, una fiesta pagana; es como la Semana Santa de Lorca, desfiles paganos y hostias a modo a la que digas que tu virgen es más guapa que la mía. A sí somos en España, y supongo que no está tanmal, porque no nos privamos de nada.
ResponderEliminarNo conozco personalmente los sanfermines, pero mi libro favorito, intimamente relacionado con esta fiesta es "Plaza del Castillo".
Veo que hasta allí han llegado los anti bous..
Hace tres o cuatro años un amigo me llevó en primavera a hacer el recorrido que efectúan los toros desde el desenjaule hasta la plaza de toros.
ResponderEliminarCuando estábamos en la Calle Estafeta, me describió dónde se ponía él, cuál era el sitio más peligroso, por qué resbalaban las reses y parecía que me lo estaba contando el propio Hemingway por el entusiasmo que ponía en el relato.
Luego vinieron los buenos caldos de Rioja, unos pinchos que no tienen nada que envidiar a los de San Sebastián y entendí lo que es San Fermín.
Saludos.
DOÑA ELENA
ResponderEliminarDe religioso no tiene nada ni de bacanal tampoco esa fiesta. Es algo singular. Durante 50 años los días de la fiesta desaparece todo guardia y autoridad y el orden público lo mantienen las cuadrillas de pamplonicas. En cuanto cazan a un nacional o extranjero muy borracho y armando camorra, lo quitan de la circulación de inmediato.
Es una especie de fraternidad universal con mucho alcohol, en donde todo el mundo es amistoso, hospitalario e incluso "invitador" de los "sin duro".
Donde sí hay munipas es en el inicio del ENCIERRO, de sonde sacan a todo el que esté algo bebido.
Son días para gente de entre 20 y 30 años. Y se acabó. Esos días lo que más hay son australianos, americanos, argentinos, etc. etc. venidos de todos los confienes y todo kristo es amigo de todo el mundo.
Cuando yo estaba en la edad iba todos los años un día a la hora del encierro ( 7 de la mañana) y volvía por la noche a casa.
TÍO CHINTO
ResponderEliminarAl igual que tú no iba ahora yo ni atado pero te garantizo que con 20 años de edad es algo memorable y digno de vivirse por el simple ambiente de la ciudad.
Todo está permitido y es libre salvo armar bronca o quedar borracho completo.
DOÑA CANDELA
ResponderEliminarAl igual que tú siempre he pensado que Hispania es uno de los pueblos más paganos de Europa en donde han dado caracter religioso a las fiestas clásicas romanas empezando por las saturnales.
La religiosidad española es, además, politeista porque cada pueblo y vecino tiene su deidad o virgen o santo a los que adorar o celebrar.
Si tienes ya más de 30 años no te recomiendo que visites Pamplona en plan "sanferminero".
Cierto Navarra es la patria del Opus Dei cuyo mayor ejemplo es la Universidad de Navarra...
ResponderEliminar...pero vamos que mayores bacanales me he pegado yo en mi juventud por los Madrides y otros lados de las que se hacen por allí jajajaja...ay que tiempos!
Por cierto la progre esa lleva unas bragas muy bonitas y unos glúteos muy bien "poníos"
YTALYTAL
ResponderEliminarTe garantizo que el hecho de conocer el recorrido del Encierro no te sirve en absoluto para hacerte una idea de lo que son los sanfermines.
Llegas a la ciudad sin conocer a nadie, por ejemplo, y al poco te hallas integrado en cualquier grupo de jóvenes de cualquier parte, bailando, saltando y bebiendo de la bota.
Las Corridas de toros y los Encierros son una excusa para juntarse todo el mundo en puntos concretos. No creo que muchos de los asistentes a los toros se enteren mucho de lo que sucede en el ruedo.
ONOREVOLE CAROLVS
ResponderEliminarYa estamos con los pichis castizos ejerciendo de tales. Pero ¿qué coño de jolgorios vaís a disfrutar en Madrizzzz si soís más sosos que una monja benedictina sopla-cirios?
Lo de Pamplona no es ninguna bacanal como tampoco lo son los carnavales de Rio de Janeiro. Los maketos mesetarios confundís siempre la botella de anís con el Chateau Laffite.
Mucho chotis o mucha sardana vuestros oponentes, y ninguno teneís capacidad de alegrar a un ánima del purgatorio.
Que recuerdos los san fermines, hace ya años que no voy, y es que los agobios del fin de semana me parecían ya exagerados, y entre semana no se puede ir normalmente.
ResponderEliminarDecir que los san fermines de los pamplonicas suele ser distinto del que viven los miles de visitantes: claro que trincan y disfrutan, pero de otras formas. Me recuerda mucho, extrapolando en mi ciudad, a la diferencia entre simplement estar de fiesta, o vivirlas como blusas (como se llaman las cuadrillas en Vitoria).