Cuidadín que podemos dañar la imagen exterior

Cuando llevamos unos años tan intensos y festivos dedicados a dinamitar la cohesión nacional, quebrar la Constitución, desprestigiar nación, salen el Cabra-Jefe y su Robacabras con que hay que proteger el "Honor" nacional.

Ahora, oyéndoles, parece que solo gracias a la serenidad de nuestros gobernantes hemos evitado declarar la guerra a Alemania. Menos mal que somos generosos y les hemos perdonado la vida. Pero donde alcanza su máximo esplendor actual el patriotismo inesperado de nuestros gobernantes es en su preocupación por nuestra imagen exterior.

¡Fíjense vuesas mercedes, a estas alturas, nuestra imagen en el exterior!

Llevan siete años enviando al exterior como representantes nuestros a personajes capaces de despertar vergüenza en una verbena. La tropa indocumentada, iletrada y zafia que ha surcado mares y cielos y cruzado continentes en representación de la nueva España progresista ha arruinado nuestro crédito, hundido nuestro prestigio y abochornado a nuestra ciudadanía por todo el planeta.

Nuestro "president" ha hecho el ridículo en todos los foros internacionales con su falta de preparación y consistencia, su inanidad y su izquierdismo adolescente.

Nuestra política en el exterior provocó primero sorpresa, porque contradecía toda la experiencia habida con la España democrática. Después fue ya extrañeza por la insistencia de los españoles en automutilarse al reelegir a los mismos gobernantes para estos últimos cuatro inolvidables años basura.

Y hoy ya lo que se percibe es pena hacia los españoles y desprecio hacia quienes han llevado a nuestro país a su peor humillación. El interés que ahora generamos se debe fundamentalmente a la capacidad de desestabilización que tenemos, por tamaño y por la capacidad autodestructiva que hemos demostrado en estos años.

¿Cómo habéis llegado a esto? Deben de preguntarse hasta los lapones. Esa es la pregunta que nos hacen las visitas del exterior una y otra vez. Y no es fácil de responder.

Y ahora se dicen preocupados porque la oposición dice que no se cree las cuentas. Y exigen que se callen porque dañan nuestro "buen nombre". La "confianza en España", dice Zapatitos, que hay que proteger.

¿De qué nos estará hablando quien pensó que el mundo funciona como una intriga de pandilleros de barrio? ¿De qué hablarán todos los cómplices de la mentira continuada y la cuchillada politizada, de la incompetencia universal, de la cutrez en estado supremo, que han sido la normal actuación de la tropa del Alicia/Atila de León?

Ahora nos sale con las conspiraciones exteriores, de Merkel y los mercados. Con los enemigos exteriores y la quinta columna.

Más allá de consabidos pactos con ETA que prometan alguna sorpresa, la izquierda fracasada parece dispuesta a utilizar a una oposición extraparlamentaria para intentar imponer desde la agitación callejera lo que ya sabe no podrá en las urnas. Ya saben vuesas mercedes, ese "elegante" Spanish Revolution.

Van "daos". De ésta no los salvan ni los santos Teodulfo, Simplicio, Aogardo, Agliberto y Orencio, reunidos en aleteo.

Tellagorri

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